No cabe la menor duda que el
cuarteto procedente de Los Ángeles Axehammer, no son una formación al uso. En
primer lugar, llama la atención su dedicación y devoción por un estilo de metal
clásico en el que tienen cabida numerosas pinceladas power metaleras, lo que
nos da como resultado un estilo de música muchísimo más cercano a lo que
podríamos denominar escena europea, pese a ello, tampoco podemos decir que su
sonido se aleje en excesos de bandas compatriotas suyas como Jag Panzer. Pero
sin duda, si hay algo que llama la atención de esta poderosa formación es su
biografía. Formados inicialmente a principios de los años 80 Axehammer vieron
como la preponderancia de la escena glam de su ciudad primero, y
posteriormente la revolución musical que traía los vientos de cambio de
Seattle, con el sonido grunge cortaba su proyección como banda,
relegándoles al más absoluto anonimato y dejándoles como una banda más del
underground Angelino.
Sobreponiéndose a todas estas adversidades, finalmente la formación consiguió editar el EP "Lord Of The Realm" en 1998, una placa en la que se recogían las composiciones incluidas en las primeras demos de la banda, grabadas en los años 80 , y que se acabó convirtiendo en una pequeña pieza de culto para todos los seguidores del heavy metal más auténtico y clásico, especialmente en Alemania. Más adelante, en el año 2005, el cuarteto publicaba su álbum de debut bajo el título de "Windrider", un trabajo con el que la banda participó en algunos festivales europeos, además de realizar una pequeña gira por los States, para posteriormente concentrarse en la composición de un nuevo trabajo. Fue en 2012 con la incorporación del vocalista Kleber Mandrake, que sustituyó a Mark Steward, cuando Axehammer retornaron con este "Marching On" una colección de temas, que bajo la supervisión del prestigioso productor Bill Metoyer (Slayer, Sacred Reich...), nos muestra a una formación sólida y madura, con las ideas muy claras, y con el firme propósito de ofrecernos su rotundo heavy metal cargado de poderosas guitarras y amplias dosis de melodía.
El inicio del disco viene marcado por el ritmo contagiosos y dinámico "Walk ínto The Fire" un corte muy melódico, con mucha carga en las guitarras y ese aroma inconfundiblemente power metalero, una composición muy del estilo de bandas como Hammerfall o sus compatriotas Jag Panzer, en el que se incluye un cuidado juego de guitarras, que unido a una base de ritmo compacta dará empaque a un sonido poderoso, que en sus estribillos se apoyará sobre acordes sostenidos, y en los tonos agudos de un competente vocalista. Las guitarras serán las encargadas de marcar la introducción de "The Dragons Fly", una pieza con un inminente aire épico en el que destaca notablemente el sonido del incisivo bajo de Horacio Colmenares , dando al corte un aroma de cabalgada clásica de tema de mediados de los 80, redondeando una composición que bebe de las fuentes más tradicionales del metal, pero con un sonido y una producción plenamente contemporánea, gracias a la labor de un productor de la talla y el prestigio de Bill Metoyer, sin duda una de las piezas más complejas de todo el álbum, pero en la que tienen cabida también esos pegadizos estribillos que se verán potenciados por las subidas de intensidad en las guitarras.
Con un feling más roquero en el inicio, y sustentado sobre unas guitarras que suenan frescas y contagiosas arranca "Swing The Steel", donde su vocalista, apuesta por unos tonos más graves durante las partes intermedias, para dejar paso a las tonalidades agudas en los estribillos, concediendo un dramatismo e intensidad mayor, conforme el tema se va acelerando liderado por el excelente trabajo a las guitarras de Jerry Watt y el incesante baqueteo de la batería de Joe Aghassi, transformando la composición en una rotunda pieza de metal asesino en la más pura tradición Judas Priest. Tras una primera parte del disco, marcado por el power metal más prototípico, llega el momento con la veloz "Midnight Train", de que el cuarteto americano nos muestre su faceta más netamente heavy metalera, dando cabida a las influencias más típicamente británicas dentro de su sonido, con un tema que rezuma la esencia de la N.W.O.B.H.M., con las guitarras embarcadas en extensos solos, mientras el bajó y la batería marcan el incesante y galopante ritmo sobre el que el vocalista despliega sus tonalidades agudas marcándose un tema que funde a la perfección contundencia y melodía, mostrándose altamente adictivo y coreable.
Está claro que para Axehammer la sombra de la Doncella de Hierro es alargada, y eso se pone de manifiesto en cortes como "Fire Away", una apabullante ráfaga metalera con un ritmo firme y vertiginoso que contiene un vistoso intercambio de guitarras muy de la escuela Murray/Smith, que cuenta con la preponderante presencia del galopante bajo, en un tema en el que vuelve a destacar el cuidado a la hora de afrontar un estribillo pegadizo con unas muy acertadas melodías vocales en tonos agudos que irán ganando intensidad y potencia progresivamente hasta protagonizar un final por todo lo alto. Sin apartarse de los senderos anteriormente trazados, nos adentramos en el ritmo algo más crujiente y comedido de "Demon Killer", un corte plagado de melodías de guitarra, que se desarrollarán ágilmente sobre una base rítmica rotunda y muy acertada, sin excesivos alardes ni sobresaltos, pero que suena especialmente efectiva y compacta, brillando con más intensidad cuando su batería se concentra en las partes más contundentes, mientras las guitarras nos transportan por esas melodías que nos resultan tan familiares a todos los seguidores del universo Maiden.
Si hay una característica, que resalta especialmente dentro de este "Marching On", es la homogeneidad en la mayoría de los temas, cortes que se ciñen a unos patrones muy marcados , todos ellos de una duración y estructura similar, es por ello que "Cemetary", destaca entre el resto de las composiciones del álbum, primero por su duración, que se va por encima de los siete minutos y posteriormente, por un contenido musical bastante cambiante, en el que la intensidad y oscuridad inicial se alterna con amplios desarrollos instrumentales a cargo de las seis cuerdas de Jerry Watt, para arrastrarnos posteriormente por ritmos bastante más cadenciosos que contarán con la irrupción de unos coros muy marcados y potentes, que ayudarán al corte a adquirir una ambientación épica. La elegida para cerrar el disco es la pegadiza "Flesh Machine", una pieza directa, muy marcada, con la guitarra liderando el tema y apoyada en un estribillo muy contagioso y pegadizo en el que tienen cabida las voces dobladas, redondeando el trallazo metalero con el que Axehammer dan por cerrado este “Marching On”.
Después de tantos años batallando y luchando por su música, es evidente, que la mejor de las recompensas para el cuarteto americano, tiene que ser ver su disco publicado. No pienso que a estas alturas, su objetivo sea ser la nueva sensación, pero lo que sí creo es que, después de sobrevivir a múltiples avatares y vivencias, Axehammer van a mantenerse fieles a sus principios, y al estilo que les vio nacer, defendiendo su material en cualquier escenario que les propongan. Simplemente sugerirte que sí eres seguidor del heavy metal más clásico y tradicional, des una oportunidad a estos veteranos de la escena americana, porque creo que no te van a defraudar, buenos temas, experiencia, tablas y actitud no les faltan.
Lista de Temas
01. Walk Into The Fire (04:07)
02. The Dragons Fly (05:20)
03. Swing The Steel (04:31)
04. Midnight Train (04:00)
05. Fire Away (05:20)
06. Demon Killer (04:21)
07. Cemetary (07:24)
08. Flesh Machine (04:13)
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