Como para la mayoría de los
seguidores del metal de nuestro país, para el que suscribe, la cita con el
Leyendas estaba marcada en rojo en el calendario, pero los siempre
"inoportunos" compromisos familiares me obligaron a volar hacia
tierras portuguesas durante ese mismo fin de semana. Afortunadamente, a una
distancia relativamente corta de donde estaba alojado se iba a celebrar el
festival Vagos Open Air, uno de los mayores festivales metálicos del país
vecino, por lo que pese a todo tendría ocasión de saciar mi ansiedad metalera.
El festival estaba enmarcado
dentro de la localidad de Vagos, situada muy cerca de la bonita población de
Aveiro, a la que nuestros vecinos denominan como la Venecia Portuguesa, por los
navegables canales que rodean la ciudad. Aunque la cita se prolongaba durante
dos días (viernes y sábado), únicamente pude asistir a la segunda jornada, que
era en la que se concentraban las bandas más netamente metálicas. Al
aproximarme al recinto donde tenía lugar el festival, pude comprobar cómo había
dos zonas de acampada perfectamente diferenciadas: la primera, junto a la zona
de conciertos, perfectamente acondicionada con superficie de césped, equipada con duchas y servicios, pero que
contaba con el hándicap de que los arboles eran muy pequeños, con lo que apenas
daban sombra; y una segunda zona, digamos en "plena naturaleza",
donde el suelo era de piedra, pero en la que los frondosos árboles
proporcionaban una atractiva y siempre necesaria sombra.
A diferencia de lo que sucede en
otros festivales Vagos cuenta con un único escenario con lo que existe la
posibilidad de seguir el festival de forma íntegra sin perderse ninguna de las actuaciones. Otro detalle
curioso, y muy interesante para los fans, es que justo al lado del escenario
había una pequeña carpa por la que los grupos fueron desfilando para firmar autógrafos.
Hablando de los servicios de bar
y comidas, lo cierto es que dentro del recinto pude contabilizar hasta un total
de seis barras de bebida, y otros tantos puestos en los que se despachaban
diferentes tipos de comida (pizzas, kebabs, bocadillos..), con lo que no se
registraron grandes colas a la hora de ir a buscar las consumiciones. Además,
me gustaría destacar que durante toda la jornada no hubo excesivas
aglomeraciones, todo un lujo para los que estamos acostumbrados a los grandes macro-festivales
tipo Sonisphere, en los que las colas son tediosas e interminables.
En cuanto a los puestos de
“merchandising”, además del oficial, en el que había camisetas de todas las
bandas participantes (excepto de Gamma Ray, que fueron confirmados horas antes
del inicio del festival), había cinco o seis stands en los que se podían
adquirir Cds, camisetas, parches, gorras, etc.....
Nada más recoger mi acreditación,
un miembro de la organización me informaba de que Saxon se habían caído del
cartel debido a un grave accidente de Biff Byford, y que su plaza sería ocupada
por los alemanes Gamma Ray, toda una sorpresa que no me esperaba. Hay que resaltar
la rapidez de la organización para buscar un sustituto de plenas garantías para
reemplazar a la mítica formación británica. Una vez dentro del recinto, otro
detalle que me llamo la atención fue la gran cantidad de público español que se
había desplazado al festival, lo que sumado a la cordialidad de los portugueses
me hizo sentirme como en casa.
Fueron algunos de nuestros
compatriotas quienes me hicieron una pequeña disección de la primera jornada
del festival, de la que me destacaron las actuaciones de Bizarra Locomotiva,
Evergrey y Lacuna Coil, mientras que tacharon como de discreta la de otro de los platos fuertes de la
primera jornada Sonata Artica. También coincidían en destacar que durante esta
segunda jornada se había registrado un considerable aumento en la afluencia del
público.
WEB
A pesar del plomizo sol que caía sobre la zona que acogía los conciertos,
varios centenares de valientes se congregaron a las 17 horas frente al
escenario para presenciar la actuación de los locales WEB, que serían los
encargados de abrir esta segunda jornada del festival. El veterano combo de
Oporto, liderado por su carismático guitarrista Victor Matos, se presentaba en
Vagos dispuesto a dejar huella con su incendiario thrash metal “old school”.
Pese a la dilatada trayectoria del cuarteto, la banda no tiene una discografía
excesivamente extensa, así que basaron su actuación en los temas de su última
referencia de estudio “Deviance”, del que desgranaron temas como el ardiente
"Life Aggression", el oscuro y opresivo "(In)Sanity", en el
que destacaron esos toques casi doom metaleros que sirvieron para certificar el enorme apoyo que tiene la
banda entre los seguidores del metal
luso.
Tampoco faltaron durante su
actuación los pogos que hicieron alzarse sobre nuestras cabezas esas
características nubes de polvo que impregnan el aroma de los festivales, y que
fueron realmente intensas durante temas como el arrebatador "Beatifull Obsession",
en los que la banda se abandonó a los ritmos más intensos y acelerados
provocando la hilaridad de un público enloquecido con la actuación de sus
compatriotas. Para cerrar su escueta actuación, los de Oporto recurrieron a su
"If Only There Was Light", un clásico de su primer trabajo con el que
el cuarteto suele cerrar sus actuaciones habitualmente.
TARANTULA
Con el calor apretando fuerte sobre nuestras cabezas, y sin concedernos un
segundo de tregua, poco a poco, el recinto de conciertos se iba poblando de
seguidores que se aproximaban para presenciar la segunda de las actuaciones de
la jornada. En esta ocasión, el turno era para los también lusos Tarantula, una
formación de heavy metal melódico que tuvieron bastante repercusión en la escena
metálica portuguesa de finales de los 80 y principios de los 90, y que incluso
llegaron a sobrepasar sus fronteras protagonizando algunas incursiones por el
Viejo Continente y España.
Aunque quizás hoy en día la banda
liderada por los hermanos Paulo y Luís Barros no atraviesa por su mejor momento
de popularidad, lo cierto es que el cuarteto de Vila Nova de Gaia demostraron
sobre las tablas su enorme clase y elegancia con trallazos melódicos del
calibre de "Afterlife", con la que hicieron cantar al público,
consiguiendo recabar el apoyo mayoritario de la audiencia.
A pesar de su dilatada
trayectoria discográfica, el grueso de su actuación estuvo centrada en el
material de su álbum de 2001 "Dream
Maker", del que rescataron de forma consecutiva la melódica "The Nature
Of Sin", la coreadísima "You Can Always Touch The Sky", y el
técnico y virtuoso "Changes Coming", que sirvió de excusa para el fantástico
solo de guitarra de Paulo Barros, quien dio buena cuenta de su instrumento en
un alarde solista cargado de calidad y elegancia.
Los últimos compases de su
actuación estuvieron marcados por los juegos vocales con la audiencia que
servirían de preámbulo para "Face The Mirror", recuperada de su
"Light Beyond The Dark", con el que ratificaban el excelente estado vocal de un Jorge Marques
que se marcó una actuación realmente brillante, corriendo incansablemente de un
lado al otro del escenario sin fallar ni una sola nota.
Sin duda, después de su actuación
en Vagos el cuarteto de Vila Nova de Gaia certificó porque son una de las
formaciones de referencia dentro de la
escena metálica portuguesa.
ROTTING CHRIST
Tras la doble ración de metal autóctono luso, nos enfrentábamos a la primera de
las bandas internacionales de esta segunda jornada del festival de Vagos, los
griegos Rotting Christ. Aunque la propuesta de la formación de los hermanos
Tolis resulta mucho más efectiva y atractiva en un ambiente más oscuro e
íntimo, lo cierto es que el combo de
Atenas supo adaptarse a los rigores del horario, y salieron a escena a las 19
horas dispuestos a someternos con su intensa actuación, desarrollando un set
cargado de intensidad y violencia sonora en el que incluyeron un repertorio muy
equilibrado, proponiéndonos un detallado
recorrido a través de sus casi 3 décadas de historia.
Si algo ha caracterizado siempre
la trayectoria de Rotting Christ, es la constante evolución de su sonido, dando forma a una propuesta que ha ido variando disco a disco, ofreciendo
siempre diferentes elementos y matices, pero sin renunciar a su primigenia
esencia. De forma que el primerizo
"The Forest Of N´Gai", fue el encargado de retrotraernos a la primera
época de la banda para posteriormente ser enlazado con el crujiente y
envolvente "Athanati Este", que hizo rugir con fuerza a la audiencia,
mientras que de entre las primeras filas comenzaban a hacer acto de presencia
las primeras oleadas de "surfers", que hicieron emplearse a fondo al
personal de seguridad.
A pesar de que la banda griega no
pudo hacer uso del equipo de luces, ni de las lonas laterales de proyección, la
formación de los hermanos Tolis fue la primera que utilizó un telón de fondo
que reproducía la portada de su última entrega discográfica, un trabajo del que
rescataron piezas como la oscura y seminal "Kata Ton Demona Eautou",
durante la que Sakis Tolis se encargó de dirigir a la audiencia como si de un
sumo sacerdote se tratase. Tras un inicio de show realmente rotundo y
arrollador, la actuación de los helenos prosiguió de la mano de "King Of
Stellar War", con la que conseguimos recobrar ligeramente el aliento,
gracias a su tempo algo más relajado y envolvente, para posteriormente volver a
someternos con la tralla amenazadora de la concisa “The Sign Of Evil Existence”.
Su peculiar versión del
"Societas Satanas", fue la encargada de sumergirnos de lleno en un
épico y arrebatador final, durante el que el público se mostró especialmente
participativo, apoyando incansablemente y generando esas incomodas nubes de polvo que
dificultaban la respiración. Pese a ello, trallazos como el brutal "Chaos
Geneto (The Sign Of Prime Creation)", hicieron que el “headbanging” y el
pogo fueran una práctica generalizada entre las primeras filas, mientras que la
sucia y rasposa "Non Serviam", fue la encargada de conducirnos sobre
la épica y poderosa "Noctis Era" que a la postre, sería la encargada
de poner el broche de oro a la fantástica descarga de la formación griega.
Aunque quizás Rotting Christ no
gozaron del mejor de los horarios para su propuesta, lo cierto es que los de
Atenas hicieron gala de una gran profesionalidad, sabiendo tirar de tablas y
experiencia para ofrecernos un show crudo e intenso con el que consiguieron
colmar las expectativas de sus seguidores más fieles.
ICED EARTH
Con la tarde encarando su ocaso
llegaba el momento de uno de los platos fuetes de esta segunda jornada del VAO 2013,
la actuación de los americanos Iced Earth. La banda liderada por el carismático
guitarrista Jon Schaffer ha estado trabajando intensamente en la grabación de
su nuevo trabajo de estudio “Plagues Of Babylon”, un álbum que tiene que
servir, tras el enorme éxito cosechado por su anterior “Dystopia”, para
consolidar definitivamente a Stu Block
como vocalista de la banda, y para cerrar
definitivamente la etapa del adorado Matt Barlow.
Esta actuación de la formación
americana por tierras lusas, servía para poner el punto final a la gira de
presentación de su último trabajo, ya que cabe esperar que la próxima vez que
la banda se suba a los escenarios, acompañando a Volbeat, será para defender
alguna de sus nuevas composiciones. La principal novedad que presentaba el
quinteto de Florida era la incorporación
de su nuevo baterista Raphael Saini,
quien entro en el seno de la banda a
principios del mes de Mayo en
sustitución de Brent Smedley.
A pesar de que al inicio de su
actuación todavía había mucha claridad, la formación americana fue la primera
que utilizó las lonas laterales sobre las que se proyectaban las imágenes del
escenario, lo que permitía seguir las evoluciones de los músicos a aquellos que
estaban situados más lejos del escenario. De igual forma, fue el quinteto
yankee el primero en hacer uso del juego de luces, con lo que su actuación,
especialmente en la segunda parte del show, gano muchos enteros en ambientación
e intensidad. Pero sin duda lo que más gusto al público portugués fue lo acertado
del repertorio escogido para la ocasión, proponiéndonos un set equilibrado y muy variado en el que
supieron combinar los temas más destacados de su última entrega discográfica y
sus clásicos de siempre, unos clásicos que Stu Block ha adaptado a su forma de
interpretar.
Con un gigantesco telón que
reproducía la portada de su último trabajo, el quinteto tomaba las tablas
siguiendo la estela del atronador “Dystopia”, que a modo de monumental apertura
servía para certificar el enorme tirón y popularidad que posee la banda por
estas tierras. Tras la primera ovación, y sin dejarnos apenas tiempo para
recuperar el aliento, la segunda pieza en sonar
fue una poderosa “Dark Saga”, en la que un comunicativo Stu Block se
echó la banda a las espaldas, conectando con un público entregado que coreó el
nombre de la formación en repetidas ocasiones a lo largo del show.
Lejos de decaer el aplastante
ritmo inicial, los americanos siguieron haciendo crecer la intensidad del show
proponiéndonos una brutal y efectiva versión del “Pure Evil” de su lejano “Night Of The
Stormrider”, en la que pudimos comprobar las buenas aptitudes tras los tambores
del nuevo fichaje de la formación,
mientras que sus compañeros a las seis
cuerdas mostraban una excelente compenetración. Durante la actuación de Iced
Earth, fueron constantes las arengas y reivindicaciones de Stu Block
proclamando los parabienes del heavy metal, con lo que la formación americana
consiguió crear un clima de unión y hermandad que elevo la intensidad del show
al atacar piezas como el efectivo “Burning Times”, o el melódico y emotivo “I Died For You”, que
puso a toda la audiencia a corear su pegadizo estribillo.
Pero lejos de las baladas y los
medios tiempos, estaba claro que los americanos venían a Vagos dispuestos a
poner toda la carne en el asador, así que rápidamente volvieron a levantar la
moral de la tropa con un incendiario “V”, que hizo levantar los brazos del
respetable, mientras Stu Block interpretaba el tema ataviado con un vistosa
mascara, que finalmente acabo lanzando a la audiencia. Ante la calurosa
respuesta del público luso, el vocalista prometía una pronta visita de la
banda, para posteriormente embarcarse en el tema que cerraba su celebrado “The
Dark Saga” de 1996, un épico y lírico “A Question Of Heaven”, que sirvió de
preámbulo paro uno de los momentos álgidos de su presentación, un rotundo
“Anthem”, que nuevamente puso a todo el recinto a cantar mientras los “surfers”
volaban hacia el escenario dando colorido a la actuación del quinteto.
Cuando todavía no se había
cumplido una hora de show, sorprendentemente, la banda abandonaba el escenario,
para volver rápidamente ante la aclamación popular para ofrecernos el primero de los dos bises que nos regalaron. Con la oscuridad
adueñándose del escenario arrancaba la
intro “In Sacred Flames”, para fundirse con el oscuro inicio de “Boiling
Point”, que acabaría convirtiéndose en una de las piezas más potentes de la
velada gracias al poderoso doble bombo y
al excelente trabajo de Troy Seele a las seis cuerdas.
El segundo y último bis de la
noche estuvo marcado por el tema que presta su nombre a la banda, un primerizo
“Iced Earth”, que cedió el testigo al atronador “The Hunter”, rescatado de su
aclamado “The Dark Saga”, que servía para que el quinteto abandonara las tablas
por todo lo alto, siendo aclamados como auténticos héroes, y teniendo que salir
a escena en repetidas ocasiones para saludar a su ejército de seguidores.
GAMMA RAY
Si durante las primeras
actuaciones de la jornada los cambios de “backline” habían sido relativamente
rápidos, haciéndose las esperas entre banda y banda bastante amenas, tras la
descarga de Iced Earth, se produjo una pausa bastante larga, con lo que la gran
mayoría del personal aprovechó para reponer fuerzas, acercándose a alguno de
los diferentes puestos de comida que había repartidos a lo largo del recinto
del festival.
Aunque, como a la mayoría, la
inclusión en el cartel de Gamma Ray me había pillado por sorpresa, la verdad es
que esta inesperada cita con Hansen y
sus muchachos se presentaba como una excelente oportunidad para resarcirme de
la sensación agridulce que me dejaron
después de una actuación un tanto irregular y deslavazada en el inicio de su
gira europea junto a Helloween.
Con la noche ya cerrada, y con el
escenario engalanado con unas chillonas luces en tonalidades azules, empezaba a
sonar a través del P.A. la acostumbrada intro “Welcome”, que sería la encargada
de dejar paso a una doble ración extraída de su clásico “Somewhere Out In
Space”, de la mano de “Anywhere In The
Galaxy”, y una veloz y coreadísima “Men, Martians And Machines”, que hizo
explotar a un público que coreó con tanta intensidad el estribillo que hizo prácticamente inaudible la voz de un Kai Hansen
que para esta ocasión lució un
llamativo flequillo de color verde.
Tras una primera salva de
aplausos, las primeras palabras del guitarrista fueron para desear una pronta
recuperación al vocalista de Saxon, lo que provocó una cerrada ovación, y rápidamente
el cuarteto alemán se embarcó en un melódico “The Spirit”. Aunque durante toda
la actuación la voz de Hansen no estuvo a la altura de las grandes ocasiones,
lo cierto es que la banda supo conectar con la audiencia en temas como “New
World Order” o “Dethrone Tyranny”, que si bien no sonaron limpios y técnicos,
sí que consiguieron transmitir esa magia y ese feeling que hicieron de la banda un grupo “tan especial” a mediados
de la década de los noventa. Y es que a diferencia de otras formaciones, cada
vez que veo en directo a Gamma Ray, me parecen más arrolladores y menos
técnicos, aunque siguen conservando ese espíritu lúdico y atractivo sobre las tablas.
Al igual que sucediera durante su
anterior tour con la banda de las Calabazas, los de Hamburgo aprovecharon la
ocasión para ofrecernos una doble ración de su ultimo Ep “Master Of Confusion”,
abordando en primer lugar el tema que presta su nombre al EP, para dejar paso
posteriormente a un rotundo “Empire Of
The Undead”, que según palabras del propio Hansen representaba un retorno al
sonido clásico del speed/power de mediados de los 80, una vuelta a sus raíces que
sonó cruda, potente y rasgada, y que sirvió para poner a todos los presentes a
hacer “headbanging” cual posesos.
Aunque tuvo un arranque
dubitativo, con un Kai no muy inspirado al cantar la intro casi a capella,
“Empathy” se convirtió en uno de los puntos álgidos de la descarga de los
alemanes, gracias en gran medida a la ambientación que la banda dio al corte,
con Kai postrado de rodillas ante la majestuosidad de la guitarra de Henjo,
para que posteriormente fuera el propio
Hansen el encargado de rematar la faena, poniendo la guinda a la parte solista,
llevándose todas las miradas y aclamaciones del público.
Ante una audiencia que parecía
literalmente enloquecida daba arranque la segunda parte del show con temas como
“Rise”, o un, afortunadamente, recuperado para la ocasión “Rebelion In Vagos”,
que sonó épico y grandilocuente,
convirtiendo la llanura del festival en un campamento de guerra
prestando atención a la arenga de su general, con un Hansen realmente magistral en su papel de
frontman, derrochando magnetismo e intensidad, y llevando la batuta a la hora
de hacer cantar al respetable.
Un escueto solo de guitarra a
cargo de Henjo Richter sería el encargado de sumergirnos de lleno en el
material de la banda de las Calabazas de la mano de dos himnos generacionales,
que al igual que en nuestro país, son dos auténticos clásicos para los amantes
del heavy metal: “Future Wolrd” y “I Want Out”, que sirvieron para convertir el
recinto en una auténtica fiesta.
Para el retorno sobre las tablas
la banda se reservó el hímnico “To The Metal”, que volvió a hacer rugir, una
vez más, al público de Vagos, y el efectivo “Send Me A Sing” que sirvió como despedida
para una actuación que si bien los más
puristas tacharían de simplemente correcta, con un Hansen algo flojo y
desordenado vocalmente, lo cierto es que a un servidor le dejo con un excelente
sabor de boca, ya que me permitió recuperar a esos Gamma Ray intensos, crudos y
sobretodo divertidos, a los que se veía disfrutar sobre las tablas mientras hacían vibrar a sus seguidores. Sin duda la actuación
de Hansen y sus muchachos me pareció una de las mejores que he podido verles en
los últimos diez años, mostrándonos a una banda que sonó fresca y enchufada,
descargando un set compacto y bien estructurado.
TESTAMENT
Si durante toda la jornada uno de
los protagonistas del festival había sido el deslumbrante sol y el intenso y
sofocante calor, a estas alturas de la jornada, ya con la noche completamente
cerrada, y con el cansancio acumulado, la sensación térmica hacía necesaria la
compañía de una chaqueta. Pese a ello, y a la prolongada espera entre la
conclusión de la descarga de Gamma Ray y el inicio de la actuación de Testament,
el público estalló en una sonora aclamación, coreando el nombre de la banda americana,
cuando comenzó a sonar la intro que serviría para dar el pistoletazo de salida de
un demoledor y explosivo “Rise Up”, con toda la banda rayando a gran a altura
mientras Chuck Billy se paseaba desafiante con su medio pie de micro
fluorescente simulando que tocaba la guitarra.
Desde los primeros compases del
show quedo clara la intención de la banda de ofrecernos un recital rebosante
del clásico sonido thrash metal “old school”, reivindicándose como parte de una
escena que parece estar viviendo una segunda juventud, sonando crudos intensos
y potentes, como quedo plenamente confirmado al atacar piezas como el incisivo
“More Than Meets The Eye”, que pese a su corta vida se ha convertido en todo un clásico del quinteto de San
Francisco. Aunque la banda se mostró en vivo como una autentico apisonadora,
especialmente el tándem formada por Eric Peterson y Alex Skolnick, quizás el
que estuvo un poco por debajo de su nivel fue el gigantón Chuck Billy, al que
se le vio excesivamente cansado y
jadeante entre tema y tema, y que incluso llegó a omitir algunas estrofas de
los temas más rápidos, lo que acabo desluciendo la descarga del combo
americano.
Mucho protagonismo tuvieron
durante la primera mitad del show los temas de su última entrega “Dark Roots Of
Earth”, abordando cortes como el
corrosivo “Native Blood”, el colérico “True
American Hate”, que hizo vibrar a la audiencia con el incendiario
intercambio solista entre Peterson y Skolnick, o un oscuro y persuasivo “Dark
Roots Of Earth”, que fue el encargado de cerrar el capítulo dedicado a su más
reciente entrega discográfica.
Para la segunda parte de su
actuación, la banda decidió centrarse en lo que podríamos denominar su material
más clásico, basando todo su repertorio, de manera casi exclusiva, en material
anterior a la publicación de “The Gathering”, una elección que hizo las
delicias de los fans más veteranos de un quinteto que nos asolo con la ferocidad
contenida en cortes como “Into The Pit”, que provocó el primero de una serie de
“circle-pits”, que protagonizarían la recta final del show. Un lapidario
“Practice What You Preach”, con un Alex Skolnick desmelenado, que acabo de
rodillas haciendo llorar a su guitarra, o un crujiente “The New Order”, fueron
las encargadas de sumergirnos en un trepidante viaje a través de los primeros trabajos de la banda.
En repetidas ocasiones a lo largo
de su actuación Chuck Billy se dirigió al público portugués para agradecerles su
apoyo y entrega, además de pedirles su participación en momentos puntuales del
show, como durante el arrebatador “The Preacher”, que convirtió las primeras
filas en una auténtico campo de batalla, con todo el mundo haciendo pogo
mientras el vocalista sufría de lo lindo para completar cada una de las
estrofas. Pese a todo, al público no
pareció importarle demasiado, y continuo apoyando y animando a la banda en
temas como el melódico “Alone In The Dark”, con el respetable rugiendo intensamente
contestando a las demandas del corpulento vocalista, o su oscuro y diabólico
“Do Not Resuscitate”.
Pese a la larga jornada de
conciertos el público luso parecía incansable, y respondía con mucha entrega y
pasión a cada una de las palabras del vocalista, quien prometió una doble
ración de sonido “old school” para cerrar su actuación por todo lo alto. Para
ello el quinteto de San Francisco recurrió a “3 Days In Darkness”, y un
soberbio “Over The Wall”, con el que nos proponían un recuerdo al primer video
que filmó la banda, y que formaba parte de su arrollador debut de 1987 “The
Legacy”. Aunque parecía que la banda regresaría para interpretar un par de
temas más, lo cierto es que el quinteto se perdió entre bastidores y no volvió
a aparecer, dejando a la audiencia con la miel en los labios y deseosa de una
nueva ración thrashera que habría servido para poner el broche de oro a esta X edición
del Vagos Open Air.
Quizás, de entre las actuaciones
internacionales fuera la de Testamente la más floja. En cualquier caso, el
balance de esta segunda jornada fue altamente positivo para un servidor, que se marchaba con una sonrisa dibujada en
la cara después de degustar un buen bocado de metal luso (WEB y Tarantula),
sumergirme de lleno en el dark-metal de Rotting Christ, vibrar con el metal de
Iced Earth, reencontrarme con mis adorados Gamma Ray, y volver a disfrutar de
unos Testament que incluso al 75% siguen siendo toda una garantía de cara al
directo.
FOTOS Y TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS Y TEXTO:ALFONSO DIAZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario