Tras su aventura roquera al
frente de Toxic Taste y la buena noticia
que supuso el retorno de Running Wild , el incombustible Rolf Kasparek regresa al primer plano de la actualidad
discográfica de la mano de su nuevo proyecto Giant X , para el que ha contado
con la colaboración de su compañero en los "piratas" germanos desde 2005, Peter J. Jordan quien además de compartir las labores de
composición de los temas que integran "I", se ha encargado, junto al
propio Kasparek, de las labores de producción de un álbum que nos propone un
interesantísimo viaje a través de las diferentes influencias que marcaron la
juventud de ambos músicos y que les
hicieron dedicarse a este negocio.
Aunque evidentemente las composiciones
de Giant X guardan una estrecha conexión con el sonido de Running Wild,
especialmente por el característico timbre vocal de Kasparek, lo cierto es que
los temas contenidos en "I", lejos de ser una extensión de los himnos
metálicos de la formación germana, nos ofrecen unos parámetros más cercanos al
hard rock clásico de bandas como Kiss, Thin Lizzy o Ac Dc.
Tras una fugaz introducción bautizada como “The Rise Of The Giant X”, el álbum se abre con el dinamismo y la contundencia arrolladora de “On A Blind Flight”, una pieza rápida y directa que guarda muchos paralelismos con el material más reciente de Running Wild, especialmente a la hora de embarcarse en unos estribillos muy marchosos y melódicos que mantienen la estructura y entonación clásica de los temas de la mítica formación alemana. Tras unos primeros compases, en los que parece que el material de este debut no va a alejarse en exceso de lo que nuestros protagonistas nos tienen acostumbrados, es al sonar los primeros compases del hímnico “Don't Quit 'Till Tomorrow”, cuando la formación parece abandonar sus raíces más netamente metálicas para adentrarse en terrenos más cercanos al hard rock tradicional, dando forma a un medio tiempo con mucho gancho y un descarado aire festivo, que gracias a sus líneas vocales y a sus efectivos estribillos se quedará dando vueltas en tu cabeza después de tan solo un par de escuchas.
Tras un inicio estilísticamente variado, las sorpresas no se detienen con la llegada de “Badland Blues”, una pieza que como su propio nombre indica, está repleta de ese inconfundible aroma blues junto a un marcado sabor sureño, en un tema que destaca por el uso de la guitarra “slide”, creando una ambientación y sonoridad típicamente americana, detalle que puede llegar a sorprender, si tenemos en cuenta la procedencia europea de las dos cabezas pensantes de Giant X, pero lo cierto es que a lo largo de los 13 cortes que componen “I”, si hay algo que queda claro, es que la pareja de compositores se han decidido a dar a cada uno de los temas, una identidad propia, lo que hace que el disco sea muy ameno y de fácil escucha. Aunque claramente muchos de los cortes de Giant X están orientados hacia un rock de raíces clásicas de los 70 y los 80, Kasparek y Jordan también han sabido insuflar a sus composiciones un toque de modernidad, que se puede apreciar en la entrada de cortes como “Now Or Never”, donde los sonidos electrónicos marcaran el arranque de un tema que por su estructura y sonoridad vuelve a situarse cerca del sonido más característico de Running Wild, dando forma a una composición rápida y melódica, que se verá culminada por unos estribillos contagiosos en los que destacará el contundente sonido de la batería y la fiereza metálica de sus guitarras. Otra de las sorpresas del álbum, es sin duda, la inclusión de “Nameless Heroes”, una power-ballad con un ritmo ascendente que contiene unas guitarras al más puro estilo años 80, en las que se adivina la influencia de Kiss, no en balde Kasparek se ha declarado, a lo largo de los años, como un ferviente seguidor de la banda liderada por Simmons y Stanley. Aunque quizás “Nameless Heroes”, no sea una pieza excesivamente brillante, si resulta cuanto menos curioso escuchar cómo se desenvuelve la rugosa voz de Kasparek a la hora de afrontar tempos balísticos.
El rock n´roll más directo y macarra, salpicado con ciertos tintes glam, regresa de la mano de la roquera y fiestera “Go 4 It”, una descarga compacta y altamente contagiosa, en la que un fácil y pegadizo estribillo será el encargado de liderar un tema de estructura clásica y ritmo arrollador redondeando una pieza que gracias a la inclusión de algunas pinceladas electrónicas, cobrara una dimensión moderna y contemporánea. Dando continuidad a la misma línea cachonda y desenfadada nos encontramos con "The Count", un corte que pese a sonar muy divertido durante las primeras escuchas del disco, por su marcado aire festivo y vacilón, acabara convirtiéndose después de unas cuantas repeticiones, en una pieza excesivamente lineal y repetitiva, perdiendo toda su frescura y atractivo, sonando falto de ritmo y contundencia, convirtiéndose en una de las piezas menos inspiradas de "I".
Si ya durante el tramo inicial del álbum Kasparek y Jordan nos habían mostrado su afición por el blues en “Badland Blues”, el sabor sureño retorna de la mano de “Rough Ride” en el que destacan los coros que acompañan, durante casi todo el tema, a Kasparek dando forma a un rock n' roll guitarrero y marchoso, que puede llegar a recordar muy ligeramente a Z.Z. Top, pero que dudo que acabe de agradar a los fans de Running Wild. Apoyado nuevamente sobre unas novedosas bases electrónicas arranca “Friendly Fire”, donde las guitarras suenan bastante más contundentes y afiladas, en un tema que se desmarca de la línea festiva que rige la mayoría del material del álbum, para sonar un poco más consistente y hasta cierto punto oscuro, facturando un medio tiempo intenso y machacón que se verá culminado por un incisivo solo de guitarra y un estribillo envolvente y pegadizo que lo convierten en una de los cortes más densos y agresivos de este debut.
Tras el momento de seriedad, el retorno a la tónica general de álbum viene de la mano de otra pieza directa y jovial, donde vuelve a reinar ese ambiente festivo y desenfadado que domina la mayoría de las composiciones del plástico, así que “Let' s Dance” vuelve a mirar directamente al rock de la década de los setenta , sustentándose sobre unos riffs que ya están demasiado desgastados, lo que a la larga hace sonar al tema un poco falto de frescura y como si se tratara de una mera reiteración de sonidos que ya todos tenemos más que asimilados. Bastante más inspirada resulta "Soulsurvivors”, que parece ser la mezcolanza perfecta entre el estilo metálico de Running Wild y el hard rock de Giant X, completando un tema en el que las guitarras suenan más afiladas, y donde un estribillo muy marcado y pegadizo, hará ganar muchos enteros a la composición. La encargada de cerrar el plástico es la hímnica “R.O.C.K. con un sonido de guitarra más ambiental, y basado en los cánones de un hard rock más estándar; una buena melodía central, un estribillo ideal para el directo y un solo de guitarra fresco y efectivo constituyen las principales armas del tema que sirve como clausura del álbum.
Después de toda una vida consagrada al heavy metal con sus Running Wild, puede que la edición de este disco de Giant X haya sido incluso "terapéutica" para el bueno de Rock ' n ' Rolf Kasparek, a la par que una buena oportunidad para dar salida a sus inquietudes musicales, pero lo cierto es que creo que este disco no pasara de ser una mera anécdota para todos los seguidores de la mítica formación germana. Así que después de haber pasado un tiempo desconectado de su banda madre, y tras la edición de este nuevo trabajo, esperemos que los próximos pasos del guitarrista estén encaminados hacia un nuevo trabajo de estudio de Running Wild, y más después de que el retorno de la mítica formación alemana se materializara el año pasado con la publicación de “Shadowmaker”.
Lista de Temas
01. The Rise Of The Giant X (Intro)
02. On A Blind Flight
03. Don`t Quit Till Tomorrow
04. Badland Blues
05. Now Or Never
06. Nameless Heroes
07. Go 4 It
08. The Count
09. Rough Ride
10. Friendly Fire
11. Let`s Dance
12. Soulsurvivors
13. R.O.C.K.
No hay comentarios:
Publicar un comentario