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martes, 2 de octubre de 2012

HELL+SABBATH JUDAS SABBATH-MOLINS DE REI-28-SEPT-2012





Con motivo de las fiestas Mayores de Molins De Rei, municipio situado a escasos kilómetros de la Ciudad Condal, la asociación Metal Defenders, volvió a organizar, una vez más, un evento realmente atractivo para todos los amantes del heavy Metal. Un concierto en el que nos proponía, un viaje a través del tiempo, primero con la participación de Sabbath Judas Sabbath, una formación  capitaneada por el vocalista James Rivera, que nos ofrecería un recorrido a través de los  temas clásicos de dos bandas legendarias,  Judas Priest y Black Sabbath, y como protagonistas absolutos de la velada, la única actuación en territorio español, de la mítica formación británica Hell, unos clásico dentro de la escena de la  N.W.O.B.H.M., que prometían una actuación cargada de contundencia metálica, actitud y sorpresas.
El vocalista James Rivera, conocido por su trabajo al frente de bandas como Malice y Helstar, era el encargado de abrir la velada, acompañado de la banda eslovena Metalsteel, completando en esta ocasión, la formación de Sabbath Judas Sabbath, un nombre de lo más explícito, con el que el vocalista, venia dispuesto a ofrecernos, un repertorio de himnos heavy metaleros, compuesto por  grandes temas de Judas Priest y de  Black Sabbath, centrándose en la etapa en la que, el tristemente desaparecido, Ronnie James Dio, estuvo al frente de la legendaria banda de Birmingham.
Después de  una curiosa introducción en la que se mezclaron la intro del  “Angel Of Retribution” de Judas, con la del conocidísimo “Neon Knights”, el concierto arranco con “Judas Rising”, un tema relativamente nuevo dentro de la discografía de los ingleses,  pero que parece que ha calado bastante entre sus seguidores, a tenor de la gran acogida que obtuvo por parte del público, sin tiempo apenas para reponernos del tema de apertura, el quinteto empalmo directamente con “Night Crawler”, en donde Rivera nos obsequió con unos movimientos pugilísticos al más puro estilo Ripper Owens, mientras el sonido, un poco bajo y embarullado al principio, iba mejorando por momentos, dejándonos Rivera muy impresionados al comprobar como llegaba, de forma relativamente fácil, a las notas más agudas. La gente estaba pasándoselo en grande y se apuntó rápidamente a cantar la melodía vocal de “Diamonds And Rust”, el tema escrito por Joan Baez, que sonó en una versión eléctrica y marchosa. 
Con una tripleta de arranque poderosa en la que  Sabbath Judas Sabbath, habían demostrado su buen hacer con el material de Judas Priest, metiéndose al público en el bolsillo, llegaba el momento de ceder el protagonismo a los otros referentes del repertorio de la banda, y que mejor elección que el marchoso “Neon Knights”, un corte clásico, en el que Riviera se metió por completo en el papel de Dio, y nos demostró que además de esos gritos agudos, potentes y desgarradores, también sabe modular su voz, mostrando el sentimiento y la  contundencia necesaria para afrontar temas como el complejo “Children Of The Sea”, donde bajo la luz verde, el vocalista no dejo ni un momento de pedir el apoyo y complicidad del público, mientras no paraba de hacer los cuernos, repitiendo el gesto que popularizo el pequeño vocalista americano.
Sin apenas descanso ni presentación, se iban sucediendo cortes como “The Grenn Manalishi”, que se fundió con una emotiva y oscura “After All”, que consiguió, con su ambiente denso y pesado, poner los pelos de punta a más de uno, para posteriormente dejar paso al tema más coreado de la noche “Metal Gods”, en donde los músicos, nos obsequiaron con esas poses tan típicamente heavy metaleras de los ochenta, con movimientos sincronizados de  sus instrumentos, mientras todos los presentes coreaban el estribillo de un tema que se ha convertido en todo un himno para los amantes del heavy metal.
Durante toda la actuación James Rivera, se mostró muy comunicativo con el público, intentando chapurrear en castellano algunas palabras a la hora de introducir  los temas, pero sin duda, el momento más especial y emotivo de la noche, se produjo durante la presentación de “Holy Driver”, que Rivera dedico “al mejor cantante de la historia”, lo que provoco una cerrada ovación.  Llegaba el momento de volver a centrar nuestros objetivos en el “acero británico”, de la mano de un “Grinder”, que volvió a despertar a un público que levantó los puños  al viento coreando el estribillo, ante  los gestos de aprobación de Rivera, que miraba complacido hacia las primeras filas. Nuevamente nos dejamos cautivar por una electrizante y vibrante versión de “Die Young”, que sonó soberbia, con Rivera dando un toque especial a las voces consiguiendo transmitir una gran emotividad.
Aunque, no cabe duda, de que el vocalista, era el miembro más conocido de Sabbath Judas Sabbath, Rivera no tuvo reparos, a la hora de dejar que sus compañeros tuvieran su cuota de protagonismo y después de presentarlos debidamente, juntos  se lanzaron sobre la interpretación de un pegadizo y facilón “Heavy Metal Is Our Religion”, perteneciente al disco “Taste The Sin” de Metalsteel, para que posteriormente, fuera el  propio Rivera, quien se reivindicara como cantante de Helstar, descargando la primeriza y cañera “Run With The Pack”, perteneciente a su disco de debut “Burning Star”, con el que acabaron su show. Ante la insistencia de un público  entregado  con su actuación, el quinteto no tuvo más remedio que volver sobre las tablas para una vistosa ejecución de “The Hellion/Electric Eye”, que se empalmo con un memorable “Heaven And Hell”, muy coreado por todos  los presentes, con el que dicidieron dar por finalizada su actuación de manera definitiva.
Una muy buena propuesta la de Sabbath Judas Sabbath, basando su repertorio en una sucesión de auténticos clásicos del heavy metal, ejecutados por una banda muy solvente, capitaneada  por un veterano y fantástico vocalista, capaz de afrontar los tonos más agudos en los temas de Priest  y de imprimir todo el dramatismo y  sentimiento necesario en los de Black Sabbath. Una fantástica forma de arrancar la velada.
Los británicos Hell, han sido considerados, en muchas ocasiones, como el paradigma de una banda “maldita” dentro del mundo del heavy metal. A pesar de gozar de un cierto reconocimiento a principios de los 80,  nunca llegaron a publicar su disco de debut, primero por la bancarrota de su discográfica Mausoleum, Y posteriormente por el suicidio, en 1987 de su guitarrista y vocalista, el talentoso Dave Holiday.  Después de muchos años en el olvido, el afamado guitarrista y productor, Andy Sneap decidió  reunirse con Kev Bower, Tony Speakhan, Tim Bowler, para junto al vocalista David Bower, recuperar esas viejas composiciones y  grabarlas con un sonido brutal y contemporáneo, que serían presentadas al gran público bajo el nombre de “Human Remains” en 2011.
Siendo la única fecha que los ingleses darían en nuestro país, había bastante expectación y curiosidad, para ver, que nos podrían ofrecer estas leyendas de la N.W.O.B.H.M.  Poco a poco la gente se iba arremolinando junto al escenario, y cuando pasaban escasos minutos de la una de la madrugada, y después de que una voz en off, nos recordara los diferentes carteles de los eventos que la gente de Metal Defender, ha ido organizando a lo largo de los años, y de sonar el mítico “Long Live Rock n´Roll”, empezó a atronar la intro que abre “Human Remains”, para posteriormente asaltarnos con el primer tema de la noche , el incendiario “Let The Battle Commence”, que nos presentaba a una banda vestida de riguroso negro, con las caras pintadas de blanco, y a un vocalista hiperactivo, con corona de espinas sobre la cabeza y  un micrófono inalámbrico,  que le facilitaba  su trabajo, dándole mucha libertad sobre las tablas, a la hora de teatralizar la interpretación de piezas como “On Earth As It Is In Hell”, que cantó, prácticamente entera, de rodillas sobre el escenario, cambiando constantemente los tonos vocales, aportando un dramatismo intenso y emocionante junto a una base musical contundente y precisa con una clara orientación hacía la N.W.O.B.H.M.
Tras un inicio impactante, que dejo muy sorprendidos a muchos de los asistentes, las luces se apagaron y un humo denso empezó a cubrir el escenario durante los primeros compases de “Plague And Fire”, en la que el vocalista David Bower, apareció en escena completamente vestido de negro y encapuchado, deambulando sobre las tablas a la vez que,  de forma tétrica, recitaba los versos, moviéndose compulsivamente, mientras sus compañeros le apoyaban con unos coros grandilocuentes. Con un escueto “Buenas Noches”, el vocalista nos introdujo, sin darnos un momento de tregua, en  la tenebrosa y oscura, “The Quest”, que rápidamente fue apoyada con palmas por el público , mientras el quinteto nos mostraba el clasicismo de una banda típicamente ochentera,  con la inclusión de  dobles armonías de guitarra junto a  unos movimientos y poses muy estudiados, perfectamente sincronizados, que ayudaban a dar al show ese componente teatral, que hace que las presentaciones de los británicos sean especiales y diferentes a las de otras bandas que practican un estilo similar, una teatralidad que también practicaban en su época  bandas como los Mercyful Fate de King Diamond.
Aunque durante todo el concierto, se sucedieron diferentes números escénicos, para cada una de las canciones, el momento más impactante y dramático de la noche se produjo durante la interpretación de “The Oppresors” y “Blasphemy And The Master”, que se vieron unidas, formando una extensa suite, que se fue por encima de los diez minutos de duración , durante los que el quinteto demostró todo su potencial sobre las tablas, con fragmentos rápidos y rotundos que bordeaban  la ferocidad thrashera, fragmentos cargados de densas atmosferas, que eran introducidos por los teclados que tocaba el guitarrista Kev Bower, pero sobre todo, por la soberbia interpretación de David Bower, que salió a escena a pecho descubierto para torturarse con un flagelo, que finalmente tiro al público durante la parte final del tema.
Pese a todo lo que habíamos visto hasta el momento, los ingleses, tenían todavía más sorpresas y mucho más espectáculo que ofrecernos, así que mientras sonaban los acordes de “The Devils Deadly Weapon”,  David Bower, solicito la complicidad del público para levantar los puños al aire  y acompañar un corte repleto de  pasajes atmosféricos y oscuros, en el que destacó , el  rotundo y destructor solo de Andy Sneap, que dio paso al izamiento de una bandera con el maléfico 666, convirtiendo la presentación de los británicos, en una especie de ceremonia pagana, en la que el vocalista era el maestro de Ceremonias.  Tras unos segundos de silencio, los diferentes efectos en las voces fueron los encargados de crear un ambiente angustioso y diabólico, introduciendo la intensa y ocultista “Macbeth”, uno de los temas más tenebrosos y misteriosos de todo el repertorio de los británicos, que se vio cortado abruptamente, en la parte final,  por un seco y contundente grito, que consiguió helarnos la sangre a muchos de los asistentes.
Si bien durante todo el concierto, los músicos se mostraron muy activos sobre las tablas, fue mientras sonaba “No Martyr´s Cage”, cuando los componentes de Hell, parecieron quedar petrificados sobre el escenario, ya que apenas se movieron durante la ejecución de la primera parte del tema, mientras Bower, permanecía de rodillas en la parte central del escenario, para posteriormente, cuando sus compañeros salieron del letargo en la parte rápida del tema, encararse con el público, llegando a situarse cara a cara con las primeras filas, desatando los gritos de apoyo del respetable, completamente enloquecido, en un final bizarro y eléctrico, tras el que los músicos abandonaron el escenario.
Para el retorno sobre las tablas, se guardaron un “As” en la manga, uno de los cortes más directos y contundentes de “Human Remains”, el aplastante y diabólico, “Save Us From Those Who Would Save Us”,  mostrándonos su lado más afilado, con riffs veloces y cortantes, rayando con el metal más rápido y técnico,  donde nuevamente el  vocalista Bower, fue el foco de atención, saliendo a escena vestido de sacerdote, con los ojos inyectados en sangre, lo que junto a una actitud salvaje y provocadora, acrecentaba la impresión de estar poseído. Con todo el material perteneciente a “Human Remains” descargado, decidieron cerrar su show con “Bedtime” de Race Against Time, una versión que ya realizaban en  sus conciertos de mediados de los  80, con la que pusieron el broche de oro a una actuación soberbia, que dejo entre los presentes caras de asombro y satisfacción. 
Gran concierto de los británicos, que consiguieron convencer con su propuesta, demostrando porque gente como Lars Ulrich de Metallica, siempre les citaba como una de sus bandas favoritas en sus primeras entrevistas. Toda una lección de metal tradicional que consiguió  dejar una duda flotando en el ambiente. Si Hell, hubieran podido editar su disco en 1985, ¿Hasta dónde podrían haber llegado?, una pregunta que nunca tendrá respuesta. En cualquier caso, si tienes  ocasión de presenciar alguno de sus directos, no lo dejes escapar, y podrás hacerte una idea del potencial de una banda auténticamente clásica dentro de su género.



ALFONSO DIAZ

FOTOS:CARLOS OLIVER

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