Tras un par de meses con una agenda muy cargada de conciertos, la actuación de Cauldron se presentaba como una de las más atractivas presentaciones a nivel internacional, dentro de la recta final de este año 2012. Aunque en un principio el nombre de Canadá siempre va asociado, al hockey sobre hielo, el vistoso uniforme de su Policía Montada, o las cataratas del Niagara, lo cierto es que los vecinos norteños de E.E.U.U., siempre se han caracterizado por tener un amplio y nutrido catálogo de bandas que practican heavy metal en cualquiera de sus vertientes. Si a principios de los 80 bandas como Anvil, Exciter o Helix tuvieron sus momentos de gloria, el posterior relevo generacional recayó en formaciones que apostaban por un metal más cañero y contundente, destacando entre ellas nombres como Annihilator o Voivod. Pues bien, es ahora en pleno siglo XXI, cuando una nueva hornada de bandas, parecen dispuestas a rescatar y poner al día el legado de las formaciones más legendarias de nuestro rollo, dando un nuevo empuje y orientación al clásico sonido de la N.W.O.B.H.M. Bandas como Skull Fist, Striker , o los protagonistas de la velada de esta noche Cauldron, han sabido acercar el metal más tradicional a las nuevas generaciones de metaleros.
En tan solo seis años, el trío procedente de Toronto, ha tenido tiempo de facturar un EP, y nada menos que tres álbumes, una carrera vertiginosa, y de lo más productiva, que les ha ayudado a colocarse entre los nombres favoritos de todos los amantes de los sonidos más clásicos del heavy metal. Pese a ello, su último lanzamiento,"Tomorrow´s Lost", parece que no ha acabado de convencer a todos sus seguidores, ya que algunas críticas remarcan el estancamiento estilístico de la banda, y la progresiva pérdida de fuerza y frescura en cada uno de sus trabajos. Para comprobar que tal sonaban estos nuevos temas en directo, y certificar de primera mano el estado de forma de los canadienses, la presentación de esta noche en el Rocksound de Barcelona, único concierto en España, enmarcado dentro de su actual gira europea, se presentaba como una excelente oportunidad de hacer balance con la formación canadiense.
Dentro de su show, también tuvieron tiempo para regalarnos un par de versiones, una potente "Peace Sells" de Megadeth, que no se limitó a ser una reproducción de la original, sino que el cuarteto supo llevar el tema a su terreno, dándole su toque personal, y el clásico "Holy Driver" de Dio, en la recta final de final de su actuación. De su primera maqueta "Fucking Metal", interpretaron el tema que le da título, toda una declaración de intenciones en forma de trallazo directo y sin concesiones, que resume a la perfección la propuesta y filosofía de la banda, y la contundente y maideniana "Burning Angels", con la que dieron por finalizada su actuación, dejando un muy buen sabor de boca entre los asistentes.
Tras un breve impás de espera, cuando pasaban algunos minutos de las 22,30 y con una sala, que pese a ser el único concierto de los canadienses en España, no llego a llenarse, saltaban sobre las tablas Cauldron arrancando su actuación con el tema que abre su último trabajo, el marchoso "End Of Time", toda una inyección de adrenalina que contagio a un público que se mostraba deseoso de dejarse arrastrar por la propuesta del poderoso trío, tras un inicio vertiginoso, y sin tiempo para tomar aire, fusionándose con el anterior, llegaba el turno del melódico medio tiempo "Born To Struggle", también extraído de su irregular último lanzamiento "Tomorrow´s Lost", que nos mostraba la faceta más ambiental e intensa de los canadienses. Pese al compacto arranque del concierto, algo no acababa de funcionar en la descarga de los canadienses, que se mostraban excesivamente relajados sobre las tablas y como si fueran con el piloto automático puesto. Después de tan solo dos canciones, y de resolver un pequeño problema con uno de los pedales de la batería, lo que provoco un pequeño parón, el concierto se reanudo con una mirada a sus primeros años, concretamente con "The Striker Strikes" la pieza que abría su primer EP "Into The Cauldron", todo un derroche de técnica y velocidad donde brillo especialmente el guitarrista Ian Chains que hizo volar las manos sobre el mástil de su guitarra.
Tras un inicio un poco titubeante, en el que el tanto público como banda, se habían mostrado un tanto fríos, poco a poco , la actuación fue encauzándose , y el trío pareció entrar definitivamente en calor y entonarse al sonar los primeros acordes de "Summoned To Succumb", en la que mostraron su rotundidad y buenas maneras a la hora de afrontar esos medios tiempos cargados de potencia e intensidad, en la que destacó la pegada de un contundente Myles Deck, mientras Ian Chains apoyaba en los coros, demostrando el nivel de cohesión y complicidad existente con el bajista y vocalista Jason Decay. Con una banda que no paraba de moverse sobre el escenario, y una audiencia cada vez más entregada y caliente, llegaba el momento de afrontar uno de los temas culminantes de su última obra, el acelerado y speedmetalero "Nitebreaker", que consiguió poner a todos los presentes en movimiento, gracias a su contagiosa y pegadiza melodía central, consiguiendo arrancar una de las más grandes ovaciones de la velada.
Sobre las tablas, Indiscutiblemente, el protagonismo escénico del trío se lo lleva el vocalista y bajista Jason Decay, ya que mientras Ian Chains permanece en un extremo del escenario, concentrado en sacar el máximo partido de su instrumento, y únicamente toma la zona central del escenario durante sus solos, el vocalista es el foco principal de la banda, interactuando y pidiendo la complicidad constante del respetable, como durante la interpretación del hímnico y coreado "Frozen In Fire", extraído de su anterior trabajo "Burning Fortune". Aunque los tres discos de los canadienses han salido en un corto espacio de tiempo, lo cierto es que los cortes más antiguos, son los que mayor entusiasmo consiguieron levantar entre sus seguidores, una muy calurosa recepción se llevó la oscura "Bound To The Stake", perteneciente a su primer disco grande "Chained To The Nite", que nos dejó la imagen de Chains y Decay, compartiendo el centro del escenario apoyados el uno en el otro, siguiendo el ritmo de la canción en una sesión de headbanging intensa y contagiosa. Otra de las piezas que más apoyo recabo durante la actuación de los canadienses, fue la siempre efectiva y dinámica "Miss You To Death", en la que el calor del público se dejó sentir con fuerza, apoyando al máximo a la banda levantando los puños al aire y acompañando el estribillo.
Con una actuación que conforme iba avanzando, iba mejorando en calidad de sonido y entrega de banda y público, el guitarrista Ian Chains cogió el micro para presentarnos a Jason Decay, que con su bajo se marcó las amenazantes líneas que sirven de arranque para la devastadora “Rapid City/ Unchained Assault” que se vio enlazada con una veloz y vibrante "Burning Fortune", que volvió a desatar la euforia del público. Aunque los de Toronto no se prodigaron en exceso en las presentaciones de los temas, concentrándose en meter el máximo número de canciones durante la hora y veinte minutos que duró su actuación, Jason si tuvo tiempo para pedir la presencia de nuestros mecheros durante la interpretación de "Queen Of Fire", con la pareja Chains/ Decay moviéndose de forma sincronizada, sumergiéndonos de lleno en un trallazo enérgico, cargado de melodía, con la que los de Toronto, levantaron un poco el pie del acelerador, para dejarnos recuperar el aliento, antes de encarar una incendiaria recta final protagonizada por una apabullante "All Or Nothing" tema que abría su anterior trabajo " Burning Fortune", que hizo subir considerablemente la temperatura de la sala, convirtiendo el Rocksound en una auténtica olla a presión, con la banda convenciendo plenamente a sus seguidores, demostrando que cuando atacan su material más rápido y cañero es cuando mejor suenan.
No se hicieron derogar en exceso Cauldron de cara a ofrecernos los inevitables bises, siendo el primero en aparecer sobre las tablas el batería Myles Deck, que reclamó el grito y el calor de todos los presentes, que al unísono coreamos el nombre de la banda para, que acto seguido sus compañeros se colgaran nuevamente los instrumentos, para precedidos por un redoble de batería arrollarnos con el ritmo contagioso de la seminal “Fight For A Day”, para posteriormente rematar su notable actuación con su mítico y primerizo “Chained Up In Chains”, desatando el delirio de las primeras filas que se dejaron la garganta cantando el estribillo y el cuello sacudiendo la cabeza, cerrando su actuación por todo lo alto, con Ian Chains acercando su guitarra al público, mientras Jason Decay se fundía con las primeras filas.
En resumen, buen concierto de Cauldron, que supieron sobreponerse a un inicio un tanto frío, para acabar venciendo y convenciendo con su música, en un concierto que fue de menos a más, ofreciéndonos una hora y veinte minutos de contundente heavy metal, haciendo las delicias de los que nos congregamos en Rocksound un frío domingo de Diciembre. Pese a la pequeña decepción que supuso su último disco “Tomorrow´s Lost”, parece que los chicos tienen muy claro lo que tienen que hacer de cara al directo, solo falta que hayan tomado buena nota y que consigan plasmar esa potencia arrolladora y esa magia en su próxima obra de estudio.
No se hicieron derogar en exceso Cauldron de cara a ofrecernos los inevitables bises, siendo el primero en aparecer sobre las tablas el batería Myles Deck, que reclamó el grito y el calor de todos los presentes, que al unísono coreamos el nombre de la banda para, que acto seguido sus compañeros se colgaran nuevamente los instrumentos, para precedidos por un redoble de batería arrollarnos con el ritmo contagioso de la seminal “Fight For A Day”, para posteriormente rematar su notable actuación con su mítico y primerizo “Chained Up In Chains”, desatando el delirio de las primeras filas que se dejaron la garganta cantando el estribillo y el cuello sacudiendo la cabeza, cerrando su actuación por todo lo alto, con Ian Chains acercando su guitarra al público, mientras Jason Decay se fundía con las primeras filas.
En resumen, buen concierto de Cauldron, que supieron sobreponerse a un inicio un tanto frío, para acabar venciendo y convenciendo con su música, en un concierto que fue de menos a más, ofreciéndonos una hora y veinte minutos de contundente heavy metal, haciendo las delicias de los que nos congregamos en Rocksound un frío domingo de Diciembre. Pese a la pequeña decepción que supuso su último disco “Tomorrow´s Lost”, parece que los chicos tienen muy claro lo que tienen que hacer de cara al directo, solo falta que hayan tomado buena nota y que consigan plasmar esa potencia arrolladora y esa magia en su próxima obra de estudio.
ALFONSO DIAZ
FOTOS CARLOS OLIVER
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