Tras una brillante
y accidentada trayectoria al frente de los americanos Iced Earth, que tuvo su
espectacular rúbrica con una multitudinaria actuación de despedida en el marco
del mítico festival de Wacken en 2011, el carismático vocalista Matt Barlow
anunciaba en junio de 2012 a través de las redes sociales que estaba trabajando
en un nuevo proyecto bautizado con el nombre de Ashes Of Ares. Para esta nueva
aventura el vocalista contaba con su
compañero en las filas de Iced Earth, el bajista Freddie Vidales, (quien además
se ha encargado de todas las guitarras que aparecen en el álbum), y el batería
Van Williams, conocido por su trabajo en los metaleros de Seattle Nevermore.
Ante semejante potencial, y teniendo en cuenta la trayectoria de los músicos implicados en esta nueva aventura, parece lógico pensar que el nuevo material facturado por Barlow y sus compañeros tendría que ser una rotunda y contundente colección de himnos 100% heavy metaleros en los que, como no podía ser de otra forma, el vocalista ha dejado su impronta y personalidad aportando sus característicos y poderosos registros vocales, dando a las composiciones de Ashes Of Ares un poso y una orientación que nos retrotraen al material más clásico registrado por Iced Earth a mediados de la década de los noventa. Para grabar los diez cortes que integran este aplastante debut homónimo, el trío americano se trasladó a los míticos Morrisound Studio Recordings de Tampa Florida, para ponerse a las órdenes del afamado productor Jim Morris, con el que han conseguido facturar un trabajo crudo y muy cañero, en el que la ambientación épica y las estructuras puramente metaleras se dan la mano con unas guitarras crudas e incisivas que, incluso en algunos momentos puntuales, pueden llegar a recordar, por su fiereza y consistencia, al sonido de otras bandas más potentes y cañeras. Otro detalle que llama la atención en torno al debut de la formación americana es que, a diferencia de lo que sucediera en los discos de Iced Earth y Pyramize en los que Barlow se limitaba a hacer las funciones de mero interprete, en esta ocasión, y por primera vez en su carrera, el vocalista se ha encargado tanto de las letras como de las líneas vocales de todos los temas, con lo que las composiciones se adaptan mucho mejor y de forma más natural a sus cualidades vocales.
Ante semejante potencial, y teniendo en cuenta la trayectoria de los músicos implicados en esta nueva aventura, parece lógico pensar que el nuevo material facturado por Barlow y sus compañeros tendría que ser una rotunda y contundente colección de himnos 100% heavy metaleros en los que, como no podía ser de otra forma, el vocalista ha dejado su impronta y personalidad aportando sus característicos y poderosos registros vocales, dando a las composiciones de Ashes Of Ares un poso y una orientación que nos retrotraen al material más clásico registrado por Iced Earth a mediados de la década de los noventa. Para grabar los diez cortes que integran este aplastante debut homónimo, el trío americano se trasladó a los míticos Morrisound Studio Recordings de Tampa Florida, para ponerse a las órdenes del afamado productor Jim Morris, con el que han conseguido facturar un trabajo crudo y muy cañero, en el que la ambientación épica y las estructuras puramente metaleras se dan la mano con unas guitarras crudas e incisivas que, incluso en algunos momentos puntuales, pueden llegar a recordar, por su fiereza y consistencia, al sonido de otras bandas más potentes y cañeras. Otro detalle que llama la atención en torno al debut de la formación americana es que, a diferencia de lo que sucediera en los discos de Iced Earth y Pyramize en los que Barlow se limitaba a hacer las funciones de mero interprete, en esta ocasión, y por primera vez en su carrera, el vocalista se ha encargado tanto de las letras como de las líneas vocales de todos los temas, con lo que las composiciones se adaptan mucho mejor y de forma más natural a sus cualidades vocales.
Dada la propia
filiación de las dos terceras partes de este nuevo proyecto, resulta evidente
que las composiciones de la banda, de las que mayoritariamente se ha encargado
Freedie Vidales, tienen un punto de conexión muy marcado con el material más
clásico de Iced Earth, y para
reafirmarnos en esta opinión tenemos cortes como el inicial “The Messenger”,
que tras un arranque intrigante y acústico nos sumergirá de lleno sobre un poderoso medio tiempo en el que la
potencia de las guitarras será la encargada de llevar las riendas de una
composición en la que Barlow alterna registros melódicos y contundentes,
facturando un efectivo y convincente tema de apertura. La solidez rotunda de la base rítmica junto a la
velocidad arrolladora de las guitarras se convertirá en protagonista a lo
largo de la crujiente andanada metálica
que supone “Move The Chains”, que nos transporta sobre terrenos más contundentes y agresivos,
conducidos por un Barlow mucho más punzante y afilado, doblando incansablemente sus líneas vocales, hasta
introducirnos a unos estribillos rápidos y aguerridos en los que el trio nos muestra
sus influencias más netamente heavy metaleras.
Tras la monumental
apertura, las guitarras acústicas serán las encargadas de introducirnos en la
lírica “On Warrior´s Wings”, una composición que poco a poco va creciendo en
intensidad y fuerza hasta convertirse en un rotundo medio tiempo desbordante de épica y melodía, en el que
Barlow nos muestra su amplia gama de registros vocales, moviéndose con soltura
desde los tonos limpios y cristalinos a los pasajes más crudos y rasgados con
los que dará personalidad y mordiente a los momentos más épicos e intensos del
corte. Mucho más denso y oscuro resulta “Punishment”, en el que destaca el fantástico
trabajo de Vidales con los instrumentos
de cuerda, (encargándose de guitarras y bajo), creando una atmosfera opresiva e
intrigante, para que posteriormente el tema explote gracias a la solidez y contundencia de unos rocosos riffs que serán
los encargados de conducirnos sobe unos estribillos muy potentes y marcados.
Durante todo el
plástico las guitarras acústicas están muy presentes, especialmente en la
entrada de algunas de las composiciones como sucede durante los primeros
compases de “This Is My Hell”, que pasa por ser el corte más lírico y emotivo
de todo el plástico, mostrándonos la faceta más sobria del trio americano,
ofreciéndonos un inicio relajado que nos
conducirá sobre un desarrollo melódico y delicado, en el que las voces dobladas serán las encargadas de
dotar al corte de ese punto dramático y
sentido, facturando una composición que nos trae al recuerdo el material de
álbumes como “The Dark Saga” o “Something Wicked This Way To Come”. Aunque
todos los cortes incluidos en el álbum tienen un “feeling” y una sonoridad que
los convierten en idóneos para el directo, hay piezas como “Dead Man´s Plight”,
que tienen muchos números de convertirse en inamovibles dentro del repertorio de
la formación americana, gracias a unas contagiosas melodías vocales que dejaran
paso a una rotunda avalancha metálica que hará las delicias de los fans de la banda en directo.
Pese a que su
propuesta está plenamente encuadrada dentro del heavy metal, tampoco han querido dejar de lado su faceta más cruda
y agresiva como sucede en “Chalice Of Man”, donde un arrollador tramo inicial, salpicado
con pinceladas thrasheras, nos conducirá sobre una de las composiciones más
crujientes y compactas de todo el álbum,
dando cabida a unos rotundos e intensos cambios de ritmo con los que darán
forma a unos vistosos y llamativos estribillos. Contrastando con el vendaval
sonoro anterior, nos encontramos con el
momento más relajado y emotivo de este debut, que viene marcado por la balada “The Answer”, en
el que se alternan momentos de preciosismo acústico con poderosas ráfagas de
intensidad eléctrica en los que las voces en capas de Barlow se encargarán de rematar la composición.
La cara más cruda y
visceral del trio vuelve a reflejarse en la machacona cabalgada de "What I Am", un corte pesado y
riffero en el que la formación americana se muestra compacta y rotunda, con
Barlow volviendo a recurrir a las voces dobladas para dar consistencia y
mordiente a un corte con una sonoridad y estilo similar al de aquel clásico "Violate". Sin duda
esta pieza será una de las que más agrade a los seguidores de Barlow en Iced
Earth. La encargada de cerrar este poderoso debut de Ashes Of Ares es la
guitarrera "The One-Eyed King", en la que la banda parece mostrar
algún guiño de carácter progresivo, durante los compases iniciales, para acabar
facturando un tema denso y profundo, en el que se suceden constantes cambios de
ritmos, y donde la ferocidad, cuasi thrashera, se da la mano con una base
rítmica sólida y compacta.
Para ser una primera
toma de contacto este debut discográfico de Ashes Of Ares, no está nada mal, ya
que consigue cumplir con las expectativas creadas alrededor de este nuevo
proyecto. Esperemos que de cara a futuros lanzamientos, (Barlow ha declarado
que la banda está componiendo ya su segundo trabajo), Ashes Of Ares consigan
encontrar un estilo más propio y personal, que les permita coger distancia y
alejarse de forma definitiva de la
alargada figura de John Schaffer.
Lista de Temas
01. The Messenger
02. Move The Chains
03. On Warrior's Wings
04. Punishment
05. This Is My Hell
06. Dead Man's Plight
07. Chalice Of Man
08. The Answer
09. What I Am
10. The One-Eyed King
02. Move The Chains
03. On Warrior's Wings
04. Punishment
05. This Is My Hell
06. Dead Man's Plight
07. Chalice Of Man
08. The Answer
09. What I Am
10. The One-Eyed King
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