Para todos aquellos fans del
heavy metal de corte tradicional, el pasado jueves 4 de abril estaba marcado
en rojo en sus calendarios, ya que dicha fecha, correspondía con la primera de
las tres citas que los suecos Enforcer tenían programadas en nuestro país como parte de su actual "Death By Fire
Tour 2013", una gira que después de recorrer toda Europa continuará por
el continente americano. Con un disco recién editado, hace apenas un par de meses, y amparados por la
buena acogida de sus dos trabajos anteriores que hicieron
despertar la vena speed metalera de muchos fans de nuevo cuño, los suecos se
presentaban en la Ciudad Condal dispuesto a asolarnos con unos temas veloces, efectivos y arrolladores,
cargados de fuerza y rabia metalera, demostrando que el hábitat natural de la
formación es el directo.
Pero antes de la salida de Enforcer los locales Blackway serían los encargados
de calentar el ambiente de una sala que registró una buena entrada. Seducidos
por el clasicismo del rock más efectivo
y genuino, la joven formación de Pineda de Mar nos regaló 45 minutos de vibrante
y marchoso hard rock, influenciado por la electricidad y el dinamismo de unos
primerizos Ac Dc. Encabezados por el adrenalítico guitarrista Alex Pañero, auténtico motor de la banda en
directo,( que no paró durante toda la actuación de mover la cabeza, alentar al
público y hacerse cargo de los coros), fue
durante los primeros compases de la
inicial "Evil Woman" cuando Blackway
dejaron claramente asentadas las bases
de su sonido, rock fuerte,
potente y guitarrero , demostrando una gran personalidad, así como una buena puesta en escena con la que agradar
y entretener a la audiencia. Aunque el cuarteto se mostró bastante cómodo y
desenvuelto sobre el escenario , curiosamente, el componente más estático de la
banda fue el vocalista Arnau Fayos, al que le costó un poco entrar en
situación, pero que finalmente, acabo cuajando una actuación individual
solvente, que fue de menos a más, llegando a sonar bastante convincente en la versión del “Daddy, Brother, Lover, Little
Boy” de los americanos Mr. Big, que fue
interpretada durante el tramo inicial de su show y durante el que Alex, y el
bajista Richard Turró, reprodujeron el vertiginoso duelo entre guitarra y bajo, teniendo el
bajista que recurrir al uso de la pua. Tampoco faltaron en su show las
pinceladas de rock clásico con sabor bluesy de "Heartbreaker”, en cuya
parte intermedia destacó la pegada y contundencia de su batería Francesc López,
que además de aporrear de forma potente su kit, también apoyó notablemente a la
hora de dar contundencia a los coros.
Aunque en un principio la concurrencia se mostró un tanto expectante, a medida
que avanzaba la actuación de Blackway, la gente se fue entonando, mostrándose más participativa gracias en
gran medida, a los temas frenéticos y
contagiosos de la banda catalana, pero sobre todo, a la entrega de su
guitarrista que se mostró como un auténtico vendaval en directo, recurriendo a
trucos escénicos clásicos como el paseo entre la audiencia que se dio durante el tema que presta su nombre a la banda "Blackway", y que
sirvió para que Arnau nos
presentara a sus compañeros, para posteriormente hacernos cantar el
estribillo, dando color a un show que iba ganado en enteros. Para la recta
final de su actuación se dejaron el potente
y pegadizo "Cave Of Rock", que sirvió como preámbulo para el último
tema de la noche, otro cover, en esta ocasión sería el " Rock n´
Roll" de Led Zeppelin, que a modo de declaración de intenciones,
sirvió como colofón para una actuación
entretenida y dinámica de manos de una
banda muy joven, que apunto muy buenas maneras sobre las tablas, y que si siguen trabajandoduramente pueden llegar a convertirse en una banda de referencia para los seguidores
del sonido de bandas como Ac Dc, Airbourne, Hardbone, o mirando más cerca, dentro de nuestras
fronteras, sus paisanos '77.
Desde que en 2008 Enforcer editaran su disco debut "Ínto The Night", la popularidad de la formación sueca no ha hecho más que subir como la espuma, haciéndoles crecer vertiginosamente a raíz de la publicación de " Diamonds" en 2010, lo que les facilitó el fichaje por una de las compañías más importantes del continente europeo, con la que reciente, y esta vez en formato de cuarteto, han facturado su trabajo más completo y arrollador el explosivo "Death BY Fire", un álbum de carácter conceptual que les ha situado a la vanguardia de la N.W.O.T.H.M. Con estos antecedentes, la expectación era grande ante la descarga de Enforcer. Inmersos en pleno proceso de crecimiento y consolidación de su estatus, los suecos traían, al igual que en anteriores ocasiones, un telón central con el logo de la banda, así como un par de telones laterales, situados a ambos lados de la batería, en los que se podían leer las palabras Heavy Metal, junto a una máquina de humo que no dejo de funcionar durante toda la velada, creando un ambiente denso y pesado, que junto a las predominantes luces de color rojo daban al escenario un ambiente oscuro y demoniaco, que nos hacía presagiar lo que la formación sueca venía dispuesta a ofrecernos.
Cualquiera que haya escuchado la discografía de Enforcer, será consciente del amor de estos chicos por la velocidad
endemoniada y los riffs supersónicos, así que tras sonar a través del P.A. la versión de Judas Priest del "Diamonds
And Rust" , la actuación de Enforcer arrancaba con la intro que abre su
más reciente entrega, "Bells Of
Hades" mientras el cuarteto tomaba posiciones para salir en tromba dispuesto a convencer a la
audiencia con su velocidad y su contundencia, arrancando su incendiario show con "Death Rides The
Night", un torbellino sonoro que servía para certificar el enorme tirón
del nuevo material de la banda, ya que
la gente coreó la letra levantando los
puños arduamente, acompañando el
estribillo, mientras la apisonadora sueca, liderada por un pletórico y
descarado Olof Wikstrand, se sumergía de lleno en una sesión de headbanging que
se mantuvo constante e incansable durante todo el show. Tras esta primera
explosión inicial, la mecha prendida no
dejo de arder vivamente, al abordar Enforcer una primeriza y speed metalera
"Mistress From Hell", durante la que el sonido, un tanto embarullado en
el tema inicial, se fue equilibrando permitiéndonos disfrutar plenamente de
esos duelos guitarreros rápidos y precisos, que protagonizaron Olof y Joseph Tholl, demostrando que la maquinaria sueca está
plenamente engrasada y que con el paso de los años, gracias a las continuas
giras por el viejo continente y América, la banda ha conseguido una puesta en
escena y madurez a la altura de las más
importantes formaciones de la escena europea.
Con el ambiente perfectamente caldeado, llegaba el momento de presentar una oscura y cruda "Mesmerized By Fire", perteneciente a su más reciente trabajo, con toda la sala sumida en la más absoluta oscuridad a excepción de un único punto lumínico de color rojo que apuntaba, directamente, sobre la diabólica faz del vocalista Olof Wikstrand, dando a la presentación una atmósfera totalmente demoniaca, que se vio reforzada por el uso del rever, lo que enalteció el ánimo de un público totalmente entregado, que correspondió a la banda coreando el tema como un auténtico clásico, haciendo inaudible, en algunos momentos la voz de Olof , mientras se desataba una batalla campal en la pista, con todo el mundo haciendo headbanging, arrastrados por el huracán de velocidad y decibelios que creaban los suecos. Si durante este primer tramo de actuación, Enforcer nos habían obsequiado con una colección de temas directos y letales, la primera mirada a su anterior trabajo, el aclamado "Diamonds", vino de la mano de un melódico y coreadísimo "Katana ", con ambos guitarristas ocupando el centro del escenario dando la entrada a los coros, levantando los brazos a la vez, consiguiendo que lejos de relajar los ánimos, el show mantuviera toda su nervio e intensidad poniendo nuevamente la sala patas arriba, consiguiendo crear un fantástico ambiente gracias a una conexión total con el público. También tuvieron tiempo los suecos de dejarnos paladear, aunque sólo fuera de forma fugaz, su buen gusto y destreza a la hora de facturar temas impregnados del hard rock típico de la década de los ochenta, así que para ello, se decidieron a levantar un poco el pie del acelerador para deleitarnos con los contagiosos estribillos de un efectivo y muy celebrado “On The Loose”.
Resulta curioso, como pese a que
la banda a lo largo de su actuación fue
variando de registro , moviéndose con soltura entre temas rápidos y piezas de corte más tradicional, en ningún momento se resintió la intensidad del show, que no decayó en ningún momento, y lo cierto
es que durante todo la actuación de Enforcer,
el público pareció plenamente conectado con la banda, siempre atento a los
movimientos de los músicos sobre las tablas, y sin dejar de
corear incansablemente, cada uno
de los estribillos que proponía el cuarteto, dejando claro que la fidelida es una de las principales cualidades de los fans de este estilo de
música. Tampoco podía faltar la inclusión de
alguno de los fantásticos temas instrumentales que siempre han incluido
Enforcer en cada uno de sus trabajos,
así que cuando empezaron a sonar las primeras notas del trepidante instrumental
“Crystal Suite”, con esas características subidas a cargo del bajo de Tobias Lindqvist y la batería
de Jonas Wikstrand, con ese aroma tan
típicamente Maiden, la sala se volvió literalmente loca, convirtiéndose en una
pista de baile donde nadie era capaz de permanecer quieto, mientras que desde
las tablas los músicos no paraban de intercambiar sus posiciones, alentando y
dando ánimos a una incasable audiencia.
Una nueva mirada a su primer trabajo “Into The Night”, de la mano del aplastante “Scream Of The Savage”, supuso el retorno a los ritmos más veloces y abrasivos protagonizados por las afiladas voces agudas, volviendo a demostrar, que cuando el cuarteto sueco pisa el acelerador se convierte en una maquina letal de hacer autentico heavy metal. Estaba claro que la apisonadora sueca estaba facturando una rotunda y brillante actuación, pero lo cierto es que lo mejor estaba aún por llegar, y para encarar el tramo final de su actuación, que mejor que una de sus piezas más conocidas y celebradas, el enganchoso “Midnight Vice”, corte que abría “Diamomds”, el que para muchos, es el mejor de sus tres trabajos y que en directo se ha convertido en una pieza clave en las presentaciones de la banda, con Olof acercándose al borde del escenario para animar a las primeras filas, mientras sus compañeros levantan al aire sus instrumentos ante el delirio del respetable. Otro detalle importante a reseñar del cuarteto sueco, fue que en todo momento, se centraron en la música, no hubo tiempo durante su actuación para grandes charlas, ni extensos solos. Enforcer son conscientes de que sus mejores armas de cara al directo, son sus composiciones, por ello, se esforzaron al máximo en tocar a un ritmo rápido y vertiginoso, consiguiendo que piezas que en un principio pueden sonar hasta comerciales ,como es el caso del single de su último trabajo , “Take Me Out Of This Nightmare”, en directo, cobren una nueva dimensión, llegando a alcanzar altas cuotas épicas, gracias al coro unánime de una sala que coreo al unísono el estribillo, obsequiando posteriormente a la banda con una cerrada ovación.
Durante la descarga de Enforcer, el cuarteto facturó un repertorio muy equilibrado, dando bastante
cancha a cada uno de sus trabajos, así que no faltaron durante su actuación,
cortes clásicos como “Take Me To Hell”, que cerraba “Diamomds”, y que fue cálidamente recibido , para
posteriormente embarcarnos en la
entrada del virtuoso y guitarrero “Silent Hour/ The Conjugation”, donde ambos
guitarrista brillaron con luz propia durante su extensa parte solista, pero
donde por encima de su compañero, el extrovertido Joseph Tholl, fue el que se llevó
el gato al agua, dejando una buena muestra de su calidad como guitarrista . Con
un escenario sumido en la más absoluta oscuridad empezaban a sonar los
primeros compases de la speedmatelera y tétrica “Satan”, uno de los temas más oscuros y
furibundos de "Death By Fire", interpretado a oscuras durante su
parte inicial, ya que la luz no retornaría al escenario hasta producirse la tercera invocación del
maligno, haciendo crecer la emoción y excitación de un público, que acabó
volcado y rendido ante la incendiaria y asesina composición que los suecos eligieron para cerrar su actuación.
Sin que la banda llegara a abandonar las tablas, rápidamente y sin ofrecernos ningún tipo de descanso, daban arranque unos bises, que pese a ser relativamente cortos, únicamente un par de temas, lo cierto es que fueron capaces de concentrar toda la magia, la épica y la velocidad, que la formación sueca es capaz de desplegar sobre las tablas. La primera de las dos piezas que compondrían el “encore” sería la composición que abría su primer trabajo, la vertiginosa “Black Angel”, que volvió a desatar, una vez más, (y es que a lo largo de la noche fueron varias las ocasiones en que la sala se vino literalmente abajo), la locura más absoluta, con Olof comandando a sus compañeros, haciendo gala de sus dotes como frontman, incitándonos a gritar el pegadizo estribillo como si nos fuera la vida en ello, mientras que la pieza escogida para poner el definitivo punto y final, fue una abrumadora versión del “Into The Night”, una acertada elección, que permitió que Enforcer se bajaran del escenario dejando a sus fans con la sensación de haber presenciado la actuación de una una de las bandas con un directo más letal y abrumador de la actualidad.
Sin duda habrá quien piense que la música del cuarteto es un mero ejercicio de revival, falto de originalidad y que suena totalmente vieja y desfasada, pero lo cierto es que después de ver la descarga de Enforcer es imposible poner ninguna pega al show de la formación sueca, ya que estos cuatro chicos derrocharon actitud metalera, dejándose la piel sobre el escenario, y lo que es más importante, fueron capaces de transmitir esa credibilidad que únicamente saben imprimir aquellas personas que disfrutan plenamente de lo que están haciendo. Tras ver la arrolladora actuación de la apisonadora sueca, no creo equivocarme al afirmar que el cuarteto está plenamente preparado para subir un nivel más en su carrera, otro asunto totalmente al margen, es si a día de hoy, su propuesta goza del apoyo mayoritario de un público que parece haberse olvidado de las raíces primigenias del sonido que popularizaron las “grandes bandas” de nuestro estilo.
TEXTO: ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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