Una vez más los irreverentes roqueros americanos Nashville Pussy regresaban
a la ciudad de Barcelona para finiquitar su extensa gira Ibérica. En esta
ocasión, la excusa para su visita era la presentación de su nuevo álbum
"Up The Dosage", un plástico que pone fin a un largo silencio
discográfico, -dejando de lado directos y reediciones- , que no de su intensa
actividad en vivo, ya que durante el último lustro la descarada formación de
Atlanta no ha dejado de quemar los escenarios de medio mundo con su ardiente y corrosivo
rock n' roll. Pese a sus reiteradas visitas, los fieles seguidores del combo
americano volvieron a responder a la convocatoria, llenando la sala pequeña del
Razzmatazz para asistir a una nueva celebración roquera, protagonizada por una
banda en estado de gracia, que se dejó la piel sobre el escenario para ofrecernos una incontestable
sucesión de clásicos que consiguieron hacer
las delicias de todos sus seguidores.
Pero antes de que diera inicio la descarga del cuarteto de Atlanta, los
encargados de amenizar la espera eran los catalanes The Golden Grahams. En los
escasos treinta minutos de que dispuso este poderoso power-trio, compuesto por
Charles (bajo y voz), Danny (Batería), y el inquieto y eléctrico guitarrista
Brian, nos ofreció una buena muestra de
su enérgico y adrenalítico rock n´roll, una propuesta firmemente sustentada sobre el clasicismo propio de los
grandes nombres de la década de los 70, dejando a las claras que los jóvenes miembros del trío se han empapado y formado
estudiando concienzudamente los viejos vinilos de sus progenitores.
Además de su marcada orientación clásica, y de una sobria pero efectiva
puesta en escena, su vocalista Charles demostró tener un registro potente y
cargado de “feeling”, consiguiendo inyectar mordiente y personalidad a temas
como “Lone Woman”, o la marchosa “Today Is The Day”. El contrapunto a la
sobriedad y elegancia de la efectiva base rítmica lo puso su guitarrista Brian,
quien desplegó todo su potencial escénico, llevándose la mayoría de las miradas
con sus bailes y poses inspirados directamente en los grandes héroes de la guitarra de la década de los 70.
Además de desgranar algunos de los cortes contenidos en su debut “Today Is The Day”, el trío catalán también
tuvo tiempo para marcarse una marchosa y coreada versión del clásico de los
británicos Sweet, un celebradísimo “Fox
On The Run”, que obtuvo una magnifica respuesta por parte del respetable, haciendo
crecer la intensidad de la descarga de cara a un marchoso tramo final que
estuvo protagonizado por la contundencia de “My Bitch”, que sería la encargada
de echar el cierre a su actuación, dejándonos con ganas de más y con un
fantástico sabor de boca.
Tras una pausa, que se hizo excesivamente larga, por fin parecía que todo
estaba preparado para la descarga del incendiario cuarteto de Atlanta. En un
escenario engalanado con los clásicos amplificadores Marshall, alguna bandera
sureña, un telón de fondo con el nombre de la banda, y una generosa colección
de cervezas junto a una botella de Jack Daniel´s; el cuarteto americano hacia
acto de presencia para dar el pistoletazo de salida con uno de sus clásicos
himnos "Keep On Fuckin´'", que a modo de bienvenida ponía a cantar a
toda la sala, mientras la hiperactiva Ruyter Suys se llevaba todas las miradas
al iniciar su particular show, acercándose al filo del escenario para agitar
sus rubios tirabuzones sobre los integrantes de las primeras filas, a la vez
que los todos los flashes se disparaban sobre
ella para inmortalizar el momento.
Con el hielo fundido y con la sala deseosa de su dosis de crudo y lascivo
rock n´roll, la ceremonia del cuarteto proseguía con el imparable "High As Hell", con Blaine,
ataviado con su inseparable gorra y su chaqueta de barras y estrellas,
conduciendo las riendas de la banda, mientras Ruyter y Buitrago ponían toda la
carne en el asador para conseguir contagiar
a toda la sala.
Si en su anterior visita a Barcelona,
en Septiembre de 2012, la bajista
de origen sudamericano se mostró algo tímida y reservada a la hora de dirigirse
a la audiencia, en esta ocasión Bonnie Buitrago no tuvo ninguna clase de reparo
a la hora de gritar al respetable un enérgico: "¡La fiesta empieza
ahora!", embarcándose junto al resto de sus compañeros en una irreverente "Struttin´Cock",
consiguiendo caldear todavía más el ambiente de una sala que parecía poseída
por la entrega y actitud del cuarteto, para posteriormente dejar paso a otro de
los trallazos de su segundo trabajo "High As Hell", un demoledor
"Wrong Side Of A Gun", con el que redondearon un irrefrenable arranque que nos hacía presagiar una velada
realmente excitante y divertida.
Habiendo desgranado de entrada una consistente colección de favoritos para
todos los seguidores de la banda, llegaba el momento de atacar algo de su
material más novedoso, así que Blaine asumió
su rol de maestro de ceremonias
para informarnos de que la banda tenía un nuevo trabajo en la calle "Up
The Dosage", y que mejor forma para darlo a conocer entre sus fieles que
una de sus composiciones más arrolladoras e imparables, la visceral "Rub
It To Death", con la banda pisando el acelerador al máximo mientras el
impasible Jeremy Thompson marcaba el demencial ritmo con su contundente pegada.
Y es que aunque el batería pasa totalmente desapercibido, frente a la entrega y
el espectáculo que ofrecen sus compañeros, lo cierto es que realiza una labor
realmente encomiable tras su kit.
Una vez contrastado el enorme potencial del material contenido en su nueva
obra, el cuarteto volvía a recurrir a su amplio catálogo de clásicos para
embarcarnos en una coreadísima "She' s Got The Drugs", que llegaba a
su tramo final con Ruyter arrodillada de espaldas junto a su Marshall sometiendo a su guitarra a
un severo castigo. Aunque el grueso de su repertorio estuvo basado en el
material de sus primeros trabajos, los americanos no quisieron olvidarse de los
temas contenidos en sus últimas referencias de estudio, así que la encargada de
representar a su penúltimo trabajo "Fron Hell To Texas", fue la
guitarrera "I' m So High", para rápidamente, y tras cambiar Blaine su
guitarra, ofrecernos los aromas netamente sureños contenidos en la pieza de
apertura de su más reciente entrega "Everybody' s Fault But Mine",
con la que consiguieron adentrarnos en la América más profunda.
Si anteriormente Bonnie Buitrago ya se había mostrado presentando algunos
de los temas, en esta ocasión sería su instrumento el encargado de
introducirnos en la cachonda "Gonna Hitchhike Down To Cincinnati And Kick
The Shit Outta Your Drunk Daddy”, en la que el público se convirtió en
protagonista coreando ensordecedoramente el contagioso estribillo junto a la
banda. La última mirada a su más reciente entrega estuvo protagonizada por el
tema que presta su nombre al álbum "Up The Dosage", para rápidamente
embarcarnos en una premonitoria "Go To Hell". Uno de los momentos más
cachondos y desfasados de la velada estuvo marcado por su versión del
"Milk Cow Blues", que fue la escogida por Blaine para presentarnos a
sus compañeros, además de servir de sintonía para el brindis y el desquiciante
baile que se marcó el vocalista, y que
acabó con sus huesos en el suelo después de que se derramara una cerveza sobre
la cabeza.
Pese a lo aparatoso de la caída, el espíritu festivo del cuarteto no
flaqueó en ningún momento, así que tras reponerse Blaine del contratiempo, la
banda continuó desgranando clásicos del
calibre de “Snake Eyes”, consiguiendo desatar la euforia de una audiencia
extasiada. Durante toda la descarga del combo “yankee” no hubo tiempo para
baladas ni concesiones, de modo que el tramo final de su actuación estuvo
marcado por la sarcástica ironía del fanfarrón “I´m The Man”, y por la
cachondísima “Why Why Why”, que sería la escogida para poner el broche
definitivo a esta primera parte del show.
El retorno sobre las tablas no se hizo esperar demasiado, y los chicos
volvieron a la carga, dispuestos a continuar con el jolgorio generalizado, apostando por el trepidante ritmo de un imparable
"Go Motherfuckers Go", que sonó realmente potente y apoteósico,
convirtiéndose en la antesala perfecta para un arrollador "You' re Goin´ Down", que sería el
encargado de finiquitar por todo lo alto
el show, con la banda enloquecida machacando sus instrumentos, mientras Ruyter
rompía las cuerdas de su guitarra antes de acabar desplomada sobre el escenario.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
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