Con puntualidad inglesa, a las diez de la noche, subia el telon de un Salamandra con poco mas de tres cuartos de entrada y se presentaban Killus. El cuarteto de Villarreal salio dispuesto a sacar el máximo partido posible a los poco mas de treinta minutos de los que disfrutaron.
Con un amplio recorrido a sus espaldas y 3 discos publicados, centraron el set en su último lanzamiento "Never Something Was So Real", con una imagen muy trabajada a medio camino entre The Misfits y Rob Zombie, salieron a comerse las tablas con temas como "New Army Without Fear" o "Laberynth´s Door", temas contundentes, directos muy en la linea de bandas industriales como Ministry o Marilyn Manson.
Tras la primera toma de contacto y la respuesta positiva del público, Killus se muestran desafiantes y provocadores , increpando al respetable en el inicio de "Vehemence", donde su vocalista Supersixx escupe los textos apoyado sobre los monitores, mientras la guitarra del hiperactivo Ruk se confunde con los sonidos pregrabados. La siguiente es "Temple Of Love", donde el ambiente gótico se combina con el torbellino industrial, para continuar con la pegadiza "Wake up" que desata una fuerte ovación del respetable que es correspondida por Killus regalando Cds y Camisetas durante la interpretación de "Living to Die".
Como broche a una intensa actuacion, el tema del que la banda toma su nombre "Killus", con una provocativa e irreverente letra , que siembra el caos en el escenario, con su alocado bajista Premutoxx moviendose lascivamente por las tablas mientras su batería Fixx machaca su kit con contundencia.
Tras media hora de espera, se apagan las luces de la sala y podemos ver un telon gigante con la portada del disco "Morfologia", presidiendo el escenario, y es que este concierto, ultima parada de la gira, servía como revival de un lanzamiento muy importante en la carrera de los madrileños, ya que puso la primera piedra de un sonido que posteriormente llegaría al exito masivo con discos como "Synthesis" o "Reddo".
Con el público puesto en sobreaviso sobre lo que iba a presenciar, el concierto arranco con una oscura intro que deja paso al inicio lento de "La Prisión del Placer", donde podemos ver a una banda muy activa a pesar de algún problemilla de sonido, lo malo de este formato de concierto es que la segunda en caer fue "Loco", uno de los himnos de Sober y donde el público se volvio literalmente majareta con el cortante riff de guitarra, de manera casi consecutiva empalman con el ritmo entrecortado de "Abstinencia" donde el bajo de Carlos domina el inicio antes de la inclusión de las guitarras, en un tema que en directo gana en contundencia. Pese a la dureza de las letras de sus canciones el cuarteto se muestra en todo momento simpático y sonriente, en este punto Jorge Escobedo es quien se dirige al publico para agradecerle su apoyo antes de lanzarse sobre la guitarrera "Cubos", con su ritmo aditivo y una batería muy contundente a cargo de Manu Reyes, que estuvo perfecto durante toda la velada.
Tras la primera gran ovación de la noche, es el turno de la riffera "¿Que Hice Mal?" , donde destacan los juegos vocales de Carlos mezclados con los ritmos entrecortados de guitarra, con unos músicos a los que se les ve disfrutar, pues no paran de hacerse bromas entre ellos. Es Antonio Bernardini, muy comunicativo durante toda la noche, el encargado de introducirnos "Condenado" con su peculiar sonido de guitarra, dando paso a uno de los temas más cañeros de toda la noche pese a su melódico estribillo , que hizo subir la temperatura de la sala.
El ambiento no decayó a pesar de las voces susurrantes en el principio de "La Duda", que nos muestra una banda en plena madurez capaz de llenar los silencios de la canción haciendo complice al público, manteniendo la tensión hasta llegar a la contundente parte final donde vuelve a destacar la roja batería de Manu Reyes. Nuevamente Antonio se dirige a nosotros hablando de la importancía de Therapy en el sonido de la banda para posteriormente abalanzarse sobre una rápida y contundente versión de "Si".
Los ritmos espesos y envolventes vuelven a tomar el escenario con el retumbante bajo de Carlos en la enrrevesada "Caida Libre", que vuelve a alternar partes lentas con otras más movidas donde el público se hace sentir notablemente. Todos sabemos que se acerca el final y un grito de aprobación explota al reconocerse el riff de "Predicador" que nos deja la imagen de Jorge Escobedo tocando la guitarra encima del público, mientras Carlos pide el apoyo con las palmas antes de un final intenso y una ovación final.
"Lluvía de Dolor", con su dura letra es de las que más puños levanta, con la gente bailando, disfrutando, apurando los ultimos cartuchos antes del final de la actuación.
Ante la insistencia del públlico Sober vuelve a tomar el escenario, para improvisar un poco de blues, entre Antonio y Jorge, antes de atacar con "Diez Años" de "Paradysso" que pone nuevamente a la sala a botar con su potente riff de guitarra, que deja paso a "Hombre De Hielo" con todo el público acompañando en los coros, dejando claro la fidelidad de su audiencia.Un pequeño amago sirve para que la gente empiece a cantar "Arrepentido", antes del contundente inicio, que vuelve a poner a toda la sala a dar saltos convertida en un karaoke masivo.
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A pesar de ser esta una velada dedicada al recuerdo no faltaron 2 de las piezas más recientes de su discografía para cerrar el show, "La Araña" conducida por los potentes guitarrazos de Jorge y que pertenece a su último disco "Superbia",y "Sombras" extraido del recopilatorio "De Aqui A La Eternindad" con el que pusieron punto y final, a una noche de nostalgia donde el público fue parte importante del espectaculo ofrecido.
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