Hablar de W.A.S.P., es hablar del proyecto y la criatura del Sr. Blackie Lawless, un personaje que a
día de hoy, es considerado como toda una institución dentro del mundo de Heavy
Metal. Un hombre que consiguió escandalizar y llamar la atención de la puritana
sociedad americana de mediados de los ochenta, con unas letras
"sucias" y subversivas que fueron capaces de hacer que organizaciones
de corte conservador como el P.M.R.C., eligieran a la banda angelina para ser
el blanco de su cruzada moralista.
Sobreviviendo
a unos inicios llenos de excesos, múltiples cambios de formación a lo largo de
los años, escándalos y salidas de tono, la formación capitaneada por el
gigantón Lawless, celebra en este año 2012 su trigésimo aniversario, y para
celebrarlo como es debido, han organizado una gira conmemorativa en la que se
recogen los mejores momentos y los temas
más representativos de la trayectoria de la banda.
Aunque
los últimos lanzamientos de la banda no han gozado de los favores de un
público, que siempre ha sentido especial devoción hacia los inicios de la
banda, lo cierto, es que el reclamo de la gira conmemorativa del 30 aniversario
de la formación americana, ha servido para que algunos de sus fans, que no habían
acudido a sus últimos conciertos, se hayan animado a asistir a la
presentación de esta noche, convencidos
de que la banda, iba a descargar una buena ración de su material más clásico, lo que ha
propiciado que la sala mediana de
Razzmatazz colgara el cartel de "Sold-Out".
A
pesar de que una decisión, que partió desde la propia banda, nos impidió, por
los dichosos e inoportunos "Problemas técnicos" disfrutar de la
actuación de los locales Aggression, hay
que destacar que desde poco antes de las 8 de la tarde, la sala ya presentaba
un ambiente muy animado, lo que hacía presagiar, el lleno absoluto que se iba a
producir durante la actuación de los americanos. Lo primero que nos encontramos
al cruzar la puerta de acceso al local, fue un
escenario en el que destacaban tres telones con una enorme calavera
blanca con el nombre del grupo, así como la efeméride que se conmemoraba, y una
sala que ya prácticamente estaba abarrotada, esperando la salida de los héroes
de la noche.
Cuando
pasaban 15 minutos sobre las nueve de la noche, las luces de la sala se
apagaron, para dejar paso a la intro que precedería a la actuación del cuarteto
americano, y fue en este preciso momento, cuando empezaron las sorpresas. Si
por norma general la mayoría de las formaciones utilizan, algún tema de otro
artista como introducción de sus actuaciones, W.A.S.P., demuestran que están
hechos de una pasta especial, y son capaces de usar como introducción un
interesante y curioso "remix" en el cual se recorre la trayectoria musical
de la banda dejándonos oír fragmentos de los temas más destacados de la carrera
de los americanos, provocando el delirio de un público deseoso de que arranque
el show. Con la sala expectante, el concierto arranca de la mano de dos de los
temas que integraban su primer trabajo discográfico, "On Your Kness",
en el que el público se deja sentir
coreando el estribillo, mientras Blackie, nos sorprende a todos con su potencia
vocal, demostrando que su voz se encuentra en un muy buen estado forma, tras la
aclamación de un público rendido ante el despliegue del cuarteto arranca
"The Torture Never Stops", otra joya
de su álbum debut, que transforma la sala en una auténtica fiesta,
mientras Blackie cede el protagonismo a su compañero, el guitarrista Doug
Blair, que ocupa el centro del escenario durante el solo de guitarra.
Pese
al tiempo transcurrido, el vocalista sigue manteniendo intacto su carisma y
curiosamente su voz suena bastante más clara y potente que en anteriores
visitas, si bien es cierto, que en algunos momentos de la actuación,
especialmente durante la ejecución de los temas más exigentes, tiene que ser
ayudado por su fiel escudero el bajista Mike Duda, que lleva acompañando al
"jefe" desde el año 1996. "The Real Me", el cover de los británicos
Who, incluido en su disco "The Headless Children", es la escogida,
para que los telones con el logo de la banda desaparezcan, descubriendo tres pantallas en las que se irán proyectando
los video-clips de los temas que van sonando, formando un curioso contraste, ya
que sobre el escenario podemos ver el pasado de la banda, representado por
músicos como el siempre añorado Chris Holmes o Johnny Rod , y el presente con
músicos como el batería Mike Dupke, o el
guitarrista Doug Blair.
Con
una tripleta de arranque mortal e incendiaria, que bien podrían haber sido los
bises, en la que la gente se vio plenamente sumergida en el concierto de los
americanos, el primer punto álgido de la noche, en el que se llegó a registrar
un ambiente ensordecedor en la sala, vino de la mano de un apoteósico
"L.O.V.E. Machine", en el que nuevamente el público fue protagonista,
interpretando el estribillo de la canción, ante la mirada de un Blackie
complacido, que controlaba impasible desde el escenario el tempo del show.
Llegaba el momento de que Blackie, tras la aclamación del público se dirigiera
a la sala para explicarnos la estructura del show de esta noche y darnos las
gracias por venir, para posteriormente volver a poner la sala patas arriba con
un nuevo clásico, el siempre efectivo y contagiosos "Wild Child",
perteneciente a su segundo trabajo "The Last Command", en el que
pudimos ver como Lawless se observaba en
las pantallas recreando los gestos que hiciera en el video clip filmado hace la
friolera de 27 años.
Siempre
que se intenta realizar una mirada retrospectiva al pasado de una banda con una
trayectoria tan longeva como la de W.A.S.P., es inevitable que debido a las
limitaciones de tiempo, algunas de las canciones que tienen un significado
especial para algunos de sus fans tengan que quedarse fuera del repertorio, es
por ello que los americanos siempre han optado por la ejecución de algunos
medleys, en los que recopilan algunos fragmentos de sus temas, el primero de los dos que
cayeron esta noche fue el integrado por la primeriza "Sleeping (In The
Fire)", que personalmente me supo a muy poco, ya que para mí, es uno de
los mejores cortes de su álbum debut, y "Forever Free". Interactuando con las pantallas de video en
las que se proyectaba un discurso de Martin Luther KIng, llegaba el turno de la
emotiva "The Headless
Children", que dejaría paso a una incendiaria "I Wanna Be
somebody", que hizo que la sala se viniera literalmente abajo con toda la
audiencia gritando hasta desgallitarse el estribillo del tema, dando por
cerrada la primera parte del show.
Si
durante la primera parte de su actuación, el cuarteto nos había regalado sus
piezas más directas y netamente metálicas, haciendo especial hincapié en sus
primeros dos trabajos, esta segunda parte del show se basaría, única y exclusivamente
en el material que contenía el disco conceptual "The Crimson Idol",
un disco con tintes autobiográficos, en el que el líder de la banda estuvo
trabajando durante tres años y que finalmente vio la luz en 1992, provocando un
cambio estilístico dentro del sonido de la banda, mostrándonos a un Blackie
Lawless, que como compositor y músico estaba en su mejor momento. Si el tramo
inicial del concierto había sido idóneo para saltar y corear los temas, está
segunda parte, era más para observar, degustar y dejarse arrastrar por la
historia de Jonathan Steel. Además de un amplio repaso al citado disco, en el
que tuvieron cabida fragmentos de temas como "The Invisible Boy",
"I Am One", la intimista "The Idol" o la rotunda "The
Great Misconceptions Of Me", para acompañar la música se proyectó en las
pantallas imágenes de la película "Crimson Idol", que se grabó para
acompañar a la salida del álbum.
Un
original solo de batería, en el que Mike Dupke, interactuó con las imágenes de
coches a toda velocidad, sirvió para dar comienzo a la tercera parte del show
con un acelerado y rotundo "Chainsaw Charlie (Murders In The New
Morgue)", un auténtico trallazo que volvió a ponernos las pilas para
encarar la recta final del show de la mano de la novedosa "Heaven´s Hung
In Black", el tema más reciente que sonó durante toda la noche y que se
vio acompañado por imágenes de los
diferentes conflictos bélicos en los que
han estado envueltos los americanos en los últimos tiempos. Para poner
el broche definitivo a su actuación, Blackie y sus chicos optaron por el festivo y divertido
"Blind In Texas", una apuesta segura, que nos puso a cantar a todos,
dejando a los asistentes con una sonrisa dibujada en los labios y la sensación
generalizada de haber presenciado un grandísimo concierto.
Está
claro, que todos sabemos las preferencias de los fans de W.A.S.P., pero creo
que una gira en la que se celebra el trigésimo aniversario de la banda, tendría que dar
cabida a temas de álbumes como el industrial "Kill, Fuck, Die",
"Helldorado" o "Dying For the World", ya que aunque quizás
no estén entre los discos más destacados de la formación, si hay temas muy
aprovechables para el directo, y más si hablamos de una gira de conmemoración
en la que se pretende hacer un viaje retrospectivo dentro de la historia de la banda.
ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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