¡Señoras y Señores los Dioses han vuelto! He de confesar que cuando cayó en mis manos el primer trabajo de Gigatron, fui de aquellos “palizas” que atormento a todos sus colegas con aquellas tonadillas graciosas y festivas hasta el hartazgo, lo que propicio el cabreo de más de uno de ellos, pero nunca había tenido la oportunidad de ver en directo a la banda Valenciana.
En una semana plagada de conciertos en Barcelona, y coincidiendo, esa misma noche, con las descargas en la ciudad de Sonata Artica y Therapy?, Gigatron se presentaban en el Salamandra con todo el papel vendido y el cartel de “Sold Out” en la ventanilla de venta de entradas de la sala. Con un ambiente fantástico, con multitud de gente disfrazada con pelucas de colores y mallas de color rosa, los aledaños de la sala parecía que se preparaban para una fiesta de carnaval más que para un concierto de rock.
Seguramente para los puristas, los valencianos no son más que una broma de mal gusto, pero lo cierto es que algo tienen que tener estos cuatro chicos cuando son capaces de reunir a más de ochocientas personas un sábado por la noche, para atormentarnos con sus letras macarras y descaradas junto una puesta en escena cachonda y desenfadada, llena de excesos y posturas típicas de las más grandes rockstar.
BUSTIN´OUT
Como aperitivo antes de la bajada desde el olimpo de los Dioses de los componentes de Gigatron teníamos programada la descarga de los locales Bustin´Out, una potente formación de hard rock y heavy metal que con su propuesta marchosa y contagiosa consiguieron amenizar la espera antes de la descarga de los valencianos. Si bien hay que remarcar que el cuarteto no disfruto de un buen sonido, lo cierto es que sus temas nos sirvieron para ponernos en marcha de cara a la que se nos venía encima. Liderados por su guitarra y vocalista Gerard, el cuarteto consiguió fraguar una actuación convincente, interpretando temas propios como la cañera “Beast Again”, que sirvió para presentarnos a su nuevo batería Rafa, y alguna versión como un acertado y eléctrico “Fuel” de los americanos Metallica.
Sobreponiéndose a unos pequeños problemas técnicos, que la formación barcelonesa supo superar con buen humor, su actuación fue de menos a más, encarando el tramo final de su corto set con un sonido bastante más potente, atacando con el tema que da nombre a la banda, el pegadizo y fiestero “Bustin´Out”, en el que incluyeron un pequeño solo de bajo, para cerrar posteriormente con “S.I.N.S.”, una de sus nuevas composiciones en las que el cuarteto muestra una clara evolución en su sonido, incluyendo fragmentos más densos y contundentes.
MOTORZOMBIS
Tras un breve descanso, los siguientes en tomar las tablas de un abarrotado Salamandra eran Motorzombis, un curioso cuarteto de rock n´roll, que basa la letra de sus canciones en los clásicos del cine de terror y serie-B. Salieron a escena caracterizaron como Zombies, con la cara maquillada y dispuestos a ofrecernos su personal estilo que ellos mismo definen como “Locobilly”.
Con mucho ritmo y una actitud festiva y comunicativa, los cuatro “monstruos”, dieron un buen repaso a un montón de historias y criaturas infernales que pueblan las pesadillas de la mayoría de los mortales, no faltaron en su particular recorrido por las películas de terror más reconocidas los temas dedicados a figuras tan abominables como “Harbert West, Re-animator”, o el tema dedicado al mítico Freddie Kruegger en la hilarante y descontrolada “Kruegger´s Nightmare”, todo ello aderezado con ese rock n ´roll de corte clásico con contrabajo incluido.
Durante su show, no faltaron tampoco los guiños simpáticos como “Ghost Bastard”, con la inclusión de la conocidísima melodía de los Cazafantasmas, ni tampoco el recuerdo a su anterior lanzamiento “The Curse Of Spanish Horror Movies”, con la oscura y delirante “LLorana”, que fue el tema elegido para cerrar su actuación, dejando una muy grata impresión.
Sin duda la propuesta de Motorzombis, resulta ideal para montar una buena fiesta, temas muy animados con unas letras originales junto a un sonido accesible y contagioso, son el coctel ideal para dejarse arrastrar y pasar un buen rato. Después de haberlos visto en directo, no me cabe la menor duda, que más de uno que los descubrió está noche en Salamandra, buscara su nuevo disco “El Regreso de Motorzombis”.
Es curioso como en una época de crisis y graves problemas económicos, la gente tiene claro cómo invertir su tiempo y su dinero en el ocio, el objetivo es pasar un buen rato que consiga evadirle de la rutina y los malos rollos que les rodean. Es por ello que la descarga de Gigatron, a día de hoy, se presenta como una propuesta ideal para divertirse y pasar un rato entretenido acompañado de los colegas, birra en mano, mientras se corean esas pegadizas y surrealistas letras, que sirven para dar un nuevo enfoque a algunos temas clásicos del heavy metal.
GIGATRON
Con una sala completamente llena, en la que no cabía ni un alfiler, el cuarteto valenciano liderado por el maestro de ceremonias, el controvertido y disparatado Charly Glamour, salía al escenario para embarcarnos en dos horas de diversión sin complejos de la mano de temas tan absurdos y disparatados como “El Barco de Colegas” “La Tierra Del Rock” o “El Templo del Metal”, con los que los valencianos abrieron su actuación ante un Salamandra que se venía abajo, con todo el recinto cantando cada una de las estrofas de los temas, haciendo prácticamente imposible escuchar la voz de Charlie, que quedaba ahogada ante el rugido de una masa enfervorizada que coreaba cada uno de los temas como si de auténticos himnos se trataran.
Sin duda el componente de cachondeo, que está presente en todas las letras de Gigatron, tiene una continuidad escénica gracias a los atuendos de sus componentes, que curiosamente competían en cuanto horterísimo con muchos de los asistentes al conciertos de esta noche, muchos de los asistentes no se cortaron a la hora de ponerse sus pelucas de color rosa, o llevar sus hachas de matar de pijos. Tras unos primeros temas de comunión total con el público la actuación prosiguió por derroteros similares con la interpretación de los temas ”más tóxicos” del cuarteto, fundiéndose en el mismo tramo de show, temas como “Caballón”, con macrojiringuilla incluida durante la presentación del tema, mientras Charlie nos explicaba sus problemas, el hímnico “Viva El Calimotxo”, con el reparto de “minis” entre las primeras filas, “Solo me Gusta el Rock”, la alocada “Rebeldes de Cuero” o la infaltable “Te Peto El Cacas”, con la consiguiente explicación sobre el pique con Joey Tempest, y por supuesto ese fastuoso solo de guitarra hecho con la boca que puso la sala patas arriba, levantando el entusiasmo de un respetable eufórico ante la descarga de sus “héroes”.
Está claro que si hay algo que caracteriza a las grandes bandas de Rock de todos los tiempos, son sus aterciopeladas y dulces baladas, esos temas ideales para crear atmosferas intimistas y románticas, sembrando el aire de amor y complicidad, y como no podía ser de otra manera, “Los Dioses” también nos ofrecieron su peculiar set repleto de romanticismo, sacando las guitarras acústicas para “Muerdelo”, que contó con la aparición sobre las tablas de un exhibicionista espontaneo, o la sensual y romántica “Tu Eres mi Veneno”.
Tras el pequeño momento de relax, llegaba el momento de afrontar el material más duro y satánico de los valencianos, inundando el escenario de humo y luces rojas para un cachondo “Poseso”, con ese falsete increíble de Charley gritando “malandrin” , y la inclusión del “Raining Blood”, que provoco la hilaridad del respetable, o la siniestra “Macho Cabrio”, dando a la noche un ambiente de misa negra y ocultismo esotérico, con el vocalista hondeando el tridente de Satanas sobre las tablas mientras la seguridad tenía que emplearse a fondo desalojando a los espontáneos que subían al escenario.
Los temas más veloces y rápidos como “Espiz Metal”, “Mi Hacha hizo Tu Culo”, “Tormenta De Hostias” o “Warrior Of The Barrio”, fueron los protagonistas del tramo final del show, con absolutamente toda la sala cantando ,voz en grito, cada una de las estrofas mientras la gente no dejaba de bailar dando color a la descarga del cuarteto.
Tras una huida precipitada del escenario, llegaba el momento de poner el broche de oro a sus casi dos horas de actuación. Acompañados del inevitable cantico de “este garito lo vamos a quemar”, el cuarteto regresaba sobre las tablas para un festivo “Heavy Hasta A La Muerte”, que fue coreadísimo por todos los presentes, y la inevitable “Touch Me The Guitar” con la que dieron por terminada su actuación, dejando una sonrisa dibujada en todos los presentes, que habían disfrutado como enanos durante el show.
Seguramente puede parecer pueril que una banda como Gigatron, consiga llenar una sala como el Salamandra, pero realmente algo tienen estos chicos que consiguen conectar con la gente, creando un ambiente ,que sinceramente, hacía mucho tiempo que no veía en un concierto de un grupo nacional, y es que todo en la actuación de los valencianos fue disparatado, ya que incluso durante el saludo final, su batería Mazinger Molina dio con sus huesos en el suelo al voltearse uno de los monitores en los que se había subido para saludar. Sencillamente Desternillante.
ALFONSO DIAZ
FOTOS CARLOS OLIVER
No hay comentarios:
Publicar un comentario