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miércoles, 17 de octubre de 2012

MANOWAR-SANT JORDI CLUB-BCN-13-OCT-2012



Lo cierto es que después de una jornada previa de lo más movidita, con comunicado desde el facebook oficial de la banda, en el que se anunciaba la cancelación del concierto de Barcelona y su descarga en  Madrid, con  el desmentido desde los principales medios especializados, y una posterior rectificación desde el propio facebook de la banda, a escasas horas del inicio del show, en el que se daban por solucionados los  “extraños problemas técnicos”  que habían hecho peligrar la nueva descargar de los auto proclamados Reyes del Metal en la Ciudad Condal. Si a todo esto le sumamos el descontento general que los americanos dejaron a su paso por la  ciudad de Zaragoza, durante el primer concierto de la gira española, lo cierto es que al encaminarme hacia el Sant Jordi Club, no sabía muy bien lo que me iba a encontrar.

Al aproximarme a las inmediaciones del local donde se iba a celebrar el show, me llamo la atención el buen ambiente que se respiraba, con una buena legión de seguidores de la banda haciendo cola para acceder al recinto, bien ataviados con sus camisetas con el inconfundible guerrero que adorna las portadas de los discos de los americanos. La primera sorpresa, nada más acceder al recinto, fue la confirmación de  que no había artista invitado, así que de un plumazo y sin previo aviso nos quedamos sin la oportunidad de presenciar la actuación de Holyhell, una banda que ya había abierto los conciertos de Manowar en su anterior visita por tierras catalanas,  y es que la banda de la vocalista  Maria Breon y el guitarrista Joe Stump,  parecen estar apadrinados por el bajista Joey DeMaio.

Con  su nuevo disco "The Lord Of The Steel", a punto de salir a la calle de manera oficial, los americanos se presentaban en el escenario del Sant Jordi Club, dispuesto a darnos una buena muestra de su fuerza metálica y de sus nuevas composiciones, aunque  el arranque vino de la mano de viejos clásicos, que sirvieron para que el público calentara sus gargantas de la mano de temas como la inicial "Manowar", en la que pudimos apreciar, que la banda sigue apostando por un sonido duro e impetuoso, con el bajo de Joey DeMaio haciendo retumbar los cimientos del local, mientras Eric Adams, nos mostraba que pese al tiempo transcurrido sigue conservando una voz potente y clara, sin duda un registro envidiable, que tras mas de 30 años de discos y giras, sigue sonando potente y arrolladora. Por supuesto no pudieron faltar desde los primeros compases de su actuación sus conocidísimas poses con las que sellaron el pacto de hermandad y camaradería con sus fans, para posteriormente embarcarse en una arrolladora "Kill With Power", que fue recibida con algarabía por las primeras filas, mientras los músicos correteaban por las tablas, saltando DeMaio por encima de una arrodillado Karl Logan que se empeñaba en hacer rugir su guitarra sobre el infranqueable muro rítmico que formaban el citado DeMaio y el recuperado batería Donnie Hamzik, que ya grabara su debut “Battle Hymns” en 1982.

Tras un arranque apoteósico,  con los americanos tirando de clásicos indiscutibles de su discografía, llegaba el momento de "Call To Arms", tema que abría su "Warriors Of The World", una composición  que ha conseguido calar entre sus fieles y que fue enlazada con el primero de los cortes pertenecientes a su nuevo álbum "Lord Of The Steel", concretamente "Hail, Kill And Die", un corte que pese a ser de nueva factura, fue bastante bien recibido gracias a su ritmo arrollador y a su letra plenamente construida con los nombres de temas clásicos de la banda, sin duda todo un guiño a sus seguidores, que durante este tramo inicial de concierto estaban disfrutando al máximo, coreando el pegadizo estribillo que se veía proyectado en las pantallas situadas sobre el escenario.  Después de tan solo cuatro temas quizás era demasiado pronto para las presentaciones individuales, pero ya se sabe que los "Kings Of Metal", son un poco especiales a la hora de marcar el ritmo de sus actuaciones, y el primero que tuvo su momento solista fue el guitarrista Karl Logan, un músico que si bien nunca ha destacado por tener una personalidad arrolladora en directo,   siempre ha sabido permanecer en un  segundo plano dentro de la banda,  desarrollando un gran trabajo, constatando  que, poco a poco, ha ido ganando peso musical dentro del engranaje de la banda.

El atronador sonido del bajo de DeMaio fue nuevamente el encargado de liderar una coreadísima "Brothers Of Metal Part 1", que nos sirvió como preámbulo para introducirnos en su disco "Sign Of The Hammer", y es que el cuarteto interpreto de manera consecutiva la emotiva "Mountains", Thor (The Powerhead) , toda una sorpresa poder disfrutar de esta fantástica dupla de temas, mientras en las pantallas se proyectaba la portada del álbum, llevando al delirio a sus fans más veteranos, antes de dejarnos arrastrar por una poderosísima "Outlaw" que consiguió transportarnos al mismo infierno con Eric Adams haciéndonos cantar el estribillo mientras todo la pista no dejaba de apoyar levantando sus brazos hacia el escenario, creando uno de los momentos más intensos de la noche, con Adams empeñado en  reventar nuestros tímpanos, con esos gritos agudos que siempre le han caracterizado.

Hasta este preciso instante, la descarga de los americanos había sido impecable, mostrando unas altas dosis de energía y un ritmo muy alto, únicamente, habría que achacarles la temprana aparición del solo de guitarra.  Pero fue a partir de la interpretación del novedoso "Expendable" y "El Gringo", cuando la temperatura de la sala bajo considerablemente, denotando que las nuevas composiciones, o bien por desconocimiento, recordemos que el disco todavía no ha sido editado de forma oficial,  o bien por su calidad musical, no acaban de enganchar a una audiencia que se mostró excesivamente, estática y fría mientras sonaban ambos temas, y hasta el propio DeMaio, parecía mas ausente de lo normal mientras tocaba los nuevos temas, por suerte pudimos salir rápidamente de este pequeño bache al sonar los primeros acordes de "Sign Of The Hammer" que se fundió con un impresionante "Hand Of Doom" con la que el bajista pareció revivir, inyectando vitalidad a una audiencia que veía emocionada como su héroe se arrodillaba realizando el signo de martillo.

Como viene siendo habitual, después de un final ensordecedor, el escenario se quedaba a oscuras durante unos breves segundos, para que el bajista y líder de la banda Joey DeMaio ocupara uno de los laterales del escenario, para de  forma parsimoniosa, dar inicio a un extenso solo de bajo, durante el cual, nos obsequió con una exhibición de técnica y rapidez que se vio completada por unos iniciales movimientos robóticos, y por la incesante participación de un respetable que no dejo de rugir respondiendo a las notas del alargado mástil del bajista. Tras el alarde técnico del bajista, llegaba la hora de sumergirnos en "Let The Sons Of Odin", que volvería a dejar paso a otro solo, en este caso, al del batería Donnie Hamzik. Llegaba el momento de que DeMaio se dirigiera cual maestro de ceremonias a la concurrencia, y la curiosidad de la noche fue que dio su extenso discurso en catalán, ante el asombro y satisfacción de todos los presentes que agradecieron el detalle y la colocación de una “senyera” catalana con una cerrada ovación.

Después de la charla, era hora de encarar la recta final del show, y la banda estaba dispuesta a poner toda la carne en el asador con la interpretación de la  seminal e hímnica "Kings Of Metal", que puso la sala patas arriba, el himno clásico del cuarteto, la imprescindible y coreadísima "Hail And Kill", que sigue poniéndome los pelos de punta, y dos de  las piezas más cañeras de su último trabajo "Manowarriors" y el tema que le da título "The Lord Of Steel", con el que se retiraron momentáneamente, antes de regresar por todo lo alto con la interpretación  a coro con un público, que coreo cada uno de los estribillos de la épica "Warriors Of The World United", que fue dedicada a todos los fans del grupo que habían tenido fe en que la banda iba  a tocar esta noche, para cerrar definitivamente con el acostumbrado "Black Wind, Fire And Steel", que siempre suele poner el punto y final  a sus descargas, antes de que empiece a sonar por megafonía “The Crown And The Ring”.

Una actuación plenamente satisfactoria la de los americanos, que esta vez se descolgaron con un show largo, casi dos horas  y media de concierto, sabiendo mantener un ritmo poderoso  e intenso durante la mayor parte de su actuación, pero a los que habría que reprocharles, la temprana aparición de los solos, y el  enlazar demasiados temas nuevos, haciendo que algunas partes de su concierto fueran un poco más densas y bajaran notablemente el ritmo del concierto.



ALFONSO DIAZ

FOTOS CARLOS OLIVER









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