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miércoles, 31 de octubre de 2012

KOMA-SALAMANDRA-BCN-26-OCT-2012




Después de más de quince años, editando discos muy destacados y recorriendo cada rincón de la  península, los navarros Koma, se enfrentan en este tramo final del año 2012, a uno de los momentos más importantes de su carrera, su carismático líder, el guitarrista y vocalista Brigido Duque, más conocido como “Brigi”, ha decidido abandonar a sus compañeros, para concentrarse en su  trabajo como   batería en la nueva aventura de “El Drogas”. A modo de despedida y como detalle  hacia sus fans, el cuarteto navarro ha decidido  embarcarse en una nueva gira, en la que se despide de manera oficial la formación original de la banda, interpretando un repertorio extenso y variado en el que quedan recogidos todos y cada uno de los siete trabajos de estudio que publico Koma,  una formación que hasta día de hoy se había mantenido estable e inamovible. 

Para este último concierto en la capital catalana, la sala escogida, fue el Salamandra, un local de mediano aforo que si bien no llego a llenarse completamente, sí que registro una buena entrada, dando al evento, el cariz y ambiente que requería una fecha tan  señalada como esta. Sin ninguna participación previa de teloneros y sin un escenario excesivamente decorado, simplemente un toldo detrás con el nombre de la banda, los navarros tomaban las tablas cuando pasaban algunos minutos de las 22,30 de la noche al ritmo de la primeriza “Tio Sam”, arrancando su actuación como una locomotora saliendo de la estación, cogiendo ritmo y velocidad gracias a la descarga de cortes como “Idiotas “ o la siempre divertida e irreverente “Imagínatelos Cagando”, que fue uno de los primeros temas, donde más intensamente se dejó sentir el público que esta noche  acompañaba a los navarros.
Desde los primeros compases de la actuación, pudo observarse, que pese a la decisión de Brigi de abandonar la formación, sigue habiendo muy buen rollo y una sintonía perfecta entre los  componentes de Koma, ya que fueron múltiples las ocasiones en  que Brigi se acercó a sus compañeros, especialmente a  Natxo Zabala, para marcarse algunos pasos de lo más divertido. Una de las características que siempre han diferenciado a los navarros de algunas de las bandas del panorama nacional, ha sido su versatilidad a la hora de mezclar diferentes estilos, pero sin perder nunca ese filo roquero y salvaje que hacen de sus temas unas composiciones rotundas y pegadizas, ideales para ser cantadas en directo, es por ello que algunas piezas como “El Catador de Vinagre”, o la preferida de la banda, la genial “Jipis”, sonaron enormes, gracias al coro ensordecedor de una audiencia que no dejo de moverse durante todo el concierto mostrándose muy metida en el show.
Otro de los puntos fuertes dentro del concierto de Koma, fue la acertada elección del repertorio, ya que durante las más de dos horas de show que nos ofrecieron, pudimos degustar temas de todos y cada uno de sus trabajos, sonando intercalados, viejos favoritos de la audiencia como “El Pobre” o “Caer”, temas que han calado entre su público, con otros de más nueva factura, como el vacilón “No Te lo Tomes A Mal” o “Me Vacio”, ambos pertenecientes a su más reciente lanzamiento “La Maldición Divina”,  que para nada hicieron bajar la intensidad del concierto, demostrando la buena aceptación y calado que ha tenido el material más reciente entre sus seguidores.
Tras una primera parte a ritmo de vértigo, en la que prácticamente el cuarteto no nos dio un segundo de tregua, encadenando una tras otra cada canción, llegaba, con el inicio cachondo, a ritmo de tango, cantado por Natxo, la divertida y original “El Muro de Berlín”, con la que pudimos coger un poco de aire, antes de sumergirnos de nuevo en el ritmo trepidante de la mano de “Pensamientos Fúnebres”, en la que Natxo, dejo su sello con un muy destacado solo de guitarra, mientras Brigi se situaba en el borde del escenario, dejando su guitarra a escasos centímetros de las primeras filas. Tal y como nos recordó el vocalista en un par de ocasiones, esta noche en el Salamandra, el calor era infernal, y más que subió la temperatura cuando el cuarteto empezó a machacar “Se Dónde vives”, en el que la gente volvió a hacerse cargo de los coros, para posteriormente enlazar el final con la pegadiza “Jack Queen Jack”.
Otro de los momentos destacados  de la noche, en el que se produjo una autentica comunión entre banda y público, fue con la rotunda “El Sonajero”, es curioso como material que podríamos decir reciente de Koma, tiene un gran calado entre muchos de sus fans, consiguiendo que algunos de los temas más novedosos de su catálogo, estén entre los más coreados de la noche. Poco a poco la noche iba ganando en intensidad y la siguiente en sacudirnos fue una contestaría “Protestante”, uno de los temas más coreados de su álbum “Sinónimo de Incordiar” de 2004. Todos los presentes teníamos ganas de fiesta, y eso se notó al dejarse oír las primeras notas del siempre simpático y divertido “Bienvenidos a Degüelto”, que puso a toda la sala patas arriba, convirtiendo la pista en un auténtico hervidero, con toda la pista levantando los brazos mientras cantaba la pegadiza tonadilla.
Si durante toda la actuación, los navarros se habían mostrado intratables y en un gran estado de forma, de cara a los bises nos prepararon un repertorio imparable, arrancando con el cañero y metálico “Menos Mal”, que sonó rotundo y poderoso, viéndose empalmado con el seguidísimo “Sakeo”, en el que nuevamente el público volvió a reclamar su papel protagonista  en los coros, haciendo prácticamente inaudible los instrumentos durante algunas partes de la canción. Para encarar la recta final del show, decidieron centrarse en sus dos primeros trabajos, y así sin previo aviso nos escupieron en la cara un apoteósico “El Marqués De Txorrapelada”, que se vio empalmado con el inevitable “Aquí Huele Como Que Han Fumao”, para rematarnos posteriormente con un letal y destructivo “Mi Jefe”, con nuevamente todo el público saltando y cantando en pleno estado de éxtasis, que no se detendría con la coreadísima “El Infarto”, que fue una de las mejor recibidas durante toda la noche. Y cuando parecía que todo se había terminado, los navarros nos dejaron su última píldora en forma de “La Almohada Cervical”, que se ha convertido en todo un clásico y una declaración de principios, tras la que el cuarteto decidió dar por terminada su actuación, abandonando el escenario lanzándose sobre su público, mientras el público pedía a gritos “Brigi Quédate”.
Una autentica lástima que una banda que se encuentra en un momento de forma espectacular, realizando unos conciertos sobresalientes, se tenga que enfrentar al difícil reto de cambiar a una de sus piezas básicas En cualquier caso, siempre podrán tirar de un gran repertorio, y de seguro que su elección para sustituir al carismático Brigi será  acertada, pero lo cierto es que la banda no será la misma sin el fornido guitarrista al frente. Mucha Suerte y Hasta pronto.


lunes, 29 de octubre de 2012

KILL RITUAL-THE SERPENTINE RITUAL






Integrados por miembros de bandas como Imagika, Eldritch o Death Angel, el nacimiento de la formación americana Kill Ritual, se remonta a finales del 2010 cuando los guitarristas Steven Rice y Roberto Proietti decidieron formar equipo con la base rítmica formada por Danyael Williams y Wayne DeVecchi para ponerse a escribir material junto al vocalista Josh Gibson para el que sería su disco debut, un álbum donde nos muestran su predilección por una clase de heavy metal muy contundente, con numerosos elementos que nos traen al recuerdo a bandas de la vieja escuela y en la que tienen cabida sonoridades y tempos propios de thrash metal más característico de la Bay Arena.
Con una producción contundente en la que han puesto especial esmero a la hora de cimentar una base rítmica dura y poderosa, muy del estilo de bandas como Annihilator o los Iced Earth más agresivos, este trabajo nos ofrece una colección de temas repletos de riffs aplastantes que te harán mover la cabeza si te dejas arrastrar por sus fraseos asesinos y sus enrevesados desarrollos solistas, que consiguen dar a cada una de las composiciones un aire netamente heavy metalero, pero sin dejar de lado, en ningún momento la velocidad ni la contundencia, alejando  su sonido de cualquier atisbo de comercialidad, en unos temas directos, de corta duración y que entran directos a la cabeza desde una primera escucha gracias a unos estribillos rotundos y pegadizos.
El tema que da título al álbum “The Serpentine Ritual”, es la pieza que abre el plástico, sumergiéndonos de lleno en una descarga netamente heavy metalera de la mano de una poderosísima base rítmica sobre la que los crujientes riffs de guitarra darán forma a un corte rotundo y arrollador, con la guitarra solista de Steven Rice dibujando fraseos técnicos y letales junto a la cortante voz de un Josh Gibson, que pese a no tener un registro excesivamente contundente, si consigue sonar de forma suficientemente convincente. Tras un inicio rocoso, con la segunda pieza “Torn Down”, llega el momento de mostrar su faceta más netamente thrashera, con la batería de Wayne DeVicchi, dando velocidad y contundencia a un corte rápido, con unos riffs cañeros e incisivos, que desembocaran en un amplio desarrollo instrumental con las guitarras de Steven Rice y Danyael Williams doblándose en  sus melodías, dando a la composición un aire de metal clásico, para posteriormente retornar a un  ritmo marcado y mosheante que inevitablemente nos trae al recuerdo a los Anthrax mas ochenteros.
Tirando de una base de ritmo demoledora arranca la incendiaria y explicita “TimeTo Kill” un corte que estilísticamente está más cerca del U.S. metal practicado por bandas como Flotsam & Jetsam, que del thrash metal más prototípico, en una composición acida y compacta con la voz de Josh Gibson sonando bastante más comedida y melódica, dejando espacio  a unos extensos desarrollos solistas donde Steven Rice se destapa como un rotundo guitarrista regalándonos unos solos técnicos y virtuosos que se enlazaran directamente con una contundente parte final dirigida por el grito guerrero del vocalista. Como una locomotora cogiendo velocidad arranca “Ambush”, un corrosivo medio tiempo liderado por unos riffs incisivos y poderosas melodías, con la voz de Josh Gibson sonando mucho más rasgada dando al tema un toque más rotundo e intenso, que le hace sonar plenamente furioso gracias a su sonido contemporáneo con las guitarras rítmicas machacando la melodía central del tema en segundo plano. 
Adentrándose en terrenos más seminales y casi a modo de declaración de intenciones, nos encontramos con la trepidante y agresiva “Old School Thrasher”, el que es quizás el corte más directo de todo el  álbum, una composición cañera y redonda, donde Kill Ritual, han llevado su estilo a la máxima expresión de la mano de unos riffs speedicios y crujientes, altamente aditivos a los que hay que añadir un estribillo fácil y directo, que esos que se quedan grabados tras un primera escucha, dando forma a todo un trallazo brutal que no está exento de técnica gracias a un nuevo alarde de virtuosismo de un inspirado Steven Rice. Con un inicio lento, con la guitara acompañando a Josh Gibson se abre la oscura “Coat Of Blood”, que nos transporta desde un inicio denso y pausado a una descarga cruda  y opresiva, con la batería de Wayne DeVicchi haciendo subir la intensidad del tema hasta dar forma a un medio tiempo agresivo y compacto, cargado de riffs cortantes y en el que se suceden los cambios de ritmo, dando a la composición un inminente aire épico que se ve reforzado gracias a las líneas vocales de Josh Gibson y las melódicas guitarras de las que se encargó Andy La Rocque, quien ha sido el responsable de mezclar el trabajo.
De vuelta a los ritmos más directos y arrolladores, “Cold Hard Floor”, una pieza pegadiza de un cortante y rotundo thrash n´roll, con Rice y Proietti machacando sus seis cuerdas de manera incesante durante el inicio para posteriormente sumergirnos en unos desarrollos más atmosféricos, navegando en unos tempos más pausados, que dejaran paso nuevamente al trepidante y contagiosos ritmo inicial. La aplastante base rítmica es la protagonista de “Law Of The Land”, llegando a alcanzar especial relevancia envuelta entre riffs arrolladores y concisos dando forma a un corte vibrante y speedico con la banda machacando sus instrumentos de forma magistral junto a unos rotundos coros que conducen el tema hacia una catarsis metálica con Josh Gibson apurando sus cuerdas vocales al máximo.
Adentrándose nuevamente en terrenos épicos, la apocalíptica “The day The World Dies”, una composición que va creciendo progresivamente, partiendo de un inicio melódico y ambiental, con las voces arrastradas, para adentrarse en un in crescendo sonoro que llegara a crear una robusta muralla sónica gracias a los crujientes riffs y a esa sonoridad cortante y agresiva que se ira acelerando con la entrada de los coros para desembocar en un final impregnado de una fuerza arrolladora y aplastante. “Prisioner Of The Flesh”, es quizás el tema con una estructura más lineal de todo el álbum, pero sigue conservando ese filo rotundo y aplastante, con una mayor gamma de registros empleados en las voces de  Josh Gibson, y un estribillo muy marcado que hace recordar a bandas como los canadienses Annihilator, por su bombardeante ritmo y sus vertiginosos riffs en forma de catarata, que se ven rematados por un solo rápido y técnico de Steven Rice.
El disco se cierra con el bonus track “My Neighborhood”, un corte con un ritmo diferente, bastante más encaminado hacia el metal tradicional, que incluye unas ráfagas con un mayor grado de  intensad durante los estribillos, pero que se sale de la tónica predominante durante todo este “The  Serpentine Ritual”, gracias a unas guitarras y efectos que le dan un toque más experimental.
Kill Ritual han facturado en este “The Serpentine Ritual”, un trabajo lleno de furia metálica, en unos temas a medio camino entre el metal más incisivo y el thrash metal de la Bay Arena, aportando unas composiciones repletas de riffs furiosos y afilados, junto a una aplastante base rítmica y unos solos de guitarra realmente letales, en los que se aúnan técnica y velocidad, todo ello completado con un efectivo vocalista, que si bien no tiene ni la consistencia de  Chuck Billy ni  la efusividad de Joey Belladonna, si se muestra lo suficientemente resolutivo a la hora de dar personalidad a cada uno de los temas que componen el álbum.




viernes, 26 de octubre de 2012

VIVID REMORSE+REEK-BE GOOD-BCN-19-OCT-2012




Coincidiendo con la salida de su segundo trabajo “Down To The Wire”, los catalanes Vivid Remorse, habían preparado una fiesta presentación en la sala Be Good de Barcelona, donde nos iban a deleitar con la interpretación de algunas de sus nuevas composiciones. En medio de un ambiente de lo más distendido, alrededor de un centenar de personas se dieron cita para calibrar en primera persona, que tal sonaban en directo las nuevas composiciones de un cuarteto,  que con su notable debut "The Seed Of Malaise" consiguió  captar la atención de todos los seguidores del thrash metal más corrosivo y contundente, gracias a una propuesta capaz de aunar a la perfección, las raíces más clásicas del genero con los sonidos más contemporáneo.
Los encargados de abrir la velada fueron Reek, una jovencísima banda del Valles Occidental con sólo un Ep publicado “Rubbish Though Your Veins”, que mostraron sobre las tablas un gran desparpajo, y sobre todo mucha actitud y ganas de dar a conocer unos temas muy influenciados por el thrash metal más cañero y furioso, con unas  interesantes pinceladas old-school,  protagonizadas por unos duelos solistas trepidantes y veloces, muy del estilo del thrash ochentero de la Bay Arena. Durante su actuación  intercalaron trallazos concisos y directos como “Bifaced”, con otros con más desarrollo, como la oscura “Hypochondriac” o la instrumental, con aires clásicos “Babidi  Resurrection”, en la que Oriol y Gerard intercambiaron  melodías guitarreras, consiguiendo una muy buena acogida, por parte de un público que venía dispuesto a hacer de la velada una reunión entre amigos. Otro corte que me llamo especialmente la atención fue el duro y crítico “Sons Of God, Sons Of The Church, Sons Of Bitches”, que caló bastante entre el público asistente, ya que Iván salió a cantar el tema  disfrazado de monja, ante el cachondeo general de los presentes.

También tuvieron tiempo para ofrecernos una pequeña muestra de su material más reciente,  en el que ahora mismo están trabajando, con la inicial “Rubbish Though Your Veins”, y el crujiente “Human Condition”, con unas aceleraciones vertiginosas, lideradas por la base rítmica que formaron Sergio al bajo y Esteban a la batería. Por si a alguien tenía dudas sobre  las principales influencias del quinteto, baste decir que en su repertorio no desentonaron una veloz y vertiginosa “Evil Has No Boundaries” de los maestros Slayer , durante el tramo inicial del show, y una dupla incontestable durante los bises de la mano de las primerizas “RattleHead” de Megadeth y el rotundo “Over The Wall” de Testament, con la que los chicos dejaron definitivamente el escenario habiéndonos hecho sacudir la cabeza durante su actuación.


Siempre se ha dicho que el segundo disco de una formación es el más importante, ya que para el primero, suele haber mucho tiempo de preparación y una gran variedad de composiciones entre las que escoger, en cambio para el segundo disco, el grupo tiene ya una trayectoria marcada y unos objetivos claros que cumplir, tanto musicales, como personales, es por ello, que este segundo trabajo debe suponer en muchos casos, el de la consagración del grupo. Pues bien, en el caso de Vivid Remorse, parece que el cuarteto, está en la buena senda, aunque el álbum acababa de salir al mercado, y solo habíamos tenido ocasión de  darle un par de escuchas antes de la presentación de esta noche, lo cierto es que su nuevo lanzamiento “Down To The Wire”, suena como un auténtico cañón, conservando toda la contundencia y brutalidad metálica de su debut, pero introduciendo a su vez, nuevos elementos y sonoridades que hacen que los temas ganen en matices y texturas, lo que indudablemente les confiere un halo de personalidad propia, mostrándonos a una banda que ha madurado rápidamente y que sabe moverse a la perfección a la hora de enfrentarse a tempos ágiles y acelerados, casi propios del crossover o del hardcore más letal, o momentos rotundos e intensos sumergiéndose en el thrash/death más brutal, e incluso adentrándose en algunos pasajes más melódicos que no tenían cabida en su anterior lanzamiento.

Con el cuarteto sobre las tablas, dispuesto a darnos una brutal sesión de metal en estado puro, arrancaba la velada de la mano de tres cortes pertenecientes a su anterior trabajo “The Seed Of Malaise”, la rotunda y seminal “World Of Plasticine”, la incendiaria “Inside” con esas guitarras desenfrenadas y aceleradas, que pusieron a todo el mundo a botar  en la pista, imprimiendo al concierto un ritmo mortal, que no se detendría durante toda la actuación, la siguiente en sonar fue la incontestable, “May (If You Can´t Find A Friend)”, con Joel apoyado sobre el monitor central del escenario, mezclando esos registros rotos y afilados con las voces guturales más profundas y cavernosas, mostrándonos a una banda que después de grabar su nuevo disco, está en plena forma, sonando más dura y compacta que nunca y dispuestos a quemar cualquier escenario sobre el que se suban a tocar. Después de esta  introducción a ritmo vertiginoso, llegaba el momento que todos habíamos estado esperando, el de poder satisfacer nuestra curiosidad y comprobar que tal sonaban las nuevas composiciones en directo, y doy fe que temas como “Biopiracy (The Seed Of My Land)”,  o su nuevo single “Imaginery Actress”, sonaron brutales, con un Xavi que se mostró inconmensurable tras su kit, siendo  el motor de la banda, liderando a sus compañeros, que en todo momento derrocharon actitud y ganas, sin parar de moverse por el escenario, mostrándose muy entregados e ilusionados con el nuevo material.
Uno de los temas que mejor puede definir la evolución del sonido de la banda en este segundo disco es “Theory Of Fear”, un tema impresionante, con un inicio denso, lento y compacto que dejará paso a un grito desgarrador que será el encargado de arrancar el tema hasta conducirlo a una catarata  de riffs endiablados junto a un estribillo conciso y rotundo, en un tema con una letra dura y reflexiva basada en la masacre de Columbine.  Tras esta primera ración de material perteneciente a “Down To The Wire”, llegó el turno de la siempre cachonda y divertida “Sammy”, con una genial presentación, en la que Joel nos explicó la historia que cuenta la canción, (encontrarse una chica muerta en la cama después de una noche de fiesta), y nos presentó al autor de la letra, invitándole a subir a cantarla con ellos, dando a la velada un aire festivo y desenfadado.
La nueva ración de su  material más reciente vino  encabezada por “Overdosed”, un tema que han rescatado de su primer lanzamiento, el EP “Wellcome To My Stormy NIghts”, dándole un nuevo enfoque y una producción más acertada que en su versión inicial. También tuvimos ocasión de sumergirnos en terrenos más cercanos al death metal melódico,  conducidos por la fuerza arrolladora de “Involution”, que sonó intensa y rotunda, contrastando con la velocidad y violencia de “Nobody Answers”, todo un trallazo compacto y directo, que de seguro no podrá faltar en el setlist de sus próximos conciertos.
Con la temperatura caldeada al máximo, y con una banda, en total sintonía con un público que lo estaba dando todo, llego la hora de dar salida a dos de los temas más coreados de la noche, el acojonante “Mind Killers”, que Joel dedico a "la mafia rosa", interpretando el tema ataviado con un pasamontañas y  disparando ficticiamente sobre las primeras filas, antes de organizar un “wall of death”, y la incendiaria y trepidante “The Bed You Lie In”, en la que nos dejamos arrastrar a través de su tralla avasalladora mientras Joel aprovechaba para presentarnos de manera individual, a cada uno de sus compañeros. Uno tras otro y sin apenas descanso se iban sucediendo los temas como auténticos latigazos, azotando a nuestras castigadas cervicales que a estas alturas de concierto ya empezaban a resentirse, pero todavía hubo tiempo para una tercera ración del nuevo material.
Una nueva descarga death metalera irrumpió en la sala al dejarse oír los primeros compases de la compacta “Seize The Death”, cuyo final se enlazo con el inicio rotundo y brutal de “Seven Days Of Fire”, en la que Xavi casi destroza su kit de batería, y en la que Vivid Remorse, han llevado su sonido a un nuevo nivel,  levantado un poco el pie del acelerador, dando más protagonismo a la melodía, concediendo al tema un carácter más heavy metalero, con unas voces menos agresivas, en unos textos que hablan sobre los acontecimientos sucedidos durante  “La Semana Trágica” catalana a principios del S.XX. Si con anterioridad, ya había sonado un tema de su primer Ep, que se había rescatado de cara a la edición de “Down To The Wire”, también pudimos escuchar una nueva versión de “Stop On Time”, donde volvieron a recuperar toda la potencia en forma de tormenta thrashica, antes de encarar la recta final con “L´Angoixa De L´Existencia”, una bofetada sónica que cuenta con unas aceleraciones brutales y el aliciente de estar cantada en catalán.
Con prácticamente todo el material del nuevo disco descargado, solo faltó la crujiente “The Never Falling Cries”, llegaba el momento de la inevitable despedida con “Slave Of Freedom” introducida por  el brutal bajo de Gabri y seguida por los vertiginosos riffs de Gustavo, con todo el público gritando el contundente estribillo,   para posteriormente  llevarnos a un final rotundo y apoteósico que se vio rematado por una metalizada  y alocada versión del “Blitzkrieg Bop”, en la que Joel se bajó a la pista a bailar pogo junto  al público, mientras todos cantábamos el conocido estribillo del  inmortal tema  de The Ramones, que sirvió para poner un simpático punto y final a un espectacular concierto de presentación, que se cerró con una calurosa ovación, por parte de un público que se mostró plenamente satisfecho con el espectáculo recibido.
Una vez comprobado el auténtico potencial de los temas de “Down To The Wire” en directo, no puedo más que reafirmarme en mi opinión de que este segundo trabajo, tiene que servir a Vivid Remorse para consolidarse como una de las bandas punteras dentro del thrash metal nacional, ya que además  de dos discos arrolladores, tienen un directo brutal e incendiario, con un ritmo intenso y avasallador. Así que si quieres un consejo, si pasan cerca de tu ciudad, no pierdas la ocasión de dejarte arrastrar por ese huracán sonoro llamado Vivid Remorse. Estáis avisados.




ALFONSO DIAZ


FOTOS:CARLOS OLIVER

lunes, 22 de octubre de 2012

SHERATÁN-MUNDO SIN PERDON




Formados de las cenizas de Geisha, Sergio Rodas (voz y guitarra) y David Romero (guitarra solista), emprendieron una nueva aventura a finales de 2002  bajo el nombre de Sheratán. Tras grabar una primera demo “Resurrección”, que generó muy buena acogida por parte de los seguidores del heavy metal más tradicional cantado en castellano, se lanzaron a la composición de los temas que se incluirían en su primer trabajo “Reencarnación”.  Sin conseguir el apoyo de ningún sello discográfico, en 2008 publicaron de manera independiente su segundo trabajo  “La Maldición”, en el que debutó su nueva base rítmica compuesta por el bajista Sergio Sánchez y el batería José Salas, un álbum que les sirvió para compartir escenario con algunas de las bandas nacionales más importantes dentro de la escena del metal como Mago de Oz, Tierra Santa o Saratoga.

Cuatro años después del lanzamiento de su último trabajo discográfico, los pacenses retornan nuevamente de forma independiente con “Mundo Sin perdón”, un álbum grabado en el propio local de la banda, en el que siguen apostando por un heavy metal de corte clásico con pinceladas power metaleras y algunos guiños de carácter progresivo, con los que han ido dando color y riqueza a un sonido contundente y agresivo,  liderado por un rabioso ataque  a 2 guitarras  que se ve culminado por una voz melódica en tonos agudos y una base rítmica demoledora. 

Lejos de las acostumbradas intros rimbombantes con las que se suelen abrir los discos, Sheratán han decidido arrancar “Mundo Sin Perdón” de forma directa, mostrando desde el primer momento su apuesta por un heavy metal clásico y potente de la mano de “Generación Revolución” un trallazo incontestable liderado por unas primerizas guitarras hard roqueras que rápidamente ganaran filo metálico viéndose secundadas por una eficiente base rítmica, en una pieza de apertura, que lejos de ser el típico trallazo directo y de estructura lineal, incluye unos muy interesantes cambios de ritmo que le dan un aire dinámico, con las guitarras realizando extensas progresiones que dejaran paso a un melódico estribillo que dotará al corte un inminente toque hímnico, que se repetirá en muchos de los temas del disco. “En Manos Del Odio”, se abre de forma incisiva, liderado por la batería de José Salas sumergiéndonos  de lleno  en una primera parte en la que Sheratán nos muestra su vertiente más agresiva con unas rotundas  voces dobladas, al estilo Priest, que dejarán paso a unos afilados fraseos power metaleros que velozmente conducirán el tema hacia unos desarrollos más melódicos, con las guitarras dibujando escalas en unos tempos cuasi progresivos, antes de que la base rítmica toque a arrebato para reincorporarnos al ritmo vertiginoso de un tema agresivo y potente, con un estribillo ascendente, altamente coreable, donde brilla especialmente la voz de Sergio Rodas. 

La furia inicial de "Mundo Sin Perdón" se reconducirá repentinamente dando forma a un up tempo poderoso y aplastante, con un rotundo y contagioso  estribillo donde Sergio nos sorprende con un registro muy agudo, que puede llegar a recordar a los Saratoga de la época de Leo Jiménez, gracias a unas fenomenales líneas vocales, en una letra dura y reflexiva que está muy bien respaldada por una contundente dupla de guitarras. Los tempos más cañeros y netamente metálicos tienen continuidad en el inicio de "Dame Una Razón”, uno de los temas más directos y potentes de todo el álbum, donde el cuarteto nos muestra por un lado, su cara más  contundente y agresiva pero donde también tienen cabida unos extensos desarrollos instrumentales en los que Sheratán nos ofrecen unas excelentes y melódicas líneas guitarreras para posteriormente sumergirnos en un final vibrante.

Con un nuevo inicio arrollador, arranca “Eternamente” todo un vendaval metálico liderado por unos fraseos incendiarios y una contundente base rítmica que dejará paso a  unos acordes sostenidos, con cierto aire arábico, que se enlazaran directamente con pequeñas partes entrecortadas antes de desembocar en un estribillo bien trabajado, directo y contundente envuelto por unos riffs afilados y unas voces agudas que nos demuestran la facilidad de Sergio para  llegar a las notas más agudas dando agresividad y empaque a un corte en el que tienen cabida diferentes  ambientaciones, moviéndose a medio camino entre el power metal melódico y el metal más tradicional, redondeando  un trallazo que no podrá faltar en sus conciertos. Marcando el ecuador del disco y alejándose del power metal más estándar "Resignación", con un inicio lento y melódico, que poco a poco se va envenenando hasta convertirse en una pieza cruda y  densa, con un excelente trabajo de su base rítmica y una letra sentida y cruda que da dramatismo y profundidad a una canción que va creciendo progresivamente dejando espacios para unos extensos desarrollos instrumentales que sirven para el lucimiento solista de David Romero.

Los ritmos veloces y las cataratas de riffs speedicos vuelven a repetirse en " Jugar A Matar" un corte con una evidente ambientación épica, y una estructura compleja y cambiante, en la que se enlazan partes rotundas y densas con unas guitarras poderosísimas, y  unos estribillos pegadizos y guerreros en los que  las voces vuelan en tonos altos junto a una base rítmica que se muestra poderosa y efectiva. El inicio lento y cautivador de “Abrazo Final”, es simplemente un espejismo, ya que tras el arranque conducido por los teclados y las voces filtradas se esconde un tema potente y dinámico, cargado de  melodías heavy metaleras con un bajo atronador y unas guitarras  cortantes y asesinas que conseguirán arrastrarte a través de sus veloces riffs y sus rotundos cambios de ritmo.

Línea muy similar sigue “Hija de Luzbel”, con una melodía inquietante en el inicio, que va sonando cada vez más contundente antes  de pararse en seco para volver de inmediato a arrancar con un ritmo más pausado, dejando paso a un tema con una lírica de ambientación fantástica , donde nuevamente vuelven a adentrarse en  terrenos épicos, gracias a las subidas de intensidad y a unas cuidadas líneas vocales muy a lo 80´s, que llegan a sonar realmente impactantes durante la parte central, para posteriormente dejar paso a un desarrollo progresivo conducido por las guitarras, que desembocara en un final lento con acordes limpios de guitarra. Sin abandonar la temática mitológica y fantástica "Segunda Atlantis", el que para mí, es el tema más directo y potente de todo el álbum, con una fantástica cabalgada  liderada por la batería de José Salas ,  que dejará paso a un corte power metalero cargado de melodía y contundencia, con unos estribillos muy cuidados y con un final lento con las  guitarristas como  protagonistas. En una honda totalmente diferente, “Resurrección”, es la pieza con la que se  cierra el disco, un rotundo medio tiempo con unas guitarras  arrolladoras, que contiene  unas inquietantes melodías vocales que preceden a  la entrada del estribillo, dándole al tema  un toque especial que le hace  alejarse un poco del resto de las composiciones del álbum.

En resumen, un trabajo muy completo y altamente recomendable para los seguidores del metal nacional y del power metal en general, de una banda que a base de tesón y sacrificio ha conseguido sacar adelante unos temas potentes y cañeros, muy bien trabajados en los que se notan las largas horas invertidas en el local de ensayo, dando vueltas a unas composiciones complejas y rotundas, que les tienen que servir para llamar la atención de los amantes del metal más clásico, y más teniendo en cuenta el detalle de Sheratán de ofrecer el disco, y toda su discografía, de manera gratuita a través de su página web.





viernes, 19 de octubre de 2012

PHANTOM-X-THE OPERA OF THE PHANTOM






Phantom-X, son una de aquellas formaciones que, pese a tener algunos temas realmente buenos y contundentes, nunca han llegado a plasmar su potencial en un disco verdaderamente redondo, que consiguiera captar la atención del gran público.  Formados en 2004 en Texas, por el vocalista Kevin Goocher (ex -Omen) y el guitarrista Glenn Malicki, inicialmente adoptaron el nombre de Stargazer  y basaban su repertorio de directo en canciones de Ronie James Dio. Tras editar 3 discos de manera independiente, decidieron fichar con el sello europeo Pure Steel Records para grabar su cuarto trabajo.

A lo largo de sus anteriores trabajos, los americanos fueron dejando diseminados algunos cortes, que si bien no desentonaban con el contenido de cada uno de sus lanzamientos, si llamaban la atención,  porque junto al nombre, en los créditos, podía leerse que eran capítulos de una historia. Pues bien, de cara a este “The Opera Of The Phantom”, el planteamiento de Phantom-X, ha sido el de reunir todos estos “capítulos” repartidos en  lanzamientos previos, para volver a grabarlos con su formación actual, con el añadido de incluir 3 nuevos “capítulos”,  totalmente nuevos, con los que redondean y dan por finalizada la historia que se inició en su álbum debut. A modo de regalo, y totalmente al margen de la citada historia, el cuarteto ha compuesto tres nuevos temas, que servirán de aliciente para todos aquellos que ya tengan sus anteriores trabajos. De forma que, hablando con propiedad,  “The Opera Of  The Phantom”, podría ser considerado,  como un poco convencional álbum recopilatorio, ya que si bien en el disco no están incluidos sus mejores temas, “The Opera Of The Phantom”, nos ofrece un viaje retrospectivo de su carrera, en el que podemos apreciar la evolución compositiva de una banda que siempre se ha caracterizado por practicar un  power metal potente, con unas marcadas raíces en el metal más tradicional y ochentero.

Directamente extraídos de su álbum debut “Rise Of The Phantom”, nos encontramos con los cuatro primeros capítulos de esta historia conceptual, “Prelude/Storms Of Hell”, es la encargada de abrir el disco, con una intro inquietante, que desemboca en un corte directo y veloz, muy en la línea del power metal melódico más tradicional, con unas guitarras rápidas que se ven respaldadas por una base rítmica rotunda y contundente que imprime un ritmo dinámico, a lo que hay que sumar unos registros vocales muy melódicos, que nos conducen a un estribillo pegadizo y facilón en notas agudas. “The Rise Of The Phantom”, se aleja un poco de la inmediatez del tema inicial, con un arranque lento, que va dejando, poco a poco, el protagonismo a las líneas vocales que dan un toque dramático antes de que las guitarras sean las encargadas de dar unas pinceladas de potencia sonora a un up tempo elegante e intenso, al que le cuesta despegar, pero que acabar sonando rotundo gracias a la excelente labor vocal de Kevin Goocher.“Discovery”, es un corto preludio instrumental, en el que se intercalan momentos acústicos con desarrollos eléctricos cargados de clasicismo y elegancia. El metal más contundente regresa de la mano de “The Mask”, un corte con una base rítmica muy marcada sobre la que Glenn Malicki dispara sus efectivos riffs de guitarra, en un tema en el que se suceden los cambios de ritmo, llegando a pillar por sorpresa al oyente, creando un tema complejo repleto de riffs cortantes y sinuosos, donde la voz  de Kevin Gorcher se ve arropada por los coros.

De su segundo trabajo “Storm Riders”, se han incluido un total de tres cortes, el que dio título al mencionado disco, que es una pieza muy orientada al metal más tradicional, con unas guitarras que nos traen al recuerdo a los Priest más clásicos, junto a unas líneas vocales rápidas, especialmente en el estribillo, que ayudan a reforzar la sensación de estar ante una pieza directa, con gancho, en la que se incluye un fantástico desarrollo instrumental a cargo de la guitarra de Glenn Malicki, heavy metal en estado puro. Contrastando con la anterior composición, la más tranquila, “Everspell”, un tema con un inicio lento, que rápidamente cambiará de tercio, gracias a las voces, para convertirse en un medio tiempo intenso, cargado de potencia, liderado por los afilados riffs durante la parte del estribillo, que se verán alternados con partes más lentas y melódicas, forjando un tema muy del estilo del material de Dio. Un potente grito es el encargado de introducir “13th Hour”, una verdadera lección de power metal a la americana, una composición que se aleja del doble bombo y los ritmos acelerados, para centrarse en el sonido de unas guitarras rudas y con mucha presencia, perfectamente respaldadas por  una base rítmica rotunda y aplastante, junto a una voz rasgada y agresiva, toda una demostración de lo que se llamó U.S. Metal, que popularizaron bandas como Metal Church o Vicious Rumors.

De su anterior trabajo en estudio “This Is War”, publicado hace un par de años, han sido rescatados “A Strange World”, introducida por las líneas de bajo que conducen el corte hasta la entrada de las guitarras, para dar forma a un nuevo medio tiempo, en esta ocasión con un ambiente algo más relajado, donde los americanos, nos muestran su faceta más melódica, dejándonos un estribillo altamente pegadizo, junto a un elegante y notable solo de guitarra que hace ganar enteros a la composición. Siguiendo una línea lírica y estilística muy similar, con un ritmo pausado y una ambientación  teatral, con la voz de Groocher, mostrando su amplia gama de registros vocales, “Discovery II”, donde las guitarras suenan limpias y totalmente exentas de distorsión,  una pieza tranquila, que sirve de puente para adentrarnos en la cañera y nuevamente influenciada por Priest, “Deep Six Down”, otro nuevo ataque metálico  a 2 guitarras, culminado por las tonalidades más agudas en cada final de estrofa y la presencia de unos contundentes coros.

Encarando la parte final de la historia de “The Opera Of The Phantom”, nos encontramos con el primero de los tres nuevos capítulos “Cloning The Christ”, Un medio tiempo cargado de intensidad en el que se alternan las guitarras rifferas con unos coros rotundos, en un corte en el que se han incluido unas líneas vocales fantasmagóricas, que ayudan a dotar al tema de un aire más oscuro y tenebroso. La velocidad viene de la mano con los coros más rasgados y las voces más agresivas en la escueta y rotunda “Playing God”, que se enlaza con el capítulo final “Holy Hell”, una pieza rotunda, donde la voz de Kevin Goocher, suena completamente diferente en algunos fragmentos, tirando de falsete para posteriormente volver a su registro habitual, regalándonos otro rotundo trallazo power metalero, con un cierto aire épico, gracias a unas melodías vocales bien respaldadas por una atronadora base rítmica, para dar por finalizada de forma brillante la historia central en la que se basa “The Opera Of The Phantom”.

Lejos del corsé que supone el tener que amoldar sus composiciones a una historia conceptual, y como regalo para sus fans Phantom-X, han incluido tres nuevas composiciones, “1000 Quartian”, un tema melódico a ritmo de medio tiempo en el cual tienen cabida momentos más relajados, que progresivamente se irán endureciendo para dejar paso a una ambientación oscura, donde destaca el fenomenal trabajo solista de su guitarrista. “Your Majesty”, por su sonido y estructura, y según ha reconocido el propio Goocher, es un sentido tributo a la figura de Ronie James Dio, un tema en el que podemos encontrar todos los ingredientes que hicieron famosa la música del cantante tristemente desaparecido. Inicio lento, amplias dosis de melodía con una voz firme y compacta, junto a  unos estribillos efectivos y coreables. Para cerrar definitivamente el disco “Hail The Heroes”, con un inicio lento y emotivo, que es simplemente una introducción preciosista para un potente corte final, donde la base rítmica es la encargada de hacer subir la intensidad en un primer momento, hasta que el tema rompe definitivamente gracias al contundente grito de  Groocher.

Un trabajo indispensable para los seguidores del combo texano, ya que en él, se da por terminada la historia que se inició en su primer disco, y que puede servir para que algunos curiosos redescubran, con este inusual recopilatorio, a una banda que pese a contar con músicos con una larga trayectoria profesional, nunca ha recibido la atención que se merecía por parte de los fans ni de los medios especializados.

miércoles, 17 de octubre de 2012

MANOWAR-SANT JORDI CLUB-BCN-13-OCT-2012



Lo cierto es que después de una jornada previa de lo más movidita, con comunicado desde el facebook oficial de la banda, en el que se anunciaba la cancelación del concierto de Barcelona y su descarga en  Madrid, con  el desmentido desde los principales medios especializados, y una posterior rectificación desde el propio facebook de la banda, a escasas horas del inicio del show, en el que se daban por solucionados los  “extraños problemas técnicos”  que habían hecho peligrar la nueva descargar de los auto proclamados Reyes del Metal en la Ciudad Condal. Si a todo esto le sumamos el descontento general que los americanos dejaron a su paso por la  ciudad de Zaragoza, durante el primer concierto de la gira española, lo cierto es que al encaminarme hacia el Sant Jordi Club, no sabía muy bien lo que me iba a encontrar.

Al aproximarme a las inmediaciones del local donde se iba a celebrar el show, me llamo la atención el buen ambiente que se respiraba, con una buena legión de seguidores de la banda haciendo cola para acceder al recinto, bien ataviados con sus camisetas con el inconfundible guerrero que adorna las portadas de los discos de los americanos. La primera sorpresa, nada más acceder al recinto, fue la confirmación de  que no había artista invitado, así que de un plumazo y sin previo aviso nos quedamos sin la oportunidad de presenciar la actuación de Holyhell, una banda que ya había abierto los conciertos de Manowar en su anterior visita por tierras catalanas,  y es que la banda de la vocalista  Maria Breon y el guitarrista Joe Stump,  parecen estar apadrinados por el bajista Joey DeMaio.

Con  su nuevo disco "The Lord Of The Steel", a punto de salir a la calle de manera oficial, los americanos se presentaban en el escenario del Sant Jordi Club, dispuesto a darnos una buena muestra de su fuerza metálica y de sus nuevas composiciones, aunque  el arranque vino de la mano de viejos clásicos, que sirvieron para que el público calentara sus gargantas de la mano de temas como la inicial "Manowar", en la que pudimos apreciar, que la banda sigue apostando por un sonido duro e impetuoso, con el bajo de Joey DeMaio haciendo retumbar los cimientos del local, mientras Eric Adams, nos mostraba que pese al tiempo transcurrido sigue conservando una voz potente y clara, sin duda un registro envidiable, que tras mas de 30 años de discos y giras, sigue sonando potente y arrolladora. Por supuesto no pudieron faltar desde los primeros compases de su actuación sus conocidísimas poses con las que sellaron el pacto de hermandad y camaradería con sus fans, para posteriormente embarcarse en una arrolladora "Kill With Power", que fue recibida con algarabía por las primeras filas, mientras los músicos correteaban por las tablas, saltando DeMaio por encima de una arrodillado Karl Logan que se empeñaba en hacer rugir su guitarra sobre el infranqueable muro rítmico que formaban el citado DeMaio y el recuperado batería Donnie Hamzik, que ya grabara su debut “Battle Hymns” en 1982.

Tras un arranque apoteósico,  con los americanos tirando de clásicos indiscutibles de su discografía, llegaba el momento de "Call To Arms", tema que abría su "Warriors Of The World", una composición  que ha conseguido calar entre sus fieles y que fue enlazada con el primero de los cortes pertenecientes a su nuevo álbum "Lord Of The Steel", concretamente "Hail, Kill And Die", un corte que pese a ser de nueva factura, fue bastante bien recibido gracias a su ritmo arrollador y a su letra plenamente construida con los nombres de temas clásicos de la banda, sin duda todo un guiño a sus seguidores, que durante este tramo inicial de concierto estaban disfrutando al máximo, coreando el pegadizo estribillo que se veía proyectado en las pantallas situadas sobre el escenario.  Después de tan solo cuatro temas quizás era demasiado pronto para las presentaciones individuales, pero ya se sabe que los "Kings Of Metal", son un poco especiales a la hora de marcar el ritmo de sus actuaciones, y el primero que tuvo su momento solista fue el guitarrista Karl Logan, un músico que si bien nunca ha destacado por tener una personalidad arrolladora en directo,   siempre ha sabido permanecer en un  segundo plano dentro de la banda,  desarrollando un gran trabajo, constatando  que, poco a poco, ha ido ganando peso musical dentro del engranaje de la banda.

El atronador sonido del bajo de DeMaio fue nuevamente el encargado de liderar una coreadísima "Brothers Of Metal Part 1", que nos sirvió como preámbulo para introducirnos en su disco "Sign Of The Hammer", y es que el cuarteto interpreto de manera consecutiva la emotiva "Mountains", Thor (The Powerhead) , toda una sorpresa poder disfrutar de esta fantástica dupla de temas, mientras en las pantallas se proyectaba la portada del álbum, llevando al delirio a sus fans más veteranos, antes de dejarnos arrastrar por una poderosísima "Outlaw" que consiguió transportarnos al mismo infierno con Eric Adams haciéndonos cantar el estribillo mientras todo la pista no dejaba de apoyar levantando sus brazos hacia el escenario, creando uno de los momentos más intensos de la noche, con Adams empeñado en  reventar nuestros tímpanos, con esos gritos agudos que siempre le han caracterizado.

Hasta este preciso instante, la descarga de los americanos había sido impecable, mostrando unas altas dosis de energía y un ritmo muy alto, únicamente, habría que achacarles la temprana aparición del solo de guitarra.  Pero fue a partir de la interpretación del novedoso "Expendable" y "El Gringo", cuando la temperatura de la sala bajo considerablemente, denotando que las nuevas composiciones, o bien por desconocimiento, recordemos que el disco todavía no ha sido editado de forma oficial,  o bien por su calidad musical, no acaban de enganchar a una audiencia que se mostró excesivamente, estática y fría mientras sonaban ambos temas, y hasta el propio DeMaio, parecía mas ausente de lo normal mientras tocaba los nuevos temas, por suerte pudimos salir rápidamente de este pequeño bache al sonar los primeros acordes de "Sign Of The Hammer" que se fundió con un impresionante "Hand Of Doom" con la que el bajista pareció revivir, inyectando vitalidad a una audiencia que veía emocionada como su héroe se arrodillaba realizando el signo de martillo.

Como viene siendo habitual, después de un final ensordecedor, el escenario se quedaba a oscuras durante unos breves segundos, para que el bajista y líder de la banda Joey DeMaio ocupara uno de los laterales del escenario, para de  forma parsimoniosa, dar inicio a un extenso solo de bajo, durante el cual, nos obsequió con una exhibición de técnica y rapidez que se vio completada por unos iniciales movimientos robóticos, y por la incesante participación de un respetable que no dejo de rugir respondiendo a las notas del alargado mástil del bajista. Tras el alarde técnico del bajista, llegaba la hora de sumergirnos en "Let The Sons Of Odin", que volvería a dejar paso a otro solo, en este caso, al del batería Donnie Hamzik. Llegaba el momento de que DeMaio se dirigiera cual maestro de ceremonias a la concurrencia, y la curiosidad de la noche fue que dio su extenso discurso en catalán, ante el asombro y satisfacción de todos los presentes que agradecieron el detalle y la colocación de una “senyera” catalana con una cerrada ovación.

Después de la charla, era hora de encarar la recta final del show, y la banda estaba dispuesta a poner toda la carne en el asador con la interpretación de la  seminal e hímnica "Kings Of Metal", que puso la sala patas arriba, el himno clásico del cuarteto, la imprescindible y coreadísima "Hail And Kill", que sigue poniéndome los pelos de punta, y dos de  las piezas más cañeras de su último trabajo "Manowarriors" y el tema que le da título "The Lord Of Steel", con el que se retiraron momentáneamente, antes de regresar por todo lo alto con la interpretación  a coro con un público, que coreo cada uno de los estribillos de la épica "Warriors Of The World United", que fue dedicada a todos los fans del grupo que habían tenido fe en que la banda iba  a tocar esta noche, para cerrar definitivamente con el acostumbrado "Black Wind, Fire And Steel", que siempre suele poner el punto y final  a sus descargas, antes de que empiece a sonar por megafonía “The Crown And The Ring”.

Una actuación plenamente satisfactoria la de los americanos, que esta vez se descolgaron con un show largo, casi dos horas  y media de concierto, sabiendo mantener un ritmo poderoso  e intenso durante la mayor parte de su actuación, pero a los que habría que reprocharles, la temprana aparición de los solos, y el  enlazar demasiados temas nuevos, haciendo que algunas partes de su concierto fueran un poco más densas y bajaran notablemente el ritmo del concierto.



ALFONSO DIAZ

FOTOS CARLOS OLIVER









lunes, 15 de octubre de 2012

GOTTHARD+UNISONIC-APOLO-BCN-11-OCT-2012



Hacía mucho tiempo que no sentía ese cosquilleó y nerviosismo durante las horas previas al inicio de un show, así que me sorprendió muy gratamente, cuando al cruzar la puerta de acceso de la Sala Apolo y tras subir las escaleras que dan acceso a la pista, pude comprobar el gran ambiente que se respiraba  en el recinto, un recinto que cubría ya más de la mitad de su aforo desde veinte minutos antes de la hora programada para el inicio del show. Era obvio que  el ambiente que  se respiraba, era el de las grandes ocasiones, y lo cierto es que el cartel que se nos presentaba esta noche bien lo merecía.
Por un lado Unisonic, una banda en la que por fin, se ha hecho realidad el añorado sueño de muchos metaleros de ver juntos de nuevo, compartiendo escenario, a dos músicos increíbles, dos auténticos pesos pesados, que durante los años 80 dieron la época de mayor esplendor a una de las bandas más importantes e influyentes de la escena Europea, Helloween. Aunque los tiempos han cambiado, y su historia con la "calabazas" queda ya muy lejos, lo cierto es que Unisonic, venían dispuestos a demostrarnos que no son un mero ejercicio de revival y que no quieren vivir de rentas pasadas, apostando muy fuerte por  su álbum debut, pero teniendo un recuerdo complice y cariñoso para con todos sus fans, incluyendo en su repertorio algunas piezas clásicas del quinteto alemán.
Cerrando la velada y como cabezas de cartel Gotthard, toda una institución dentro de la escena del hard rock europeo, una formación con más de veinte años de historia, que veía como la fecha del pasado 5 de octubre de 2010, quedaba grabada a fuego en su historia a causa del fallecimiento, en un desgraciado accidente de tráfico, de su vocalista Steve Lee. Como el Ave Fénix, resurgiendo de sus cenizas, los suizos editaron recientemente un fantástico nuevo trabajo titulado "Firebirth", junto al vocalista Nic Maeder, así que la actuación de esta noche suponía la primera oportunidad para comprobar que tal sonaba en directo la nueva voz de Gotthard y si podría llenar el inmenso vacío que había dejado un tipo con la personalidad y carisma del malogrado Steve Lee.

Con la grandilocuencia de “La Cabalgata De Las Valquirias”, del compositor alemán Richard Wagner, sonando como intro, daba arranque la descarga de Unisonic, con el tema que da nombre a la formación, dejando claro, desde un primer momento, su intención de reivindicarse como colectivo, escapando de personalismos y egos, dejándonos en escena a una banda compacta, a la que se le ve perfectamente conjuntada y que desde los primeros segundos de su actuación no tuvo ningún problema en conectar con un auditorio ansioso por recibir una buena dosis de hard rock melódico, temas como el pegadizo “Never Too Late”, fueron muy bien recibidos por un público que coreo cada uno de los estribillos, como si de auténticos clásicos se tratase, mientras Michael Kiske certificaba que todavía sigue conservando esa voz aguda y elegante que le consagro como una de los grandes cantantes de la historia del heavy metal.
No tardo mucho el vocalista en deshacerse de su chaqueta, debido al insoportable calor, mientras un público entregado, ofrecía al vocalista las primeras muestras de cariño y pleitesía, coreando su nombre, a lo que el vocalista respondió, presentándonos rápidamente a cada uno de los  integrantes de la formación, antes de zambullirse en el medio tiempo “King For a Day”, en el que Kai Hansen, nos ofrecería el primer gran solo de la noche, mientras el vocalista regalaba sus muñequeras a los fans de las primeras filas. Aunque el material de Unisonic, no puede competir en fuerza metálica con los antiguos himnos de Helloween, lo cierto es que temas como el rockero “My Sanctuary”, conservan ese gancho que consigue que todo el público levante los brazos apoyando el tema y cantando su pegadizo estribillo, mientras el vocalista alemán ejerce las labores de  dirección del enorme coro.
Un emocionado Michael Kiske, nos anunciaba que llegaba el momento de viajar en el tiempo, ante el delirio general de un Apolo que literalmente se vino abajo cuando empezaron a sonar las primeras notas de “March Of Time”, la primera de las sorpresas que nos tenían preparadas los alemanes, y realmente doy fe, de que muchos de los presentes sentimos una emoción especial, al volver a escuchar ese viejo himno cantado por el cantante que lo llevo a la cima hasta convertirlo en un clásico, con esas fantásticas notas agudas volando sobre  los riffs marca de la casa de un Hansen al que se le veía feliz y muy liberado encargándose únicamente de la guitarra y de apoyar a su compañero en los coros.
Tras el momento de éxtasis, tocaba relajarse, de la mano de una jam lenta y bluesera en la que Kai Hansen intercambio fraseos a las seis cuerdas con Mandy Mayer en forma de dialogo guitarrístico, antes de adentrarnos en una espléndida “Over the Rainbow” que dejaría paso posteriormente a la marchosa “Star Ride” tras la que volaríamos con  la vocalmente sublime “We Rise”, donde destaco la contundente pegada el batería Kosta Zafirou que junto a la labor del bajista Denis Ward, formaron una base de ritmo rotunda y contundente, sobre la que Hansen y Mayer desplegaron toda su artillería pesada en forma de riffs, provocando una ensordecedora ovación, que volvió a dejarnos la estampa de un  auditorio entregado coreando el nombre del vocalista alemán.
Durante toda la actuación fueron constantes las muestras de buen rollo y camaradería entre todos los componentes de Unisonic, pero especialmente sirvió para certificar la estrecha relación que une, a día de hoy, a las dos cabezas visibles de la banda, y es que el dueto Kiske-Hansen, se mostró en todo momento muy cercano, jugueteando e intercambiándose bromas durante toda la actuación, como el pequeño “lapsus”, que sufrió el vocalista durante la presentación de “Never Change Me”, en la que canto a capela  un trozo del “Time To Break Free”, que él mismo grabó para el disco “Land Of The Free” de Gamma ray, lo que provocó las risas entre los asistentes. Estaba claro que los alemanes no eran un artista invitado al uso, ni unos simples teloneros esta noche, así que después de atacar la citada “Never Change Me”, abandonaron las tablas, para regresar, rápidamente por aclamación popular para interpretar uno de los bises más brutales que se puedan presenciar a día de hoy.
Dos clásicos inmortales serían los encargados de poner el broche de oro a la espectacular actuación del quinteto alemán, dos himnos arrolladores y matadores que todos los amantes del metal más clásico hemos cantado en numerosas ocasiones,  el inmortal y extenso “Future World”, con Hansen acelerando el tema desde un inicio lento,  hasta hacerlo sonar como un auténtico cañonazo, con todo el mundo rugiendo y dando saltos durante el pegadizo estribillo, dejándonos dirigir por el vocalista, y la hímnica “I Want Out” con la que cerraron su actuación, con un público en pleno éxtasis, que no paro de corear el nombre de los músicos, que no tuvieron ningún tipo de reparo en acercarse hasta las primeras filas para desde el mismo escenario firmar fotos, cds y cualquier cosa que cayera en sus manos. Sin duda parece que el proyecto Unisonic, se va consolidando poco a poco, y si siguen la línea marcada con su primer trabajo y ofreciendo descargas tan brutales y efectivas como la vivida en la Sala Apolo, no me cabe la menor duda que en poco tiempo van a ser una de las bandas más importantes dentro del panorama europeo. Personalidad y tablas no les faltan.
A tenor de lo visto sobre el escenario de la Sala Apolo, podría parecer, que los suizos iban a tener una dura papeleta para conseguir llegar al nivel de la formación alemana, pero lo cierto es que Gotthard, venían dispuestos a inyectarnos directamente en vena una buena dosis de rock n´roll festivo y guitarrero, lejos de seguir con la norma no escrita de arrancar los conciertos con el tema de apertura del último disco, los suizos decidieron decantarse por una rotunda “Dream On”, que conseguía poner a todo el mundo a bailar mientras éramos testigos de las evoluciones sobre las tablas , del nuevo vocalista Nic Maeder, que se mostraba descarado y atrevido ocupando la parte central del escenario, incitando a la gente a no parar de moverse y dejando patente por que la veterana formación le ha ofrecido el puesto de vocalista.  Tras el bautismo del vocalista, la fiesta continuó con el poderoso “Gone Too Far”, con ese sonido clásico de guitarras y un vocalista, que mostraba maneras muy  de la vieja escuela, moviéndose a lo largo de todo el escenario buscando el apoyo del respetable.
Tras una primera salva de aplausos, llegaba el momento de presentar algo del nuevo material de la banda, que tuvo mucha presencia dentro de la actuación, hasta un total de 7 cortes pertenecientes a “Firebirth”, sonarían durante el concierto, siendo el primero de ellos, “Starlight”,  en la que el vocalista se colgó una guitarra para acompañar a sus compañeros  Freddy Scherer y a un  vistoso Leo Leoni que acabo el tema tocando con la guitarra por detrás de la nuca, ante la ovación de los fieles de la banda. El ritmo trepidante y contagioso no se detuvo durante la seguidísima “Top Of The World”, en la que nuevamente Maeder volvió a pedir el apoyo de todos los presentes durante los estribillos antes de afrontar un final apoteósico con el vocalista gritando durante la parte final antes de dar carpetazo al tema dejando en alto el pie de micro.
Tras un primer tramo de actuación en la que Gotthard habían, conseguido ponernos las pilas con una selección de temas roqueros y guitarreros, poniéndonos a todos a bailar, los acordes acústicos de la emotiva “Remem It´s Me”, perteneciente a su más reciente lanzamiento, suponían el primer momento de relax, antes de que el clímax volviera a subir como la espuma durante la interpretación de la zeppeliana “Sister Moon”, que supuso todo un estallido de júbilo y una inyección de adrenalina que se contagió desde el público hasta el escenario. Sin darnos tiempo ni tan siquiera para tomar aire, la fiesta continuó con “Fight”, donde Leo Leoni, volvió a dejar huella con otro incendiario solo, haciendo salir chispas de su mástil, mientras el bajista Marc Lynn y el guitarrista Freddy Scherer tocaban espalda con espalda. Fue su marchosa versión del clásico “Hush”, otra de las piezas que consiguió poner a bailar a toda la sala, con todo el público jugueteando con el estribillo siguiendo las indicaciones de un Maeder que en uno de sus alocados bailes con el pie de micro  llegó a perder su inalámbrico.
Pese a la   inyección de buen rollo y diversión que estaba suponiendo la descarga de los suizos, era evidente, que una pequeña parte de su concierto tendría que estar dedicada a la memoria de su anterior vocalista, Steve Lee, así que fue el propio Maeder, quedándose solo en el escenario, quien se encargó de introducir, “One Life, One Soul”, levantando una larga y cerrada ovación que precedió a la interpretación de un corte con una gran carga emotiva, que hizo que a más de uno de los presentes estuviera a punto de saltársele una lagrimilla. Siguiendo con el ambiente más íntimo y relajado, Leoni y Scherer, salieron para acompañar a su compañero con las guitarras acústicas durante la interpretación de la sentimental “Tell Me”, la balada con mayúsculas de “Firebirth”,  con la que dieron por terminado este pequeño tramo acústico de su actuación.
Sin abandonar los temas de su último trabajo, la vuelta a los sonidos eléctricos, vino de la mano de la bluesera  “Take It All Back”, donde Leo Leoni sacó al escenario su guitarra de doble mástil, rematando el tema con otro fantástico solo, ante el delirio de un público entregado. Volviendo al sonido de las tres guitarras sobre el escenario, con Maeder tocando una de ellas, llegaba el turno de la hard roquera “The Story´s Over”, una canción que pese a estar incluida dentro de su último lanzamiento, recibió una respuesta impresionante, que creo que la sitúa como una de las serias candidatas a permanecer dentro del repertorio de la banda de cara a próximas giras. La predisposición de un público con muchas ganas de pasarlo bien, fue clave a la hora de dar color y vistosidad a temas como el festivo “Fist In Your Face”, que la gente coreo incansablemente y donde introdujeron  a modo de broma, un corto fragmento del “Smoke On The Water” de Deep Purple.
Con el guitarrista Leo Leoni, jugueteando con el talk-box, daba inicio la soulera “Mountain Mama”, perteneciente a su segundo álbum “Dial Hard” de 1994, con el que la sala se convirtió en una autentico pista de baile, con todo el mundo entregado a una banda que estaba ofreciendo un gran espectáculo, cargado de actitud y rock n´roll , viéndose  rematado por el conciso y directo “Right On”, que con su pegadizo estribillo sirvió para hacer levantar decenas de brazos al aire mientras la gente no dejaba de  cantar, para que posteriormente  los suizos pisaran a fondo el acelerador poniendo el punto final a su show por todo lo alto con una festiva y efectiva “Anytime, Anywhere”.
Después de un show en el que la banda había derrochado energía y potencia, era previsible que los bises iban a ser incendiarios, así que sin apenar darnos tiempo para reponernos, fue Leo Leoni el encargado de reclamar la atención del público, para que posteriormente toda la banda se embarcara en “Master Of Illussion”, en la que Maeder, volvió a demostrar que posee unas privilegiadas  cuerdas vocales, ya que supo imprimir a su interpretación potencia y feeling.  Era evidente que la actuación estaba llegando a su fin, pero Gotthard todavía tenía un par de balas en la recamara para hacernos disfrutar como enanos, la primera de ellas vino introducida por esa reconocible batería con aire marcial que desemboco en la roquera “Lift U Up”, en la que toda la sala coreo la melodía vocal, demostrando que sigue siendo uno de los mayores pelotazos de la banda en directo y como absoluto y rotundo fin de fiesta su versión del “The Mighty Quinn” del maestro Bob Dylan con el que dieron por terminada su actuación de manera definitiva, cerrando por todo lo alto con un final apoteósico con Leo Leoni tocando la guitarra detrás de la nuca y con sus compañeros saludando a un público que no paro de gritar el nombre de la banda a modo de despedida mientras los músicos se retiraban en medio de una gran ovación.
Gran concierto de Gotthard que parecen haber encontrado en el vocalista Nic Maeder, al sustituto perfecto del añorado Steve Lee. Aunque las comparaciones siempre son odiosas, es cierto que quizás Nic Maeder no tiene el magnetismo, ni el carisma que atesoraba Lee en directo, pero en cualquier caso demostró sus grandes dotes como vocalista y frontman, en una actuación cargada de feeling y puro hard rock.


ALFONSO DIAZ

FOTOS CARLOS OLIVER