INICIO

viernes, 30 de noviembre de 2012

DORO+SEVEN-RAZZMATAZZ 2-BCN-25-NOV-2012




Hay artistas que a pesar de los años nunca pierden el tirón y el favor de su público, este es el caso de la rubia vocalista alemana Doro Pesch, una mujer que cada año, y casi de manera irremediable, nos visita contando siempre con el  inestimable apoyo de su fiel parroquia de seguidores que convierten en   éxito cada una de sus visitas. 
En esta ocasión, la excusa para la nueva venida de la carismática vocalista, era la edición de su nuevo trabajo "Raise Your Fist", una nueva colección de himnos en los que Doro vuelve a encarar 13 composiciones del más genuino metal teutónico, y para el que ha contado con la ayuda de algunas figuras destacadas como el vocalista inglés Lemmy Kilmister, líder de los legendarios Motorhead, o Gus G. guitarrista de Ozzy Osbourne.
Con un Razzmatazz  2  que presentaba todavía una muy pobre entrada, salían sobre las tablas, la potente formación, procedente de la República Checa Seven, un combo con una amplia experiencia a sus espaldas,  capitaneados por el virtuoso guitarrista, y único miembro fundador Honza Kirk Bëhunek, el cuarteto  se presentaba en Barcelona para ofrecernos un amplio repaso de su último trabajo "Freedom Call", que ha supuesto el debut de su nuevo vocalista Lukás Písarík
Aunque en un primer momento tuvieron que combatir con  la frialdad con la que fueron recibidos, los checos supieron, a base de entrega y de temas tan contundentes como "Wild In The Night" o "Freedom Call", dar la vuelta a la situación inicial consiguiendo enganchar al público con su poderoso heavy metal no exente de melodía.Pese a que su propuesta no es especialmente novedosa, lo cierto, es que el cuarteto consiguió captar la atención del respetable con algunos trucos escénicos muy vistosos, como el solo de guitarra hecho con un taladro durante "So Scare", al más puro estilo Paul Gilbert de Mr. Big, o los intercambios en la figuración entre bajista y guitarrista.
Destaco por encima de sus compañeros, el trabajo del guitarrista Honza Kirk Bëhunek, que brilló especialmente en el corte  instrumental  que precedió al ritmo rotundo y rockero de "Get It", extraído de su más reciente trabajo "Freedom Call", tampoco se olvidaron de sus anteriores lanzamientos ofreciéndonos una rotunda versión de "The Magnificient Seven", incluido en su disco de 2009 "Seven Deadly Sins", que su vocalista Lukás Písarík interpreto desde el curioso atril con el logo de la banda que presidía el centro del escenario.
Los cuarenta minutos de los checos, que fueron claramente de menos a más, culminaron con la melódica "The Road", que consiguió el apoyo del público acompañando el inicio con palmas, y la más cañera "Lost Hero", en la que Seven dejaron claro que su sonido gana muchos enteros cuando se deciden a pisar el acelerador, mostrándo su cara más agresiva y contundente.

Con una sala, que gracias al impulso final de última hora, llego a una media entrada larga, la expectación era alta de cara a la salida de la vocalista alemana. Con escenario muy trabajado, con un par de tarimas  en la parte trasera sobre las que a modo de atrezo se habían colocado dos calaveras de un tamaño considerable junto a  un enorme telón que reproducía la portada del último trabajo de la vocalista alemana. Con el ambiente lo suficientemente caldeado, el combo germánico salía dispuesto a dar lo mejor de sí, arrancando su actuación con un comedido "Hellraiser", que nos sirvió para adentramos en la actuación de la mano de una Doro  plenamente consciente, de que muchos de sus fans sienten especial predilección por los inicios de su carrera, y por los discos que facturó durante la década de los 80 con los míticos Warlock, así que no es de extrañar que la segunda canción de la noche fuera la aclamadísima "I Rule The Ruins", todo un pelotazo, con el que la gente estalló de alegría, mientras la vocalista nos mostraba su eterna y contagiosa sonrisa, demostrándonos que no ha perdido ni una pizca de su capacidad vocal, ni de su fuerza en escena, mostrándose como un auténtico "animal" de directo, haciendo constantemente participe del espectáculo a un público que coreo cada uno de los himnos que uno tras otro fueron cayendo, auténticos clásicos como "Burning The Witches" o "Fight For Rock", composiciones  que en pleno siglo XXI, siguen sonando tremendamente frescas y actuales, gracias en gran medida a una banda sólida y compacta que cree firmemente en su propuesta y en el infinito carisma de su vocalista.
Tras un primer tramo de concierto con  toda la sala entregadísima, rindiendo pleitesía a la “Reina del Metal”, llegaba el momento de bajar un poco el trepidante ritmo del show, con uno de los temas más recientes de Doro, el hímnico "The Night Of The Warlock", que abría su anterior trabajo de estudio "Fear No Evil", para sin apenas darnos respiro volvernos a transportar  a la década de los ochenta con la trepidante y cañera "Hellbound", con la que nuevamente toda la sala se dejó arrastrar por la velocidad y la energía de una vocalista que no dejaba de hacer headbanging, llegando incluso a bajar al foso para ceder el micrófono a las primeras filas, mostrando una comunión absoluta con sus seguidores. Tras el derroche de fuerza y entrega, llegaba el momento de dejarnos seducir por la contundente y contagiosa  melodía de "True As Steel", antes de ofrecernos la primera de las canciones nuevas de la noche, la pegadiza "Raise Your Fist In The Air", que puso a toda la pista a saltar, levantando todos al unísono los puños al aire, siguiendo la letra de la canción, demostrando que si bien en estudio, el tema no acaba de convencer, en directo es otra historia totalmente diferente.
A pesar de que la vocalista alemana se mostró  durante todo el show como la absoluta protagonista de la velada, hay que reconocer que la de Düsseldorf ha conseguido forjar una formación realmente convincente y estable a su alrededor, con unos músicos que ya llevan algunos años girando juntos ,  y realmente  eso se nota en  la compenetración y el buen rollo que se respira sobre las tablas, con constantes guiños y gestos de complicidad entre los músicos, como durante la interpretación del siempre efectivo " Für Immer" que sirvió como antesala de un aplastante y demoledor "Earthshaker Rock", toda una descarga de adrenalina que se fundió con el solo de batería de Johnny Dee, que indudablemente sirvió para que la vocalista cogiera aire para afrontar la segunda parte del show. Durante el ejercicio solista del batería, que a mi parecer fue excesivamente largo, tuvimos tiempo de deleitarnos con algunos cambios de ritmo de lo más vistoso, e incluso tuvimos ocasión de cantar  un fragmento del "We Will Rock You" de los británicos  Queen.
Después del solo de batería,  fue el bajista y mano derecha de la cantante  sobre el escenario, el gigantón Nick Douglas, el encargado de presentarnos a Doro, quien dirigiéndose al respetable, tuvo el gesto de recordar su primera visita a nuestro país con Warlock, como invitados de Judas allá por 1986, para  posteriormente presentarnos  un tema que se ha convertido en el himno oficioso del festival de Wacken, "We Are The Metalheads", que volvió a  hacer retumbar  la sala gracias al rugido de todos los asistentes,  creando un emotivo sentimiento de hermandad, con la vocalista dirigiendo al público encaramada a una de las tarimas del escenario. Obviamente la respuesta  de un público entregado y emocionado fue  una cerrada ovación, agradeciendo  la entrega de la formación alemana, que inmediatamente aprovecho el momento álgido para introducir otro de los cortes de su nuevo trabajo, un convincente  "Revenge" que gozó de una muy buena acogida y que sirvió como preámbulo para el momento más emotivo de la noche, que se produjo durante la interpretación de "Hero" tema con  el que la vocalista alemana rindió un merecido homenaje a la figura del tristemente desaparecido Ronnie James Dio.
Tras el recuerdo a una de las más importante figuras del heavy metal, estaba claro que la mejor manera de seguir homenajeando al  pequeño "Elfo", era sometiéndonos a una nueva ración de heavy metal y que mejor que volver la vista  atrás, para rescatar  el  rotundo "Burn It Up" perteneciente a su “Calling The Wild”  y el inmortal "All We Are", que consiguieron llevarnos, a todos los presentes, al éxtasis más absoluto, redondeando el momento más intenso y emocionante de la noche, con absolutamente todos los presentes coreando el estribillo del tema, para posteriormente  volver a rendir pleitesía a una mujer totalmente entregada en su labor de hacernos disfrutar ofreciéndonos una generosa dosis de Heavy Metal.
Después de ver la entrega del público, parecía imposible que semejante nivel de magia y energía se pudiera mantener si los músicos abandonan las tablas, es por ello, que la formación decidió no retirarse y empalmar casi de manera instantánea con los bises, que en esta ocasión tuvieron un sabor y una dedicación especial para el público que se dio cita en el Razzmatazz 2.  Una nueva dupla de canciones directamente extraídas  del mítico  "Thriump And Agony",  fue lo más destacado en esta parte final del show, donde la elegancia de "Metal Tango", se fusionaba con la potencia de una marcada "East Meets West", antes de encarar el fin de fiesta definitivo con su particular versión del "Breaking The Law" de Judas Priest, dando por finiquitada una brillante actuación de Doro, que volvió a reivindicarse como la auténtica e icónica “Reina Del Metal”.
En resumen,  una nueva actuación de la rubia vocalista alemana que volvió a convencer, una vez más, a todos sus seguidores, reafirmándose como una apuesta segura de cara a los directos, gracias a un repertorio aplastante combinado con  un carisma y fuerza  escénica arrolladora. Quizás pueda parecer excesivo el protagonismo de los temas de Warlock en el setlist de Doro, pero la rubia vocalista siempre se ha mostrado totalmente entregada a sus seguidores y sabe perfectamente como satisfacer a su parroquia.


ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

miércoles, 28 de noviembre de 2012

DRAGONFORCE+HUNTRESS+KISSIN´DYNAMITE-SALAMANDRA-BCN-15-NOV-2012






Si hace tan solo unos días, los americanos Kamelot, llegaban a la Ciudad Condal, para presentarnos a su nuevo vocalista, el sueco, Tommy Karevic, dejando en todos los presentes una muy grata impresión y  la convicción de que la banda tiene por delante un futuro más que prometedor, en esta ocasión eran los chicos de Dragonforce, los que se presentaban en un Salamandra que registro una muy buena entrada, y mas si tenemos en cuenta el aluvión de conciertos que estamos teniendo últimamente, para presentarnos su reciente trabajo "The Power Within" , y a su nuevo cantante Marc Hudson, que ha sido el elegido para cubrir la vacante dejada por el carismático vocalista ZP Theart.
Para completar el cartel de esta noche, los power-metaleros británicos venían acompañados por dos formaciones con  propuestas totalmente diferentes, pero igualmente atractivas. En primer lugar, los germanos Kissin´ Dynamite, toda una apuesta segura en directo, con su heavy metal de corte clásico, repleto de los mas escandalosos clichés glam de la década de los 80 junto a unos temas directos y facilones, ideales para sonar en los festivales, y posteriormente  la propuesta mucho más contundente y oscura de los héroes del underground americano, Huntress, una formación liderada por la vocalista  Jill Janus que en muy poco tiempo ha conseguido llamar la atención de los seguidores de los sonidos más oscuros gracias a un fenomenal debut titulado "Spell Eater".
Los alemanes Kissin´Dynamite, eran los encargados de abrir la velada con su heavy metal clásico de corte ochenteno, repleto de coros contundentes, fácilmente coreables, dobles armonías de guitarra y muchas ganas de diversión. Con su estilo cañero  y desenfadado consiguieron enganchar a un público que se mostró muy participativo durante la descarga del quinteto germano. Arrancando su show con la potente "Sleazy  Deluxe", los alemanes, comandados por el vocalista Hannes, con una imagen a medio camino entre Michael Monroe y un jovencísimo y glam Axl Rose, decidieron montar una buena fiesta con temas de su último trabajo, "Money Sex And Power", como con la glam rockera "Sex Is War", que consiguió poner a todo el mundo a bailar, mientras la sala coreaba el estribillo.

Aunque evidentemente, la mayoría del repertorio de los alemanes se basó en su último trabajo, también tuvieron tiempo de mirar atrás para rescatar el tema que dio título a su segundo trabajo "Addicted To Metal", un medio tiempo marcado y rotundo, con un aire muy macarra, ideal para ser seguido con una cerveza en la mano. Volviendo a su material más reciente, la potente "Wellcome To The Jungle" (nada que ver con la de los americanos Guns N´Roses), nos dejó una gran cantidad de imágenes divertidas, con la banda haciendo las típicas poses de las rock-stars de los 80, dando a su actuación un aire festivo y desenfadado. Un pretencioso "I Will Be King", con el vocalista saliendo a cantar con una vistosa capa roja, para posteriormente someter a su compañero ,el bajista Steffen, sirvió para entrar en la recta final de la mano de "Operation Supernova", antes de cerrar definitivamente su corta e incendiaria actuación con el tema que da título a su último trabajo "Money Sex And Power", tras el  que el quinteto desapareció del escenario después de habernos sacado más de una sonrisa durante  sus escasos 35 minutos de Show.  Puede ser que la música de los alemanes no sea el colmo de la innovación y que el quinteto no aporte nada significativamente nuevo a un sonido que está ya muy trillado, pero lo cierto es que  Kissin´Dynamite, demostraron durante su  actuación que saben cómo montar una buena fiesta sobre las tablas, llamando la atención del público metalero, con unos temas sencillos y una puesta en escena vistosa y descarada.
 
Después de la actuación de Kissin´Dynamite, llegaba el momento de cambiar el chip, para enfrentarnos a la descarga de los americanos Huntress, una formación que ha conseguido emerger desde el underground americano, ofreciendo un heavy metal muy personal y característico en el que tienen cabida elementos de otras vertientes más contundentes. Liderados por la llamativa vocalista Jill James, el quinteto ha conseguido facturar un primer disco potente y atractivo bajo el título de "Spell Eater".

Con el cuchillo entre los dientes y dispuestos a aprovechar al máximo su oportunidad los americanos tomaban las tablas al ritmo de la abrumadora "Sonecide", dejando bien claro desde los primeros instantes de su actuación que lo suyo son los ambientes densos mezclados con ráfagas contundentes de metal abrasivo y destructor, junto a unas líneas vocales capaces de moverse en registros altos y agudos, y gruñidos graves y rasgados que dan a los temas una ambientación oscura y operística que recuerda al maestro King Diamond. Tras la sorpresa e impacto inicial de muchos de los asistentes que no conocían a la banda americana, la formación consiguió llamar la atención de todos los presentes con temas como "Snow Witch" o "The Tower", que nos permitieron comprobar las buenas dotes como frontwoman de Jill Janus, deambulando encapuchada por el escenario dando a su interpretación un corte teatral y oscuro.
Con una puesta en escena sobria y una  actuación que por momentos iba ganando enteros, gracias a la potencia thrashera de temas como "Spell Eater", en el cual las ráfagas de doble bombo de un potentísimo Carl Wierzbicky, se fusionaban con los tormentosos riffs de Blake Meahl , Ian Alden, la banda consiguió crear momentos realmente intensos sumergiéndonos en unas  atmósferas opresivas que tuvieron continuidad con la tenebrosa "Sleep And Death", en la que Jill Janus, llevo sus cuerdas vocales al límite, castigando nuestros tímpanos con una colección de agudos infernales. Para cerrar su actuación los americanos decidieron apostar por una rotunda  "Night Ripe", que contó con la complicidad del público acompañando con palmas el inicio del tema, para posteriormente cerrar con la oscura y mágica "Eight Of Swords", un tema en el que la banda sacó a relucir su faceta más épica.
Una muy grata sorpresa la actuación de Huntress, una banda a la que no hay que perder la pista, ya que en un futuro cercano pueden dar mucho que hablar,  gracias a su calidad musical y a la potencia arrolladora  de su vocalista, la explosiva Jill Janus.
Tras una pausa, un poco más larga de lo habitual, llegaba el momento de las estrellas  de la noche Dragonforce. Personalmente siempre he pensado que el sexteto  británico era, desde su misma concepción, algo así como la respuesta británica al aluvión  de bandas  powermetaleras que inundaban el mercado europeo, pero lo cierto es que Dragonforce siempre se han caracterizado por tener unas señas de identidad muy marcadas, incluyendo dentro de su música, esos guiños tan personales y originales, basados en los antiguos videojuegos. Después de la salida de su anterior vocalista ZP Threat, lo fácil hubiera sido fichar a un vocalista conocido, grabar un disco rápidamente y volver a la carretera para consolidar la formación, pero lejos de eso, los británicos han preferido tomarse con calma el proceso de transición, concentrándose en escribir material,  mientras abrían un canal de youtube para que los posibles candidatos al puesto de vocalista fueran enviando sus vídeos. Finalmente, el elegido para ocupar el puesto de vocalista dentro de la formación fue  Marc Hudson, un joven de Oxford, que tocaba en una banda local llamada Clint, quien cautivo a sus futuros compañeros con la interpretación del tema "Through The Fire And The Flames".
Si hay algo que siempre ha caracterizado a la formación liderada por los virtuosos guitarristas Sam Totman, principal compositor de la banda, y el oriental Herman Li, es la velocidad, y precisamente así fue su actuación en Salamandra, una auténtica carrera contrarreloj, a un ritmo feroz y trepidante, en el que no hubo tiempo para baladas ni medios tiempos, sino únicamente para un derroche rotundo de contundencia, bañado en buen humor y ante todo una actitud tremendamente positiva. Con "Holding On", de su más reciente trabajo "The Power Within" daba arranque la actuación del sexteto, en el que desde el grito inicial, pudimos observar que el nuevo fichaje de la banda no tendría ningún problema para afrontar los temas más exigentes del combo, ya que si bien su timbre es algo diferente al de su antecesor, sigue conservando ese toque especial para afrontar las notas más agudas de los temas de los británicos, además de conseguir combinar perfectamente con los melódicos coros de sus compañeros. Tras un tema inicial a ritmo de vértigo que fue respondido con una contundente ovación por parte del público que ocupaba las tres cuartas partes del aforo del Salamandra, llegaba la primera mirada a la historia de la banda, liderada por "Heroes Of Our Time", perteneciente a su anterior trabajo "Ultra Breakdown", en la que el ritmo no decreció dejándonos a la pareja de guitarristas ocupando el centro del escenario, subidos en los monitores, intercambiándose fraseos supersónicos, mientras el resto de sus compañeros no dejaban de alentar y animar a las primeras filas.
A pesar de la reciente incorporación a la banda, Marc Hudson, se mostró muy integrado dentro del engranaje de la banda, y pareció ser muy consciente de cuál era su rol dentro del grupo, ya que no dudaba en desaparecer de la primera línea del escenario cuando eran sus compañeros los protagonistas en los extensos desarrollos instrumentales. Tras los obligados saludos,  llegaba el momento de presentar el segundo single de su nuevo trabajo "Seasons", en el que bajaron un poco las revoluciones para dar mayor carga y contundencia a las guitarras, mientras volvían a destacar los cuidados coros del tema y la extraordinaria labor a los teclados de Vadim Pruzhanov que no dudo en coger su guitarra-teclado para formar en primera línea con sus compañeros. Las carreras entre teclados y guitarras no se detuvieron durante la trepidante "Fury Of The Storm", que fue el único de los temas de la noche, donde vi a Marc Hudson, un poco justo en la parte final del tema, muy concentrado en conseguir cuadrar la letra, pero consiguiendo salir victorioso.
Entre tanto despliegue guitarrístico y carreras de riffs, el sexteto también tuvo tiempo para dirigirse a los presentes para agradecernos nuestra presencia, mostrándose el nuevo vocalista muy simpático y extrovertido, esforzándose  en comunicarse, sacándose una chuleta con un par de frases que consiguieron arrancar una salva de aplausos del público antes de zambullirnos de nuevo en otra de sus nuevas composiciones la épica "Die By The Sword", repleta de ese aroma "true-metal", que consiguió que buena parte de las primeras filas  comenzaran a agitar la cabeza. Con una banda en la que se podía palpar el buen rollo, con los integrantes intercambiando constantemente gestos y muecas, nos acercábamos a uno de los momentos culminantes de la noche "Operation Ground And Pound", una de las favoritas de la audiencia, que contó con la participación masiva del público, mientras el guitarrista de origen chino Hernan- Li nos deslumbraba a todos con su anillo fluorescentes y su vistosa manera de tocar la guitarra, empeñado en meter el máximo número de notas posibles dentro del endiablado solo de guitarra.

Para muchos de los fans de Dragonforce, su tercer trabajo, "Inhuman Rampage", es el mejor lanzamiento de la banda, es por ello que los británicos nos obsequiaron con una ración doble  de temas perteneciente a ese disco, el melódico y coreadísimo "Fields Of Despair", que fue recibido con gran algarabía por parte de las primeras filas, que no dudaron en cantar la melodía del tema y "Soldiers Of The Wastedland", en la que ambos hachas volvieron a deslumbrarnos con sus virtuosos ejercicios solistas, haciendo salir humo de sus mástiles, mientras el público coreaba el estribillo ascendente,  para acto seguido embarcarnos en una rotunda recta final protagonizada  por una trepidante "Through The Fire And Flames", con una banda entregadísima, dándolo todo sobre las tablas, creando un ambiente de comunión total con su público, consiguiendo convencer y satisfacer a toda su audiencia. Para rematar la faena Dragonforce se decantaron por el tema  que sirvió como  adelanto para  su último trabajo,  el festivo y desenfadado "Cry Thunder", que consiguió envolver a todos los presentes con sus melodías de corte medieval y ese aire festivo, consiguiendo poner un simpático y efectivo fin de fiesta.
Tras la brutal y espitosa ración de velocidad ofrecida, los ingleses no se hicieron esperar mucho para volver sobre las tablas para concluir su espectacular actuación con la primeriza "Valley Of The Damned", demostrándonos que se encuentran en un fantástico momento de forma, consiguiendo vaciarse sobre las tablas, ofreciendo un gran despliegue físico y musical, con unos componentes que están plenamente comprometidos en el proyecto Dragonforce, lo que provoca que la banda funcione, a día de hoy, como un auténtico equipo, en donde por encima de cualquiera de los egos de sus componentes está el colectivo.
 Creo que la incorporación de Marc Hudson, ha supuesto una bocanada de aire fresco para unos  Dragonforce que parecen afrontar el futuro con ilusiones renovadas y con la confianza de ser una banda seguida y admirada por una audiencia que les respeta, y que ha sabido esperar hasta que el grupo  ha estado preparado para volver a la actividad con todas las de la ley. Sin duda, si siguen ofreciendo  conciertos tan eléctricos y contundentes, repletos de velocidad y simpatía, tenemos Dragonforce para rato.


ALFONSO DIAZ
FOTOS CARLOS OLIVER

martes, 27 de noviembre de 2012

THE SWORD-APOCRYPHON



The Sword son un cuarteto procedente de Austin Texas, que siempre se ha caracterizado por su amor y devocion por los riffs profundos y poderosos, inspirados en las grandes bandas clásicas de los 70, y especialmente en los maestros de Birmingham Black Sabbath. Seguramente, seria muy superficial definir su sonido como el de una banda de doom o stoner, al uso, pero lo cierto es que en su material pueden distinguirse claramente, la pasión por esos desarrollos largos y técnicos, mas propios del blues mas oscuro y progresivo de unos Led Zeppelin, mezclados con la potencia guitarrera de las bandas de heavy metal mas contemporáneo como Metallica o Slayer.


De cara a la edición de este cuarto trabajo "Apocryphon", los texanos estrenan nueva formación, con la inclusión de su nuevo batería Jimmy Vela, que sustituye al original Trivett Wingo. Otra de las novedades contenidas en este nuevo trabajo, es que después de que en su anterior lanzamiento conceptual de 2010 "Wrap Riders", el cuarteto, y especialmente su principal compositor y letrista, el vocalista y guitarrista J.D. Cronise, ha optado por unos textos mas personales y narrados en primera persona. El disco fue grabado en los Magpie Cage Studios de Baltimore bajo las ordenes del productos J. Robbins, utilizando un equipo analógico, con el que la banda, después de cinco duras semanas de trabajo, ha conseguido extraer un sonido directo y orgánico que se aleja de forma deliberada de la perfección técnica y pulcritud sonora de su anterior lanzamiento, dando forma a unos temas con un registro mas intenso y contundente.

Para cualquiera que haya seguido la trayectoria del cuarteto de Austin, no podrá pasar por alto que una de las máximas inspiraciones a la hora de componer las letras de J:D. Cronise, es la mitología, así que no resulta una sorpresa que el inicio del disco venga de la mano de un sugerente "The Veil Of Isis", un corte guitarrero y pegadizo con el que  The Sword demuestran que siguen apostando por esos riffs rocosos y monolíticos, junto a una base rítmica poderosa y efectiva, dando al corte un regusto y ambientación sureño junto a una letra compleja que nos habla de los diferentes ciclos de la naturaleza, la vida y la muerte. "Cloak Of Feathers", esta marcado por la rotunda batería de Jimmy Vela, contestando a las guitarras de J.D. Cronise y Kyle Shutt, en un dialogo instrumental al mas puro estilo Thin Lizzy, antes de sumergirnos en un tema con un aire mas oscuro y cadencioso, en el que la potencia de las guitarras es la seña de identidad, junto a unos cambios de ritmo que son capaces de transportarnos desde los tempos mas relajados propios del blues progresivo a momentos trepidantes y potentes, con las guitarras atronando esas melodías con un inminente aire del sur, dejando al descubierto su faceta mas netamente stoner.

Alejándose un poco de los parámetros mas propios del stoner y adentrando su sonido en terrenos algo mas estándar dentro del hard rock, la rotunda y dinámica "Arcane Montane", con un ritmo contagioso y aditivo, una composición que te dejara enganchado gracias a su pegadiza melodia central y sus poderosos increscendos durante los estribillos , redondeando una composición directa, en la que tiene cabida un amplio desarrollo guitarrero en el que nos dejan ver su lado mas psicodélico  introducido por el repicar de la campanas. Con un inicio lento y hipnótico arranca "The Hidden Masters", en el que destaca el fantástico trabajo de guitarras de Cronise y Kyle Shutt, en el que ambos "hachas" dejan clara su reverencia y admiración al maestro del Riff Tony Iommi, dando forma a una pieza densa y rocosa, con unos estribillos a dos voces muy logrados, que dan al tema un ambiente ocultista y setentero.

Uno de los aspectos mas destacados de este "Apocryphon", es la variedad y riqueza de sus temas, ya que pese a ser The Sword, una banda con una personalidad muy definida, lo cierto es que gracias al nivel de madurez adquirido durante todo este tiempo, en el que han compartido escenario con bandas tan grandes como Metallica o Machine Head, el cuarteto se atreve a encarar, temas como "Dying Earth", en la que nos muestran una faceta mas melódica y experimental, jugando durante el tema con diferentes efectos y afinaciones, pero sin llegar a perder en ningún momento su personalidad, gracias al registro en plan Ozzy de J.D. Cronise. Después de los devaneos experimentales,  en "Execrator" vuelven a sorprendernos, pero en este caso por la rotundidad e inmediatez de un corte directo, con la veloces guitarras siguiendo a la contundente batería, en uno de los cortes mas poderosos del disco con un estribillo directo y preciso.

El blues mas oscuro y sucio, vuelve a dejarse notar en "Seven Sister", dando forma a un tema a medio camino entre la elegancia del rock clásico y la rotundidad y contundencia de Black Sabbath, incluyendo unas guitarras pulcras y seductoras durante las partes lentas, que contrastan vivamente con unos fraseos asesinos y afilados durante las partes mas contundentes que se ven rematados por una excelente labor vocal. "Haws And Serpents", es quizás el corte que mas se aleja del concepto general de todo el álbum, ya que aunque en él se sigue conservando toda la potencia y el feeling guitarrero, tiene una estructura bastante predecible, muy en la linea de las composiciones de los años 80, y en ningún momento llega a despuntar realmente.

Los pasajes mas densos y pausados regresan de la mano de "Edge Of The Stormwitch", un medio tiempo guitarrero con una melodía muy inspirada que rápidamente dejará paso a las subidas de intensidad conducidas por los riffs afilados y contundentes dando forma a una pieza de ambiente cambiante, donde destaca el rotundo trabajo guitarrero de ambos hachas y la firmeza y consistencia de una base rítmica que suena como un autentico cañón. La pieza que da título al disco "Apocryphon", es la encargada de cerrarlo, y sinceramente creo que es la mejor de todo el disco, ya que en ella se recogen todos los elementos que se dan cabida dentro de este disco. RIffs densos y pesados con un sonido poderoso, mezclados con la furia y la determinación de unas lineas vocales directas, muy pegadizas, que junto a unos estribillos aditivos dan forma a un fantástico tema de clausura.

Si hay algo que me parece digno de admiración dentro de la trayectoria de The Sword, es que cada uno de sus lanzamientos, siempre ha conseguido superar a su antecesor, y creo que con este "Apocryphon" lo han vuelto a conseguir de nuevo, pero también me gustaría destacar que este nuevo trabajo es mucho más abierto y accesible, y está claramente dirigido a un público mas mayoritario que su anterior lanzamiento.





viernes, 23 de noviembre de 2012

GIGATRON+MOTORZOMBIS+BUSTIN´OUT-SALAMANDRA-BCN-17-NOV-2012




¡Señoras y Señores los Dioses han vuelto! He de confesar que cuando cayó en mis manos el primer trabajo de Gigatron, fui de aquellos “palizas” que atormento a todos sus colegas con aquellas tonadillas graciosas y festivas hasta el hartazgo, lo que propicio el cabreo de más de uno de ellos, pero nunca había tenido la oportunidad de ver en directo a la banda Valenciana.
En una semana plagada de conciertos en Barcelona, y coincidiendo, esa misma noche,  con las descargas en la ciudad de Sonata Artica y Therapy?, Gigatron se presentaban en el Salamandra con todo el papel vendido y el cartel de “Sold Out” en la ventanilla de venta de entradas de la sala. Con un ambiente fantástico, con multitud de gente disfrazada con pelucas de colores y mallas de color rosa, los aledaños de la sala parecía que se preparaban para una fiesta de carnaval más que para un concierto de rock.
Seguramente para los puristas, los valencianos no son más que una broma de mal gusto, pero lo cierto es que algo tienen que tener estos cuatro chicos cuando son capaces de reunir a más de ochocientas personas un sábado por la noche, para atormentarnos con sus letras macarras y descaradas junto  una puesta en escena cachonda y desenfadada, llena de excesos y posturas típicas de las más grandes  rockstar.

BUSTIN´OUT

Como aperitivo antes de la bajada desde el olimpo de los Dioses de los componentes de Gigatron teníamos programada la descarga de los locales Bustin´Out, una potente formación de hard rock y heavy metal que con su propuesta marchosa y contagiosa consiguieron amenizar la espera antes de la descarga de los valencianos. Si bien hay que remarcar que el cuarteto no disfruto de un buen sonido,  lo cierto es que sus temas nos sirvieron para ponernos en marcha de cara a la que se nos venía encima. Liderados por su guitarra y vocalista Gerard, el cuarteto consiguió fraguar una actuación convincente,  interpretando temas propios como la cañera “Beast Again”, que sirvió para presentarnos a su nuevo batería Rafa, y alguna  versión como un acertado y eléctrico “Fuel” de los americanos Metallica.
Sobreponiéndose a  unos pequeños problemas técnicos, que la formación barcelonesa supo superar con buen humor, su actuación fue de menos a más, encarando el tramo final de su corto set con un sonido bastante más potente, atacando  con el tema que da nombre a la banda, el pegadizo y fiestero “Bustin´Out”,  en el que incluyeron un pequeño solo de bajo, para cerrar posteriormente con “S.I.N.S.”, una de sus nuevas composiciones en las que el cuarteto muestra una clara evolución en su  sonido, incluyendo fragmentos más densos y contundentes. 

MOTORZOMBIS

Tras un breve descanso, los siguientes en tomar las tablas de un abarrotado Salamandra eran Motorzombis, un curioso cuarteto de rock n´roll, que basa la letra de sus canciones en los clásicos del cine de terror y serie-B. Salieron a escena caracterizaron como Zombies, con la cara maquillada y dispuestos a ofrecernos su personal estilo que ellos mismo definen como “Locobilly”.
Con mucho ritmo y una actitud festiva y comunicativa, los cuatro “monstruos”, dieron un buen repaso a un montón de historias y criaturas infernales que pueblan las pesadillas de la mayoría de los mortales, no faltaron en su particular recorrido por las películas de terror más reconocidas los temas dedicados a figuras tan abominables como “Harbert West, Re-animator”, o el tema dedicado al mítico Freddie Kruegger en la hilarante y descontrolada “Kruegger´s Nightmare”, todo ello aderezado con ese rock n ´roll de corte clásico con contrabajo incluido.
Durante su show, no faltaron tampoco los guiños simpáticos como  “Ghost Bastard”, con la inclusión de la conocidísima melodía de los Cazafantasmas, ni tampoco el recuerdo a su anterior lanzamiento “The Curse Of Spanish Horror Movies”, con la oscura y delirante “LLorana”, que fue el tema elegido para cerrar su actuación, dejando una muy grata impresión. 
Sin duda la propuesta de Motorzombis, resulta ideal para montar una buena fiesta, temas muy animados con unas letras originales junto a un sonido accesible y contagioso, son el coctel  ideal para dejarse arrastrar y pasar un buen rato. Después de haberlos visto en directo, no me cabe la menor duda, que más de uno que los descubrió está noche en Salamandra, buscara su nuevo disco “El Regreso de Motorzombis”.
Es curioso como en una época de crisis y graves problemas económicos,  la gente tiene claro cómo invertir su tiempo y su dinero en el ocio, el objetivo es   pasar un buen rato que consiga evadirle de la rutina y los malos rollos que les rodean. Es por ello que la descarga de Gigatron, a día de hoy, se presenta como una propuesta ideal para divertirse y pasar un rato entretenido  acompañado de los colegas, birra en mano, mientras se corean esas pegadizas y surrealistas letras, que sirven para  dar un nuevo enfoque a algunos temas  clásicos del heavy metal.


GIGATRON


Con una sala completamente llena, en la que no cabía ni un alfiler, el cuarteto valenciano liderado por el maestro de ceremonias, el controvertido y disparatado Charly Glamour, salía al escenario para embarcarnos en dos horas de diversión sin complejos de la mano de temas tan absurdos y disparatados como “El Barco de Colegas” “La Tierra Del Rock” o “El Templo del Metal”, con los que los valencianos abrieron su actuación ante un Salamandra que se venía abajo, con todo el recinto cantando cada una de las estrofas de los temas, haciendo prácticamente imposible escuchar la voz de Charlie, que quedaba ahogada ante el rugido de una masa enfervorizada que coreaba cada uno de los temas como si de auténticos himnos se trataran.
Sin duda el componente de cachondeo, que está presente en todas las letras de Gigatron, tiene una continuidad escénica gracias a los atuendos de sus componentes, que curiosamente competían en cuanto horterísimo con muchos de los asistentes al conciertos de esta noche, muchos de los asistentes no se cortaron a la hora de ponerse sus pelucas de color rosa, o llevar sus hachas de matar de pijos. Tras unos primeros temas de comunión total con el público la actuación prosiguió por derroteros similares con la interpretación de los temas ”más tóxicos” del cuarteto, fundiéndose en el mismo tramo de show, temas como “Caballón”, con macrojiringuilla incluida durante la presentación del tema, mientras Charlie nos explicaba sus problemas, el hímnico “Viva El Calimotxo”, con el reparto de “minis” entre las primeras filas, “Solo me Gusta el Rock”, la alocada “Rebeldes de Cuero” o la infaltable “Te Peto El  Cacas”, con la consiguiente explicación sobre el pique con Joey Tempest,  y  por supuesto ese fastuoso solo de guitarra hecho con la boca que puso la sala patas arriba, levantando el entusiasmo de un respetable eufórico ante la descarga de sus “héroes”.
Está claro que si hay algo que caracteriza a las grandes bandas de Rock de todos los tiempos, son sus aterciopeladas y dulces baladas, esos temas ideales para crear atmosferas intimistas y románticas, sembrando el aire de amor y complicidad, y como no podía ser de otra manera, “Los Dioses” también nos ofrecieron su peculiar set repleto de romanticismo, sacando las guitarras acústicas para “Muerdelo”, que contó con la aparición sobre las tablas de un  exhibicionista espontaneo, o la sensual y romántica “Tu Eres mi Veneno”.
Tras el pequeño momento de relax, llegaba el momento de afrontar el material más duro y satánico de los valencianos, inundando el escenario de humo y luces rojas para un cachondo “Poseso”, con ese falsete increíble de Charley gritando “malandrin” , y la inclusión del “Raining Blood”, que provoco la hilaridad del respetable,  o la siniestra “Macho Cabrio”, dando a la noche un ambiente de misa negra y ocultismo esotérico, con el vocalista hondeando el tridente de Satanas sobre las tablas mientras la seguridad tenía que emplearse a fondo desalojando a los espontáneos que subían al escenario.
Los temas más veloces y rápidos como “Espiz Metal”, “Mi Hacha hizo Tu Culo”, “Tormenta De Hostias” o “Warrior Of The Barrio”, fueron los protagonistas del tramo final del show, con absolutamente toda la sala cantando ,voz en grito, cada una de las estrofas mientras la gente no dejaba de bailar dando color a la descarga del cuarteto.
Tras una huida precipitada del escenario, llegaba el momento de poner el broche de oro a sus casi dos horas de actuación. Acompañados del inevitable cantico de “este garito lo vamos a quemar”, el cuarteto regresaba sobre las tablas para un festivo “Heavy Hasta A La Muerte”, que fue coreadísimo por todos los presentes, y la inevitable “Touch Me The Guitar” con la que dieron por terminada su actuación, dejando una sonrisa dibujada en todos los presentes, que habían disfrutado como enanos durante el show.
Seguramente puede parecer pueril que una banda como Gigatron, consiga llenar una sala como el Salamandra, pero realmente algo tienen estos chicos que consiguen conectar con la gente, creando un ambiente ,que sinceramente, hacía mucho tiempo que no veía en un concierto de un grupo nacional, y es que todo en la actuación de los valencianos fue disparatado, ya que incluso durante el saludo final, su batería Mazinger Molina dio con sus huesos en el suelo al voltearse uno de los monitores en los que se había subido para saludar. Sencillamente Desternillante.



ALFONSO DIAZ

FOTOS CARLOS OLIVER



jueves, 22 de noviembre de 2012

KREATOR+MORBID ANGEL+NILE+FUELED BY FIRE-SALAMANDRA-BCN-11-NOV-2012




Nos esperaba una tarde-noche repleta de thrash metal y metal extremo en la capital catalana, gracias al desembarco de una de las giras más atractivas y contundentes de esta temporada otoñal de conciertos. Con un ambiente, como el de las grandes ocasiones, unas ochocientas personas se dieron cita para presenciar la descarga de los thrashers americanos Fueled By Fire, los veteranos Nile, los maestros del death metal Morbid Angel, que parecen haber retornado a la buena senda desde el reingreso de su vocalista y bajista, el carismático David Vincent, y como fin de fiesta absoluto, la presencia de los alemanes Kreator, toda una institución dentro del thrash metal europeo.
Al acercarnos a las inmediaciones de la sala, destacaba la gran afluencia de público, que desde bastante rato antes de la apertura de puertas, abarrotaba los bares de los alrededores del Salamandra. La sala que colgó el cartel de sold-out en la taquilla, se quedó pequeña para acoger el concierto, lo qué propicio, que algunos de los que esperaron a última hora para adquirir su entrada, se llevaran una desagradable sorpresa y  se tuvieran que  quedar en la puerta sin poder acceder al recinto.

FUELED BY FIRE
Con una sala en la que ya se registraba unas tres cuartas partes de entrada, el cuarteto californiano Fueled By Fire, fueron los encargados de abrir la velada, saliendo a por todas desde el minuto uno de su actuación, dispuestos a sacar el máximo partido posible a sus escasos 30 minutos de actuación. Con mucha fuerza y entrega, el cuarteto nos ofreció una buena muestra de  su furioso thrash metal con estructuras old-school, que pareció satisfacer y agradar a los asistentes. A pesar de que la formación de Los Angeles, editó su último trabajo “Plunging Into Darkness”, hace un par de años, parece que los chicos no han parado de tocar y eso se tradujo en unos temas en los que destaco un sonido muy compacto y trallero, que hizo que cortes como el acelerado “Sickness Of Humanity”, fuera contestado con un “pogo” brutal entre las primeras filas.
Un punto a favor con el que contaron Fueled By Fire, fue el del idioma, ya que debido a la ascendencia hispana de sus componentes, su vocalista Rick Rangel, no tuvo problemas para presentar los temas en castellano, como en el caso del aplastante “Striking Death”, perteneciente a su primer álbum “Spread The Fire!!!”,  para el que el vocalista solicito la ayuda de las primeras filas para montar un "circle-pit". 
Con una propuesta muy influenciada por las grandes bandas de la Bay Arena, como Exodus o Testament, la seminal “Thrash Is Back”, sonó como una contundente declaración de principios, repleta de riffs asesinos y efectivas ráfagas de doble bombo, antes de poner el punto y final a su actuación con la devastadora  “Eye Of The Demon”, con una sala que ya prácticamente rozaba el lleno y  que respondió a  la entrega del cuarteto con una calurosa despedida. Sin duda Fueled By Fire, consiguieron calentar nuestras cervicales de cara al vendaval que se nos venía encima, consiguiendo con su breve show ganar algún seguidor para su causa.

NILE
Tras la poderosa actuación del cuarteto americano Fueled By Fire, muchos de los asistentes tomaban posiciones en la parte delantera de la sala para presenciar la descarga de los de Carolina del Sur. Nile siempre se han caracterizado por su death metal aplastante repleto de técnica y cambios de ritmo junto a unas letras muy interesantes y sugerentes,  basadas en la civilización egipcia,  gracias a la afición de su ideólogo y guitarrista Karl Sanders, todo un apasionado de la historia y de la literatura de H.P. Lovecraft.
Con una sala casi a rebosar,  el cuarteto americano daba arranque a su corto show, de cuarenta minutos, con un brutal “Sacrifice Unto Sebek” perteneciente a su disco “Annihilation Of The Wicked”, para posteriormente sumergirnos en la densa y corrosiva “Defiling The Gates Of Ishtar”, que provocó el headbanging entre los  seguidores de la banda, mientras Karl Sanders y Dallas Toler Wade se repartían las labores de vocalista. Curiosamente Nile, tuvieron que enfrentarse con el peor sonido de las cuatro bandas que tocaron esta noche, ya que su música sonó excesivamente embarullada y grave, lo que lastro bastante su actuación, más teniendo en cuenta que la propuesta del cuarteto americano se basa en un death metal contundente y técnico.
A pesar de que recientemente Nile han editado un fantástico nuevo trabajo bajo el título “At The Gate Of Sethu”, el cuarteto no dejo de lado sus temas más representativos y efectivos en directo y piezas como el destructor “Kafir!” y “Hittie Dung Incantation”, no faltaron en su repertorio de esta noche, haciendo las delicias de sus más incondicionales seguidores. Aunque siempre se les ha tachado en directo, de ser una banda un poco fría, lo cierto es que el cuarteto intento conectar con su público en todo momento, y pese a que la pareja de guitarristas se mantuvo un poco estática, hay que destacar que su bajista Chris Lollis, no paro de moverse durante todo el concierto, moviendo su larguísima melena negra en unos enrevesados molinillos.
De su actual trabajo discográfico decidieron rescatar una contagiosa “Enduring The Eternal Molestation Of Flame” y “Sarcophagus”, que pareció despertar a un público, que se mantuvo un poco estático y expectante durante algunas partes de su actuación. Con un sonido que por momentos llego a mejorar, pero que en ningún caso permitió brillar a los americanos, el cuarteto se decidió a encarar la recta final de su show con la hímnica “Ithyphallic”, antes de volver a su material más reciente para descargar una rotunda y brutal “Supreme Humanism Of Megalomania”, que levanto una buena salva de aplausos.
Aprovechando la buena acogida del último tema, los americanos pusieron el punto final a su actuación, echando la vista atrás para espetarnos un rotundo y abrumador “Black Seeds Of Vengeance”, extraído de su notable disco del año 2000,  con él se fueron del escenario, dejando entre los asistentes una latente división de opiniones, había gente a la que había encantado el show de los de Carolina, mientras que a la gran mayoría les había dejado un poco indiferentes, por culpa de una actitud un tanto fría de la formación y de un sonido manifiestamente mejorable.

MORBID ANGEL

Tras la actuación de Nile llegaba el momento de uno de los cabezas de cartel de la velada, los míticos Morbid Angel, unos pioneros del death metal más clásico y brutal, que con la reincorporación a sus filas delvcarismático vocalista David Vincent, se presentaban ante un Salamandra expectante ante los rumores de que su set se basaría casi íntegramente en sus primeros trabajos, dejando de lado su irregular último lanzamiento “Illud Divinum Insanus”, que parece no haber acabado de convencer a sus más veteranos seguidores.
Con la presencia sobre las tablas del maestro de los riffs endiablados Trey Azagthoth, los más románticos, solo se acordaron de la ausencia del batería Pete Sandoval, lesionado en la espalda, que fue perfectamente sustituido por Tim Yeung, que cuajo una actuación sobresaliente. Con una audiencia deseosa de su ración de death metal arrancaba el show de Morbid Angel con la primeriza “Immortal Rites”, desatando la pasión de los más enfervorizados seguidores del combo americano.La brutal respuesta de la audiencia tuvo continuidad con temas como “Fall From Grace” o un rotundo y atronador “Rapture”, que sonó a gloria, haciendo subir la temperatura de la sala varios grados, gracias a la entrega de las primeras filas.
La vuelta a la formación del carismático vocalista David Vinvent ha supuesto todo un acierto, ya que con él, la banda parece haber recobrado su estilo más arrollador, por lo menos en directo,  e indiscutiblemente Vincent, posee un carisma y dominio de la situación sobre las tablas que no poseía Steve Tucker. Tras un inicio rotundo, una nueva mirada a su primer trabajo con la voraz “Maze Of Torment”, nos sirvió para degustar esa exquisita mezcla de técnica y brutalidad de la que Morbid Angel siempre han hecho gala, levantando un gran apoyo y respuesta por parte de un público que parecía plenamente satisfecho con la elección de un repertorio clásico, completado con los temas más conocidos de la formación. Pese a ello el  combo americano no quiso dejar totalmente de lado su último lanzamiento de estudio, así que como quien no quiere la cosa, se descolgaron con un par de temas de su más reciente lanzamiento, de la mano de “Existo Vulgarè” y “Nevermore”, dos de los temas más aprovechables del controvertido  “Illud Divinum Insanus”,  que hicieron que la actuación bajara un poco el ritmo debido a la fría acogida del respetable.
Con un sonido mucho mejor que el de sus compatriotas Nile, Morbid Angel, siguieron su actuación tirando de su material más rotundo y avasallador, como muestra de su maestría nos dejaron la devoradora e inmortal “Chapel Of Ghouls”, con su característica melodía de guitarra, que el público coreo como si de un estribillo se tratase, para posteriormente sumergirnos en una recta final destructora, en la que nuestras cabezas no pararon de moverse violentamente seducidas por cortes como “Blood On My Hands” , “Bil Ur-Sarg”, con un David Vincent pletórico ocupando el centro del escenario, ejerciendo de líder absoluto de la banda , mientras que el guitarrista Trey Azagthoth, permanecía a la derecha en un discreto segundo plano, concentrado en sacar el máximo partido a sus seis cuerdas.
La seminal “God Emptiness” , y la explicita “World Of Shit (The Promise Land)”, ambas extraídas de su abominable “Covenant”, fueron las elegidas para cerrar la fantástica actuación del cuarteto americano, que demostraron con su show en Salamandra que todavía son capaces de crear ese feeling cargado de energía que siempre les ha caracterizado, consiguiendo resolver las dudas de los más escépticos, sobre qué tal sonaría la banda después del lanzamiento de un disco un tanto extraño, que dejo descolocado a más de uno de sus seguidores.

KREATOR

Unas vistosas proyecciones sobre el telón que cubría  el escenario, en las que se podían ver diferentes instantáneas de la carrera de la formación, junto a las portadas de sus trabajos más destacados, junto al  fondo musical del “Personal Jesus” de Johny Cash, sirvió de introducción para la salida al escenario de la mítica formación  alemana, que arrancaba su actuación abordando a sus seguidores con una buena ración de su material más reciente, de la mano de “Mars Mantra” y  un atronador   “Phantom Antichrist”, con el que la banda salía dispuesta a poner toda la carne en el asador, mostrándonos a un  Mille Petrozza enérgico y pletórico, ocupando el centro del escenario, levantando los brazos, alentando a sus seguidores, ejerciendo de líder absoluto de la banda, comandando a sus compañeros ante una audiencia entregada, que no paro de moverse durante el tramo inicial del show. Sin tiempo para reponernos del impacto inicial, el cuarteto siguió desgranando su más reciente trabajo, con la marcada y rotunda “From Flood Into Fire”, en la que pudimos constatar que el carismático Jürgen “Ventor”, no ha perdido la potencia de su magistral pegada, consiguiendo cimentar las poderosas bases del sonido de la banda.
Con un público entusiasmado coreando el nombre de la banda, el vocalista se dirigió por primera vez a la audiencia para introducirnos un acuchillante y destructor “Enemy Of God”, uno de los clásicos más recientes de la banda, que hizo que la temperatura en la sala  subiera al máximo, convirtiendo las primeras filas en un frente de batalla, con todo el público coreando el estribillo y levantando los brazos, mientras la banda descargaba su thrash metal clásico, en un escenario envuelto en humo, para posteriormente abalanzarse sobre un coreadísimo “Phobia”, único tema que rescataron de su gótico/industrial  “Outcast” de 1997. 
Después de un inicio de concierto realmente arrollador, en el que la banda se había mostrado rotunda y excelsa, parecía que nada podía parar a Kreator esta noche, y que la formación alemana venía dispuesta a hacer un concierto de aquellos que sientan cátedra, pues bien, después de que el poderoso doble bombo de “Ventor” nos introdujera en la brutal “Hordes Of Chaos”, el equipo eléctrico de la sala se vino abajo durante la parte final del tema, ante el asombro y desconcierto de músicos y público, quedando la sala sumida en la oscuridad más absoluta.
Tras más de veinte minutos en los que el desconcierto más absoluto reino en la sala, alguien de la organización, subió al escenario, para a viva voz, ya que no funcionaba la megafonía, informarnos de que se había producido un problema eléctrico y que estaban trabajando para solucionarlo. Ante tales perspectivas, muchos de los asistentes optaron por salir a la calle para tomar un poco el aire, encontrándose con la desagradable sorpresa de que había varias unidades de la policía frente a la puerta del local, seguramente avisadas por la propia sala ante el temor de posibles disturbios. Me gustaría destacar que pese a lo desagradable de la situación, no se produjo ningún incidente grave dentro de la sala, ya que la gente, de forma civilizada, supo aguardar la espera hasta que el problema eléctrico fue solventado.
Después de un interminable parón, de más de media hora, durante el que algunos de los asistentes decidieron abandonar la sala, ante los rumores que circularon de que la banda no volvería para acabar su show. Kreator volvieron sobre las tablas con un rotundo “Fuck This Place”, además de una serie de “palabras poco amables”, que Mille Petrozza dedico a los promotores, anunciando que la banda no volvería a tocar en la sala en próximas ocasiones. Dicho esto, el cuarteto se esforzó en retomar su actuación, intentando conectar con su público y dispuestos a convencer en esta segunda parte de su show,  para ello decidieron tirar de su material más clásico y agresivo, empezando esta segunda tanda con un violento “Extreme Aggression”, que sirvió para descargar un poco de tensión y mal rollo, tanto entre los asistentes como sobre el escenario.  Indudablemente un parón tan largo, repercutió de forma negativa en el desarrollo de la actuación, pero en favor de los alemanes, hay que decir que,  en esta nueva reentrada, subieron al escenario con las pilas bien cargadas y con una buena predisposición, conscientes de que se deben a su público. Un contundente “Peolple Of The Lie”, pareció ser el remedio perfecto para volver a imprimir al show la potencia y vivacidad que había tenido antes del fatídico momento del apagón. Con un público que por momentos parecía recuperar las ganas de diversión y el entusiasmo, reaccionando positivamente a las demanda de Petrozza, al dar las instrucciones para montar un masivo "circle-pit" durante la interpretación de “Death To The World”. 
Pese a la buena acogida que recibieron los temas de su más reciente lanzamiento, “Phantom Antichrist”, estaba claro que los mejores momentos de la noche vinieron de la mano de los temas más emblemáticos de la carrera de los alemanes,  cortes como “Coma Of Souls”, “Endless Pain” o el primerizo “Pleasure To Kill”, pusieron la sala patas arriba, consiguiendo el público tapar por completo la voz de Petrozza. Estaba claro, que después de un parón como el que se había producido, para nada servía la estructura habitual de un concierto, así que Kreator se saltaron la rutina de salir del escenario para volver en los bises, y decidieron encarar la parte final de su show enlazando la intro “The Patriach” con “Violent Revolution”, consiguiendo levantar los puños de la gente, antes de dejar paso al último tema nuevo de la noche “United In Hell”.
Un auténtico estallido de violencia sonora desato la siempre efectiva “Betrayer”, en la que el público entro en el delirio más absoluto, convirtiendo la pista en un mar de cabezas que no dejaban de moverse arrastradas por el brutal frenesí de una descarga clásica de genuino y puro thrash metal, que constituye todo un himno para una generación de thrashers. Para encarar la recta final del show, Petrozza sacó al escenario una bandera para presentar la iracunda “Flag Of Hate”, para rematar definitivamente su show con una rotunda “Tormentor”, dejando entre los asistentes un sabor agridulce, no por el trabajo de la banda sobre las tablas, sino por las diferentes circunstancias que hicieron que el show no llegase a cubrir las expectativas que todos teníamos puestas en él, y más después de la brutal actuación de los americanos Morbid Angel.
Una lástima que una actuación que estaba llevando un ritmo trepidante y arrollador se viera lastrada por los problemas eléctricos de una sala que se vio superada, haciendo que el set- lis de Kreator se viera recortado, privándonos de la posibilidad de degustar cortes como la novedosa "Civilization Collapse" o "Voices Of The Death" que formaban parte del repertorio previsto para la descarga de esta noche.

ALFONSO DIAZ

FOTOS:CARLOS OLIVER