Tras la buena acogida que obtuvo su anterior visita a nuestro país con su
“Vintage Tour 2011”, en el que el quinteto portugués basó su repertorio, casi
de manera exclusiva, en el material de sus dos primeras obras “Wolfheart” y
“Irreligious”, la banda liderada por el carismático e incombustible vocalista
Fernando Ribeiro regresaba a la Ciudad Condal para presentar su nuevo trabajo ,
un álbum doble titulado “Alpha Noir/Omega White”, que ha mantenido al combo
lisboeta girando por el continente
Americano durante los últimos meses cosechando un rotundo éxito. De modo que para
esta nueva visita, la formación lusa llegaba a los escenarios españoles muy
rodada y con un repertorio totalmente renovado, aunque quizás no tan
espectacular ni impactante visualmente como en anteriores ocasiones, y sí mucho
más centrado y orientado en lo realmente
importante, la crudeza y rotundidad de sus nuevas composiciones.
Pero antes de la salida de la formación
lusa, los encargados de calentar el ambiente eran los finlandeses Insomnium,
una banda a la que personalmente tenía muchas ganas de ver, y más después de
haber pegado un buen repaso a sus dos últimas entregas discográficas “Across
The Dark” y su más reciente “One For The Sorrow” de 2011. Desde los primeros
compases de su actuación, se pudo apreciar claramente, que el público estaba
muy pendiente de las evoluciones del cuarteto sobre las tablas, así que temas
como la inicial “Inertia” o “Where The
Last Wave Broke”, tuvieron una cálida acogida por parte del respetable, lo que propicio que el cuarteto se creciera
sobre las tablas a la hora de desplegar todo su potencial death metalero
cargado de armonías envolventes y melancólicas, fraguando un show muy crudo y
convincente.
Seguramente, el hecho de que su último trabajo “One For The
Sorrow” estuviera ya muy rodado, también ayudó a que la descarga de los
finlandeses fuese de lo más rotunda y contagiosa, con temas como “Unsong”, en el
que las voces limpias del guitarrista Ville Friman se fundieron con las
habituales líneas abrasivas y death metaleras de un comunicativo Nillo Sevänen,
que permanecía impasible apoyado sobre el monitor central, mientras sus
compañeros no dejaban de moverse sobre las tablas, dando color e intensidad a
su actuación. Durante toda la descarga de Insomnium, el cuarteto se mostró muy
cercano y agradecido con la audiencia, lo que propicio el apoyo incondicional
del público en temas como “Down With The
sun”, extraída de su “Across The Dark”, o la envolvente y agresiva “Through The
Shadows”.
Aunque la descarga de Insomnium estuvo casi
exclusivamente centrada en sus últimas dos entregas, lo cierto es que también
tuvieron tiempo para mirar a su trabajo de 2006 “Above The Weepeing Wolrd”, del
que rescataron la cambiante y atmosférica “Change Of Heart”, que contó con las
palmas de la audiencia durante el tramo inicial, para posteriormente
sumergirnos de lleno en un extenso desarrollo instrumental en el que destacó el
brillante ejercicio solista a cargo de Markus Vanhala. Con un público cada vez
más entregado, la banda encaraba la recta final de su actuación de la mano de
tres composiciones de su último trabajo, la agresiva “Only One Who Waits”,
“Weather The Storm”, presentada por el guitarrista Ville Friman, para rematar
su presentación definitivamente con la densidad sonora contenida en “One For
The Sorrow” , con la que la banda liderada por Nillo Sevänen dio por concluida
su actuación, dejando una grata
impresión entre los asistentes y certificando que la formación tiene tablas y
calidad suficientes para liderar su
propio show.
Tras la arrolladora descarga de Insomnium,
no lo iban a tener fácil los portugueses para convencer a su parroquia. Con una
sala que, finalmente, registró una media entrada larga, la formación lusa daba
arranque a su actuación con la poderosa y electrizante "Axis Mundi",
que marcó la entrada del quinteto sobre las tablas liderados por poderoso Fernando Riberio que,
ataviado con un caso al estilo troyano y un llamativo pie de micro con forma de
espada, fue el foco de todas las miradas durante los primeros compases del show,
mientras sus compañeros desgranaban las
ráfagas asesinas del brutal tema de apertura. Sin mediar presentación alguna, y
con Fernando ya liberado de su casco, el quinteto se abalanzaba sobre la pieza
que presta nombre a su nuevo trabajo "Alpha Noir", en el que pudimos
apreciar el poderoso contraste entre los cortantes y afilados riffs de Ricardo
Amorin y los envolventes teclados de Pedro Paixâo, que a lo largo del show fue
alternando las labores de teclista con las de guitarra de apoyo en los temas
más netamente metaleros.
Como ha venido siendo norma habitual
durante las descarga del quinteto luso en nuestro país, Fernando Ribeiro se
dirigió a nosotros en un mas que comprensible castellano durante toda la
actuación, con lo que la descarga ganó en cercanía y efectividad, y es que tal
y como comento el propio vocalista, únicamente escuchamos la lengua de
Shakespeare durante los temas, ya que todas las presentaciones de la noche se
hicieron en “Portuñol”. Tras unos primeros compases marcados por la potencia
desgarradora de las nuevas composiciones de la banda, el siguiente tema en ser
desgranado fue un oscuro y crujiente “Finisterra”, con el quinteto mostrándose
realmente excelso sobre las tablas, dominando con soltura tanto las partes más crudas
e incisivas como las atmósferas más melódicas y envolventes. Adentrándonos
todavía más en esas ambientaciones oscuras y opresivas, la siguiente en caer,
fue una de las piezas que mejor acogida tuvieron durante la descarga del
quinteto “Night Eternal”, que nos mostraba su lado más tétrico y ocultista, haciéndonos vibrar intensamente con su halo de misterio y sus voces guturales.
Con el ambiente ya caldeado, Fernando reivindicaba
las dos décadas de existencia de su formación, proponiéndonos para ello un
viaje a través del tiempo, transportándonos directamente a los lejanos tiempos
de “Irreligious”, para ofrecernos una doble ración de su clásico de 1996, de la
mano de un enérgico “Opium”, para el que
Pedro Paixâo volvió a dejar de lado su guitarra para hacerse cargo de los
teclados; para posteriormente dejar paso
a los pregrabados que marcarían la entrada de un envolvente y rotundo “Awake!”,
que sonó realmente magistral y devastador, con toda la sala entregada al máximo
mientras la banda permanecía sobre las tablas engullida por unas amenazantes
luces rojizas. Sin tiempo, prácticamente, para reponernos del golpe, los lusos
seguían el recorrido por su material más clásico desgranando piezas como
“Abysmo”, rescatada de su roquero “Sin Pecado” de 1998. Para poner el punto y
final a la que podríamos calificar como la parte más melódica y emotiva de la
velada, el quinteto apostó por una de sus nuevas composiciones, el vibrante y
emocional “New Tears Eve”, que fue dedicado a la memoria del vocalista de Type
O Negative, Peter Steele y al
recientemente fallecido Jeff Hanneman de Slayer.
Recuperando la fuerza arrolladora del
inicio, y volviendo a fijar su objetivo en los temas de nuevo cuño, una
incisiva “Lickanthrope” volvía a traernos de regreso a los Moonspell más
cañeros y agresivos para dejar paso después a un crujiente y seductor “Love Is
A Blasphemy”, con Fernando nuevamente mostrando sus grandes actitudes como
frontman, dirigiendo al público desde el escenario, consiguiendo recabar el
apoyo del respetable acompañando con palmas el inicio del tema, para
posteriormente convertir la sala en un mar de brazos elevados hacia el
escenario apoyando los estribillos del tema, para acto seguido ,y sin darnos un
segundo de tregua, presentarnos un oscuro y tétrico “Em Nome Do Medo”, para el
que el vocalista nos pidió el esfuerzo de cantar el estribillo en portugués, lo
que provoco que el tema sonase realmente intenso y arrollador, certificando que
la pieza tiene un gran potencial en vivo y muchos números para convertirse en
uno de los nuevos clásicos de la banda.
Para el tramo final de su actuación, los
portugueses se guardaron varios ases bajo la manga en forma de temas clásicos como
“Vampiria”, con toda la sala acompañando el pegadizo estribillo, sumergiéndonos
en esas atmósferas repletas de intriga y misterio , para proseguir su descarga
con los aires del folk típico portugués de la mano de un contagioso y jovial
“Ataegina”, que convirtió la sala en una fiesta medieval, con todo el mundo
saltando y dando palmas, seducido por la bonita y contagiosa melodía central.
La última visita a su material más reciente vino de la mano de la intensa y oscura “Grandstand”, para cerrar con una
increíble y apoteósica versión de su clásico “Alma Matter”, con el que
consiguieron poner la sala literalmente patas arriba, con todo el mundo
cantando al unísono el estribillo, haciendo prácticamente inaudible la voz de
Fernando.
Tras unos breves momentos de descanso, la
banda regresaba sobre las tablas, tal y como nos había prometido, para
regalarnos una tripleta de temas perteneciente a sus dos primeros trabajos, un
desbordante y coreadísimo “Wolfshade (A Werewolf Masquerade)” que abría su
clásico “Wolfheart” de 1995, para posteriormente regalarnos una corrosiva
“Mephisto”, que volvió a hacer levantar los brazos a todos los asistentes
haciendo el símbolo de la bestia, para finalmente dejar paso a una emotiva y
arrebatadora “Full Moon Madness”, que serviría para poner la rúbrica a una hora
y tres cuartos de trepidante actuación.
Una vez concluida la presentación , y
mientras por megafonía sonaba el “outro”, la formación lusa al completo saludaba
desde el escenario a sus seguidores, permaneciendo en escena varios minutos
aplaudiendo a la audiencia, mostrándose muy agradecidos por la
fidelidad y entrega de un público que se mostró realmente complacido y
satisfecho con su descarga. Sin duda esta nueva visita de Moonspell sirvió para
certificar el buen momento que, actualmente, vive la formación,
además de ratificar que, a día de hoy, son la banda de metal más internacional
de nuestra vecina Portugal.
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