Hablar de los
americanos Autopsy es hablar de una de las bandas más reconocibles e
influyentes de la escena death metalera americana. Formados en San Francisco en
1987, tras el paso del batería Chris Reifert por los míticos Death de Chuck
Schuldiner con los que grabó el clásico “Scream Bloody Gore”, la banda siempre
resultó un tanto peculiar por lo inusual que resultaba que fuera el propio
percusionista quien se hiciera cargo de
los guturales registros vocales. Responsables de facturar trallazos tan seminales
y arrolladores como el sangrante “Severed Survival”, o su aclamado "Mental
Funeral" de 1991, en los que el cuarteto daba buena cuenta de su calidad
técnica a la vez que asentaba las bases de su poderoso death metal. La banda, lejos de estancarse y acomodarse en una
fórmula que sabía ganadora, apostó por dar un rotundo giro a su propuesta impregnando su sonido de unos aires más hard-core en el álbum
"Shitfun" (1995), un trabajo que serviría como punto de partida para
Abscess, el nuevo proyecto en el que se embarcaron Chris Reifert y Danny
Coralles después de la disolución del
combo en 1995.
Tras permanecer
unos años concentrados en Abscess, el dúo Reifert/Coralles resucitaba Autopsy
en 2010, rescatando al guitarrista Eric
Cutler y reclutando al bajista Joe Trevisano para grabar el EP "The Tomb Within", que marcaba su retorno tras quince años de ausencia. La confirmación de su vuelta se produjo al
año siguiente con la publicación de "Macabre Eternal", un plástico en
el que la banda retomaba su propuesta en el punto exacto donde la había dejado en 1995, optando por centrar su mirada en el futuro, lo que
supuso una pequeña decepción entre los fans más veteranos del cuarteto
americano. En cambio, de cara a este nuevo esfuerzo, que lleva por título
"The Headless Ritual", la banda nos propone una vuelta a sus origines, recuperando sus primigenias influencias y
apostando por ese death metal de corte clásico, en el que la velocidad y la
voracidad se dan la mano con unos tempos densos y cadenciosos,( casi más
propios del doom), con los que el cuarteto es capaz de recrear esas
ambientaciones oscuras y opresivas.
Otro detalle a
resaltar en esta nueva entrega del combo
californiano es la duración del plástico, sensiblemente inferior a la de su
predecesor, así como una cuidada y pulcra producción a cargo de la propia banda
y el ingeniero Adam Muñoz (Faith No More, Abscess) que permite diferenciar de
forma nítida todos y cada uno de los instrumentos, dando al álbum un toque de clase y distinción
que se ve rematado por el soberbio artwork a cargo del reputado artista Joe Petagno (Motörhead,
Pink Floyd, Led Zeppelin).
Lejos de las
acostumbradas "intros" y ambientaciones atmosféricas, tan en boga
durante los últimos años, esta nueva entrega del cuarteto americano se abre de forma aplastante con la brutal “Slaughter At Beast House”, una
composición crujiente y rabiosa liderada por un riff incendiario que se verá secundado por una batería potente
y machacona durante la primera parte del
corte, para acabar conduciéndonos sobre un desarrollo más lento y cadencioso.
Mucho más dinámica y cambiante resulta “Mangled Far Below”, en la que se
suceden numerosos cambios de ritmo, redondeando una composición que evoca el
clasicismo death metalero de los álbumes grabados durante la primera mitad de la década de los
noventa, apoyándose para ello en una melodía penetrante y enfermiza que se
quedara dando vueltas en tu cabeza hasta atraparte irremediablemente junto a
los desquiciantes gruñidos de un Chris Reifert que suena más corrosivo y
visceral que nunca.
La solidez plúmbea
de las guitarras junto a una voz más profunda y cavernosa serán las encargadas
de crear esa terrible ambientación decadente y oscura que protagoniza “She Is A
Funeral”, impregnando la composición de una deprimente densidad sonora que
parece transportar al oyente hasta las mismísimas puertas del averno, con
Reifert torturando al máximo sus castigadas cuerdas vocales, mientras el ritmo
se hace cada vez más lento y cadencioso. Las guitarras de Eric Cutler y Danny
Coralles serán las encargadas de marcar los primeros compases del asfixiante y
opresivo “Coffin Crawlers”, proponiéndonos ambos hachas unos incendiarios y endiablados desarrollos solistas que serán
los encargados de hacer de nexo de unión entre las diferentes partes del tema,
dando forma a una composición repleta de atmósferas doom metaleras y estructuras
fantasmagóricas.
Aunque dentro de
esta nueva entrega del combo americano hay una buena dosis de material lento y
pesado, lo cierto es que el cuarteto no ha perdido ni un ápice de su punzante
voracidad arrolladora, y sigue
mostrándose igual de insaciable que en su primera época, al atacar temas como el sangrante “When Hammer Meets Bone”, en el que se
muestran realmente inspirados a la hora de pisar el acelerador al máximo, dando
garra y mordiente a un tema que tiene un pequeño fragmento lento durante su
tramo central. La entrada circular y repetitiva de la breve “Thorns And Ashes”
servirá como introducción para la más envolvente y épica “Arch Cadaver”, en la
que vuelven a recurrir a esos infernales
riffs, desbordantes de una clara esencia “Sabbatica”, con los que darán
consistencia y empaque a unos desarrollos densos y cadenciosos que
acabarán transportándonos sobre unos
latigazos rápidos y efectivos en los que la banda nos muestra su faceta más
cruel y despiadada.
A lo largo de las
diez composiciones que integran el álbum, la formación americana demuestra en
piezas como la intensa “Flesh Turns To Dust”, que pese al tiempo transcurrido
no han perdido la magia para arrastrarnos a través de esas atmosferas vaporosas
y corrosivas que siempre han sabido recrear en sus tortuosas composiciones,
consiguiendo hacernos reptar junto a los serpenteantes riffs mientras las
guitarras solistas nos descuartizan con sus chirriantes desarrollos. A
diferencia de lo que sucediera en su anterior entrega discográfica, parece que
Reifert y sus muchachos se han decidido a recuperar su vertiente más extrema, solo así
se explica la radicalidad y agresividad contenida en piezas como “Running From
The Goathead”, con la que consiguen transportarnos directamente a su primera
época, apostando por unos vertiginosos riffs junto al sonido seco y arrollador de la batería de
Reifert, que sigue mostrándose como una de los baterías más polivalentes del
género. La encargada de cerrar el álbum es la pieza que presta su nombre al
plástico “The Headless Ritual”, un intenso y enfermizo desarrollo instrumental
que sirve como rúbrica para esta nueva entrega del cuarteto americano.
Tras la buena
noticia que supuso la confirmación de su retorno con la publicación de “Macabre
Eternal” en 2011, parece que esta nueva entrega de Reifert y sus muchachos nos devuelve a los Autopsy más clásicos y
poderosos. Sin duda, este “The Headless
Ritual” contiene todos los ingredientes necesarios para hacer las delicias de los fans más
veteranos de la mítica formación americana y, por extensión, de todos los seguidores
de bandas clásicas del género como
Death, Morbid Angel u Obituary.
Lista de Temas
01. Slaughter At Beast House
02. Mangled Far Below
03. She Is A Funeral
04. Coffin Crawlers
05. When Hammer Meets Bone
06. Thorns And Ashes
07. Arch Cadaver
08. Flesh Turns To Dust
09. Running From The Goathead
10. The Headless Ritual
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