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jueves, 15 de agosto de 2013

VAGOS OPEN AIR 2013-QUINTA DO EGA, VAGOS-PORTUGAL-10-AGO-2013




Como para la mayoría de los seguidores del metal de nuestro país, para el que suscribe, la cita con el Leyendas estaba marcada en rojo en el calendario, pero los siempre "inoportunos" compromisos familiares me obligaron a volar hacia tierras portuguesas durante ese mismo fin de semana. Afortunadamente, a una distancia relativamente corta de donde estaba alojado se iba a celebrar el festival Vagos Open Air, uno de los mayores festivales metálicos del país vecino, por lo que pese a todo tendría ocasión de saciar mi ansiedad metalera.


El festival estaba enmarcado dentro de la localidad de Vagos, situada muy cerca de la bonita población de Aveiro, a la que nuestros vecinos denominan como la Venecia Portuguesa, por los navegables canales que rodean la ciudad. Aunque la cita se prolongaba durante dos días (viernes y sábado), únicamente pude asistir a la segunda jornada, que era en la que se concentraban las bandas más netamente metálicas. Al aproximarme al recinto donde tenía lugar el festival, pude comprobar cómo había dos zonas de acampada perfectamente diferenciadas: la primera, junto a la zona de conciertos, perfectamente acondicionada con superficie de césped,   equipada con duchas y servicios, pero que contaba con el hándicap de que los arboles eran muy pequeños, con lo que apenas daban sombra; y una segunda zona, digamos en "plena naturaleza", donde el suelo era de piedra, pero en la que los frondosos árboles proporcionaban una atractiva y siempre necesaria sombra.


A diferencia de lo que sucede en otros festivales Vagos cuenta con un único escenario con lo que existe la posibilidad de seguir el festival de forma íntegra sin perderse  ninguna de las actuaciones. Otro detalle curioso, y muy interesante para los fans, es que justo al lado del escenario había una pequeña carpa por la que los grupos fueron  desfilando para firmar autógrafos.


Hablando de los servicios de bar y comidas, lo cierto es que dentro del recinto pude contabilizar hasta un total de seis barras de bebida, y otros tantos puestos en los que se despachaban diferentes tipos de comida (pizzas, kebabs, bocadillos..), con lo que no se registraron grandes colas a la hora de ir a buscar las consumiciones. Además, me gustaría destacar que durante toda la jornada no hubo excesivas aglomeraciones, todo un lujo para los que estamos acostumbrados a los grandes macro-festivales tipo Sonisphere, en los que las colas son tediosas e interminables.


En cuanto a los puestos de “merchandising”, además del oficial, en el que había camisetas de todas las bandas participantes (excepto de Gamma Ray, que fueron confirmados horas antes del inicio del festival), había cinco o seis stands en los que se podían adquirir Cds, camisetas, parches, gorras, etc.....


Nada más recoger mi acreditación, un miembro de la organización me informaba de que Saxon se habían caído del cartel debido a un grave accidente de Biff Byford, y que su plaza sería ocupada por los alemanes Gamma Ray, toda una sorpresa que no me esperaba. Hay que resaltar la rapidez de la organización para buscar un sustituto de plenas garantías para reemplazar a la mítica formación británica. Una vez dentro del recinto, otro detalle que me llamo la atención fue la gran cantidad de público español que se había desplazado al festival, lo que sumado a la cordialidad de los portugueses me hizo sentirme como en casa.


Fueron algunos de nuestros compatriotas quienes me hicieron una pequeña disección de la primera jornada del festival, de la que me destacaron las actuaciones de Bizarra Locomotiva, Evergrey y Lacuna Coil, mientras que tacharon como de discreta  la de otro de los platos fuertes de la primera jornada Sonata Artica. También coincidían en destacar que durante esta segunda jornada se había registrado un considerable aumento en la afluencia del público.



WEB


A pesar del plomizo sol que caía sobre la zona que acogía los conciertos, varios centenares de valientes se congregaron a las 17 horas frente al escenario para presenciar la actuación de los locales WEB, que serían los encargados de abrir esta segunda jornada del festival. El veterano combo de Oporto, liderado por su carismático guitarrista Victor Matos, se presentaba en Vagos dispuesto a dejar huella con su incendiario thrash metal “old school”. Pese a la dilatada trayectoria del cuarteto, la banda no tiene una discografía excesivamente extensa, así que basaron su actuación en los temas de su última referencia de estudio “Deviance”, del que desgranaron temas como el ardiente "Life Aggression", el oscuro y opresivo "(In)Sanity", en el que destacaron esos toques casi doom metaleros que sirvieron  para certificar el enorme apoyo que tiene la banda entre los seguidores del  metal luso.


Tampoco faltaron durante su actuación los pogos que hicieron alzarse sobre nuestras cabezas esas características nubes de polvo que impregnan el aroma de los festivales, y que fueron realmente intensas durante temas como el arrebatador "Beatifull Obsession", en los que la banda se abandonó a los ritmos más intensos y acelerados provocando la hilaridad de un público enloquecido con la actuación de sus compatriotas. Para cerrar su escueta actuación, los de Oporto recurrieron a su "If Only There Was Light", un clásico de su primer trabajo con el que el cuarteto suele cerrar sus actuaciones habitualmente.



 


TARANTULA



Con el calor apretando fuerte sobre nuestras cabezas, y sin concedernos un segundo de tregua, poco a poco, el recinto de conciertos se iba poblando de seguidores que se aproximaban para presenciar la segunda de las actuaciones de la jornada. En esta ocasión, el turno era para los también lusos Tarantula, una formación de heavy metal melódico que tuvieron bastante repercusión en la escena metálica portuguesa de finales de los 80 y principios de los 90, y que incluso llegaron a sobrepasar sus fronteras protagonizando algunas incursiones por el Viejo Continente y España.
  
Aunque quizás hoy en día la banda liderada por los hermanos Paulo y Luís Barros no atraviesa por su mejor momento de popularidad, lo cierto es que el cuarteto de Vila Nova de Gaia demostraron sobre las tablas su enorme clase y elegancia con trallazos melódicos del calibre de "Afterlife", con la que hicieron cantar al público, consiguiendo recabar el apoyo mayoritario de la audiencia.



A pesar de su dilatada trayectoria discográfica, el grueso de su actuación estuvo centrada en el material de su álbum de 2001  "Dream Maker", del que rescataron de forma consecutiva la melódica "The Nature Of Sin", la coreadísima "You Can Always Touch The Sky", y el técnico y virtuoso "Changes Coming", que sirvió de excusa para el fantástico solo de guitarra de Paulo Barros, quien dio buena cuenta de su instrumento en un alarde solista cargado de calidad y elegancia.


Los últimos compases de su actuación estuvieron marcados por los juegos vocales con la audiencia que servirían de preámbulo para "Face The Mirror", recuperada de su "Light Beyond The Dark", con el que ratificaban  el excelente estado vocal de un Jorge Marques que se marcó una actuación realmente brillante, corriendo incansablemente de un lado al otro del escenario sin fallar ni una sola nota.


Sin duda, después de su actuación en Vagos el cuarteto de Vila Nova de Gaia certificó porque son una de las formaciones de referencia  dentro de la escena metálica portuguesa.


 
ROTTING CHRIST



Tras la doble ración de metal autóctono luso, nos enfrentábamos a la primera de las bandas internacionales de esta segunda jornada del festival de Vagos, los griegos Rotting Christ. Aunque la propuesta de la formación de los hermanos Tolis resulta mucho más efectiva y atractiva en un ambiente más oscuro e íntimo, lo cierto es que el combo  de Atenas supo adaptarse a los rigores del horario, y salieron a escena a las 19 horas dispuestos a someternos con su intensa actuación, desarrollando un set cargado de intensidad y violencia sonora en el que incluyeron un repertorio muy equilibrado, proponiéndonos  un detallado recorrido a través de sus casi 3 décadas  de historia.


Si algo ha caracterizado siempre la trayectoria de Rotting Christ, es la constante evolución de su sonido,  dando forma a una propuesta  que ha ido variando disco a disco, ofreciendo siempre diferentes elementos y matices, pero sin renunciar a su primigenia esencia. De forma  que el primerizo "The Forest Of N´Gai", fue el encargado de retrotraernos a la primera época de la banda para posteriormente ser enlazado con el crujiente y envolvente "Athanati Este", que hizo rugir con fuerza a la audiencia, mientras que de entre las primeras filas comenzaban a hacer acto de presencia las primeras oleadas de "surfers", que hicieron emplearse a fondo al personal de seguridad.


A pesar de que la banda griega no pudo hacer uso del equipo de luces, ni de las lonas laterales de proyección, la formación de los hermanos Tolis fue la primera que utilizó un telón de fondo que reproducía la portada de su última entrega discográfica, un trabajo del que rescataron piezas como la oscura y seminal "Kata Ton Demona Eautou", durante la que Sakis Tolis se encargó de dirigir a la audiencia como si de un sumo sacerdote se tratase. Tras un inicio de show realmente rotundo y arrollador, la actuación de los helenos prosiguió de la mano de "King Of Stellar War", con la que conseguimos recobrar ligeramente el aliento, gracias a su tempo algo más relajado y envolvente, para posteriormente volver a someternos con la tralla amenazadora de la concisa “The Sign Of Evil Existence”.


Su peculiar versión del "Societas Satanas", fue la encargada de sumergirnos de lleno en un épico y arrebatador final, durante el que el público se mostró especialmente participativo, apoyando incansablemente y   generando esas incomodas nubes de polvo que dificultaban la respiración. Pese a ello, trallazos como el brutal "Chaos Geneto (The Sign Of Prime Creation)", hicieron que el “headbanging” y el pogo fueran una práctica generalizada entre las primeras filas, mientras que la sucia y rasposa "Non Serviam", fue la encargada de conducirnos sobre la épica y poderosa "Noctis Era" que a la postre, sería la encargada de poner el broche de oro a la fantástica descarga de la formación griega.


Aunque quizás Rotting Christ no gozaron del mejor de los horarios para su propuesta, lo cierto es que los de Atenas hicieron gala de una gran profesionalidad, sabiendo tirar de tablas y experiencia para ofrecernos un show crudo e intenso con el que consiguieron colmar las expectativas de sus seguidores más fieles.



ICED EARTH



Con la tarde encarando su ocaso llegaba el momento de uno de los platos fuetes de esta segunda jornada del VAO 2013, la actuación de los americanos Iced Earth. La banda liderada por el carismático guitarrista Jon Schaffer ha estado trabajando intensamente en la grabación de su nuevo trabajo de estudio “Plagues Of Babylon”, un álbum que tiene que servir, tras el enorme éxito cosechado por su anterior “Dystopia”, para consolidar definitivamente a  Stu Block como vocalista de la banda, y para cerrar  definitivamente la etapa del  adorado Matt Barlow.


Esta actuación de la formación americana por tierras lusas, servía para poner el punto final a la gira de presentación de su último trabajo, ya que cabe esperar que la próxima vez que la banda se suba a los escenarios, acompañando a Volbeat, será para defender alguna de sus nuevas composiciones. La principal novedad que presentaba el quinteto de Florida  era la incorporación de su nuevo baterista  Raphael Saini, quien entro  en el seno de la banda a principios del  mes de Mayo en sustitución de Brent Smedley.


A pesar de que al inicio de su actuación todavía había mucha claridad, la formación americana fue la primera que utilizó las lonas laterales sobre las que se proyectaban las imágenes del escenario, lo que permitía seguir las evoluciones de los músicos a aquellos que estaban situados más lejos del escenario. De igual forma, fue el quinteto yankee el primero en hacer uso del juego de luces, con lo que su actuación, especialmente en la segunda parte del show, gano muchos enteros en ambientación e intensidad. Pero sin duda lo que más gusto al público portugués fue lo acertado del repertorio escogido para la ocasión, proponiéndonos  un set equilibrado y muy variado en el que supieron combinar los temas más destacados de su última entrega discográfica y sus clásicos de siempre, unos clásicos que Stu Block ha adaptado a su forma de interpretar. 


Con un gigantesco telón que reproducía la portada de su último trabajo, el quinteto tomaba las tablas siguiendo la estela del atronador “Dystopia”, que a modo de monumental apertura servía para certificar el enorme tirón y popularidad que posee la banda por estas tierras. Tras la primera ovación, y sin dejarnos apenas tiempo para recuperar el aliento, la segunda pieza en sonar  fue una poderosa “Dark Saga”, en la que un comunicativo Stu Block se echó la banda a las espaldas, conectando con un público entregado que coreó el nombre de la formación en repetidas ocasiones a lo largo del show.


Lejos de decaer el aplastante ritmo inicial, los americanos siguieron haciendo crecer la intensidad del show proponiéndonos una brutal y efectiva versión del  “Pure Evil” de su lejano “Night Of The Stormrider”, en la que pudimos comprobar las buenas aptitudes tras los tambores  del nuevo fichaje de la formación, mientras que  sus compañeros a las seis cuerdas mostraban una excelente compenetración. Durante la actuación de Iced Earth, fueron constantes las arengas y reivindicaciones de Stu Block proclamando los parabienes del heavy metal, con lo que la formación americana consiguió crear un clima de unión y hermandad que elevo la intensidad del show al atacar piezas como el efectivo “Burning Times”,  o el melódico y emotivo “I Died For You”, que puso a toda la audiencia a corear su pegadizo estribillo.


Pero lejos de las baladas y los medios tiempos, estaba claro que los americanos venían a Vagos dispuestos a poner toda la carne en el asador, así que rápidamente volvieron a levantar la moral de la tropa con un incendiario “V”, que hizo levantar los brazos del respetable, mientras Stu Block  interpretaba el tema ataviado con un vistosa mascara, que finalmente acabo lanzando a la audiencia. Ante la calurosa respuesta del público luso, el vocalista prometía una pronta visita de la banda, para posteriormente embarcarse en el tema que cerraba su celebrado “The Dark Saga” de 1996, un épico y lírico “A Question Of Heaven”, que sirvió de preámbulo paro uno de los momentos álgidos de su presentación, un rotundo “Anthem”, que nuevamente puso a todo el recinto a cantar mientras los “surfers” volaban hacia el escenario dando colorido a la actuación del quinteto.


Cuando todavía no se había cumplido una hora de show, sorprendentemente, la banda abandonaba el escenario, para volver rápidamente ante la aclamación popular  para ofrecernos el primero de los dos  bises que nos regalaron. Con la oscuridad adueñándose del escenario arrancaba la  intro “In Sacred Flames”, para fundirse con el oscuro inicio de “Boiling Point”, que acabaría convirtiéndose en una de las piezas más potentes de la velada gracias al poderoso doble bombo  y al excelente trabajo de Troy Seele a las seis cuerdas.


El segundo y último bis de la noche estuvo marcado por el tema que presta su nombre a la banda, un primerizo “Iced Earth”, que cedió el testigo al  atronador “The Hunter”, rescatado de su aclamado “The Dark Saga”, que servía para que el quinteto abandonara las tablas por todo lo alto, siendo aclamados como auténticos héroes, y teniendo que salir a escena en repetidas ocasiones para saludar a su ejército de seguidores.


 

 GAMMA RAY



Si durante las primeras actuaciones de la jornada los cambios de “backline” habían sido relativamente rápidos, haciéndose las esperas entre banda y banda bastante amenas, tras la descarga de Iced Earth, se produjo una pausa bastante larga, con lo que la gran mayoría del personal aprovechó para reponer fuerzas, acercándose a alguno de los diferentes puestos de comida que había repartidos a lo largo del recinto del festival.


Aunque, como a la mayoría, la inclusión en el cartel de Gamma Ray me había pillado por sorpresa, la verdad es que esta inesperada cita con  Hansen y sus muchachos se presentaba como una excelente oportunidad para resarcirme de la  sensación agridulce que me dejaron después de una actuación un tanto irregular y deslavazada en el inicio de su gira europea junto a Helloween.


Con la noche ya cerrada, y con el escenario engalanado con unas chillonas luces en tonalidades azules, empezaba a sonar a través del P.A. la acostumbrada intro “Welcome”, que sería la encargada de dejar paso a una doble ración extraída de su clásico “Somewhere Out In Space”, de la mano de  “Anywhere In The Galaxy”, y una veloz y coreadísima “Men, Martians And Machines”, que hizo explotar a un público que coreó con tanta intensidad el estribillo que hizo  prácticamente inaudible la voz de un Kai Hansen que para esta ocasión lució  un llamativo  flequillo de color verde.


Tras una primera salva de aplausos, las primeras palabras del guitarrista fueron para desear una pronta recuperación al vocalista de Saxon, lo que provocó una cerrada ovación, y rápidamente el cuarteto alemán se embarcó en un melódico “The Spirit”. Aunque durante toda la actuación la voz de Hansen no estuvo a la altura de las grandes ocasiones, lo cierto es que la banda supo conectar con la audiencia en temas como “New World Order” o “Dethrone Tyranny”, que si bien no sonaron limpios y técnicos, sí que consiguieron transmitir esa magia y ese feeling que hicieron  de la banda un grupo “tan especial” a mediados de la década de los noventa. Y es que a diferencia de otras formaciones, cada vez que veo en directo a Gamma Ray, me parecen más arrolladores y menos técnicos, aunque siguen conservando ese espíritu  lúdico y atractivo sobre las tablas.


Al igual que sucediera durante su anterior tour con la banda de las Calabazas, los de Hamburgo aprovecharon la ocasión para ofrecernos una doble ración de su ultimo Ep “Master Of Confusion”, abordando en primer lugar el tema que presta su nombre al EP, para dejar paso posteriormente  a un rotundo “Empire Of The Undead”, que según palabras del propio Hansen representaba un retorno al sonido clásico del speed/power de mediados de los 80, una vuelta a sus raíces que sonó cruda, potente y rasgada, y que sirvió para poner a todos los presentes a hacer “headbanging” cual posesos.


Aunque tuvo un arranque dubitativo, con un Kai no muy inspirado al cantar la intro casi a capella, “Empathy” se convirtió en uno de los puntos álgidos de la descarga de los alemanes, gracias en gran medida a la ambientación que la banda dio al corte, con Kai postrado de rodillas ante la majestuosidad de la guitarra de Henjo, para que  posteriormente fuera el propio Hansen el encargado de rematar la faena, poniendo la guinda a la parte solista, llevándose todas las miradas y aclamaciones del público.


Ante una audiencia que parecía literalmente enloquecida daba arranque la segunda parte del show con temas como “Rise”, o un, afortunadamente, recuperado para la ocasión “Rebelion In Vagos”, que sonó épico y grandilocuente,  convirtiendo la llanura del festival en un campamento de guerra prestando atención a la arenga de su general, con  un Hansen realmente magistral en su papel de frontman, derrochando magnetismo e intensidad, y llevando la batuta a la hora de hacer cantar al respetable.


Un escueto solo de guitarra a cargo de Henjo Richter sería el encargado de sumergirnos de lleno en el material de la banda de las Calabazas de la mano de dos himnos generacionales, que al igual que en nuestro país, son dos auténticos clásicos para los amantes del heavy metal: “Future Wolrd” y “I Want Out”, que sirvieron para convertir el recinto en una auténtica fiesta.


Para el retorno sobre las tablas la banda se reservó el hímnico “To The Metal”, que volvió a hacer rugir, una vez más, al público de Vagos, y el efectivo “Send Me A Sing” que sirvió como despedida para una actuación  que si bien los más puristas tacharían de simplemente correcta, con un Hansen algo flojo y desordenado vocalmente, lo cierto es que a un servidor le dejo con un excelente sabor de boca, ya que me permitió recuperar a esos Gamma Ray intensos, crudos y sobretodo divertidos, a los que se veía disfrutar  sobre las tablas mientras hacían  vibrar a sus seguidores. Sin duda la actuación de Hansen y sus muchachos me pareció una de las mejores que he podido verles en los últimos diez años, mostrándonos a una banda que sonó fresca y enchufada, descargando  un set compacto y  bien estructurado.




TESTAMENT


Si durante toda la jornada uno de los protagonistas del festival había sido el deslumbrante sol y el intenso y sofocante calor, a estas alturas de la jornada, ya con la noche completamente cerrada, y con el cansancio acumulado, la sensación térmica hacía necesaria la compañía de una chaqueta. Pese a ello, y a la prolongada espera entre la conclusión de la descarga de Gamma Ray y el inicio de la actuación de Testament, el público estalló en una sonora aclamación, coreando el nombre de la banda americana, cuando comenzó a sonar la intro que serviría para dar el pistoletazo de salida de un demoledor y explosivo “Rise Up”, con toda la banda rayando a gran a altura mientras Chuck Billy se paseaba desafiante con su medio pie de micro fluorescente simulando que tocaba la guitarra. 


Desde los primeros compases del show quedo clara la intención de la banda de ofrecernos un recital rebosante del clásico sonido thrash metal “old school”, reivindicándose como parte de una escena que parece estar viviendo una segunda juventud, sonando crudos intensos y potentes, como quedo plenamente confirmado al atacar piezas como el incisivo “More Than Meets The Eye”, que pese a su corta vida se ha convertido  en todo un clásico del quinteto de San Francisco. Aunque la banda se mostró en vivo como una autentico apisonadora, especialmente el tándem formada por Eric Peterson y Alex Skolnick, quizás el que estuvo un poco por debajo de su nivel fue el gigantón Chuck Billy, al que se le vio excesivamente  cansado y jadeante entre tema y tema, y que incluso llegó a omitir algunas estrofas de los temas más rápidos, lo que acabo desluciendo la descarga del combo americano.


Mucho protagonismo tuvieron durante la primera mitad del show los temas de su última entrega “Dark Roots Of Earth”, abordando  cortes como el corrosivo “Native Blood”, el colérico  “True  American Hate”, que hizo vibrar a la audiencia con el incendiario intercambio solista entre Peterson y Skolnick, o un oscuro y persuasivo “Dark Roots Of Earth”, que fue el encargado de cerrar el capítulo dedicado a su más reciente entrega discográfica.


Para la segunda parte de su actuación, la banda decidió centrarse en lo que podríamos denominar su material más clásico, basando todo su repertorio, de manera casi exclusiva, en material anterior a la publicación de “The Gathering”, una elección que hizo las delicias de los fans más veteranos de un quinteto que nos asolo con la ferocidad contenida en cortes como “Into The Pit”, que provocó el primero de una serie de “circle-pits”, que protagonizarían la recta final del show. Un lapidario “Practice What You Preach”, con un Alex Skolnick desmelenado, que acabo de rodillas haciendo llorar a su guitarra, o un crujiente “The New Order”, fueron las encargadas de sumergirnos en un trepidante viaje a través  de los primeros trabajos  de la banda.


En repetidas ocasiones a lo largo de su actuación Chuck Billy se dirigió al público portugués para agradecerles su apoyo y entrega, además de pedirles su participación en momentos puntuales del show, como durante el arrebatador “The Preacher”, que convirtió las primeras filas en una auténtico campo de batalla, con todo el mundo haciendo pogo mientras el vocalista sufría de lo lindo para completar cada una de las estrofas. Pese a todo,  al público no pareció importarle demasiado, y continuo apoyando y animando a la banda en temas como el melódico “Alone In The Dark”, con el respetable rugiendo intensamente contestando a las demandas del corpulento vocalista, o su oscuro y diabólico “Do Not Resuscitate”.


Pese a la larga jornada de conciertos el público luso parecía incansable, y respondía con mucha entrega y pasión a cada una de las palabras del vocalista, quien prometió una doble ración de sonido “old school” para cerrar su actuación por todo lo alto. Para ello el quinteto de San Francisco recurrió a “3 Days In Darkness”, y un soberbio “Over The Wall”, con el que nos proponían un recuerdo al primer video que filmó la banda, y que formaba parte de su arrollador debut de 1987 “The Legacy”. Aunque parecía que la banda regresaría para interpretar un par de temas más, lo cierto es que el quinteto se perdió entre bastidores y no volvió a aparecer, dejando a la audiencia con la miel en los labios y deseosa de una nueva ración thrashera que habría servido para poner el broche de oro a esta X edición del Vagos Open Air.


Quizás, de entre las actuaciones internacionales fuera la de Testamente la más floja. En cualquier caso, el balance de esta segunda jornada fue altamente positivo para un servidor,  que se marchaba con una sonrisa dibujada en la cara después de degustar un buen bocado de metal luso (WEB y Tarantula), sumergirme de lleno en el dark-metal de Rotting Christ, vibrar con el metal de Iced Earth, reencontrarme con mis adorados Gamma Ray, y volver a disfrutar de unos Testament que  incluso al 75%  siguen siendo toda una garantía de cara al directo.




FOTOS Y TEXTO:ALFONSO DIAZ


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