Hacía tiempo que el cuarteto de Atlanta estaba buscando facturar un trabajo
como el que nos ocupa, de hecho la banda se ha tomado su tiempo para parir este "Up
The Dosage". Cinco años han pasado desde su anterior entrega “From Hell To
Texas”, un periodo en el que la formación americana ha seguido quemando los escenarios con su ardiente y sucio rock n´roll. Pese al cambio que ha supuesto la entrada de la bajista
Bonnie Buitrago en sustitución de Karen Cuda, la banda demuestra, a lo largo de
los 13 cortes que componen su nueva
obra, que no ha perdido ni un ápice de su arrolladora personalidad, ni tampoco el
olfato asesino que siempre les ha caracterizado, e incluso me atrevería a decir
que este nuevo trabajo es el que más se acerca a lo que la banda puede
ofrecernos en cualquiera sus explosivos directos.
Pese a su longeva trayectoria, la formación
americana continúa exprimiendo al máximo
su característico sonido sucio e incisivo, sus letras irónicas y cachondas, y
su descarada actitud 100% macarra, pero apostando en esta ocasión por una
producción más cuidada y minimalista, que no hace más que resaltar al
máximo el potencial de unos temas en los
que además de su característico hard rock n´roll, se pueden apreciar con total
nitidez esos aromas de corte sureño por un lado, mientras que por otro nos
muestran su faceta más corrosiva e incendiaria con esos riffs desbocados y arrolladores, casi fronterizos con la rabia y
el descaro propio del punk.
Si en anteriores entregas el cuarteto de Atlanta nos había ofrecido temas
de apertura rápidos y efervescentes, en esta ocasión el inicio del plástico
viene marcado por los aires sureños de " Everybody' s Fault But
Mine", una pieza crujiente y riffera, con la raspada voz de Blaine
Cartwright llevando la batuta para conducirnos sobre un arrebatador estribillo
y un desarrollo hard roquero que destila clasicismo por los cuatro costados,
gracias en gran medida a esas llamativas líneas de teclado. El olor a gasolina
quemada será la encargada de impregnar el ambiente de la garajera "Rub It To Death", con la formación
acelerando el paso al máximo para
facturar una pieza rápida, directa y arrolladora, que conserva
toda la esencia de la banda, con
la batería de Jeremy Thompson llevando el timón para que posteriormente sea
rematada por unos coros que dan fuerza y mordiente a la composición.
El espíritu setentero del cuarteto queda claramente plasmado en el cachondo
"Till The Meat Falls Off The Bone", respaldado sobre un consistente
riff central, que llama la atención por su saturación, y que acabara dejando paso a una explosión
guitarrera al más puro estilo Aerosmith. Pero si hay algo que siempre ha
caracterizado la trayectoria de Nashville Pussy es su capacidad para facturar
esos descomunales trallazos rabiosos, simples y directos, que no te conceden un
segundo de tregua, y que conseguirán poner tus pies en movimiento, como sucede
en cortes como el explosivo "The Shouth' s Too Fat To Rise Again", un
trallazo altamente atractivo gracias a su velocidad y a sus contagiosos y
característicos coros femeninos.
El ritmo se relaja sensiblemente a lo largo de la sureña "Before The
Drugs Wear Off", en la que la banda da cabida a sus influencias más añejas para facturar un contagioso rock n´roll
cargado de clasicismo y esencia "stone", redondeando un tema en el
que no falta una visceral letra ni las notas del piano clásico acompañando a la
melodía central. La tormenta de watios y decibelios retorna de la mano de
"Spent", que será la encargada
de recuperar ese rollete marchoso y adictivo, completando una pieza directa,
sin demasiadas florituras, pero que entra directamente en tu cabeza gracias a
su intensidad, acidez y descaro, redondeando una composición que nos trae al
recuerdo sus primeros trabajos, además de seguir reafirmando su actitud
netamente roquera.
Pese a la madurez del cuarteto, la
banda sigue facturando con maestría esos fastuosos números desbordantes de rock
testosterónico y supervitaminado, demostrando la plena vigencia de ese rock
intenso y contagioso a partes iguales en temas como "Beginning Of The
End", en el que se alejan de su acostumbrada inmediatez para adentrarse en
estructuras más complejas y melódicas, concediendo mucho protagonismo a esos
arrolladores coros en los estribillos para forjar una pieza en la que queda plasmada su
admiración por el sonido de bandas como Thin Lizzy. Tras su pasada gira con sus
ídolos Z.Z. Top tampoco han querido dejarse en el tintero los tempos más propios
del “boggie-rock” contenidos en la pieza que presta su nombre al plástico
"Up The Dosage", dándole un toque eléctrico y 100% marchoso junto a unos
estribillos que resultan ideales para el directo.
La cara más gamberra y socarrona de Nashville Pussy sale a relucir durante
el breve alegato roquero protagonizado por la voz de Ruyter Suys en el eléctrico y desgarrador trallazo que
supone "Taking It Easy", que será la encargada de dejar paso a las
guitarras más densas y compactas de "White And Cloud", en la que Blaine Cartwrith parece reencarnares
en el Alice Cooper más incisivo y oscuro. Otra de las grandes sorpresas del
álbum llega con "Hooray For Cocaine, Hooray For Tennessee", una pieza acústica que nos
muestra el lado más country del cuarteto,- con dobro y mandolina incluida-,
mientras Ruyter y Blaine comparten las
tareas vocales en una desternillante letra.
Evidentemente tampoco podía faltar su característico giño al loco Ted
Nugent en la marchosa “Pillbilly Blues”, rebosante de ese clásica esencia
redneck que siempre ha acompañado al cuarteto de Atlanta, y que se cierra con
Blaine destrozando sus cuerdas vocales en un final trepidante. Mientras que
para despedir el álbum la banda ha apostado por un eléctrico y adictivo “Pussy
´s Not A Dirty Word”, un tema netamente Pussy en el que la banda nos muestra su
admiración por los Ac Dc más clásicos con Bon Scott al frente.
Si hay algo que ha marcado la carrera de
Nashville Pussy es la coherencia y la fidelidad a un sonido y una
filosofía que ha quedado plasmada en
cada uno de sus siete trabajos. Si en todos ellos la banda se ha mostrado
eléctrica, roquera y altamente macarra, lo cierto es que en este nuevo trabajo
“Up The Dosage”, Blaine, Ruyter, Jeremy y Bonnie han sabido impulsar al máximo
su sonido para llevarlo a un nuevo nivel, consiguiendo dotar a sus nuevas
composiciones de un sonido más sólido y sofisticado, pero sin olvidar el
descaro y la garra que han convertido a Nashville Pussy en una bomba de
relojería sobre los escenarios.
Lista de Temas
02. Rub It To Death
03. Till The Meat Falls Off The Bone
04. The South's Too Fat To Rise Again
05. Before The Drugs Wear Off
06. Spent
07. Beginning Of The End
08. Up The Dosage
09. Taking It Easy
10. White And Cloud
11. Hooray For Cocaine, Hooray For Tennessee
12. Pillbilly Blues
13. Pussy's Not A Dirty Word
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