Parece que de un tiempo a esta parte, se está produciendo una vuelta al sonido primigenio y clásico del heavy metal tradicional, aquel que a finales de los 70 y principios de los 80, se bautizó como la N.W.O.B.H.M., a cargo de un montón de nuevos grupos que han rescatado esa actitud y sonido que hizo famosas a bandas consideras, a día de hoy, como los grandes clásicos del movimiento. Una de las formaciones, que más ha contribuido al resurgir de los sonidos clásicos dentro del marco del metal europeo, han sido los suecos RAM, un quinteto que si bien en sus dos primeros lanzamientos se concentraron en un metal más directo y preciso, con su tercer trabajo "Death", han intentado ir un paso más allá, y sin abandonar sus señas de identidad, evolucionar en su sonido, dando un nuevo enfoque más ambiental a sus composiciones.
Sí en el exterior de la sala el clima era gélido y frio, dentro del pequeño Rocksound, la temperatura y el ambiente parecían ser ideales para la descarga de los suecos RAM, lo que nadie podía esperar, es que los siempre inoportunos problemas técnicos se convirtieran en los auténticos protagonistas de una velada que parecía propicia para una buena y contundente sesión de heavy metal clásico.
Para empezar a calentar al personal, y como preámbulo a la actuación de RAM, contábamos con la presencia de los locales Sofire, una jovencísima banda de Barcelona, que recientemente ha editado su primera demo bajo el título de "Feel The Power". Con una imagen muy acorde con su propuesta musical, con sus componentes vistiendo mallas, chalecos de cuero y bambas tobilleras, el quinteto iniciaba su actuación con la roquera y marchosa "Metal Never Sleeps" imprimiendo mucho ímpetu y entrega al arranque de su descarga, pero la verdad, es que los chicos no tuvieron mucha suerte durante su show. A los nervios propios del inicio del concierto y a un sonido algo embarullado, hubo que sumarle unos inesperados problemas técnicos en el bajo de Aleix Coll, que hicieron que los primeros compases de su actuación fueran un poco fríos. Con un sonido que, poco a poco, fue mejorando, y una vez resueltos los problemas técnicos iniciales, Sofire pusieron mucha voluntad en sacar adelante su actuación, siendo a partir de su versión del "Metal Heart" de los alemanes Accept, cuando la cosa empezó a sonar medianamente bien.
A pesar de su juventud, el quinteto demostró muy buenas maneras y una apuesta clara y decidida por las estructuras más clásicas de la N.W.O.B.H.M., temas como "Time To Tame", nos mostraron su parte más cañera y agresiva, mientras que otros cortes como “Rising Sun” nos mostraban una orientación más melódica, gracias al notable trabajo en las guitarras de John Alfred Y Pau Coll. Para encarar el tramo final de su show, apostaron por los dos cortes incluidos en su primera demo "Feel The Power", el medio tiempo "Come The Dawn" liderado por la competente base rítmica formada por Aleix y Pau Muntaner, para posteriormente dar paso al hímnico "Sofire", tema que da nombre al grupo, para cerrar definitivamente con el clásico de Iron Maiden "Hallowed Be Thy Name", con un voluntarioso Marc Illa intentando calzarse las botas del maestro Dickinson, demostrando que son una banda con mucha energía y que si sigue trabajando duramente en el local de ensayo, en poco tiempo, pueden llegar a convertirse en una formación muy a tener en cuenta para todos los aficionados al heavy metal más tradicional.
Mientras los integrantes de Sofire, recogían su equipo, los suecos RAM, se paseaban por la sala, firmando y haciendes fotos, con los asistentes al concierto. Aunque su último lanzamiento "Death", se editó a principios de este año 2012, lo cierto, es que esta gira Ibérica, con tres fechas en nuestro país, y una en la vecina Portugal, se presentaba como una oportunidad idónea para comprobar que tal sonaban los nuevos temas en directo, ya que por lo menos a mí, el último trabajo del quinteto no me acababa de convencer, no tanto por sus composiciones, sino más bien por la producción, que restaba bastante fuerza al resultado final del disco.
Con una sala que no llego a llenarse, pero en la que se registró una buena entrada, con unos minutos de retraso sobre el horario previsto, era la rotunda "Defiant" la encargada de hacer rugir las guitarras, mostrándonos a una banda que desbordaba actitud y fuerza a raudales, con su vocalista Oscar Cariquist, ocupando el centro del escenario, con sus muñequeras repletas de tachas, sacando de sus cuerda vocales esos gritos agudos y desgarradores que evocaban al Rob Halfrod mas potente y cortante, mientras sus compañeros se concentraban en sacar de sus instrumentos una autentica muralla de sonido metálico que nos dejó a todos impresionados. La maquinaria destructiva de los suecos parecía insaciable, y no se detuvo con la demoledora "Flame Of The Tyrants", también extraída de su tercer trabajo, que nos ayudó a confirmar que la producción de "Death", no hace justicia al sonido de la banda en directo, ya que si en disco, algunos de los temas suenan excesivamente planos y lineales, lo cierto es que en directo suenan realmente matadores.
Tras una sabrosa doble ración de su material más novedoso, llegaba el momento de poner nuestro objetivo en su anterior trabajo "Lightbringer", de la mano de un aplastante "Awakening The Chimaera", que hizo que la temperatura de la sala subiera repentinamente, al animarse la gente de las primeras filas a moverse, arrastrados por el enorme carisma y entrega de un Oscar Cariquist, que se mostró en todo momento como un frontman muy sólido y contundente, sintiéndose en todo momento respaldado por los riffs asesinos de Harry Granroth y Morgan Petterson. Con una actuación que hasta este preciso instante había sido un torbellino metálico concluyente y devastador, parecía que los suecos tenían en la mano todas las cartas, para hacer una brillantísima descarga. Así que después de volarnos la cabeza con su material más abrasivo y veloz, el primer momento de mediana intensidad de la noche, llegaba con el denso y machacón "In Victory", el corte más épico de su anterior lanzamiento, donde en este caso fue protagonista la rotunda base rítmica formada por Morgan Petterson, que desde su batería se encargó de las pegadizas melodías vocales, y el recuperado bajista Tobe Petterson, que machacaba su instrumento sin piedad mientras el público levantaba sus puños al aire rematando así un gran derroche de fuerza y actitud, que contó en todo momento con la complicidad de un público que estaba disfrutando al máximo de la descarga de los suecos.
A pesar de mostrarse como una fiera desatada sobre las tablas, el vocalista también tuvo tiempo de agradecernos nuestra presencia, brindado con todos los asistentes, cerveza en mano, antes de amenazarnos con la muerte, en la presentación de la novedosa y riffera "…Comes From The Mouth Beyond", un tema que se aleja un poco del estilo más directo de la banda, para adentrarse en unas estructuras algo más complejas, incluyendo una oscura y tenebrosa parte central, justo antes de encarar un aplastante y demoledor tramo final donde volvió a destacar el apabullante doble bombo de Morgan Petterson, consiguiendo crear ese ambiente tan típicamente "underground", con toda la gente volcada sobre el escenario, mientras la banda descargaba su contundente metal, llegando incluso su vocalista a zarandear y provocar a las primeras filas, logrando ese clima de hermanad y camaradería, que solo se puede alcanzar en las salas pequeñas, donde no hay separación física entre músicos y público.
A pesar de mostrarse como una fiera desatada sobre las tablas, el vocalista también tuvo tiempo de agradecernos nuestra presencia, brindado con todos los asistentes, cerveza en mano, antes de amenazarnos con la muerte, en la presentación de la novedosa y riffera "…Comes From The Mouth Beyond", un tema que se aleja un poco del estilo más directo de la banda, para adentrarse en unas estructuras algo más complejas, incluyendo una oscura y tenebrosa parte central, justo antes de encarar un aplastante y demoledor tramo final donde volvió a destacar el apabullante doble bombo de Morgan Petterson, consiguiendo crear ese ambiente tan típicamente "underground", con toda la gente volcada sobre el escenario, mientras la banda descargaba su contundente metal, llegando incluso su vocalista a zarandear y provocar a las primeras filas, logrando ese clima de hermanad y camaradería, que solo se puede alcanzar en las salas pequeñas, donde no hay separación física entre músicos y público.
A pesar de la fama de fríos que siempre han tenido los suecos, lo cierto es que los componentes de RAM, se mostraron en todo momento, como individuos muy calientes y comunicativos, tras comentarnos Oscar, que el de esta noche era su primer concierto de la gira Ibérica, el quinteto se descolgó con una iracunda y primeriza "Forced Entry", uno de los cañonazos más rotundos y efectivos de su primer trabajo, que volvió a desatar a un público que parecía volcado con la banda, agitándose compulsivamente, y sumergido en un headbanging salvaje que se retroalimentaba con la entrega de los músicos sobre las tablas. Pero cuando parecía que el concierto, estaba en su mejor momento, de cara a afrontar una segunda parte, que a tenor de lo visto, prometía ser matadora, fue cuando las cosas empezaron a torcerse.
Un inoportuno parón, a causa de unos problemas técnicos en la guitarra de Morgan Petterson, desembocaron con la salida del guitarrista del escenario, dejando a sus compañeros en formación de cuarteto para encarar la recta final show, ante el asombro de un público que parecía desconcertado. Aunque el ahora cuarteto, intento retomar su actuación con normalidad, abordándonos con la directa "Release Me", era evidente que el sonido no era bueno, ya que el hecho de tocar con una sola guitarra, lastraba enormemente el sonido de la banda, haciéndole perder mucha fuerza, sonando muy lineal y vacío, especialmente cuando Harry Granroth, se concentraba en sus partes solistas. Conscientes de la complicada situación escénica de la banda, RAM, a toda velocidad y sin apenas presentar los temas empalmaron dos de sus cortes más antiguos y conocidos "Machine Invader" en la que el caos sobre el escenario fue total, acabando el micro por los suelos, y "Infuriator", ambos pertenecientes a su disco de debut "Forced Entry", para acto seguido y ante el asombro y la indignación del público, abandonar las tablas, dando el concierto por terminado sin ofrecernos ni tan siquiera un bis, ante el escepticismo de un público, que coreo insistentemente el nombre de la banda sin obtener contestación alguna.
Una verdadera lástima que una actuación que estaba siendo arrolladora, tuviera que verse interrumpida abruptamente por culpa de unos inoportunos problemas técnicos, que consiguieron amargar la noche a muchos de los presentes, que hasta el momento del inesperado parón, estaban disfrutando como auténticos enanos con la poderosa actuación de RAM. Sensación agridulce, y un cabreo más que justificado por parte de unos fans, que en esta ocasión, vieron como sus expectativas no habían quedado cubiertas con la descarga de una banda, que de haber seguido su show, sin sobresaltos, ni incidencias extraordinarias, podría haber cuajado una notable actuación.
ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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