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viernes, 1 de marzo de 2013

STEVE HARRIS BRITISH LION+ZICO CHAIN-BCN-SALAMANDRA-24-FEB-2013




No resulta muy corriente a día de hoy, que una formación que edita su primer trabajo tenga la capacidad de liderar un tour europeo por sí misma, pero cualquier tipo de idea preconcebida salta por los aires si tenemos en cuenta que el líder de esa formación, es ni más ni menos, que el incombustible Steve Harris, bajista y líder de una de las formaciones más emblemáticas e icónicas de la historia del heavy metal. Después de toda una vida consagrada a su banda madre, el bajista decidió editar su primer trabajo en solitario a finales del pasado año, rodeándose para ello de viejos amigos, sacando al mercado "British Lion", un trabajo que pilló a contrapié a muchos de los seguidores de la Doncella que no acabaron de comprender la orientación de unos temas muy encuadrados en el rock inglés de la década de los 70. Opiniones personales al margen, mucho se ha debatido sobre la valía de los músicos que acompañan a Steve Harris en esta nueva aventura, especialmente de la labor del vocalista Richard Taylor que parece no ha llegado a calar entre el público, en cualquier caso, este primer tour de la formación británica suponía una buena ocasión para ver de cerca las evoluciones de Harris, ya que hacía  más de 20 años, desde la gira de despedida de Bruce Dickinson en 1993, que el bajista no actuaba dentro del marco del circuito de salas en nuestro país.
A pesar del innegable tirón que siempre tiene la presencia del bajista, lo cierto es que me sorprendió que el Salamandra no llegara a completar su aforo, lo que no deja de ser un dato indicativo claro de la frialdad con la que ha sido recibido este primer lanzamiento en solitario del bajista, también la inminente venida este verano de Iron Maiden dentro del marco del festival Sonisphere, supuso un freno para que los menos convencidos se acercaran al Salamandra esta fría noche de febrero.
 
Los encargados de abrir la velada fueron el trío londinense Zico Chain, una banda no excesivamente conocida en nuestro país, pero que con un  par de trabajos editados, "Food" en 2007, y su más reciente "The Devil In Your Heart",  han conseguido recabar muy buenas críticas. Si hay algo que caracteriza el sonido del trío londinense es el eclecticismo y variedad estilística de sus composiciones, ya que saben navegar perfectamente entre el hard rock más convencional  y unos trallazos  punk, llenos de rabia y desenfreno, facturando unos temas muy compactos y pegadizos que suenan tremendamente potentes en directo.

Pese a la alineación de trío, lo cierto es que el sonido del combo inglés fue poderoso, consiguiendo llamar la atención de un público que se mantuvo expectante durante los cerca de 40 minutos que estuvieron sobre las tablas. Durante su corto set, el trío se mostró muy entregado y accesible, ofreciendo un buen espectáculo y derrochando simpatía y dinamismo, cambiando constantemente sus posiciones el bajista y vocalista Chris Glithero y el guitarrista Paul Frost. Arrancando su actuación con la densa y melódica "New Romántic", lo más destacado de su show vino marcado por las intensas y cambiantes atmósfera de la envolvente " The Real Life", muy representativa de la propuesta del combo inglés, y por la fiereza de su rabia punk roquera de la mano de la aplastante "Mercury Gift", con la que parecieron conectar tímidamente con la , audiencia. También tuvieron ocasión  de introducirnos en los aires más sosegados y envolventes de "More Than Life",  para después rematarnos con la apabullante "Perfect High" durante el tramo final de su actuación. En resumen, una buena actuación de una banda que ha optado por la autogestión en todos los sentidos, grabando y produciendo sus trabajos, lo que les da una libertad creativa absoluta a la hora de ofrecer una propuesta personal y alejada de etiquetas preestablecidas. Como dato curioso, remarcar que ellos mismos estaban vendiendo en la calle su CD. Sin duda una formación muy interesante a la que no hay que perder la pista, pero que no creo que fuera del agrado de la mayoría del público que se dio cita esa noche en Salamandra.

Resulta muy difícil poder hablar del trabajo de Steve Harris sin mencionar o dejarse influir por el grandioso legado que posee su formación Iron Maiden, pero para poder encarar esta tarea, lo mejor es dejar de lado cualquier sentimiento de filiación, y centrarse única y exclusivamente en el trabajo del quinteto británico, sin tenernos que someter a ajustados corsés o a comparaciones que no conducen a ningún sitio.
 
Con una sala bastante poblada, y cuando faltaban 15 minutos para las 9 de la noche saltaban sobre las tablas, uno a uno , los músicos que acompañan a Steve Harris en esta nueva aventura, siendo el bajista el último en aparecer,  provocando el estallido de júbilo de todos los presentes , para dar el pistoletazo de salida con el mismo tema que abre "British Lion" el roquero "This Is My God", desde donde los primeros compases del show, por si alguien tenía alguna duda, quedo patente que el bajista es el líder y alma mater de este nuevo proyecto, ya que solo habían transcurrido 20 segundos y Harris ya se había adueñado del centro del escenario, marcando con el pie apoyado sobre el monitor central,  el ritmo de un tema de apertura que sonó un tanto descafeinado,  con   la voz de Taylor quedando un poco ahogada entre las guitarras de sus compañeros. Pese a ello, el vocalista parecía poner gran empeño y voluntad en sacar adelante sus partes,  mientras se movía por el escenario siempre eclipsado por la alargada sombra de Harris. De forma consecutiva, y sin presentación alguna la segunda pieza de la noche fue "Lost Worlds", que pareció conectar más con el público, gracias en parte a esas reminiscencias clásicas salpicadas de un   hard rock repleto de melodía, donde las guitarras de David  Hawkins y Grahame Leslie, se dejaron oír con más  fuerza y consistencia, propiciando que el tema ganase en contundencia, sonando bastante más compacto que en su versión de estudio.

Tras un inicio un tanto irregular en el que, especialmente, Richard Taylor se mostró un poco dubitativo, el vocalista pareció encontrar, definitivamente, su tono durante la ejecución de "Karma Killer", donde su voz sonó bastante más potente y bien modulada a la hora de cuadrarla con los desarrollos progresivos de un tema de estructura compleja que se aleja del hard rock más estándar, otorgando un mayor protagonismo,  a unas guitarras con una sonoridad más densa y envolvente, de echo este tema marcó el punto de inflexión de la actuación, ya que a partir de ese momento la formación británica empezó a sonar bastante más compacta y brillante que durante el errático tramo inicial. Con todos los presentes ya repuestos del impacto que suponía ver a Harris interpretando unas composiciones que, para muchos de los presentes, eran prácticamente desconocidas, poco a poco, y como si de una carrera de fondo se tratara, la formación se fue entonando respaldándose en un tema inédito, el marchoso y melódico "Father Lucifer", en el que Taylor consiguió conectar definitivamente con el público haciéndonos entonar el estribillo y levantar los brazos. Curiosamente, pese a ser este un tema totalmente desconocido para el público, fue uno de los que gozó de mejor acogida, levantando una calurosa ovación final. Durante toda la actuación llamo la atención que mientras sus compañeros permanecían bastante estáticos sobre las tablas, el bajista se movía por todo el escenario, como viene siendo habitual en él, subiéndose sobré la plataforma de la batería, y recorriendo de izquierda a derecha constantemente, un escenario que se le quedaba demasiado pequeño. Uno de los momentos más intensos y destacados de la velada,  fue el propiciado por el marchoso y roquero "The Chosen Ones" uno de los mejores cortes de British Lion que en directo sonó francamente bien, conteniendo esas influencias del rock típicamente británico,  y donde el respetable pudo deleitarse con esas líneas de bajo marca de la casa junto a unas armonías dobles de guitarra que nos condujeron a un final in crescendo con Harris ametrallándonos sin compasión con su bajo , provocando la algarabía entre el respetable, que coreó el nombre del bajista durante algunos minutos.

Con una banda que parecía mucho más cómoda y suelta sobre el escenario, y un público que a medida que iba avanzando el show, se mostraba más receptivo y participativo, llegaba el momento del emotivo "These Are The Hands", un medio tiempo marcado por las guitarras envolventes,  en el que destacó especialmente la labor de un potente Simon  Dawson, que se mostró muy preciso y contundente durante toda la velada, sin grandes exhibiciones, pero realizando un gran trabajo tras su kit como pareja rítmica de Steve Harris. Aunque quizás el recurso más fácil a estas alturas de show, habría sido tirar de alguna versión de Maiden  para levantar los ánimos y llenar el setlist de la velada, lo cierto es que Harris y sus muchachos se mostraron tremendamente honestos al confiar plenamente en su material, e incluso apostaron por introducir en su repertorio temas nuevos,  como el contagioso y marchoso con aires sureños , "Guineas and Crowns", el afilado "The Burning", con las guitarras doblándose al más puro estilo Maiden, que hizo las delicias del respetable, haciendo subir considerablemente la intensidad del show, o la más relajada y melódica "Last Chance", facturando una interesante tripleta de temas inéditos, que curiosamente fueron de los cortes que más gustaron a la audiencia a tenor de la calurosa respuesta recibida durante su interpretación.

Aprovechando la buena predisposición del público, el quinteto británico encaraba la recta final de su actuación interpretando  el tema que ha sido editado como sencillo del álbum, el pegadizo "Us against The World", donde Taylor volvió a recabar el apoyo del respetable a la hora de encarar los estribillos, demostrando unas buenas maneras como frontman, para posteriormente , después de una introducción lenta y oscura, sumergirnos de lleno  en los aires progresivos de "A World without Heaven", en el que  nuevamente las guitarras de Hawkins  y Leslie volvieron a erigirse como protagonista, mientras el omnipresente sonido del bajo de Harris daba personalidad al sonido de la formación británica. Volviendo a parámetros más roqueros y haciendo de la inmediatez virtud, la directa y roquera "Do You Want It", nos presentaba a una banda sin excesivas pretensiones, cuyo único objetivo es divertir y hacer pasar un buen rato a sus fans, facturando un tema que en directo gana muchos enteros,  y que sirvió como antesala del extenso e hipnótico “Judas”, para el que Richard  Taylor volvió a sacar su guitarra acústica intercalando sus acordes con la muralla eléctrica para dar por finalizado el show.
 
No se hicieron derogar en exceso los británicos para volver sobre las tablas, ofreciéndonos  una rotunda versión del clásico de U.F.O. "Let It Roll", que fue calurosamente recibida por parte de un público  que volvió a hacerse participe,  respaldando a la formación y convirtiendo la sala en una fiesta, para posteriormente dar por finalizada su actuación con la melódica y optimista  "Eyes Of The Young", dejando a todos los presentes  con un buen sabor de boca.

Después de haber presenciado la descarga del quinteto británico, hay que remarcar que tras superar un inicio un tanto errático y dubitativo, la banda supo sobreponerse y facturar una buena actuación, que claramente fue de menos a más, consiguiendo disipar la incertidumbre ante este nuevo proyecto de Steve Harris, demostrando que son una buena banda de directo, ya que los temas de "British Lion" ganan muchos enteros cuando son descargados en vivo. Al final del concierto Richard Taylor se despidió prometiendo una próxima visita, les estaremos esperando, y a tenor de lo visto y oído, no me cabe la menor duda de que el poder de convocatoria de la banda irá en aumento en futuras ocasiones.




TEXTO:ALFONSO DIAZ

FOTOS:CARLOS OLIVER

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