La aventura que emprendiera en
solitario el guitarrista Mario Cano,
parece que con el paso del tiempo, se ha ido consolidando. Después de la edición de su demo en 2007, “Seeds Of Hate”, en la que
Sergio “Kaiser”, se encargó de las voces y la programación de las baterías, y la posterior publicación en 2010 de su primer EP, ya con la
inclusión de Manolo (Nolorch) a las guitarras rítmicas y Gerardo en la batería,
que llevo por título el explícito “Thrash
Till Death… Metal For Life”, y que les sirvió para compartir escenario con
bandas como Tankard o Onslaught, es a
principios de 2012, cuando el núcleo de la formación se completa definitivamente
con la incorporación de Percy al bajo, decidiéndose a entrar en los Anhell Studios para dar forma a
su primer disco grande “King Of Hell”, contando con la colaboración en los controles
de Angel Muñoz y encargándose del diseño gráfico de la portada Juanjo Castellano .
“King Of Hell”, es una
colección de temas, en los que Roar nos
ofrecen una ración de furioso thrash metal “old school”, en el que se conjugan,
la fuerza y contundencia de las guitarras, con unas bases de ritmo demoledoras,
todo ello aderezado con unas voces rasgadas y agresivas junto a unos coros
potentes, cortos y pegadizos, dando como
resultado una propuesta que de inmediato
nos transporta a la época dorada del thrash metal europeo, una época donde
bandas como Destruction o Kreator dominaban la escena. Pero no hay que llamarse
a engaño, Roar no son únicamente una formación capaz de atronar nuestros tímpanos
con su contundencia sonora, también saben aportar esas dosis técnicas,
especialmente en las escalas rápidas y
majestuosas que aporta su guitarrista y principal compositor Mario Cano.
El disco arranca con la intro
“A call To Arms”, con las guitarras de apertura escupiendo melodías más propias
del metal más tradicional, que rápidamente dejaran paso a los fraseos
incendiarios de “In The Name Of God”, donde Roar muestran todo su potencial en
forma de riffs rápidos y malévolos, ideales para mover la cabeza
frenéticamente, dejando claro desde los primeros instantes, que los suyo es el
metal incisivo a velocidad de infarto, en el que tienen cabida los cambios de
ritmo marcados por los redobles de batería, junto a una voz cruda y afilada que
por momentos consigue sonar desesperada, consiguiendo dar forma a un tema
directo y aditivo, con un final trepidante y acelerado. Si en el tema anterior,
se podría decir, que era claramente reconocible la influencia del thrash metal
europeo más clásico, en “Die With Dishonor” nos encontramos con ese regusto al
thash americano de la Bay Arena, con esos riff envolventes y penetrantes, que
te vuelan la cabeza, antes de la entradas
de los coros, que aportan dinamismo a un corte en el que los cambios de
ritmo no son tan marcados, y en donde destaca la mayor aportación técnica durante los solos
de guitarra, mientras la voz de Kaiser consigue sonar demoledora en el final de
cada una de las estrofas con esos gritos guerreros y rasgados.
El increscendo de la batería
marca el inicio de “The Sleeping Giant”, un tema en el que la intensidad es la auténtica
protagonista, con un aire más oscuro y con mayor presencia de los coros, que reclaman su cuota de protagonismo,
durante el desarrollo de un tema donde destaca la contundencia de la base
rítmica formada por Gerardo y Percy, una dupla que suena precisa y aplastante durante la primera parte
del tema, para ceder posteriormente el testigo a Mario Cano que dibujará escalas
veloces e incendiarias sobre su mástil, dando al corte una orientación
speed metalera. “Metal Or Death”, pasa por ser uno de los cortes que mejor
podría definir la propuesta de Roar, toda una declaración de principios, con un inicio brutal, con las voces de Kaiser
doblándose, antes de dejar paso a los riffs veloces de guitarra, que se ven
acompañados por las aceleraciones de batería, lideradas por el doble bombo, y
donde han incluido unos estribillos pegadizos y guerreros junto a un técnico
solo de guitarra que recupera la esencia de las melodías más heavy metaleras.
Cabe destacar que el ultimo corte que se incluye en este “King Of Hell”, es una
versión alternativa de “Metal Or Death”, en el que colaboran Patillas de
Omission, Samuel de Agresiva , Juan Carlos de Metal Legion y Greñas de
Wolfencross.
A pesar de que la velocidad no
se detiene en el inicio de “We Are Roar”, los riffs, en esta ocasión, son más
hard roqueros, pero están tocados a una velocidad endiablada, consiguiendo dar
al corte un regustillo y ambiente especial, pero sin perder, en ningún momento,
su personalidad, un corte que podríamos decir, que es más accesible, pero que conserva todo su filo metálico y
abrasivo, con las aportaciones vocales de Kaiser viéndose completadas por las
voces guturales. En una honda mucho más seminal y agresiva “Forces Of Evil”, un corte oscuro, con un
baqueteo constante, en el que las guitarras vuelven a sonar atronadoras
recordando a los mismísimos Slayer, con esos riffs afilados y cortantes,
redondeando uno de los cortes más rápidos del disco, con
Kaiser escupiendo sus textos con un registro más crujiente y
contundente.
A pesar de que la apuesta de
Roar esta inminente orientada hacia el thrash metal, hay auténticas perlas que
merecen mención especial y destacada, y una de ellas es “Dark Passanger”, en la
que Roar, son capaces de intercalar
fragmentos más propios del thrash metal con pinceladas black , con momentos en los que predominan los riffs con
influencias del metal más tradicional, como queda reflejado en las melodías de
guitarra que sirven de puente antes de entrar en la rotunda parte final, donde
se repite el estribillo volviendo al trepidante ritmo inicial. El baqueteo
contundente y machacón es el encargado de conducir el rotundo tema que da título
al álbum “King Of Hell” un corte extenso, en el que se vuelven a producir cambios de ritmos muy
marcados, junto a esos rápidos fraseos
de guitarra que denotan la potencia y agresividad que es capaz de transmitir el
quinteto madrileño, evidenciando, que en directo deben sonar realmente potentes
y convincentes.
Gratísima sorpresa la que ha
supuesto este primer disco que Roar se han marcado, un trabajo notable, con unos temas directos y
asesinos, a los que quizás, les falte un poco de brillo en la producción, pero
que en cualquier caso, nos muestran a una banda muy competente, con las ideas
muy claras, sobre cuál es su estilo y al
público al que se dirigen. Si te gusta el thrash metal con raíces clásicas no
los puedes dejar pasar.
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