En
numerosas ocasiones con la vorágine del día a día, con múltiples lanzamientos
discográficos y infinidad de grupos emergentes, es fácil, que acaben pasando
desapercibidos algunos trabajos que realmente merecen mucho la pena. Suru es
una banda de Guadalajara que se formó en 2008 gracias a la unión del cantante Álvaro
Malta y el guitarrista Rubén Nogueira, entre ambos, poco a poco, fueron dando
forma, junto a la colaboración de los diferentes músicos que fueron pasando por
la banda, la personal y curiosa propuesta de la banda, que en la actualidad se
ve completada por Adrián Hidalgo a la guitarra y por la base rítmica
que forman Juanma Viñas al bajo y Víctor Martínez a la batería.
Grabado
en su propio local de ensayo con la colaboración de Raúl Casarrubios en los
controles, Suru han conseguido facturar un material de difícil clasificación,
que se mueve a medio camino entre el death metal melódico, con algunas
pinceladas góticas, y el thrash metal más agresivo, todo ello en unos temas muy
trabajados en donde de forma muy natural son capaces de pasar de las guitarras
y voces limpias a partes realmente cañeras, junto a unos buenos arreglos que
conforman su estilo, algo que ellos denominan Brutal Goth.
Teniendo en cuenta que el propio nombre de la banda Suru,
quiere decir tristeza en finlandés, no es difícil suponer que este “Catharsis”,
va estar repleto de temas con una ambientación melancólica, que puede llegar a
recordar a bandas como Paradise Lost, Crematory, o muy especialmente a los
portugueses Moonspell.
Una
vez expuesto todo lo anterior simplemente hay que pulsar el play de nuestro
reproductor y dejarnos arrastrar al universo de Suru, para ponernos en
situación la intro repleta de sonidos de cuervos que marca el inicio de
“Catharsis”. “Lost Illusion”, se abre con las incisivas guitarras respondiendo
a los toques de batería, para dejar paso al rugido de Álvaro que lidera un tema
repleto de thrash metal en su inicio en el que la voz y en especial el ritmo
recuerda a los brasileños Sepultura, pero en donde la entrada de los
teclados deja paso a las dramáticas voces limpias que dan al corte ese aire gótico,
que se alterna con la tormenta sónica que suponen las voces guturales, que son
las que predominan en este primer corte junto a las guitarras densas y
salvajes.
Los
teclados iniciales de “The Emptiness”, son los encargados de sumergirnos en
esas atmosferas melancólicas donde el potente death metal inicial cede el
protagonismo a las tesituras vocales limpias de un Álvaro Malta que sorprende
con su tonalidad potente y profunda, junto al excelente trabajo de Rubén Y Adrián
a las guitarras que dan forma a un corte plagado de death metal melódico donde
las intensas guitarras rítmicas recuerdan a los británicos Paradise Lost,
mientras las voces limpias y guturales se entremezclan durante la recta final.
Aunque durante todo este “Catharsis”, lo que destaca es la complejidad de unos
temas muy trabajados, a los que se nota que Suru han dado muchas vueltas,
logrando introducir elementos melódicos y góticos en su propuesta, lo cierto es
que también encontramos temas duros, potentes y directos, como el genial “In
Your Face”, un incisivo puñetazo sonoro en el que han decidido concentrarse en
la agresividad más extrema sin dar ninguna concesión a la melodía, olvidándose
totalmente de las voces limpias, para concentrarse en su faceta más visceral,
en un corte donde han contado con la colaboración de Tuomas Saukkonen de Before
The Dawn.
Si
“In Your Face”, representaba la cara más contundente y agresiva de “Catharsis”,
en “We Are The Fallen”, los de Guadalajara, consiguen transportarnos desde los
tranquilos valles que crean las guitarras acústicas y las voces limpias,
sonando sin distorsión, con un estribillo pegadizo y efectivo, a las cumbres
tormentosas plagadas de cortantes riffs de guitarra, con la contundente base
rítmica aportando todo el dramatismo y visceralidad en un corte muy completo,
con una estructura muy trabajada, en el que las melodías vocales y de guitarra
se erigen como las máximas protagonistas. Una de las características
primordiales de "Catharsis”, es sin duda, su dualidad, es decir, la
facilidad y soltura con la que Suru saben desenvolverse en diferentes estilos y
sonoridades, y después de someternos a auténticas ráfagas thrash/ death
metaleras, en “Dark Passion” nos encontramos con una pieza, en la que la
distorsión apenas hace acto de presencia, con las guitarras acústicas
conduciendo un corte de aire melancólico y gótico, donde la intensidad viene
dado por las subidas vocales de Álvaro Malta, siempre atacando las letras con
una voz limpia y cristalina, llena de matices, junto a unos excelentes arreglos
que dan esplendor a está fantástica pieza que poca relación guarda con el death
metal que proponen en otras de sus piezas.
De
vuelta a los sonidos más contundentes, las guitarras más agresivas son
rescatadas para el inicio de “Sacrifice In Vain”, un tema complejo en el que
vuelven a sucederse los cambios bruscos de ritmo y sonoridad, donde Suru
son capaces de pasar de forma natural, y sin que parezca forzado en ningún
momento, de partes melódicas a las más crudas y salvajes, con las voces
guturales y limpias coincidiendo en algunos momentos, creando un juego sonoro
muy logrado. “Death Angel”, conserva ese toque gótico que aporta un discreto
teclado que acompaña al tema dándole esas pinceladas dramáticas que se verán
reforzadas por las subidas de intensidad en las partes más afiladas, para
facturar un corte que va creciendo progresivamente, con las guitarras, en esta
ocasión, sonando con afinaciones agudas, dando al corte una sonoridad muy
actual.
Con
“My World y “In Life & Death”, Suru vuelven nuevamente a los terrenos
más agresivos, con un ritmo machacón y contundente, con las voces mostrándose
mucho más cercanas al death metal más potente, pero sin olvidar esas pequeñas
incursiones melódicas que a estas alturas del disco se han convertido en seña
de identidad de la banda, y que en el caso de “In Life & Death” se
ven reforzadas por los teclados y un excelente solo de guitarra que se ve
acompañado por la envolvente batería de Víctor Martínez que consigue transmitir
una gran intensidad con su instrumento.
En
resumen una excelente carta de presentación para una banda valiente, que ha
conseguido plasmar en su debut sus múltiples influencias, aportando unos temas
muy trabajados, que suenan originales y a los que han logrado dotar de una
identidad propia, consiguiendo crear un sonido muy personal, fácilmente
reconocible y que les augura un futuro muy prometedor.