Es
quizás ahora, con la aparición de una nueva hornada de bandas que reivindican
el sonido del thrash metal más clásico, cuando algunas formaciones, que pese a
atesorar una gran calidad técnica y composiciones brillantes, como fue el caso
de Heretic, deciden volver al primer plano de la actualidad discográfica, para
reclamar su status de banda de culto, que en algunos casos, ha llegado a caer
en el olvido, engullidos por el paso de tiempo. Directamente hermanados con
bandas como Metal Church o Reverend, Heretic compartieron no solo influencias,
sino también escenarios con algunas de las bandas consideradas clásicas de una
escena que fue perdiendo fuelle poco a poco con la entrada de la década de los
90, dejando únicamente unos cuantos nombres que han sobrevivido hasta nuestros
días.
Formados
inicialmente en 1985 su debut discográfico se produjo en el recopilatorio Metal
Massacre Vol.7, gracias al cual, y tras incorporar al vocalista Julián Méndez
que sustituyo a Mike Torres, grabaron su primer EP titulado “Torture Knows No
Boundary”. Tras la edición del EP, Méndez fue reemplazado por Mike Howe, con
quien grabaron su primer disco titulado, “The Breaking Point” en 1988, pero el
disco no obtuvo la repercusión esperada y la banda acabo desintegrándose,
uniéndose Howe a Metal Church, mientras el guitarrista Brian Korban unía
esfuerzos con el vocalista David Wayne en una nueva aventura bajo el nombre de
Reverend.
Dos
décadas después de que su antiguo sello Metal Blade pusiera en circulación su
recopilatorio “Don´t Turn Your Back!! & Breaking Point” en 1991, el
guitarrista Brian Korban decidió ponerse en contacto con el vocalista Julián Méndez
para reflotar la banda, contando para
esta nueva andadura con el guitarrista de Hirax Glenn Rogers, el bajista Ángelo
Espino y el joven batería Ignazio Coppola, juntos han conseguido rescatar la
esencia de ese sonido crudo, tan característico de la escena thrash metalera de
mitad de los 80, facturando unos temas potentes e intensos, que para nada
suenan como un mero ejercicio de revival, y en los que se muestran en plena
forma de cara a esta segunda intentona.
Pese
a no ser un trabajo conceptual al uso, lo cierto es que la temática de la
mayoría de las canciones que se incluyen en este nuevo trabajo de Heretic,
tienen un marcado aire pesimista y hasta cierto punto apocalíptico, es por ello
que ya desde un primer momento las guitarras se encargan de marcar el inicio
inquietante de “The Divine Inquisition”, poniéndonos en situación a modo de
intro, con una atmosfera densa, para
dejar paso, rápidamente a la batería del joven Ignazio Coppola, que será el
encargado de introducir el trepidante ritmo de “Tomorrow´s Plague”, una pieza
en la que Heretic, muestran sus señas de identidad, en un tema rudo, con
guitarras crujientes y cortantes, que recupera la sonoridad del power metal
americano, con unos estribillos rápidos y pegadizos, dando dinamismo a un tema
en el que se suceden los cambios de ritmo y donde la voz de Julián Méndez,
demuestra, que pese al tiempo transcurrido, sigue sonando igual de potente que
antaño, y en el que no dejan de
lado los latigazos sonoros
protagonizados por ambos guitarristas, que aportan con su velocidad, ese guiño
al thrash metal de la Bay
Arena. La base rítmica sigue siendo el motor que mueve
“Betrayed”, una pieza de auténtico heavy metal, donde Heretic sacan a relucir
sus influencias más clásicas, en un corte contundente en el que se muestran
intensos, dejando que progresivamente el tempo de la canción se vaya acelerando
hasta transformarse en un autentica muralla sónica.
Con
un toque bastante más oscuro y con las guitarras sonando envolventes, con mucho
groove, se inicia “Remain”, en la que Julián Méndez muestra un tono inicial más teatral, que
rápidamente dejará paso a su habitual tono más combativo y rasgado, dando forma
a un corte, en el que se nota la influencia de Black Sabbath, creando un corte
intenso y cadencioso, en el que las guitarras van ganando protagonismo hasta
convertirlo en un trallazo rápido y letal, con una recta final trepidante en el
que la batería Ignazio Coppola lidera el brutal tramo final. La velocidad no se
detiene en la canción que da nombre a este “A Time Of Crisis”, un corte
directo, con mucho ritmo, que posee un estribillo ascendente y combativo, junto
a una letra con un marcado carácter apocalíptico, que ambienta perfectamente la
sonoridad cruda que marcan los veloces riffs de guitarra junto a una atronadora
base rítmica, que te hará mover la cabeza como un poseso haciéndote desengrasar
las vertebras.
Si
tuviéramos que definir el sonido de Heretic, catalogarlos como una banda de
thrash metal, no haría justicia con ellos, ya que aunque la mayoría del
material que han facturado para “A Time Of Crisis”, es rápido y contundente, lo
cierto es que también saben moverse como pez en el agua, en tempos más
comedidos, como en el caso de “For Your Faith”, donde renuncian a la velocidad pero sin perder en ningún momento la
potencia, dejándose llevar por la contundencia propia de bandas como Sacred
Reich o Armored Saint, pero dando a las guitarras un toque progresivo muy
interesante, creando un corte donde aparecen los coros en la parte final. Los
ritmos más directos y machacones son los protagonistas de la combativa y
reivindicativa “Raise Your Fist”, un tema con un estribillo muy marcado, donde
las guitarras se muestran efectivas,
protagonizando unos solos en los que ambos hachas se doblan, consiguiendo
imprimir una velocidad de vértigo que contrasta con el aplomo y contundencia de
la base rítmica y los gritos desgarradores de un Julián Méndez que lleva sus
cuerdas vocales hasta el límite dando potencia al corte.
Los
componentes de Heretic, pertenecen a esa generación de músicos que se formaron
escuchando los trabajos más clásicos de Motorhead, y es en la dupla que
conforman “Heretic” y “Child Of War”, donde más claramente puede percibirse esa
influencia del Sr. Kilmister y cía, en un par de cortes muy directos, con un
sonido atronador y un ritmo trepidante en el que las guitarras escupen riffs
sucios a velocidades supersónica, mientras el retumbante bajo de Ángelo Espino
suena rotundo y penetrante, creando esa sonoridad tosca tan característica en
los temas del trío más famoso de la escena metálica, redondeando dos piezas que
harán las delicias de los seguidores del thrash metal más directo y sucio con
su invitación a moverse sin parar haciendo pogo.
Después
de un par de temas veloces en “Police State”, la banda decide bajar un poco las
revoluciones, facturando un tema cargado de guitarras, donde la mejor
definición que se puede hacer, viene dada por la palabra intensidad, con la
banda sonando como una maquina devastadora de hacer metal, con unos buenos
arreglos de guitarra y un sonido que puede llegar a recordar al material que
los neoyorkinos Anthrax facturaron a principios de la década de los 90. Mucho
más oscuro y inquietante resulta el inicio de “The End Of The World”, con las
guitarras dibujando electrizantes melodías que contrastan con la acelerada base
rítmica, en una pieza de clásico thrash metal, con Julián Méndez alargando la
parte final de cada estrofa mientras el tema toma un inminente cariz épico.
Después
de someter nuestros atormentados
tímpanos a semejante descarga de decibelios, Heretic cierran “A Time Of
Crisis”, con la pieza instrumental “Let Me Begin Again”, que recupera el sabor
de aquellas power-ballads que aparecían en los discos clásicos de thrash metal
de los 80, con unas guitarras limpias y técnicas que elaboran cuidados solos
que se confunden con la melodía principal del tema, dando buena cuenta de la
capacidad técnica y compositiva de la formación.
“A
time Of Crisis”, marca la vuelta al ruedo de una formación que en su momento no
consiguió despuntar y salir del underground americano, y que ahora, dudo que
pueda conseguirlo, en cualquier caso este trabajo, contiene algunas piezas de
poderoso thrash metal “old school”, que no dejaran indiferentes a los
seguidores más veteranos de este estilo musical y ayudará a las nuevas generaciones a conocer
las raíces de un estilo que en estos días parece estar viviendo una segunda juventud.
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