miércoles, 5 de septiembre de 2012

BLACK MAJESTY-STARGAZER



Quinto álbum de los australianos Black Majesty, una de las formaciones insignia dentro del metal melódico en el país de los canguros. Formados en 2002, el combo se vio obligado a cambiar de nombre en un par de ocasiones, pero curiosamente la alineación del grupo no ha sufrido apenas cambios desde el inicio de su carrera musical, lo que ha supuesto, que cada uno de sus trabajos haya sido más maduro, consiguiendo siempre superar a su predecesor. Si ya en su anterior “In Your Honour” de 2010, los australianos apuntaban muy buenas maneras, en este “Stargazer”, la banda ha conseguido facturar su trabajo más completo hasta la fecha, consiguiendo imprimir algo más de dureza a sus composiciones, sin renunciar a ese toque a lo Helloween que siempre les ha caracterizado y que se ve aumentado gracias a la mezcla y masterización de Roland Grapow (Masterplan)

“Stargazer”, se abre con una curiosa introducción, que forma parte de la inicial “Falling”, que empieza con las guitarras melódicas, para poco a poco, dejar espacio a la cálida  voz de John Cavaliere que dará inicio a un corte, al que se le irán sumando el resto de los instrumentos, destacando especialmente los teclados de Hanny Mohamed, que se fundirán en una dupla intensa y melódica con las guitarras de Stevie Janevski, para dar forma a un corte en donde la voz de Cavaliere va subiendo de tono, hasta desembocar en una pieza que guarda ciertas similitudes con los cortes más clásicos de Kamelot y en el que nos encontramos unos rápidos fraseos de guitarra que  interpretan melodías que en muchos casos llegan a doblarse, para entrar en la parte final del corte, donde la poderosa batería será la encargada de comandar el veloz ritmo del estribillo. El power metal de corte más melódico es la seña de identidad de Black Majesty, y como prueba de ello en “Lost Horizon”, nos encontramos algunas líneas vocales que parecen directamente sacadas de los discos que Tobias Sammet público con Avantasia, conteniendo esas subidas de tono tan características, que nos muestran la calidad vocal de un John Cavaliere, que no tiene ningún problema en alcanzar notas altísimas durante el estribillo.

Desde el inicio con las guitarras sonando rápidas y veloces, junto a la voz de Cavaliere volando sobre las estrofas “Voice Of Change”, guarda ese regustillo al material más clásico de Helloween, durante su época de mayor esplendor con Michael Kiske al frente, un corte donde la velocidad es la principal característica junto a unas fantásticas notas agudas en un estribillo muy pegadizo, con los acordes sostenidos de guitara y el incesante baqueteo de un fenomenal Pavel Konvalinka, que dejara paso al fantástico duelo entre ambos guitarristas. Con una estructura menos obvia, en la que tienen cabida los cambios de ritmo junto a alguna pincelada de tinte más progresivo “Killing Hand”, que suena rotundo, gracias en gran medida al denso sonido de las guitarras rítmicas, que aportan esos poderosos riffs, que consiguen dar cuerpo a un tema donde vuelve a ser crucial la labor tras los tambores de Pavel Konvalinka dando contundencia a un corte donde tienen cabida las voces filtradas y las melodías dobladas de guitarra.

“Journey To The Soul”, representa el primer corte, donde Black Majesty, bajan deliberadamente la velocidad, lo que no significa una pérdida de intensidad en su sonido, ya que aunque en líneas generales, el corte suena mucho más melódico, seguimos encontrando algún rápido fraseo guitarrero en la segunda parte del tema, que rápidamente retorna a la estructura general del corte. Otra clara muestra de cómo Helloween han influenciado el sonido de Black Majesty es “Holy Killers”, una canción muy prototípica del power metal de los 90, con esos riffs veloces que conducen el tema a ritmo de cabalgada, hasta la llegada del pegadizo estribillo en el que el doble bombo de la batería hace subir la intensidad, aportando contundencia y dinamismo.

El piano es el encargado de abrir “Symphony Of Death”, junto a la  voz de Cavaliere, a la que se irán sumando los teclados, dando al tema un toque épico, que se verá reforzado con la entrada del riff galopante, que dará forma a un up-tempo intenso, que alcanzará cuotas destacadas de dramatismo con la entrada del estribillo, gracias a sus altísimas notas, en unas muy cuidadas líneas vocales, y al excelente intercambio solista entre Steve Janevski y Hanny Mohamed. El doble bombo y las guitarras ágiles y directas vuelven a marcar la pauta en el inicio de “Edge Of The World”, una nueva oda al power metal más característico, en el que la machacona batería, vuelve a ser el motor de una composición, donde vuelven a tener cabida las grandes dosis de melodía, gracias a la conjunción entre los  teclados y los rápidos fraseos de guitarra, a lo que hay que sumar unas líneas vocales que inevitablemente vuelven a recordarnos al gran Michael Kiske.

El tema que da nombre a este trabajo “Stargazer”, contiene un sonido majestuoso en el inicio, que concede al tema ese aire a corte medieval que rápidamente dejará paso a un poderoso medio tiempo en el que se suceden los cambios de ritmo y ambientación, consiguiendo crear un tema complejo y completo, donde destaca la rotundidad del estribillo y las voces dobladas que aparecen  antes de dejar paso a un amplio pasaje instrumental, con un cierto aire progresivo. Para despedir el álbum, Black Majesty han optado por incluir a modo de bonus track “Shine”, una balada acústica, que nos permite apreciar todos los matices de la voz de John Cavaliere, en una sentida interpretación, que sirve para poner el broche de oro a una descarga brutal del mejor power metal melódico.

Queda claro que Black Majesty no han inventado nada nuevo con “Stargazer”, pero para ser justos, hay que admitir, que su nuevo disco, supera de largo a todos sus lanzamientos anteriores, así que si eres amante de los Helloween más clásicos y del power metal melódico de los años 90, tienes una cita obligada con este “Stargazer”, si es así, dale una oportunidad porque seguro que no te va a defraudar.


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