Formados hace una década, los chipriotas Blynd llamaron la atención del underground metálico con sus dos primeras demos, "Embraced And Abandoned", aparecida en 2004 y "The Human Touch" de 2007, que les sirvieron para compartir tablas con bandas como Sabaton, Anathema o las leyendas brasileñas Sepultura. Pese a ello, no fue hasta el año 2010 cuando vieron editado su primer trabajo bajo el título "The Enemy". Tras la edición de su ópera prima, la banda se embarcó en un tour junto a las leyendas teutónicas Sodom, para posteriormente concentrarse en la composición del grueso de temas que integrarían su nuevo álbum, aunque sin descuidar su actividad en directo, siendo los encargados de abrir los shows de Children Of Bodom en Nicosia, o participando en la edición de 2012 del festival británico Bloodstock.
La encargada de abrir el plástico es “Divine Gathering”, una introducción en la que se mezclan las voces femeninas con una instrumentación grandilocuente, dando como resultado un marcado aire cinematográfico, en el que pueden apreciarse el sonido de los teclados y los instrumentos de cuerda, que servirán de puente para introducirnos de lleno en el épico y marcado "Arrival Of The Gods", una bofetada sonora con la que los chipriotas sacuden un primer golpe seco y rotundo, en una composición en la que la velocidad de las guitarras guiará la primera parte del tema proponiéndonos un thrash metal violento y furioso, que nos conducirá hacia unos estribillos muy duros y pegadizos , en los que la velocidad disminuye notablemente, viéndose reforzados por la entrada de los teclados (muy atmosféricos y en segundo plano), que darán a la composición un aire épico y oscuro, para posteriormente dejar paso a un extenso y vertiginoso desarrollo solista, protagonizado por las guitarras de Georgios Masuras y Constantinos Constantinou, antes de abalanzarse sobre una rotunda y compacta recta final, cerrando un corte con una marcada línea thrashera.
Con la tortuosa agonía de las voces dobladas gritando el título del tema, se abre la oscura y penetrante "As Punishment Unfolds", en la que el cuarteto se muestra más arriesgado a la hora de probar fortuna con unos ritmos más contemporáneos, en los que pueden apreciarse sus influencias más netamente death-core, en una composición donde los riffs diabólicos son los protagonistas de poderosas andanadas sonoras, y en donde Blynd levantan el pie del acelerador en las partes del estribillo, para concentrarse en la rotundidad y la contundencia, destacando especialmente el trabajo de su batería Alex Iakovou, que muestra una pegada excepcional, consiguiendo extraer de su kilt un sonido seco y metálico. Siguiendo con las atmósferas tenebrosas, y apostando por una mayor carga de melodía guitarrera, el cadencioso inicio de "Never For The Fallen", será el encargado de mostrarnos las estructuras más densas y rugosas de la propuesta de Blynd, en un tema dominado por las armonías de guitarra, en el que el cuarteto se sumerge de lleno en enrevesados cambios de ritmo, mostrándonos su faceta más experimental y técnica, incluyendo portentosos desarrollos instrumentales sobre una rotunda y demoledora base rítmica, en un tema que puede llegar a recordarnos a los Kreator más melódicos.
Apoyándose en la grandilocuencia de los teclados, e intercalándose con un Death metal que contiene unas amplias dosis de melodía arranca "The Chosen Few", un corte donde las líneas solistas de guitarra se erigirán como las principales protagonistas dando al tema una ambientación altamente progresiva, que se verá refrendada por una base rítmica demoledora y cambiante, que se acelerará notablemente durante algunos pasajes, dando una sensación de velocidad y contundencia aplastante, en el que es sin duda, uno de los temas más complejos y experimentales de todo el álbum. Tras el gran despliegue de imaginación del tema anterior, Blynd deciden ceñirse a unos esquemas bastante más clásicos y lineales para la arrolladora y crujiente "Convicted In The Devil’s Land" , un corte repleto de riffs crudos y densos, que serán los encargados de conducir un tema con mucho groove, en el que los chipriotas apuestan por unos tempos más comedidos y compactos que ganarán en fuerza y pegada durante los aplastantes estribillos, liderados por la potencia vocal, de un rocoso Andreas Paraschos, que dejara impreso su sello en un desquiciante tramo final.
La vibración más netamente thrashera regresa con las bombardeantes guitarras de "Sins To The Cross" , en donde vuelve a destacar la crudeza de la base rítmica formada por Andreas y Alex, en una composición donde las guitarras se mantienen en segundo plano durante la primera parte del corte, para posteriormente, desatarse en unos desarrollos solistas repletos de rapidez y melodía, conectando con unos estribillos corales, que adquieren una especial relevancia, dando al tema un marcado aire épico que contrasta poderosamente con el thrash/Death dinámico y contagioso de un corte que en directo suena como una auténtica apisonadora. A pesar de la desbordante ración de crudo y arrollador thrash metal que proponen los chipriotas durante todo el álbum, es en temas como "The Final Resistance" cuando el cuarteto consigue fusionar con éxito sus influencias más cañeras, con algunos pasajes melódicos de tendencia oriental, que se dejarán sentir con fuerza durante los estribillos, dando como resultado un tema imaginativo, muy original, que consigue distanciar esta composición del resto del contenido del álbum, dándole una personalidad propia, y un carácter altamente experimental, volviendo a rescatar su faceta más progresiva, mostrando su apertura compositiva como músicos a la hora de negociar riffs poderosos con amplios desarrollos melódicos.
Los ritmos afilados como cuchillas son los encargados de abrir "Divine Conspiracy" un tema trepidante y crujiente, en el que nuevamente Blynd vuelven a levantar el pie del acelerador durante el tramo inicial, haciendo especial hincapié en el groove, para alternarlo posteriormente con rotundas ráfagas de marchoso y trepidante thrash n' roll, dando forma a un trallazo demoledor, altamente aditivo y contagioso con la rasgada voz de Andreas Paraschos poniendo la guinda con su rugoso registro. El punto y final del álbum viene marcado por la contemporánea "Infinity Race" un tema con una sonoridad cercana a bandas como In Flames, que nos propone un metal más novedoso, pero no exento de crudeza o visceralidad, en el que tienen cabida amplios desarrollos melódicos , y en el que la rotundidad de la batería será la que marque el nivel de agresividad de una composición en la que se suceden los cambios de ritmo, viéndose apoyados nuevamente por unas guitarras cortantes y unos teclados de corte arábigo que serán los encargados de dar un cariz especial a la composición que cierra el álbum.
Aunque su propuesta no es especialmente novedosa, ni revolucionaria, lo cierto es que los chipriotas han facturado con este "As Punishment Unfolds" un disco poderoso, repleto de riffs directos y contundentes que junto a unos solos de guitarra rápidos y técnicos dan forma a unos temas impactantes, aditivos y con mucho gancho, marcando una clara evolución ascendente con el material contenido en su debut "The Enemy".
Lista de Temas
1. Divine Gathering
2. Arrival of the Gods
3. As Punishment Unfolds
4. Never for the Fallen
5. The Chosen Few
6. Convicted in the Devil’s Land
7. Sins to the Cross
8. The Final Resistance
9. Divine Conspiracy
10. Infinity Race
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