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jueves, 29 de agosto de 2013

RANGER-KNIGHTS OF DARKNESS




Procedentes de la fría ciudad de Helsinki,  y avalados por una larga trayectoria dentro del “underground” finlandés, nos llega el prometedor debut de Ranger. Formados inicialmente en el año 2009 bajo la denominación de Turbin, la formación dio sus primeros pasos en el mundo discográfico editando un par de demos, que fueron las que a la postre les valdrían para llamar la atención del sello Ektro records, que son  quienes ahora se encargan de poner en circulación este debut en formato vinilo bajo el título “Knights Of Darkness”, un trabajo en el que el cuarteto ha regrabado algunas de sus primeras composiciones como “Touch Of Death” o “Supreme Evil”, añadiendo tres nuevas piezas rebosantes de sangrante y enérgico speed metal y aderezado con algunos toques del sonido clásico de la N.W.O.H.M. con los que dan vida a una propuesta variada y polivalente que resultara atractiva tanto para  los seguidores de bandas clásicas como Exciter o Running Wild, como para las nuevas generaciones que apoyan a formaciones emergentes como Evil Invaders o Enforcer.


lunes, 26 de agosto de 2013

SONICBLAST 2013-MOLEDO-PORTUGAL-24-AGO-2013

Al igual que sucede en nuestro país, durante todo el mes de agosto, el litoral norte de Portugal es una sucesión de pequeñas poblaciones que celebran sus fiestas patronales, con lo que no resulta extraño que en cada una de ellas haya un acontecimiento “especial” que las diferencie del resto de poblaciones vecinas. Si en algunos de estos núcleos urbanos están  las ahora tan en boga “Ferias Medievales”, es en la bonita población de Caminha, concretamente en la Playa de Moledo, donde se celebra una de las más atractivas e importantes citas para todos los amantes del rock psicodélico y  el stoner, el emergente festival SonicBlast. 
 
Alejado del circuito de los grandes festivales europeos, el modesto SonicBlast ha ido creciendo y consolidándose hasta convertirse en uno de los nombres  de referencia, tanto entre el público portugués como para toda la cornisa norte de nuestro país, con lo que no fue difícil encontrar durante la maratoniana jornada de conciertos gente venida de Galicia, Asturias y el País Vasco.

Al igual que sucediera durante las ediciones anteriores, el festival estaba dividido en varios recintos:

A primera hora de la mañana, los más valientes y madrugadores podían acercarse hasta la playa de Moledo para poder probar en sus propias carnes la gélida  temperatura de las  aguas del  Atlántico mientras probaban sus aptitudes para los deportes acuáticos como el Surf, o el Bodyboard.

En el apartado estrictamente musical, la primera parte del festival se llevaba a cabo en la piscina del Centro Cultural de Moledo. Dentro del recinto había habilitado un pequeño escenario por el que fueron desfilando las primeras formaciones del cartel, mientras que los asistentes pasaban el día disfrutando del intenso sol y refrescándose  en la piscina, convirtiéndose el reciento en una especie de fiesta entre amigos, una fiesta que se vio amenizada por la  buena música en directo  y los siempre divertidos e improvisados  concursos de saltos a la piscina.

Para la segunda parte del festival, la que tendría lugar durante la tarde-noche, se concentraban las actuaciones de las bandas más atractivas y conocidas del cartel. Para sus respectivas descargas  la acción se trasladaría a otro recinto mayor, situado a escasos 100 metros de la piscina. Un recinto grande, presidido por un escenario alto y perfectamente equipado que sería el marco idóneo para la descarga de las bandas más importantes de esta tercera  edición del festival portugués. 

Completando la zona acondicionada para los conciertos, existían además del puesto destinado para el “merchandising” de los grupos, varias barras en las que se podía adquirir bebida a un precio asequible, y los siempre necesarios servicios sanitarios que se concentraban en la parte trasera del recinto.

LIBIDO FUZZ

Aunque dentro del recinto de la piscina el festival se había iniciado a última  hora de la mañana  con la participación de algunos Dj´s y la actuación de  las primeras bandas del día,  que fueron las encargadas de poner la banda sonora a los primeros chapuzones de la  calurosa jornada, para el que suscribe, la intensa actividad festivalera se iniciaba con la actuación de los franceses Libido Fuzz, un trio procedente de Bourdeaux, que fueron los encargados de mitigar el sofocante calor y la morriña propia de después del almuerzo.

Para alejarnos de los brazos de Morfeo,  el trío francés nos sorprendió con una propuesta de retro-rock cargada de boggie y elegancia, con temas como en el sureño “I Was Made On A Desert Road”, pero sin dejar de lado algunos alardes psicodélicos que parecían directamente sacados del libro de estilo de las  grandes formaciones de finales de los 60 y principios de los 70.
 
Pese a que en un principio el trio se mostró algo tímido  sobre las tablas, lo cierto que se fueron entonando a medida que fue avanzando su show hasta cuajar una actuación realmente convincente y atractiva,  consiguiendo brillar en los desarrollos más extensos y contagiosos,  destacando especialmente temas como el  sabroso y festivo “California Gold Rush”, una pieza que reúne todos los atributos de la propuesta de la formación francesa.







SUPER SNAIL

Mientras el sofocante sol empezaba a dejar paso a la fresca brisa marina, los encargados de cerrar esta primera tanda de actuaciones en el recinto de la piscina fueron los portugueses Super Snail, un power-trio que recientemente ha puesto en circulación su última obra de estudio el marchoso “Space Mountain”.

Si la actuación de los franceses Libido Fuzz había estado protagonizada por la psicodelia y el rock ácido y setentero, la propuesta de los portugueses resultó mucho más sucia y agresiva, basando sus composiciones en la crudeza de unas guitarras graves y rugosas con las  que consiguieron animar a la audiencia a base de  latigazos precisos como el retumbante “Sunset Fuzz”.

Además de los cortes extensos, llenos de complejos desarrollos y constantes cambios de ritmo como  la instrumental “Vouyage”, el trio portugués también demostró que sabe pisar el acelerador al máximo, apostando sin complejos por esos tempos rápidos y agresivos en los que parecen percibirse algunos ramalazos más propios de la música “grunge”, especialmente a la hora de someternos a esos estribillos repetitivos y concisos de temas como “Surfin In The City” , o el espeso e incisivo “Dead Sailor”.


GUERRERA

Tal y como marcaba el orden del día, las siete de la tarde era la hora prevista para el inicio de las actuaciones en el escenario principal de esta tercera edición del SonicBlast. Así que después del ordenado y corto peregrinaje, con algo de retraso sobre el horario previsto, daba arranque la actuación de los gallegos Guerrera, un sexteto que con su flamante mezcla de rock/blues/boggie y stoner, consiguieron fraguar una actuación realmente intensa y vibrante con la que se metieron a toda la audiencia en el  bolsillo, haciendo mover la cabeza a los presentes, contagiados por los desarrollos intensos y apoteósicos de piezas como el brillante y experimental  “Ted Kaczynski” (una auténtica delicia en directo), o el efectivo “Under The Gypsy Sun”, durante el que pudimos escuchar algún grito de apoyo hacia el sexteto, lo que evidenciaba que la proximidad geográfica de la banda había arrastrado a algunos de sus fieles hasta territorio luso.

De cara a esta presentación en el SonicBlast portugués, la banda venía a presentar su primer trabajo “Under The Gypsy Sun”, un álbum del que se prensaron  únicamente  300 copias, pero que la banda ha puesto a disposición de sus seguidores a través de su  página de  bandcamp.

No faltaron en su repertorio las corrosivas andanadas de “Dead Man” o el sugerente “Make Me Feel",con el  que consiguieron inyectar un tanto de mordiente y agresividad a su rock visceral de raíz bluesera,  redondeando una actuación que iba ganando en intensidad y garra por momentos, hasta tal punto de  que su guitarrista y vocalista Alejandro rompió el correaje de su instrumento, lo que provocó que junto a los delirantes  bailes de algunos de sus  compañeros consiguieran  sonsacar más de una sonrisa a un público que quedó plenamente satisfecho con la descarga del sexteto gallego. 

Sin duda Guerrera tienen tablas y temas suficientes para convertirse en una de las bandas punteras  dentro  del blues/rock patrio,  y  actuaciones como la que ofrecieron en Moledo no hacen  más que ratificar esta impresión.




KILLIMANJARO

Tras la frenética descarga de los vigueses Guerrera, llegaba el turno de una de las bandas más esperadas y queridas por el público portugués, la única formación que repetía participación con respecto a la edición del pasado año, los locales Killimanjaro.

El trío, procedente de la cercana población de Barcelos, no lo iba a tener nada fácil para conseguir mantener el nivel de intensidad y buen rollo creado por los gallegos, pero la verdad es que la banda liderada por el guitarrista y vocalista Jose Gomes se descolgó ante su audiencia  con una descarga de lo más competente y convincente, basando su repertorio en riffs salvajes y efectivos con los que dieron forma a una propuesta contagiosa y festiva que, lejos de cualquier tipo de etiquetas, dejaba espacio tanto a esas ráfagas de rock directo e incisivo, como a pequeños desarrollos más propios del stoner, consiguiendo hacer  las delicias de una audiencia ya muy numerosa.

Además de ratificar el por qué son a día de hoy son  una de las bandas con más tirón y proyección dentro de la escena del país vecino, el adictivo trío  de Barcelos basaron su show en el material contenido en su disco homónimo de 2011, del que desgranaron piezas como "Uncle Pope", o "Empty", además de estrenar alguna nueva composición que formara parte de su próximo trabajo, consiguiendo recabar una calurosa respuesta  por parte de un público muy participativo y animado que no dejo de alentar y apoyar la propuesta del trío portugués, llevándolos en volandas y ayudándoles a certificar una de las actuaciones más marchosas y dinámicas de la jornada.



MARS RED SKY

Los siguientes en tomar las tablas eran los franceses Mars Red Sky, un trío procedente de Bourdeaux, que llegaban al Sonicblast habiendo levantado una gran expectación gracias a la buena acogida de su reciente  EP "Be My Guide", un trabajo realmente redondo que les ha ayudado a consolidarse y hacerse un hueco dentro de la escena psicodélica.

Pese a las enormes ganas con las que el público luso aguardaba la descarga  de la banda gala, lo cierto es que su show acabó quedando un poco por debajo de las expectativas que en ellos habían depositado. Quizás fuera por el gélido viento que se desató durante su actuación, o tal vez fue por  el contraste con la dinámica actuación de Killimanjaro, pero lo cierto es que la propuesta de la banda francesa, basada en el intimismo introspectivo y la elegancia instrumental cargada de melancolía y psicodelia, no llegó a llenarme enteramente.

Pese a ello, la formación gala sonó especialmente poderosa durante los pasajes más ácidos e intensos de "Falls", "Marble Sky", o el siempre inmenso "Strong Reflection", con el que consiguieron recrear esas atmosferas cargadas de psicodelia y reflexión sonora que caracterizaban las composiciones de su homónimo  debut grabado en 2011 en tierras españolas. Tampoco faltaron durante su actuación algunas de las piezas de su última entrega discográfica, el EP "Be My Guide", del que destacaría piezas como "Clean White Hands" o "Stranger", en las que brilló especialmente su  vocalista Julien Prass gracias a sus tonalidades hipnóticas y envolventes.

Los compases finales de su actuación  sirvieron para volver a degustar una brillante versión del siempre inspirado "Way To Rome", que fue la encargada de poner la rúbrica a una actuación un tanto fría y desangelada, que dejó al personal un poco indiferente. 

Sin duda, propuestas como la del virtuoso trío francés resultan mucho  más atractivas y vistosas  en el intimismo propio de los pequeños clubs que no en el marco de los festivales veraniegos. En cualquier caso, los amantes de los ritmos hipnóticos y la psicodelia setentera pudieron  ver colmadas sus pretensiones, aunque a un servidor le hubiera gustado que los de Burdeos  pisaran un poco más el acelerador,  y se hubiera decidido por meter algo más de "chicha" durante  su show.


THE MACHINE

Tras la irregular descarga de Mars Red Sky, era el turno de los holandeses The Machine, formados en el año 2007, el poderoso trío de Rottherdam no ha parado de trabajar durante todos estos años. Su secreto, sin duda, ha sido el mantener una formación estable e invariable, con la que han facturado un total de cuatro lanzamientos de estudio, amén de un reciente split compartido con Sungrazer.

 Poco a poco, la banda ha ido creándose un nombre dentro de los ambientes del rock setentero, facturando notables actuaciones en festivales como el Roadburn, el DunaJam Festival o el Burg Herzberg Festival, de modo que esta aparición en Moledo se esperaba con impaciencia por parte de unos fans deseosos de degustar, en primera persona,  sus sabrosas y ambientales melodías.

Aunque la gente, a estas alturas de la noche, empezaba a estar algo cansada, fue salir el trio a escena y convertir el recinto en una fiesta, gracias a  sus poderosos desarrollos en esas largas odas cargadas de virtuosismo e improvisacion con las que nos hicieron tocar el cielo, despuntando   los pasajes cambiantes y atmosféricos del extensisimo "Moons Of Neptune", que nos sirvieron  para apreciar la poderosa base ritmica formada por el bajista Hans Van Heemst y el bateria Dave Boogaard, un equipo que se mostró perfectamente sincronizado durante todo el show, bastando una simple mirada entre ellos para variar completamente el patron sonoro del tema, y dar paso a un nuevo ritmo sobre el que la guitarra de David Eering desarrollaría sus psicodélicas  melodías.

Tampoco quisieron dejar de lado los holandeses sus composiciones mas rápidas y directas, proponiéndonos un viaje a su primer trabajo "Shadow Of The Machine", para ofrecernos la pieza que prestaba su nombre al debut de la banda,  una pieza  marchosa y ácida, que puso a las primeras filas en movimiento. 

Sin duda,  una de los mayores alicientes del combo holandés  es su facilidad para combinar ambos patrones estilísticos en su personal sonido, sabiendo sonar compactos y precisos en algunos momentos, para posteriormente abandonarse en esos intrincados y alargados alardes melódicos que ayudan a hacer volar la imaginación del oyente, arrastrándole a  un viaje a través del infinito.

Como si de una montaña rusa se tratase la formación holandesa nos mantuvo en un sube y baja constante durante toda su actuación , pasando de la rabia desaforada de temas como el impactante y paradójico "Repose", a momentos hipnóticos e introspectivos como los contenidos en el atmosférico y cambiante  "Moonward", extraído de su experimental "Calmer Than You Are".

A pesar de que su actuación se hizo especialmente corta, lo cierto es que los holandeses dejaron una fantástica impresión al publico portugués con su atronadora descarga, y abandonaron  el escenario del SonicBlast  dejando tras de si una sonora ovación que les convertía en uno de los triunfadores de la jornada.

KADAVAR

Con la barrera de la media noche ampliamente sobrepasada, llegaba el turno del plato fuerte de esta tercera edición del SonicBlast, los alemanes Kadavar. El trío berlinés tras una extensa y exitosa gira, que les ha llevado a recorrer  prácticament  todo el viejo continente durante los primeros meses del año, están aprovechando ahora la temporada  estival para aparecer en diferentes festivales, consiguiendo hacer llegar sus composiciones a audiencias más masivas mientras reclutan nuevos adeptos para su hipnótico y retrospectivo  viaje a las raíces del rock setentero.

Pese a ello, en esta descarga por tierras lusas, el trio berlinés salía a escena con las cartas marcadas, ya que la audiencia congregada frente al escenario para seguir su actuación se mostró como un público fiel y devoto, perfectamente conocedor del material de la banda germana.

Además, Lupus Lindermann y sus muchachos saltaron al escenario plenamente concienciados de la oportunidad que suponía para ellos el liderar un festival emergente como el SonicBlast, así que la formación salió a darlo todo desde los primeros compases de su actuación,  sometiéndonos al poderoso arreón inicial compuesto por piezas como el apabullante  “Black Sun” o el imponente y riffero “Doomsday Machine”,  que fue el primero que consiguió hacer rugir intensamente a la audiencia de Moledo.

A diferencia de otras bandas que parecen haberse apuntado al carro del revival setentero, todo en la propuesta de Kadavar irradia honestidad, desde sus pintas y ropas, que parecen sacadas del armario de sus padres, a esos intensos y rugosos desarrollos instrumentales impregnados de esa esencia "Sabbath" que hace que los temas de la banda sean tan adictivos y pegadizos, haciendo que piezas como “Fire”, extraído de su última entrega discografía “Abra Kadavar”, este llamado a convertirse en uno de los clásicos de su discografía.

A pesar del intenso frio que castigaba nuestros agotados cuerpos, la descarga de los alemanes fue caliente e intensa, con un magistral Tiger llevando todo el peso rítmico de la formación germana, empujando y dando contundencia con cada uno de sus golpes, y es que el barbudo batería tiene una pegada realmente poderosa.

 El nuevo miembro del trío, el bajista Simon "Dragon" Bouteloup , demostró que tras su reciente periplo europeo está perfectamente integrado en el engranaje de la banda, y forma junto a Tiger un poderoso muro sonoro que resulta el marco ideal para los desarrollos instrumentales de un inspiradísimo Lupus Lindermann, que además de mostrarnos sus buenas aptitudes como guitarrista, supo cumplir con creces ante el micrófono.

Aunque evidentemente, esta actuación dentro del marco del SonicBlast, servía para presentar su última obra de estudio “Abra Kadavar”, el poderoso trio alemán optó por un repertorio muy equilibrado en el que otorgaron la mitad de su tiempo en escena a cada uno de sus trabajos.

Si durante el primer tramo de su presentación el repertorio estuvo básicamente centrado en las  composiciones de nuevo cuño, fue durante el segundo tramo del show cuando la banda se decidió a regalarnos piezas como “Broken Wings” o el deliciosamente psicodélico “Purple Sage”, que nos introdujo de lleno en las fragancias "hippiosas" que destilaba su primera entrega discográfica.

Lejos de mostrarse excesivamente comunicativos con la audiencia, la maquinaria alemana se concentró en mostrar sus credenciales sobre el escenario, atacando una recta final sin concesiones  que dejo convencidos a los más escépticos,  y que vino liderada por andanadas del calibre de “Dust”, para posteriormente rematar la faena con dos de sus más brillantes composiciones “Creatures Of The Demon” y la apabullante “Goddes Of Dawn”, con la que ponían el punto y final a un concierto que se hizo excesivamente corto.

En resumen, gran descarga del trio alemán que demostraron sobre las tablas que están llamados a convertirse en una de las formaciones más importantes dentro del revival del sonido setentero. Actitud, entrega, presencia escénica y buenos temas no le faltan al trio berlinés, que únicamente debe mejorar en un par de aspectos: mostrarse algo más comunicativos para con su público, y saber medir el tempo de las actuaciones, ya que resultó algo frustrante que uno de los platos fuertes del festival se retiraran sin ofrecernos un bis.

A pesar de que me hubiera gustado presenciar la actuación de los pontevedreses Unicornibot  que  eran, a la postre,  los encargados de clausurar esta tercera edición del SonicBlast, la húmeda brisa marina,  y el cansancio acumulado pudieron más que las ganas de ver a la formación gallega, así que decidimos que era hora  de retirarse aprovechando el buen sabor de boca dejado por la descarga del trío alemán. 

En cualquier caso, y a modo de balance, me gustaría destacar el notable crecimiento que ha experimentado el festival en esta tercera edición, consiguiendo consolidarse y  arrastrar a una cantidad de público sensiblemente superior a pasadas ediciones, demostrando que con ilusión y amor por lo que se hace es posible tirar adelante un festival de estas características.

No me gustaría acabar esta crónica sin felicitar a la organización por el trabajo realizado, y agradecer muy especialmente a Ricardo Rios  el trato y las facilidades recibidas  para la realización de esta crónica.
 

TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

viernes, 23 de agosto de 2013

ALICE IN CHAINS-THE DEVIL PUT DINOSAURS HERE






Existe la convicción  de que el segundo lanzamiento de una formación suele ser el que acaba marcando su trayectoria vital, y creo que en el caso de los americanos Alice In Chains, pese a su dilatada trayectoria anterior, está puede ser una sentencia que se amolde perfectamente a su actual situación. Surgidos a finales de la década de los ochenta en la fría ciudad de Seattle, el cuarteto liderado por el guitarrista Jerry Cantrell y el vocalista Layne Staley siempre se caracterizó por unas densas guitarras que convirtieron  al cuarteto en la formación más metálica de la escena grunge. Tras unos inicios muy duros, la banda saboreo las mieles del éxito con su segundo trabajo, el multimillonario "Dirt" de 1992, considerado a día de hoy como uno de los clásicos del género. A pesar de su carrera imparable hacia el estrellato, algunos de los miembros de la banda tuvieron que lidiar con los problemas con las drogas, lo que acabo consumándose en tragedia al fallecer el vocalista Layne Staley en el año 2002, lo que provocó la desaparición del influyente cuarteto americano.

martes, 20 de agosto de 2013

HUNTRESS-STARBOUND BEAST




Después de emerger del underground americano con su avasallador debut "Spell Eater", y tras  recorrerse el Viejo Continente  acompañando a los renovados metaleros británicos Dragonforce, los californianos  Huntress, liderados  por la explosiva vocalista Jill Janus, retornan al primer plano de la actualidad discográfica  de la mano de su segunda entrega "Starbound Beast"; un álbum en el que el quinteto yankee parece decantarse abiertamente por su faceta más netamente heavy metalera, dejándose notar en sus nuevas composiciones una marcada influencia del metal clásico de la década de los ochenta, levantando un poco el pie del acelerador para concentrarse en ofrecer  una mayor carga melódica en sus temas,  prescindiendo de esos rabiosos e incendiarios latigazos  speed/ thrash  que tanto enriquecían su propuesta. Aunque, evidentemente,  la voz de Jill Janus  sigue brillando en el concepto global del sonido de la  banda, lo cierto es que la vocalista se muestra algo más comedida a la hora de abordar los registros más agudos, sonando menos chillona pero igualmente potente y contundente.

jueves, 15 de agosto de 2013

VAGOS OPEN AIR 2013-QUINTA DO EGA, VAGOS-PORTUGAL-10-AGO-2013




Como para la mayoría de los seguidores del metal de nuestro país, para el que suscribe, la cita con el Leyendas estaba marcada en rojo en el calendario, pero los siempre "inoportunos" compromisos familiares me obligaron a volar hacia tierras portuguesas durante ese mismo fin de semana. Afortunadamente, a una distancia relativamente corta de donde estaba alojado se iba a celebrar el festival Vagos Open Air, uno de los mayores festivales metálicos del país vecino, por lo que pese a todo tendría ocasión de saciar mi ansiedad metalera.


El festival estaba enmarcado dentro de la localidad de Vagos, situada muy cerca de la bonita población de Aveiro, a la que nuestros vecinos denominan como la Venecia Portuguesa, por los navegables canales que rodean la ciudad. Aunque la cita se prolongaba durante dos días (viernes y sábado), únicamente pude asistir a la segunda jornada, que era en la que se concentraban las bandas más netamente metálicas. Al aproximarme al recinto donde tenía lugar el festival, pude comprobar cómo había dos zonas de acampada perfectamente diferenciadas: la primera, junto a la zona de conciertos, perfectamente acondicionada con superficie de césped,   equipada con duchas y servicios, pero que contaba con el hándicap de que los arboles eran muy pequeños, con lo que apenas daban sombra; y una segunda zona, digamos en "plena naturaleza", donde el suelo era de piedra, pero en la que los frondosos árboles proporcionaban una atractiva y siempre necesaria sombra.


A diferencia de lo que sucede en otros festivales Vagos cuenta con un único escenario con lo que existe la posibilidad de seguir el festival de forma íntegra sin perderse  ninguna de las actuaciones. Otro detalle curioso, y muy interesante para los fans, es que justo al lado del escenario había una pequeña carpa por la que los grupos fueron  desfilando para firmar autógrafos.


Hablando de los servicios de bar y comidas, lo cierto es que dentro del recinto pude contabilizar hasta un total de seis barras de bebida, y otros tantos puestos en los que se despachaban diferentes tipos de comida (pizzas, kebabs, bocadillos..), con lo que no se registraron grandes colas a la hora de ir a buscar las consumiciones. Además, me gustaría destacar que durante toda la jornada no hubo excesivas aglomeraciones, todo un lujo para los que estamos acostumbrados a los grandes macro-festivales tipo Sonisphere, en los que las colas son tediosas e interminables.


En cuanto a los puestos de “merchandising”, además del oficial, en el que había camisetas de todas las bandas participantes (excepto de Gamma Ray, que fueron confirmados horas antes del inicio del festival), había cinco o seis stands en los que se podían adquirir Cds, camisetas, parches, gorras, etc.....


Nada más recoger mi acreditación, un miembro de la organización me informaba de que Saxon se habían caído del cartel debido a un grave accidente de Biff Byford, y que su plaza sería ocupada por los alemanes Gamma Ray, toda una sorpresa que no me esperaba. Hay que resaltar la rapidez de la organización para buscar un sustituto de plenas garantías para reemplazar a la mítica formación británica. Una vez dentro del recinto, otro detalle que me llamo la atención fue la gran cantidad de público español que se había desplazado al festival, lo que sumado a la cordialidad de los portugueses me hizo sentirme como en casa.


Fueron algunos de nuestros compatriotas quienes me hicieron una pequeña disección de la primera jornada del festival, de la que me destacaron las actuaciones de Bizarra Locomotiva, Evergrey y Lacuna Coil, mientras que tacharon como de discreta  la de otro de los platos fuertes de la primera jornada Sonata Artica. También coincidían en destacar que durante esta segunda jornada se había registrado un considerable aumento en la afluencia del público.



WEB


A pesar del plomizo sol que caía sobre la zona que acogía los conciertos, varios centenares de valientes se congregaron a las 17 horas frente al escenario para presenciar la actuación de los locales WEB, que serían los encargados de abrir esta segunda jornada del festival. El veterano combo de Oporto, liderado por su carismático guitarrista Victor Matos, se presentaba en Vagos dispuesto a dejar huella con su incendiario thrash metal “old school”. Pese a la dilatada trayectoria del cuarteto, la banda no tiene una discografía excesivamente extensa, así que basaron su actuación en los temas de su última referencia de estudio “Deviance”, del que desgranaron temas como el ardiente "Life Aggression", el oscuro y opresivo "(In)Sanity", en el que destacaron esos toques casi doom metaleros que sirvieron  para certificar el enorme apoyo que tiene la banda entre los seguidores del  metal luso.


Tampoco faltaron durante su actuación los pogos que hicieron alzarse sobre nuestras cabezas esas características nubes de polvo que impregnan el aroma de los festivales, y que fueron realmente intensas durante temas como el arrebatador "Beatifull Obsession", en los que la banda se abandonó a los ritmos más intensos y acelerados provocando la hilaridad de un público enloquecido con la actuación de sus compatriotas. Para cerrar su escueta actuación, los de Oporto recurrieron a su "If Only There Was Light", un clásico de su primer trabajo con el que el cuarteto suele cerrar sus actuaciones habitualmente.



 


TARANTULA



Con el calor apretando fuerte sobre nuestras cabezas, y sin concedernos un segundo de tregua, poco a poco, el recinto de conciertos se iba poblando de seguidores que se aproximaban para presenciar la segunda de las actuaciones de la jornada. En esta ocasión, el turno era para los también lusos Tarantula, una formación de heavy metal melódico que tuvieron bastante repercusión en la escena metálica portuguesa de finales de los 80 y principios de los 90, y que incluso llegaron a sobrepasar sus fronteras protagonizando algunas incursiones por el Viejo Continente y España.
  
Aunque quizás hoy en día la banda liderada por los hermanos Paulo y Luís Barros no atraviesa por su mejor momento de popularidad, lo cierto es que el cuarteto de Vila Nova de Gaia demostraron sobre las tablas su enorme clase y elegancia con trallazos melódicos del calibre de "Afterlife", con la que hicieron cantar al público, consiguiendo recabar el apoyo mayoritario de la audiencia.



A pesar de su dilatada trayectoria discográfica, el grueso de su actuación estuvo centrada en el material de su álbum de 2001  "Dream Maker", del que rescataron de forma consecutiva la melódica "The Nature Of Sin", la coreadísima "You Can Always Touch The Sky", y el técnico y virtuoso "Changes Coming", que sirvió de excusa para el fantástico solo de guitarra de Paulo Barros, quien dio buena cuenta de su instrumento en un alarde solista cargado de calidad y elegancia.


Los últimos compases de su actuación estuvieron marcados por los juegos vocales con la audiencia que servirían de preámbulo para "Face The Mirror", recuperada de su "Light Beyond The Dark", con el que ratificaban  el excelente estado vocal de un Jorge Marques que se marcó una actuación realmente brillante, corriendo incansablemente de un lado al otro del escenario sin fallar ni una sola nota.


Sin duda, después de su actuación en Vagos el cuarteto de Vila Nova de Gaia certificó porque son una de las formaciones de referencia  dentro de la escena metálica portuguesa.


 
ROTTING CHRIST



Tras la doble ración de metal autóctono luso, nos enfrentábamos a la primera de las bandas internacionales de esta segunda jornada del festival de Vagos, los griegos Rotting Christ. Aunque la propuesta de la formación de los hermanos Tolis resulta mucho más efectiva y atractiva en un ambiente más oscuro e íntimo, lo cierto es que el combo  de Atenas supo adaptarse a los rigores del horario, y salieron a escena a las 19 horas dispuestos a someternos con su intensa actuación, desarrollando un set cargado de intensidad y violencia sonora en el que incluyeron un repertorio muy equilibrado, proponiéndonos  un detallado recorrido a través de sus casi 3 décadas  de historia.


Si algo ha caracterizado siempre la trayectoria de Rotting Christ, es la constante evolución de su sonido,  dando forma a una propuesta  que ha ido variando disco a disco, ofreciendo siempre diferentes elementos y matices, pero sin renunciar a su primigenia esencia. De forma  que el primerizo "The Forest Of N´Gai", fue el encargado de retrotraernos a la primera época de la banda para posteriormente ser enlazado con el crujiente y envolvente "Athanati Este", que hizo rugir con fuerza a la audiencia, mientras que de entre las primeras filas comenzaban a hacer acto de presencia las primeras oleadas de "surfers", que hicieron emplearse a fondo al personal de seguridad.


A pesar de que la banda griega no pudo hacer uso del equipo de luces, ni de las lonas laterales de proyección, la formación de los hermanos Tolis fue la primera que utilizó un telón de fondo que reproducía la portada de su última entrega discográfica, un trabajo del que rescataron piezas como la oscura y seminal "Kata Ton Demona Eautou", durante la que Sakis Tolis se encargó de dirigir a la audiencia como si de un sumo sacerdote se tratase. Tras un inicio de show realmente rotundo y arrollador, la actuación de los helenos prosiguió de la mano de "King Of Stellar War", con la que conseguimos recobrar ligeramente el aliento, gracias a su tempo algo más relajado y envolvente, para posteriormente volver a someternos con la tralla amenazadora de la concisa “The Sign Of Evil Existence”.


Su peculiar versión del "Societas Satanas", fue la encargada de sumergirnos de lleno en un épico y arrebatador final, durante el que el público se mostró especialmente participativo, apoyando incansablemente y   generando esas incomodas nubes de polvo que dificultaban la respiración. Pese a ello, trallazos como el brutal "Chaos Geneto (The Sign Of Prime Creation)", hicieron que el “headbanging” y el pogo fueran una práctica generalizada entre las primeras filas, mientras que la sucia y rasposa "Non Serviam", fue la encargada de conducirnos sobre la épica y poderosa "Noctis Era" que a la postre, sería la encargada de poner el broche de oro a la fantástica descarga de la formación griega.


Aunque quizás Rotting Christ no gozaron del mejor de los horarios para su propuesta, lo cierto es que los de Atenas hicieron gala de una gran profesionalidad, sabiendo tirar de tablas y experiencia para ofrecernos un show crudo e intenso con el que consiguieron colmar las expectativas de sus seguidores más fieles.



ICED EARTH



Con la tarde encarando su ocaso llegaba el momento de uno de los platos fuetes de esta segunda jornada del VAO 2013, la actuación de los americanos Iced Earth. La banda liderada por el carismático guitarrista Jon Schaffer ha estado trabajando intensamente en la grabación de su nuevo trabajo de estudio “Plagues Of Babylon”, un álbum que tiene que servir, tras el enorme éxito cosechado por su anterior “Dystopia”, para consolidar definitivamente a  Stu Block como vocalista de la banda, y para cerrar  definitivamente la etapa del  adorado Matt Barlow.


Esta actuación de la formación americana por tierras lusas, servía para poner el punto final a la gira de presentación de su último trabajo, ya que cabe esperar que la próxima vez que la banda se suba a los escenarios, acompañando a Volbeat, será para defender alguna de sus nuevas composiciones. La principal novedad que presentaba el quinteto de Florida  era la incorporación de su nuevo baterista  Raphael Saini, quien entro  en el seno de la banda a principios del  mes de Mayo en sustitución de Brent Smedley.


A pesar de que al inicio de su actuación todavía había mucha claridad, la formación americana fue la primera que utilizó las lonas laterales sobre las que se proyectaban las imágenes del escenario, lo que permitía seguir las evoluciones de los músicos a aquellos que estaban situados más lejos del escenario. De igual forma, fue el quinteto yankee el primero en hacer uso del juego de luces, con lo que su actuación, especialmente en la segunda parte del show, gano muchos enteros en ambientación e intensidad. Pero sin duda lo que más gusto al público portugués fue lo acertado del repertorio escogido para la ocasión, proponiéndonos  un set equilibrado y muy variado en el que supieron combinar los temas más destacados de su última entrega discográfica y sus clásicos de siempre, unos clásicos que Stu Block ha adaptado a su forma de interpretar. 


Con un gigantesco telón que reproducía la portada de su último trabajo, el quinteto tomaba las tablas siguiendo la estela del atronador “Dystopia”, que a modo de monumental apertura servía para certificar el enorme tirón y popularidad que posee la banda por estas tierras. Tras la primera ovación, y sin dejarnos apenas tiempo para recuperar el aliento, la segunda pieza en sonar  fue una poderosa “Dark Saga”, en la que un comunicativo Stu Block se echó la banda a las espaldas, conectando con un público entregado que coreó el nombre de la formación en repetidas ocasiones a lo largo del show.


Lejos de decaer el aplastante ritmo inicial, los americanos siguieron haciendo crecer la intensidad del show proponiéndonos una brutal y efectiva versión del  “Pure Evil” de su lejano “Night Of The Stormrider”, en la que pudimos comprobar las buenas aptitudes tras los tambores  del nuevo fichaje de la formación, mientras que  sus compañeros a las seis cuerdas mostraban una excelente compenetración. Durante la actuación de Iced Earth, fueron constantes las arengas y reivindicaciones de Stu Block proclamando los parabienes del heavy metal, con lo que la formación americana consiguió crear un clima de unión y hermandad que elevo la intensidad del show al atacar piezas como el efectivo “Burning Times”,  o el melódico y emotivo “I Died For You”, que puso a toda la audiencia a corear su pegadizo estribillo.


Pero lejos de las baladas y los medios tiempos, estaba claro que los americanos venían a Vagos dispuestos a poner toda la carne en el asador, así que rápidamente volvieron a levantar la moral de la tropa con un incendiario “V”, que hizo levantar los brazos del respetable, mientras Stu Block  interpretaba el tema ataviado con un vistosa mascara, que finalmente acabo lanzando a la audiencia. Ante la calurosa respuesta del público luso, el vocalista prometía una pronta visita de la banda, para posteriormente embarcarse en el tema que cerraba su celebrado “The Dark Saga” de 1996, un épico y lírico “A Question Of Heaven”, que sirvió de preámbulo paro uno de los momentos álgidos de su presentación, un rotundo “Anthem”, que nuevamente puso a todo el recinto a cantar mientras los “surfers” volaban hacia el escenario dando colorido a la actuación del quinteto.


Cuando todavía no se había cumplido una hora de show, sorprendentemente, la banda abandonaba el escenario, para volver rápidamente ante la aclamación popular  para ofrecernos el primero de los dos  bises que nos regalaron. Con la oscuridad adueñándose del escenario arrancaba la  intro “In Sacred Flames”, para fundirse con el oscuro inicio de “Boiling Point”, que acabaría convirtiéndose en una de las piezas más potentes de la velada gracias al poderoso doble bombo  y al excelente trabajo de Troy Seele a las seis cuerdas.


El segundo y último bis de la noche estuvo marcado por el tema que presta su nombre a la banda, un primerizo “Iced Earth”, que cedió el testigo al  atronador “The Hunter”, rescatado de su aclamado “The Dark Saga”, que servía para que el quinteto abandonara las tablas por todo lo alto, siendo aclamados como auténticos héroes, y teniendo que salir a escena en repetidas ocasiones para saludar a su ejército de seguidores.


 

 GAMMA RAY



Si durante las primeras actuaciones de la jornada los cambios de “backline” habían sido relativamente rápidos, haciéndose las esperas entre banda y banda bastante amenas, tras la descarga de Iced Earth, se produjo una pausa bastante larga, con lo que la gran mayoría del personal aprovechó para reponer fuerzas, acercándose a alguno de los diferentes puestos de comida que había repartidos a lo largo del recinto del festival.


Aunque, como a la mayoría, la inclusión en el cartel de Gamma Ray me había pillado por sorpresa, la verdad es que esta inesperada cita con  Hansen y sus muchachos se presentaba como una excelente oportunidad para resarcirme de la  sensación agridulce que me dejaron después de una actuación un tanto irregular y deslavazada en el inicio de su gira europea junto a Helloween.


Con la noche ya cerrada, y con el escenario engalanado con unas chillonas luces en tonalidades azules, empezaba a sonar a través del P.A. la acostumbrada intro “Welcome”, que sería la encargada de dejar paso a una doble ración extraída de su clásico “Somewhere Out In Space”, de la mano de  “Anywhere In The Galaxy”, y una veloz y coreadísima “Men, Martians And Machines”, que hizo explotar a un público que coreó con tanta intensidad el estribillo que hizo  prácticamente inaudible la voz de un Kai Hansen que para esta ocasión lució  un llamativo  flequillo de color verde.


Tras una primera salva de aplausos, las primeras palabras del guitarrista fueron para desear una pronta recuperación al vocalista de Saxon, lo que provocó una cerrada ovación, y rápidamente el cuarteto alemán se embarcó en un melódico “The Spirit”. Aunque durante toda la actuación la voz de Hansen no estuvo a la altura de las grandes ocasiones, lo cierto es que la banda supo conectar con la audiencia en temas como “New World Order” o “Dethrone Tyranny”, que si bien no sonaron limpios y técnicos, sí que consiguieron transmitir esa magia y ese feeling que hicieron  de la banda un grupo “tan especial” a mediados de la década de los noventa. Y es que a diferencia de otras formaciones, cada vez que veo en directo a Gamma Ray, me parecen más arrolladores y menos técnicos, aunque siguen conservando ese espíritu  lúdico y atractivo sobre las tablas.


Al igual que sucediera durante su anterior tour con la banda de las Calabazas, los de Hamburgo aprovecharon la ocasión para ofrecernos una doble ración de su ultimo Ep “Master Of Confusion”, abordando en primer lugar el tema que presta su nombre al EP, para dejar paso posteriormente  a un rotundo “Empire Of The Undead”, que según palabras del propio Hansen representaba un retorno al sonido clásico del speed/power de mediados de los 80, una vuelta a sus raíces que sonó cruda, potente y rasgada, y que sirvió para poner a todos los presentes a hacer “headbanging” cual posesos.


Aunque tuvo un arranque dubitativo, con un Kai no muy inspirado al cantar la intro casi a capella, “Empathy” se convirtió en uno de los puntos álgidos de la descarga de los alemanes, gracias en gran medida a la ambientación que la banda dio al corte, con Kai postrado de rodillas ante la majestuosidad de la guitarra de Henjo, para que  posteriormente fuera el propio Hansen el encargado de rematar la faena, poniendo la guinda a la parte solista, llevándose todas las miradas y aclamaciones del público.


Ante una audiencia que parecía literalmente enloquecida daba arranque la segunda parte del show con temas como “Rise”, o un, afortunadamente, recuperado para la ocasión “Rebelion In Vagos”, que sonó épico y grandilocuente,  convirtiendo la llanura del festival en un campamento de guerra prestando atención a la arenga de su general, con  un Hansen realmente magistral en su papel de frontman, derrochando magnetismo e intensidad, y llevando la batuta a la hora de hacer cantar al respetable.


Un escueto solo de guitarra a cargo de Henjo Richter sería el encargado de sumergirnos de lleno en el material de la banda de las Calabazas de la mano de dos himnos generacionales, que al igual que en nuestro país, son dos auténticos clásicos para los amantes del heavy metal: “Future Wolrd” y “I Want Out”, que sirvieron para convertir el recinto en una auténtica fiesta.


Para el retorno sobre las tablas la banda se reservó el hímnico “To The Metal”, que volvió a hacer rugir, una vez más, al público de Vagos, y el efectivo “Send Me A Sing” que sirvió como despedida para una actuación  que si bien los más puristas tacharían de simplemente correcta, con un Hansen algo flojo y desordenado vocalmente, lo cierto es que a un servidor le dejo con un excelente sabor de boca, ya que me permitió recuperar a esos Gamma Ray intensos, crudos y sobretodo divertidos, a los que se veía disfrutar  sobre las tablas mientras hacían  vibrar a sus seguidores. Sin duda la actuación de Hansen y sus muchachos me pareció una de las mejores que he podido verles en los últimos diez años, mostrándonos a una banda que sonó fresca y enchufada, descargando  un set compacto y  bien estructurado.




TESTAMENT


Si durante toda la jornada uno de los protagonistas del festival había sido el deslumbrante sol y el intenso y sofocante calor, a estas alturas de la jornada, ya con la noche completamente cerrada, y con el cansancio acumulado, la sensación térmica hacía necesaria la compañía de una chaqueta. Pese a ello, y a la prolongada espera entre la conclusión de la descarga de Gamma Ray y el inicio de la actuación de Testament, el público estalló en una sonora aclamación, coreando el nombre de la banda americana, cuando comenzó a sonar la intro que serviría para dar el pistoletazo de salida de un demoledor y explosivo “Rise Up”, con toda la banda rayando a gran a altura mientras Chuck Billy se paseaba desafiante con su medio pie de micro fluorescente simulando que tocaba la guitarra. 


Desde los primeros compases del show quedo clara la intención de la banda de ofrecernos un recital rebosante del clásico sonido thrash metal “old school”, reivindicándose como parte de una escena que parece estar viviendo una segunda juventud, sonando crudos intensos y potentes, como quedo plenamente confirmado al atacar piezas como el incisivo “More Than Meets The Eye”, que pese a su corta vida se ha convertido  en todo un clásico del quinteto de San Francisco. Aunque la banda se mostró en vivo como una autentico apisonadora, especialmente el tándem formada por Eric Peterson y Alex Skolnick, quizás el que estuvo un poco por debajo de su nivel fue el gigantón Chuck Billy, al que se le vio excesivamente  cansado y jadeante entre tema y tema, y que incluso llegó a omitir algunas estrofas de los temas más rápidos, lo que acabo desluciendo la descarga del combo americano.


Mucho protagonismo tuvieron durante la primera mitad del show los temas de su última entrega “Dark Roots Of Earth”, abordando  cortes como el corrosivo “Native Blood”, el colérico  “True  American Hate”, que hizo vibrar a la audiencia con el incendiario intercambio solista entre Peterson y Skolnick, o un oscuro y persuasivo “Dark Roots Of Earth”, que fue el encargado de cerrar el capítulo dedicado a su más reciente entrega discográfica.


Para la segunda parte de su actuación, la banda decidió centrarse en lo que podríamos denominar su material más clásico, basando todo su repertorio, de manera casi exclusiva, en material anterior a la publicación de “The Gathering”, una elección que hizo las delicias de los fans más veteranos de un quinteto que nos asolo con la ferocidad contenida en cortes como “Into The Pit”, que provocó el primero de una serie de “circle-pits”, que protagonizarían la recta final del show. Un lapidario “Practice What You Preach”, con un Alex Skolnick desmelenado, que acabo de rodillas haciendo llorar a su guitarra, o un crujiente “The New Order”, fueron las encargadas de sumergirnos en un trepidante viaje a través  de los primeros trabajos  de la banda.


En repetidas ocasiones a lo largo de su actuación Chuck Billy se dirigió al público portugués para agradecerles su apoyo y entrega, además de pedirles su participación en momentos puntuales del show, como durante el arrebatador “The Preacher”, que convirtió las primeras filas en una auténtico campo de batalla, con todo el mundo haciendo pogo mientras el vocalista sufría de lo lindo para completar cada una de las estrofas. Pese a todo,  al público no pareció importarle demasiado, y continuo apoyando y animando a la banda en temas como el melódico “Alone In The Dark”, con el respetable rugiendo intensamente contestando a las demandas del corpulento vocalista, o su oscuro y diabólico “Do Not Resuscitate”.


Pese a la larga jornada de conciertos el público luso parecía incansable, y respondía con mucha entrega y pasión a cada una de las palabras del vocalista, quien prometió una doble ración de sonido “old school” para cerrar su actuación por todo lo alto. Para ello el quinteto de San Francisco recurrió a “3 Days In Darkness”, y un soberbio “Over The Wall”, con el que nos proponían un recuerdo al primer video que filmó la banda, y que formaba parte de su arrollador debut de 1987 “The Legacy”. Aunque parecía que la banda regresaría para interpretar un par de temas más, lo cierto es que el quinteto se perdió entre bastidores y no volvió a aparecer, dejando a la audiencia con la miel en los labios y deseosa de una nueva ración thrashera que habría servido para poner el broche de oro a esta X edición del Vagos Open Air.


Quizás, de entre las actuaciones internacionales fuera la de Testamente la más floja. En cualquier caso, el balance de esta segunda jornada fue altamente positivo para un servidor,  que se marchaba con una sonrisa dibujada en la cara después de degustar un buen bocado de metal luso (WEB y Tarantula), sumergirme de lleno en el dark-metal de Rotting Christ, vibrar con el metal de Iced Earth, reencontrarme con mis adorados Gamma Ray, y volver a disfrutar de unos Testament que  incluso al 75%  siguen siendo toda una garantía de cara al directo.




FOTOS Y TEXTO:ALFONSO DIAZ