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lunes, 24 de junio de 2013

HEATHEN+GENERATION KILL+DUST BOLT-RAZZMATAZZ3-BCN-19-JUN-2013






Resulta cuanto menos irónico que mientras los medios y el público proclaman un resurgimiento del thrash metal “old school”, un concierto como el del pasado miércoles en la sala pequeña de Razzmatazz, no consiguiera congregar a más de medio centenar de personas para presenciar la actuación de los americanos Heathen. Además de la mítica formación de San Francisco, el atractivo cartel de esta noche se completaba con la savia nueva que aportaba el joven cuarteto alemán Dust Bolt, y la  experiencia y profesionalidad de los miembros integrantes de Generation Kill.
Mucho se podría debatir sobre la idoneidad de la fecha escogida para el show, enmarcada dentro de una agenda muy saturada de actuaciones, y a las puertas de los festivales veraniegos, pero lo cierto es que muchos de los que luego se lamentan de que numerosas giras internacionales no pasen por estos lares faltaron, una vez más, a una cita obligada para todos los amantes del thrash metal.

DUST BOLT

Los encargados de abrir la velada fueron los alemanes Dust Bolt, una banda desconocida en nuestro país que, con tan solo un EP y un recomendable trabajo titulado "Violent Demolition", se presentaban dispuestos a hacer pasar un rato ameno y entretenido a todos los presentes. 

Desgraciadamente, a la hora marcada para el inicio del show, el aspecto en la sala era desolador, con los músicos esperando sobre las tablas la entrada del público para iniciar su descarga. Cuando los primeros "valientes", un servidor y el compañero Carlos Oliver, entramos en la sala los alemanes arrancaron su actuación ofreciéndonos piezas como "Into Madness" y " Opulence Contaminated", con las que pusieron las cartas sobre la mesa, mostrando su furibundo thrash metal muy influenciado por las bandas americanas de la segunda mitad de la de década de los 80.

Poco a poco, la gente fue accediendo al recinto, mientras los alemanes se dejaban la piel sobre el escenario, mostrándose muy potentes y aguerridos, sin dejar de moverse sobre las tablas y desplegando toda la agresividad contenida en cortes como "Violent Abolition" o " Deviance", consiguiendo que sus temas sonasen realmente rápidos y convincentes. Tampoco quisieron dejar de lado su primerizo "Children Of Violence", perteneciente a su EP "Chaos Possession", antes de dejar paso a la arrebatadora "Toxic Attack", con la que pusieron el cierre a su escueta actuación.

En poco más de treinta minutos el cuarteto de Múnich demostró tener un directo potente y convincente. Una lástima que algunos optasen por apurar sus cervezas en los locales de los alrededores, perdiéndose la actuación de una banda que mostró una buena actitud y una encomiable entrega, desgranando su furioso thrash metal como si estuvieran ante una sala abarrotada.

GENERATION KILL

Tras la descarga del cuarteto alemán, era el turno de la banda liderada por el vocalista de Exodus Rob Dukes, los neoyorquinos Generation Kill. Aunque inevitablemente, el vocalista es la cara más reconocible del quinteto, en el seno de la formación americana podemos encontrar otros músicos ilustres como el guitarrista Jason Trenzcer ex-Mutilation, o el simpático bajista Rob Moschetti, que militó con anterioridad en las filas de Pro-Pain, o en los míticos M.O.D., de  Billy Millano.


Ante una sala un poco más concurrida, el quinteto neoyorquino tomaba las tablas al ritmo de la hard-corera "Hate", una primera toma de contacto que sonó un tanto errática y deslavazada, con unos coros que se vieron muy deslucidos por el desconocimiento general del público, lo que provocó una mueca de desaprobación por parte de Dukes, que nos recriminó nuestra poca movilidad. Pese a ello, la banda no se amilanó y tirando de tablas y experiencia supo dar la vuelta a la situación, mostrándose mucho más sólidos y cañeros en la cambiante "Feast For The Wolves", durante la que Dukes hizo gala de su facilidad para intercalar voces limpias con sus habituales registros rasgados y agresivos.

Tras las presentaciones de rigor, llegaba el momento de volver a las sonoridades más propias del crossover, con la banda pisando el acelerador al máximo, dando ritmo y colorido a una audiencia que parecía despertar de la mano de la potente y directa "Born To Serve", creando un ambiente que ya no decaería durante el resto de la actuación del quinteto.

Además de los temas incluidos en su debut de 2011 "Red White And Blood", el combo neoyorquino nos ofreció una buena selección del material que formara parte de su nueva entrega discográfica, que se espera para finales del verano, con temas como el crujiente "Vegas”, en el que nos propusieron  unos ritmos más marcados y cercanos al stoner, o la potente y directa  “Prophets", en la que destacó la potencia y agresividad de un Dukes que se mostró inmenso y desafiante, apoyando su pierna izquierda sobre los monitores mientras espetaba cada una de las estrofas.

Con el ambiente ya plenamente caldeado, el quinteto encaraba la recta final de su actuación con el inicio sangrante y arrebatador de un incisivo "No Hope", un poderoso puñetazo sonoro repleto de rabia y mala leche que únicamente remitió durante un intenso y melódico tramo final marcado por las armonías dobles de guitarra a cargo de Jason Velez y Jason Trenzcer. Con el público pidiendo una píldora más de su característico thrash-crossover arrancaba el mosheante y envolvente "We Are All Gonna Die", que significó una excelente elección para cerrar su brutal actuación, con toda la audiencia  acompañando el pegadizo estribillo con el puño en alto.

En resumen, muy buena actuación de Generation Kill, que consiguieron sobreponerse con éxito a un inicio un tanto frio y dubitativo, para acabar convenciendo al público con su apabullante y contagiosa puesta en escena.


HEATHEN

Tras la descarga de Dukes y sus muchachos llegaba el momento de degustar el plato fuerte de la noche. Los americanos Heathen pertenecen a ese selecto elenco de bandas que pese a publicar unos buenos trabajos durante el tramo inicial de su carrera, “Breaking The Silence” (1987) y “Victims Of Deception” (1991), por diferentes motivos, y sobre todo por las derivas del mercado y la escena a principios de la década de los noventa, se vieron obligados a colgar los instrumentos, convirtiéndose ,con el paso de los años, en una banda de culto para todos los seguidores de la escena de la Bay Arena de San Francisco. Tras pasarse prácticamente una década desaparecidos en combate, fue una buena causa, el concierto benéfico Thrash Of The Titans que se celebró en 2001 para recaudar fondos para los tratamientos de Chuck Billy y del tristemente desaparecido Chuck Schuldiner, la excusa perfecta para que la banda volviera a subirse a los escenarios.

Tras una gira europea en 2005, y después de consolidar una nueva formación de plenas garantías, la banda editó en 2009 un nuevo trabajo "The Evolution Of Chaos", que marcaba su regreso por la puerta grande, recuperando las buenas sensaciones de sus primeros álbumes, y ahondando en su característico sonido: una propuesta a medio camino entre el thrash metal técnico y el heavy metal de corte tradicional.

Aunque la formación americana ya se había acercado a nuestro país para presentar su último trabajo "The Evolution Of Chaos", la principal novedad de la banda de cara a este nuevo periplo europeo era la incorporación del batería Jon Dette, todo un veterano de la escena thrashera que ha puesto sus tambores al servicio de nombres tan destacados como Evildead, Testament o Slayer.

Una vez completado el acostumbrado cambió de backline, y ya con los músicos posicionados sobre las tablas, comenzaba a sonar a través del P.A., la introducción que serviría como prólogo para el speedico arranque de "Dying Seasons", que sería el encargado de abrir la actuación, proponiéndonos, desde los primeros compases del show, un ritmo trepidante y rotundo, que lamentablemente se vio acompañado por un sonido muy poco matizado y embarullado, en el que se hacía muy difícil distinguir con claridad cada uno de los instrumentos. Poco a poco, el sonido se fue normalizando, permitiéndonos disfrutar con claridad de piezas como el irrefrenable " Control By Chaos" , durante el que David White nos ofreció sus característicos movimientos pugilísticos, lanzando golpes al aire mientras sus compañeros aporreaban sin piedad sus instrumentos, sumergiéndonos de lleno en una sesión de trepidante headbanging.

Aunque no fue excesivamente numerosa la audiencia que finalmente se dio cita para presenciar la descarga del combo americano, lo cierto es que el quinteto, y particularmente su vocalista Dave White, supieron conectar con la audiencia en todo momento, creando una atmósfera de hermandad entre los presentes, mostrándose muy cercanos y cómplices con la audiencia, bromeando con nosotros, e incluso acercándose al filo del escenario para saludar personalmente a cada uno de los asistentes, consiguiendo crear un ambiente cordial de compañerismo y camaradería. Tras los dos primeros impactos, extraídos de su más reciente entrega discográfica “The Evolution Of Chaos”, llegaba el momento de la primera mirada al pasado, concretamente a su primer trabajo “Breaking The Silence”, del que desgranaron el  crujiente y afilado "Open The Grave", con el que levantaron un poco el pie del acelerador para concentrarse en unos tempos más marcados y rugosos, que acabarían desembocando en unos incendiarios intercambios solistas entre Lee Altus y Kragen Lum.

A pesar de los años transcurridos, y de que evidentemente la voz de Dave White ya no es tan limpia y potente como antaño, lo cierto es que el vocalista sigue conservando un buen registro, aunque en algunos temas como el novedoso "Arrows Of Agony", se le vio atravesar por alguna dificultad para alcanzar las notas más altas, un hándicap que el vocalista supo suplir con una gran complicidad con el público, mostrando sus buenas formas como frontman, animando incansablemente a la audiencia, y sabiendo dar un paso atrás durante los extensos desarrollos  instrumentales, cediendo todo el protagonismo a sus compañeros, especialmente a los guitarristas Kragen Lum y Lee Altus, que se mostraron tremendamente compenetrados a la hora de repartirse las labores solistas.

Si la primera mitad de la actuación de Heathen, estuvo basada en su material más reciente, la parte final del show estuvo básicamente centrada en algunos de sus temas más clásicos y celebrados, como la mítica y coreadísima "Hypnotized", única pieza rescatada de su apabullante  “Victim Of Deception” de 1991,  que desató la locura entre la concurrencia, creando un coro ensordecedor durante los estribillos, dando forma a  uno de los momentos más enérgicos y calientes de la velada. El épico y corrosivo “No Stone Unturned”, de su última referencia, fue el escogido para que la banda nos mostrara sus cualidades técnicas, embarcándose en un extenso desarrollo instrumental, durante el que la formación americana supo conjugar a la perfección la crudeza del thrash metal con la elegancia y técnica propia del metal progresivo, todo ello bajo la atenta mirada de un público que se mostró plenamente satisfecho.


Tras una pequeña charla de agradecimiento, el vocalista, firmemente aferrado a su pie de micro,  nos proponía una nueva doble ración de  su primerizo “Breaking The Silence”, antes de dar por concluida su actuación. La primera de las dos piezas extraídas de su debut fue "Goblins Blade", que volvió a desatar la locura entre los asistentes, demostrando la plena vigencia de una composición escrita hace más de dos décadas. Antes de poner el broche definitivo a su actuación, y con el ambiente totalmente caldeado, Dave White nos fue reuniendo uno a uno para colocarnos junto al escenario, para atacarnos con una imparable versión de su clásico himno "Death By Hanging" , para el que el combo de San Francisco contó con la participación de algunos miembros de Generation Kill, que apoyaron a la hora de hacer los coros, creando entre banda y público un fantástico ambiente festivo que sirvió para poner la rúbrica a una excelente sesión thrash metalera.

Tras la actuación de los americanos, los comentarios entre los asistentes eran todos en el mismo sentido. La banda de San Francisco facturó un concierto de muchos quilates, basando su show en un repertorio cuidado y muy bien escogido. La única pega que se puede poner a la actuación de Heathen, fue que únicamente interpretaron ocho temas en los escasos sesenta y cinco minutos que estuvieron sobre las tablas, redondeando una actuación excesivamente corta para unos cabezas de cartel. En cualquier caso, Heathen demostraron que están en un buen momento, y que lejos de vivir de nostalgias pasadas, la banda se muestra firme y confiada a la hora de dar cancha en el repertorio a sus composiciones más recientes. Ahora solo queda aguardar a la salida de un nuevo álbum  que ratifique el buen momento por el que parece atravesar la formación.



TEXTO:ALFONSO DIAZ

FOTOS:CARLOS OLIVER




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