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domingo, 9 de febrero de 2014

NASHVILLE PUSSY-UP THE DOSAGE



Hacía tiempo que el cuarteto de Atlanta estaba buscando facturar un trabajo como el que nos ocupa, de hecho la banda se ha tomado su tiempo para parir este "Up The Dosage". Cinco años han pasado desde su anterior entrega “From Hell To Texas”, un periodo en el que la formación americana  ha seguido quemando los escenarios con su ardiente y sucio  rock n´roll. Pese al cambio  que ha supuesto la entrada de la bajista Bonnie Buitrago en sustitución de Karen Cuda, la banda demuestra, a lo largo de los 13 cortes  que componen su nueva obra, que no ha perdido ni un ápice de su arrolladora personalidad, ni tampoco el olfato asesino que siempre les ha caracterizado, e incluso me atrevería a decir que este nuevo trabajo es el que más se acerca a lo que la banda puede ofrecernos en cualquiera sus explosivos directos.


Pese a su longeva trayectoria,  la formación americana  continúa exprimiendo al máximo su característico sonido sucio e incisivo, sus letras irónicas y cachondas, y su descarada actitud 100% macarra, pero apostando en esta ocasión por una producción más cuidada y minimalista, que no hace más que resaltar al máximo  el potencial de unos temas en los que además de su característico hard rock n´roll, se pueden apreciar con total nitidez esos  aromas de corte  sureño por un lado, mientras que por otro nos muestran su faceta más corrosiva e incendiaria con esos  riffs desbocados y arrolladores, casi fronterizos con la rabia y el descaro propio del punk.

Si en anteriores entregas el cuarteto de Atlanta nos había ofrecido temas de apertura rápidos y efervescentes, en esta ocasión el inicio del plástico viene marcado por los aires sureños de " Everybody' s Fault But Mine", una pieza crujiente y riffera, con la raspada voz de Blaine Cartwright llevando la batuta para conducirnos sobre un arrebatador estribillo y un desarrollo hard roquero que destila clasicismo por los cuatro costados, gracias en gran medida a esas llamativas líneas de teclado. El olor a gasolina quemada será la encargada de impregnar el ambiente de la  garajera "Rub It To Death", con la formación  acelerando el paso al máximo para facturar una pieza rápida, directa y arrolladora,  que conserva  toda la esencia de la banda,  con la batería de Jeremy Thompson llevando el timón para que posteriormente sea rematada por unos coros que dan fuerza y mordiente a la composición.

El espíritu setentero del cuarteto queda claramente plasmado en el cachondo "Till The Meat Falls Off The Bone", respaldado sobre un consistente riff central, que llama la atención por su saturación, y que  acabara dejando paso a una explosión guitarrera al más puro estilo Aerosmith. Pero si hay algo que siempre ha caracterizado la trayectoria de Nashville Pussy es su capacidad para facturar esos descomunales trallazos rabiosos, simples y directos, que no te conceden un segundo de tregua, y que conseguirán poner tus pies en movimiento, como sucede en cortes como el explosivo "The Shouth' s Too Fat To Rise Again", un trallazo altamente atractivo gracias a su velocidad y a sus contagiosos y característicos coros femeninos.

El ritmo se relaja sensiblemente a lo largo de la sureña "Before The Drugs Wear Off", en la que la banda da cabida a  sus influencias más añejas  para facturar un contagioso rock n´roll cargado de clasicismo y esencia "stone", redondeando un tema en el que no falta una visceral letra ni las notas del piano clásico acompañando a la melodía central. La tormenta de watios y decibelios retorna de la mano de "Spent", que será la  encargada de recuperar ese rollete marchoso y adictivo, completando una pieza directa, sin demasiadas florituras, pero que entra directamente en tu cabeza gracias a su intensidad, acidez y descaro, redondeando una composición que nos trae al recuerdo sus primeros trabajos, además de seguir reafirmando su actitud netamente roquera.

 Pese a la madurez del cuarteto, la banda sigue facturando con maestría esos fastuosos números desbordantes de rock testosterónico y supervitaminado, demostrando la plena vigencia de ese rock intenso y contagioso a partes iguales en temas como "Beginning Of The End", en el que se alejan de su acostumbrada inmediatez para adentrarse en estructuras más complejas y melódicas, concediendo mucho protagonismo a esos arrolladores coros en los estribillos para forjar  una pieza en la que queda plasmada su admiración por el sonido de bandas como Thin Lizzy. Tras su pasada gira con sus ídolos Z.Z. Top tampoco han querido dejarse en el tintero los tempos más propios del “boggie-rock” contenidos en la pieza que presta su nombre al plástico "Up The Dosage", dándole un toque eléctrico y 100% marchoso junto a unos estribillos que resultan ideales para el directo.

La cara más gamberra y socarrona de Nashville Pussy sale a relucir durante el breve alegato roquero protagonizado por la voz de  Ruyter Suys  en el eléctrico y desgarrador trallazo que supone "Taking It Easy", que será la encargada de dejar paso a las guitarras más densas y compactas de "White And Cloud",  en la que Blaine Cartwrith parece reencarnares en el Alice Cooper más incisivo y oscuro. Otra de las grandes sorpresas del álbum llega con "Hooray For Cocaine, Hooray For Tennessee", una pieza acústica que nos muestra el lado más country del cuarteto,- con dobro y mandolina incluida-, mientras  Ruyter y Blaine comparten las tareas vocales en una desternillante letra.

Evidentemente tampoco podía faltar su característico giño al loco Ted Nugent en la marchosa “Pillbilly Blues”, rebosante de ese clásica esencia redneck que siempre ha acompañado al cuarteto de Atlanta, y que se cierra con Blaine destrozando sus cuerdas vocales en un final trepidante. Mientras que para despedir el álbum la banda ha apostado por un eléctrico y adictivo “Pussy ´s Not A Dirty Word”, un tema netamente Pussy en el que la banda nos muestra su admiración por los Ac Dc más clásicos con Bon Scott al frente.

Si hay algo que ha marcado la carrera de  Nashville Pussy es la coherencia y la fidelidad a un sonido y una filosofía que ha quedado plasmada  en cada uno de sus siete trabajos. Si en todos ellos la banda se ha mostrado eléctrica, roquera y altamente macarra, lo cierto es que en este nuevo trabajo “Up The Dosage”, Blaine, Ruyter, Jeremy y Bonnie han sabido impulsar al máximo su sonido para llevarlo a un nuevo nivel, consiguiendo dotar a sus nuevas composiciones de un sonido más sólido y sofisticado, pero sin olvidar el descaro y la garra que han convertido a Nashville Pussy en una bomba de relojería sobre los escenarios.

Lista de Temas

01. Everybody's Fault But Mine
02. Rub It To Death
03. Till The Meat Falls Off The Bone
04. The South's Too Fat To Rise Again
05. Before The Drugs Wear Off
06. Spent
07. Beginning Of The End
08. Up The Dosage
09. Taking It Easy
10. White And Cloud
11. Hooray For Cocaine, Hooray For Tennessee
12. Pillbilly Blues
13. Pussy's Not A Dirty Word

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