Aún puedo recordar el shock que supuso para la escena
rockera internacional, el apabullante debut homónimo publicado en 1999 de la
banda liderada por el tatuadísimo y controvertido vocalista Joss Todd, un
lanzamiento que hizo tambalear los cimientos de la siempre conservadora
sociedad americana al son de aquel pegadizo "Lit up" , con su controvertido
estribillo, que proclamaba abiertamente su pasión por la juerga con aquella polémica
frase "I Love The cocain". No fueron pocos los medios que se
apresuraron a ensalzar a los americanos como los sucesores de los mismísimos
Guns n´ Roses, pero como suele suceder en muchos casos, el apabullante debut se
quedó como una mera anécdota en una carrera longeva, que nunca acabo de
despegar de forma definitiva, por culpa de los constantes cambios de formación,
y la irregularidad a lo hora de editar sus sucesivas secuelas. Pese a todas
estas circunstancias, y a los diferentes problemas de salud del
vocalista, lo cierto es que estos, no hicieron mermar la voluntad de la banda,
que consiguió volver a despuntar nuevamente con la edición de "15".
Aprovechando este nuevo repunte de su popularidad, la formación americana
continuó facturando trabajos que fueron recibidos con desigual acogida por
parte de un público, que no siempre se mantuvo receptivo a los temas explosivos
y fiesteros de Buckcherry. Han pasado ya tres años desde la edición de su
anterior obra de estudio "All Night Long", y la banda
capitaneada por Joss, y el guitarrista Keith Nelson, regresa de nuevo con
"Confessions", un álbum en el que continúan su senda habitual, con trece cortes rebosantes de buen hard rock, salpicado con algunas ráfagas de espíritu punk rock , junto
a otros temas repletos de melodía, en los que bajan un poco la intensidad y el
salvajismo desenfrenado de sus primeros álbumes, mostrándose algo más comedidos, accesibles y maduros, y es que el tiempo no pasa en balde, y eso se nota a la hora de
escuchar algunos cortes, en los que las guitarras acústicas ganan terreno al
desenfreno y el jolgorio, certificando que la juventud es una enfermedad
que se cura con el tiempo.
El álbum se abre con la contundencia y sencillez estructural
de "Gluttomy", un trallazo directo en donde los americanos demuestran
que siguen conservando esa capacidad innata para facturar piezas directas,
llenas de gancho, altamente efectivas y repletas de rock n´ roll macarra y
enganchoso, con unos estribillos machacones ideales para montar una buena
fiesta en directo, gracias a ese pequeño toque punk que siempre han sabido
inyectar a sus composiciones, y al que hay que sumarle una letra
controvertida e irreverente que habla sin tapujos de los excesos de la vida
nocturna. Con un toque más denso, poniendo el acento en la mayor contundencia
de las guitarras, y ofreciéndonos unos estribillos más melódicos y menos
punzantes, la sinuosa "Wrath"", nos muestra un poderoso
contrapunto, respaldándose en una
base rítmica muy compacta que sirve como perfecto colchón para el desarrollo de
unos riffs con reminiscencias del hard rock clásico, que bebe directamente de
bandas como Aerosmith, para explotar posteriormente durante el solo de guitarra
, dejando paso a unos estribillos envolventes y machacones que se ven
rematados por los desesperados gritos de Joss en una segunda línea vocal.
Aunque la figura más representativa de Buckcherry, y foco
principal de la banda, siempre ha sido el vocalista Joss Todd, a lo largo de
los años su fiel escudero, el guitarrista Keith Nelson ha ido ganando peso y
protagonismo en las composiciones de la banda, destacando sus aportaciones
instrumentales, como en el caso de la guitarrera y cambiante "Nothing Left
But Tears", que nos transporta desde un inicio lento e intimista hasta un
pegadizo medio tiempo en el que la tesitura de las guitarras inunda toda
la canción, dándole al corte una sonoridad contemporánea y actual, volviendo a
facturar otro genial estribillo muy marca de la casa. Bajando un poco la
intensidad inicial, mezclando guitarras eléctricas y acústicas los
americanos nos ofrecen "The Truth"", una pieza con un aire
sosegado y ligero, que incluye un cuidado trabajo en las melodías vocales,
donde Joss muestra sus habilidades vocales a la hora de afrontar los temas más
pausados, en un medio tiempo introspectivo que incluye un solo de guitarra
clásico con reminiscencias sureñas, dando forma a un corte que en otra época
habría sido un segundo single clarísimo.
El inicio más lento y pausado de "Greed", dejara
paso a unos estribillos cargados de vitalidad y actitud roquera, liderado por
unas guitarras crudas y sucias que junto a la subida
intensidad de las voces, acabarán dando forma a un corte donde las guitarras
slezzy se acabarán imponiendo sobre una base rítmica que permanecerá constante
durante todo el tema. Lejos de lo que pueda parecer tras una
primera escucha, y viendo que todos los temas mantienen un patrón general bastante
similar en cuanto a duración y estructura, (ninguno de los 13 cortes contenidos
supera los 5 minutos de duración), lo cierto es que hay temas como
"Water", en donde Buckcherry, proponen unas estructuras más
variables, siendo capaces de hacer virar la composición desde un inicio lento y
un poco oscuro, hasta un hard rock poderoso liderado por una batería
machacona, junto a un estribillo muy marca de la casa, que concederá
al tema un gancho ideal para el directo, además de conseguir mezclarlo
con partes más melódicas.
Volviendo nuevamente al rock más básico y efectivo, la
marchosa y envenenada "Seven Ways To Die", nos devuelve el feeling
más festivo y desenfadado del quinteto, con otro estribillo brillante y pegadizo, perfectamente secundado por unas guitarras frescas, en
las que se puede apreciar algo de “slide”, dando un aroma sureño
a la composición, redondeando un tema directo, que vuelve a hacer de la
sencillez virtud. Siguiendo una línea similar y ahondando en su faceta más
macarra "Air" otro pieza de rock n´ roll ácido e incisiva, con una
introducción muy moderna, que dejara paso a un marcado riff de guitarra, que
guarda mucha similitud con los que venían incluidos en su debut, pero que se
fusionara con un medio tiempo de feeling altamente roquero, que se verá marcado
por unas grandes dosis de melodía, demostrando que aparté de la visceralidad
implícita en muchas de sus composiciones, el quinteto americano también sabe
embarcarse en piezas más melódicas y trabajadas.
"Sloth", es una balada de corte épico en la que tienen
cabida las aportaciones de la sección de viento que junto con la apabullante
interpretación de un inspiradísimo Joss Todd darán forma a una
composición repleta de intensidad y buen gusto, con una alta carga de
emotividad, en la que el vocalista destaca especialmente imprimiendo
garra, para dejar paso a un excelso trabajo a cargo ambos guitarras, que
jugarán con la melodía llegándose a doblar en algunos momentos dando fuerza y
empaque a un tema que conserva una estructura clásica y grandilocuente, completando
una de las composiciones más vibrantes y emocionantes de todo el álbum.
Nuevamente la mezcolanza de guitarras eléctricas y acústicas, vuelve a
marcar el medio tiempo "Pride", sobre el que el vocalista recita la
letra de forma emotiva y emocionante,
para posteriormente dejar paso a unas estrofas cantadas de forma más melódica,
que se verán arropadas por la calidez de las guitarras acústicas y una
sutil melodía de teclado que apoyara en segundo plano.
La recta final del álbum viene marcada por "Envy",
rock típicamente californiano que irá subiendo en intensidad, apoyándose en la
densidad de las guitarras, pero que se muestra un tanto irregular y sin llegar
a despuntar, ya que les ha quedado excesivamente flojo si lo comparamos con el
resto del material contenido en "Confessions", una pieza un tanto
previsible, que no llega a capturar la atención del oyente en ningún
momento y que transcurre sin sobresaltos. Más atractiva y dinámica resulta
"Lust", con un ritmo serpenteante y muy pegadizo, con la que parecen
volver a adentrarse en el rock más pegadizo y vacilón de la mano de un
estribillo contagioso, lleno de fuerza y actitud, que hace subir la
intensidad del tema, haciéndolo sonar muy roquero, facturando otra composición
que funcionara muy bien directo por su inmediatez y su frescura. Las
guitarras acústicas y los arreglos de cuerda son las encargadas de protagonizar
"Dreamin' Of You", la balada en mayúsculas del álbum, una dulce
despedida para un álbum plagado de festivo y vibrante rock n roll.
Parece que poco a poco, los americanos van recuperando el
crédito perdido, aunque este trabajo no creo que llegue a las cuotas de
popularidad alcanzada con la edición de "15", ni tampoco,
supondrá un impacto considerable como fue su explosivo debut en 1999. Buckcherry
tenían todos los números para ser una de las grandes bandas de rock del siglo
XXI, pero por multitud de circunstancias y motivos, finalmente no
pudieron llegar a tan altas cotas,. En cualquier caso, Joss Todd y sus chicos,
han vuelto a demostrar que siguen siendo una gran banda de hard rock , y
que todavía tienen munición suficiente para hacernos pasar un buen rato, sin
duda, actitud no les falta, aunque quizás se les podría pedir una mayor
carga de energía guitarrera en algunos cortes que se han quedado un poco por
debajo de la media que se puede esperar de una banda de su experiencia y
longevidad.
Lista de Temas
01. Gluttony
02. Wrath
03. Nothing Left But Tears
04. The Truth
05. Greed
06. Water
07. Seven Ways To Die
08. Air
09. Sloth
10. Pride
11. Envy
12. Lust
13. Dreamin' Of You
No hay comentarios:
Publicar un comentario