Resulta cuanto menos irónico que mientras
los medios y el público proclaman un resurgimiento del thrash metal “old
school”, un concierto como el del pasado miércoles en la sala pequeña de
Razzmatazz, no consiguiera congregar a más de medio centenar de personas para
presenciar la actuación de los americanos Heathen. Además de la mítica
formación de San Francisco, el atractivo cartel de esta noche se completaba con
la savia nueva que aportaba el joven cuarteto alemán Dust Bolt, y la experiencia y profesionalidad de los miembros
integrantes de Generation Kill.
Mucho se podría debatir sobre la idoneidad
de la fecha escogida para el show, enmarcada dentro de una agenda muy saturada
de actuaciones, y a las puertas de los festivales veraniegos, pero lo cierto es
que muchos de los que luego se lamentan de que numerosas giras internacionales
no pasen por estos lares faltaron, una vez más, a una cita obligada para todos
los amantes del thrash metal.
Los encargados de abrir la velada fueron
los alemanes Dust Bolt, una banda desconocida en nuestro país que, con tan solo
un EP y un recomendable trabajo titulado "Violent Demolition", se
presentaban dispuestos a hacer pasar un rato ameno y entretenido a todos los
presentes.
Poco a poco, la gente fue accediendo al
recinto, mientras los alemanes se dejaban la piel sobre el escenario,
mostrándose muy potentes y aguerridos, sin dejar de moverse sobre las tablas y
desplegando toda la agresividad contenida en cortes como "Violent Abolition"
o " Deviance", consiguiendo que sus temas sonasen realmente rápidos y
convincentes. Tampoco quisieron dejar de lado su primerizo "Children Of
Violence", perteneciente a su EP "Chaos Possession", antes de
dejar paso a la arrebatadora "Toxic Attack", con la que pusieron el
cierre a su escueta actuación.
En poco más de treinta minutos el cuarteto
de Múnich demostró tener un directo potente y convincente. Una lástima que
algunos optasen por apurar sus cervezas en los locales de los alrededores, perdiéndose
la actuación de una banda que mostró una buena actitud y una encomiable
entrega, desgranando su furioso thrash metal como si estuvieran ante una sala
abarrotada.
GENERATION KILL
Tras la descarga del cuarteto alemán, era
el turno de la banda liderada por el vocalista de Exodus Rob Dukes, los
neoyorquinos Generation Kill. Aunque inevitablemente, el vocalista es la cara
más reconocible del quinteto, en el seno de la formación americana podemos
encontrar otros músicos ilustres como el guitarrista Jason Trenzcer ex-Mutilation,
o el simpático bajista Rob Moschetti, que militó con anterioridad en las filas
de Pro-Pain, o en los míticos M.O.D., de Billy Millano.
Ante una sala un poco más concurrida, el
quinteto neoyorquino tomaba las tablas al ritmo de la hard-corera
"Hate", una primera toma de contacto que sonó un tanto errática y
deslavazada, con unos coros que se vieron muy deslucidos por el desconocimiento
general del público, lo que provocó una mueca de desaprobación por parte de
Dukes, que nos recriminó nuestra poca movilidad. Pese a ello, la banda no se
amilanó y tirando de tablas y experiencia supo dar la vuelta a la situación,
mostrándose mucho más sólidos y cañeros en la cambiante "Feast For The
Wolves", durante la que Dukes hizo gala de su facilidad para intercalar
voces limpias con sus habituales registros rasgados y agresivos.
Además de los temas incluidos en su debut
de 2011 "Red White And Blood", el combo neoyorquino nos ofreció una
buena selección del material que formara parte de su nueva entrega
discográfica, que se espera para finales del verano, con temas como el crujiente
"Vegas”, en el que nos propusieron
unos ritmos más marcados y cercanos al stoner, o la potente y directa “Prophets", en la que destacó la potencia
y agresividad de un Dukes que se mostró inmenso y desafiante, apoyando su
pierna izquierda sobre los monitores mientras espetaba cada una de las
estrofas.
Con el ambiente ya plenamente caldeado, el
quinteto encaraba la recta final de su actuación con el inicio sangrante y
arrebatador de un incisivo "No Hope", un poderoso puñetazo sonoro repleto
de rabia y mala leche que únicamente remitió durante un intenso y melódico
tramo final marcado por las armonías dobles de guitarra a cargo de Jason Velez
y Jason Trenzcer. Con el público pidiendo una píldora más de su característico
thrash-crossover arrancaba el mosheante y envolvente "We Are All Gonna
Die", que significó una excelente elección para cerrar su brutal
actuación, con toda la audiencia acompañando el pegadizo estribillo con el puño
en alto.
En resumen, muy buena actuación de
Generation Kill, que consiguieron sobreponerse con éxito a un inicio un tanto
frio y dubitativo, para acabar convenciendo al público con su apabullante y
contagiosa puesta en escena.
Tras la descarga de Dukes y sus muchachos
llegaba el momento de degustar el plato fuerte de la noche. Los americanos Heathen
pertenecen a ese selecto elenco de bandas que pese a publicar unos buenos
trabajos durante el tramo inicial de su carrera, “Breaking The Silence” (1987)
y “Victims Of Deception” (1991), por diferentes motivos, y sobre todo por las
derivas del mercado y la escena a principios de la década de los noventa, se
vieron obligados a colgar los instrumentos, convirtiéndose ,con el paso de los
años, en una banda de culto para todos los seguidores de la escena de la Bay
Arena de San Francisco. Tras pasarse prácticamente una década desaparecidos en
combate, fue una buena causa, el concierto benéfico Thrash Of The Titans que se
celebró en 2001 para recaudar fondos para los tratamientos de Chuck Billy y del
tristemente desaparecido Chuck Schuldiner, la excusa perfecta para que la banda
volviera a subirse a los escenarios.
Tras una gira europea en 2005, y después de
consolidar una nueva formación de plenas garantías, la banda editó en 2009 un
nuevo trabajo "The Evolution Of Chaos", que marcaba su regreso por la
puerta grande, recuperando las buenas sensaciones de sus primeros álbumes, y
ahondando en su característico sonido: una propuesta a medio camino entre el
thrash metal técnico y el heavy metal de corte tradicional.
Aunque la formación americana ya se había
acercado a nuestro país para presentar su último trabajo "The Evolution Of
Chaos", la principal novedad de la banda de cara a este nuevo periplo
europeo era la incorporación del batería Jon Dette, todo un veterano de la escena
thrashera que ha puesto sus tambores al servicio de nombres tan destacados como
Evildead, Testament o Slayer.
Una vez completado el acostumbrado cambió
de backline, y ya con los músicos posicionados sobre las tablas, comenzaba a
sonar a través del P.A., la introducción que serviría como prólogo para el
speedico arranque de "Dying Seasons", que sería el encargado de abrir
la actuación, proponiéndonos, desde los primeros compases del show, un ritmo
trepidante y rotundo, que lamentablemente se vio acompañado por un sonido muy
poco matizado y embarullado, en el que se hacía muy difícil distinguir con
claridad cada uno de los instrumentos. Poco a poco, el sonido se fue
normalizando, permitiéndonos disfrutar con claridad de piezas como el
irrefrenable " Control By Chaos" , durante el que David White nos
ofreció sus característicos movimientos pugilísticos, lanzando golpes al aire
mientras sus compañeros aporreaban sin piedad sus instrumentos, sumergiéndonos
de lleno en una sesión de trepidante headbanging.
Aunque no fue excesivamente numerosa la
audiencia que finalmente se dio cita para presenciar la descarga del combo
americano, lo cierto es que el quinteto, y particularmente su vocalista Dave
White, supieron conectar con la audiencia en todo momento, creando una atmósfera
de hermandad entre los presentes, mostrándose muy cercanos y cómplices con la
audiencia, bromeando con nosotros, e incluso acercándose al filo del escenario
para saludar personalmente a cada uno de los asistentes, consiguiendo crear un
ambiente cordial de compañerismo y camaradería. Tras los dos primeros impactos,
extraídos de su más reciente entrega discográfica “The Evolution Of Chaos”,
llegaba el momento de la primera mirada al pasado, concretamente a su primer
trabajo “Breaking The Silence”, del que desgranaron el crujiente y afilado "Open The
Grave", con el que levantaron un poco el pie del acelerador para
concentrarse en unos tempos más marcados y rugosos, que acabarían desembocando
en unos incendiarios intercambios solistas entre Lee Altus y Kragen Lum.
A pesar de los años transcurridos, y de que
evidentemente la voz de Dave White ya no es tan limpia y potente como antaño,
lo cierto es que el vocalista sigue conservando un buen registro, aunque en
algunos temas como el novedoso "Arrows Of Agony", se le vio atravesar
por alguna dificultad para alcanzar las notas más altas, un hándicap que el
vocalista supo suplir con una gran complicidad con el público, mostrando sus
buenas formas como frontman, animando incansablemente a la audiencia, y sabiendo
dar un paso atrás durante los extensos desarrollos instrumentales, cediendo todo el protagonismo
a sus compañeros, especialmente a los guitarristas Kragen Lum y Lee Altus, que
se mostraron tremendamente compenetrados a la hora de repartirse las labores
solistas.
Si la primera mitad de la actuación de
Heathen, estuvo basada en su material más reciente, la parte final del show
estuvo básicamente centrada en algunos de sus temas más clásicos y celebrados,
como la mítica y coreadísima "Hypnotized", única pieza rescatada de
su apabullante “Victim Of Deception” de
1991, que desató la locura entre la
concurrencia, creando un coro ensordecedor durante los estribillos, dando forma
a uno de los momentos más enérgicos y
calientes de la velada. El épico y corrosivo “No Stone Unturned”, de su última
referencia, fue el escogido para que la banda nos mostrara sus cualidades
técnicas, embarcándose en un extenso desarrollo instrumental, durante el que la
formación americana supo conjugar a la perfección la crudeza del thrash metal
con la elegancia y técnica propia del metal progresivo, todo ello bajo la
atenta mirada de un público que se mostró plenamente satisfecho.
Tras una pequeña charla de agradecimiento,
el vocalista, firmemente aferrado a su pie de micro, nos proponía una nueva doble ración de su primerizo “Breaking The Silence”, antes de
dar por concluida su actuación. La primera de las dos piezas extraídas de su
debut fue "Goblins Blade", que volvió a desatar la locura entre los
asistentes, demostrando la plena vigencia de una composición escrita hace más
de dos décadas. Antes de poner el broche definitivo a su actuación, y con el
ambiente totalmente caldeado, Dave White nos fue reuniendo uno a uno para
colocarnos junto al escenario, para atacarnos con una imparable versión de su
clásico himno "Death By Hanging" , para el que el combo de San
Francisco contó con la participación de algunos miembros de Generation Kill,
que apoyaron a la hora de hacer los coros, creando entre banda y público un
fantástico ambiente festivo que sirvió para poner la rúbrica a una excelente
sesión thrash metalera.
Tras la actuación de los americanos, los
comentarios entre los asistentes eran todos en el mismo sentido. La banda de
San Francisco facturó un concierto de muchos quilates, basando su show en un
repertorio cuidado y muy bien escogido. La única pega que se puede poner a la
actuación de Heathen, fue que únicamente interpretaron ocho temas en los
escasos sesenta y cinco minutos que estuvieron sobre las tablas, redondeando
una actuación excesivamente corta para unos cabezas de cartel. En cualquier
caso, Heathen demostraron que están en un buen momento, y que lejos de vivir de
nostalgias pasadas, la banda se muestra firme y confiada a la hora de dar
cancha en el repertorio a sus composiciones más recientes. Ahora solo queda
aguardar a la salida de un nuevo álbum que ratifique el buen momento por el que
parece atravesar la formación.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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