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jueves, 9 de agosto de 2012

HERETIC-A TIME OF CRISIS



Es quizás ahora, con la aparición de una nueva hornada de bandas que reivindican el sonido del thrash metal más clásico, cuando algunas formaciones, que pese a atesorar una gran calidad técnica y composiciones brillantes, como fue el caso de Heretic, deciden volver al primer plano de la actualidad discográfica, para reclamar su status de banda de culto, que en algunos casos, ha llegado a caer en el olvido, engullidos por el paso de tiempo. Directamente hermanados con bandas como Metal Church o Reverend, Heretic compartieron no solo influencias, sino también escenarios con algunas de las bandas consideradas clásicas de una escena que fue perdiendo fuelle poco a poco con la entrada de la década de los 90, dejando únicamente unos cuantos nombres que han sobrevivido hasta nuestros días.

Formados inicialmente en 1985 su debut discográfico se produjo en el recopilatorio Metal Massacre Vol.7, gracias al cual, y tras incorporar al vocalista Julián Méndez que sustituyo a Mike Torres, grabaron su primer EP titulado “Torture Knows No Boundary”. Tras la edición del EP, Méndez fue reemplazado por Mike Howe, con quien grabaron su primer disco titulado, “The Breaking Point” en 1988, pero el disco no obtuvo la repercusión esperada y la banda acabo desintegrándose, uniéndose Howe a Metal Church, mientras el guitarrista Brian Korban unía esfuerzos con el vocalista David Wayne en una nueva aventura bajo el nombre de Reverend.

Dos décadas después de que su antiguo sello Metal Blade pusiera en circulación su recopilatorio “Don´t Turn Your Back!! & Breaking Point” en 1991, el guitarrista Brian Korban decidió ponerse en contacto con el vocalista Julián Méndez para reflotar  la banda, contando para esta nueva andadura con el guitarrista de Hirax Glenn Rogers, el bajista Ángelo Espino y el joven batería Ignazio Coppola, juntos han conseguido rescatar la esencia de ese sonido crudo, tan característico de la escena thrash metalera de mitad de los 80, facturando unos temas potentes e intensos, que para nada suenan como un mero ejercicio de  revival, y en los que se muestran en plena forma de cara a esta segunda intentona.

Pese a no ser un trabajo conceptual al uso, lo cierto es que la temática de la mayoría de las canciones que se incluyen en este nuevo trabajo de Heretic, tienen un marcado aire pesimista y hasta cierto punto apocalíptico, es por ello que ya desde un primer momento las guitarras se encargan de marcar el inicio inquietante de “The Divine Inquisition”, poniéndonos en situación a modo de intro, con  una atmosfera densa, para dejar paso, rápidamente a la batería del joven Ignazio Coppola, que será el encargado de introducir el trepidante ritmo de “Tomorrow´s Plague”, una pieza en la que Heretic, muestran sus señas de identidad, en un tema rudo, con guitarras crujientes y cortantes, que recupera la sonoridad del power metal americano, con unos estribillos rápidos y pegadizos, dando dinamismo a un tema en el que se suceden los cambios de ritmo y donde la voz de Julián Méndez, demuestra, que pese al tiempo transcurrido, sigue sonando igual de potente que antaño, y en el que no  dejan de lado  los latigazos sonoros protagonizados por ambos guitarristas, que aportan con su velocidad, ese guiño al thrash metal de la Bay Arena. La base rítmica sigue siendo el motor que mueve “Betrayed”, una pieza de auténtico heavy metal, donde Heretic sacan a relucir sus influencias más clásicas, en un corte contundente en el que se muestran intensos, dejando que progresivamente el tempo de la canción se vaya acelerando hasta transformarse en un autentica muralla sónica.

Con un toque bastante más oscuro y con las guitarras sonando envolventes, con mucho groove, se inicia “Remain”, en la que Julián Méndez  muestra un tono inicial más teatral, que rápidamente dejará paso a su habitual tono más combativo y rasgado, dando forma a un corte, en el que se nota la influencia de Black Sabbath, creando un corte intenso y cadencioso, en el que las guitarras van ganando protagonismo hasta convertirlo en un trallazo rápido y letal, con una recta final trepidante en el que la batería Ignazio Coppola lidera el brutal tramo final. La velocidad no se detiene en la canción que da nombre a este “A Time Of Crisis”, un corte directo, con mucho ritmo, que posee un estribillo ascendente y combativo, junto a una letra con un marcado carácter apocalíptico, que ambienta perfectamente la sonoridad cruda que marcan los veloces riffs de guitarra junto a una atronadora base rítmica, que te hará mover la cabeza como un poseso haciéndote desengrasar las vertebras.

Si tuviéramos que definir el sonido de Heretic, catalogarlos como una banda de thrash metal, no haría justicia con ellos, ya que aunque la mayoría del material que han facturado para “A Time Of Crisis”, es rápido y contundente, lo cierto es que también saben moverse como pez en el agua, en tempos más comedidos, como en el caso de  “For Your Faith”, donde renuncian a la velocidad pero sin perder en ningún momento la potencia, dejándose llevar por la contundencia propia de bandas como Sacred Reich o Armored Saint, pero dando a las guitarras un toque progresivo muy interesante, creando un corte donde aparecen los coros en la parte final. Los ritmos más directos y machacones son los protagonistas de la combativa y reivindicativa “Raise Your Fist”, un tema con un estribillo muy marcado, donde las guitarras se muestran  efectivas, protagonizando unos solos en los que ambos hachas se doblan, consiguiendo imprimir una velocidad de vértigo que contrasta con el aplomo y contundencia de la base rítmica y los gritos desgarradores de un Julián Méndez que lleva sus cuerdas vocales hasta el límite dando potencia al corte.

Los componentes de Heretic, pertenecen a esa generación de músicos que se formaron escuchando los trabajos más clásicos de Motorhead, y es en la dupla que conforman “Heretic” y “Child Of War”, donde más claramente puede percibirse esa influencia del Sr. Kilmister y cía, en un par de cortes muy directos, con un sonido atronador y un ritmo trepidante en el que las guitarras escupen riffs sucios a velocidades supersónica, mientras el retumbante bajo de Ángelo Espino suena rotundo y penetrante, creando esa sonoridad tosca tan característica en los temas del trío más famoso de la escena metálica, redondeando dos piezas que harán las delicias de los seguidores del thrash metal más directo y sucio con su invitación a moverse sin parar haciendo pogo.

Después de un par de temas veloces en “Police State”, la banda decide bajar un poco las revoluciones, facturando un tema cargado de guitarras, donde la mejor definición que se puede hacer, viene dada por la palabra intensidad, con la banda sonando como una maquina devastadora de hacer metal, con unos buenos arreglos de guitarra y un sonido que puede llegar a recordar al material que los neoyorkinos Anthrax facturaron a principios de la década de los 90. Mucho más oscuro y inquietante resulta el inicio de “The End Of The World”, con las guitarras dibujando electrizantes melodías que contrastan con la acelerada base rítmica, en una pieza de clásico thrash metal, con Julián Méndez alargando la parte final de cada estrofa mientras el tema toma un inminente cariz épico.

Después de someter  nuestros atormentados tímpanos a semejante descarga de decibelios, Heretic cierran “A Time Of Crisis”, con la pieza instrumental “Let Me Begin Again”, que recupera el sabor de aquellas power-ballads que aparecían en los discos clásicos de thrash metal de los 80, con unas guitarras limpias y técnicas que elaboran cuidados solos que se confunden con la melodía principal del tema, dando buena cuenta de la capacidad técnica y compositiva de la formación.

“A time Of Crisis”, marca la vuelta al ruedo de una formación que en su momento no consiguió despuntar y salir del underground americano, y que ahora, dudo que pueda conseguirlo, en cualquier caso este trabajo, contiene algunas piezas de poderoso thrash metal “old school”, que no dejaran indiferentes a los seguidores más veteranos de este estilo musical y  ayudará a las nuevas generaciones a conocer las raíces de un estilo que en estos días parece estar viviendo una segunda juventud.



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