Tras la publicación de su fantástico "Simplified" a finales de 2013, la
banda capitaneada por el insigne
guitarrista Manuel Seoane, Burning Kingdom, se enfrentaba a su primera gran revalida
en directo, ofreciendo sendos conciertos en Madrid y Barcelona en los que la
formación además de presentar sus nuevas composiciones debería demostrar el talento y la calidad que
atesoran cada uno de sus miembros.
En una semana copada de conciertos
en la capital catalana, la descarga de
Burning Kingdom se presentaba como el reclamo perfecto para movilizar a todos los amantes del hard
rock melódico y de calidad. El marco escogido para la presentación en sociedad
de estos remozados Burning Kingdom fue la acogedora sala 2 del Salamandra, un
recinto ideal para seguir de cerca, y sin perderse el más mínimo detalle, las
evoluciones de una banda internacional compuesta por auténticos pesos pesados
de la escena. Liderados por el virtuoso guitarrista madrileño, los músicos que acompañaron a Seoane fueron prácticamente los mismos que grabaron
"Simplified", contando con la participación estelar del vocalista
Danny Vaughn, el batería Johnny Benson, el bajista Tobbe TosiGalen, y como principales
novedades el concurso del teclista y ocasional guitarrista Rasmus Ehrnborn,-
que sustituyó a Mikkel Henderson-, y la participación como corista de Bárbara Black.
Para ir calentando motores de cara al inminente desembarco de las estrellas
de la noche contábamos con la actuación de los madrileños Black Rock. Liderados
por la atractiva vocalista Bárbara Rock el cuarteto del foro salió a escena con
mucha hambre y muchas ganas de diversión.
Amparados por una llamativa
puesta en escena, en la que además de su provocativa vocalista llamó la
atención el atuendo de su batería Pol DQ, ataviado con un vistoso penacho
indio, el cuarteto asaltaba las tablas dispuesto a hacernos pasar un buen rato
desgranando los mejores cortes de su segundo trabajo "Just My Kiss".
Ante una sala en la que todavía continuaba entrando el personal, el cuarteto daba el pistoletazo
de salida a su show con la introducción que abre su nuevo plástico “The Warning
Message”, para rápidamente empalmar con el fulgurante "Rock N' Roll Riders", todo un soplo
de aire fresco y vitalidad con el que la formación madrileña certificaba su
crecimiento y evolución como banda, proponiéndonos un adictivo y marchoso hard
rock muy influenciado por las grandes bandas de la escena americana. Aunque
resulta evidente que el foco de todas
las miradas recae sobre Bárbara, todo un ciclón en directo,- que no paró de
animar y moverse sensualmente sobre el escenario-, lo cierto es que el resto de
sus compañeros también rayaron a gran altura, consiguiendo que temas como el
sinuoso "Sexy Metal Woman", que fue dedicado a todas las mujeres
presentes, contagiara su ritmo frenético
a las primeras filas.
Además de esas melodías rápidas y vitalistas tampoco faltaron los
contagiosos coros contenidos en piezas como la efectiva "Fighters",
que nos mostró la cara más afilada y macarra del cuarteto, o la llamativa escenificación de la rockera "10 Seconds To K.O.",
que la vocalista interpretó ataviada con un batín y unos guantes de Boxeo. La
nota de colorido, y uno de los puntos culminantes de su escueto show, vino de
la mano de su versión del clásico de Mr.Big "Daddy, Brother, Lover, Little
Boy", que consiguió recabar el apoyo del respetable, y que personalmente debo reconocer que me supo a gloria.
El sprint final de su descarga estuvo marcado por la potencia arrolladora
de la guitarrera "No Healer", durante la que la vocalista nos deleitó
con otro de sus provocativos bailes, y
los aires más hard roqueros contenidos en "You Got a Light?" que
sería la elegida para dar por finalizada la notable descarga de Black Rock.
Una vez concluida la actuación del
cuarteto madrileño, el pequeño escenario del Salamandra 2 se preparaba
para acoger la descarga de Burning Kingdom. Y quizás fuera ese el único detalle
que pudo empañar mínimamente la actuación de las estrellas de la noche, las
reducidas dimensiones del escenario; ya que nos impidieron disfrutar en todo su
esplendor del directo de la banda,
dejando en un segundo plano visual la actuación
del teclista Rasmus Ehrnborn , tapado por el altísimo bajista TosiGalen,
y la participación de la propia Bárbara
Black, quien tuvo que permanecer, casi oculta, en la parte trasera del
escenario. Pese a este mínimo detalle, lo cierto es que la actuación de Burning
Kingdom fue realmente brillante, una gozada absoluta, y un auténtico disfrute
para los oídos más exigentes y selectos que gustan de degustar ese genuino hard rock impregnado de clase,
elegancia y virtuosismo.
Acompañados de una grandilocuente introducción los integrantes de la banda
salían a escena para abrir fuego con el tema que cierra y da título al álbum
"Simplified", toda una declaración de intenciones con la que la
formación ponía sobre la mesa sus credenciales, proponiéndonos esa elegancia y
sofisticación de la que están impregnadas sus composiciones. Mención especial
merece la aparición es escena del
carismático Danny Vaughn, último en hacer acto de presencia y que se llevó gran parte de las miradas
durante todo el show. Respaldados por un sonido potente, pero nítido, la
actuación proseguía con ese derroche de clase y melodía titulado "Watching As It Burns",
que fue el elegido para que Seoane nos ofreciera el primer alarde solista de la
noche.
Pese a que Burning Kingdom es el proyecto y la criatura del guitarrista
madrileño, cabe destacar que para nada el show me pareció la típica descarga de
un "guitar-hero" al uso, ya que Seoane supo repartir el protagonismo
entre sus compañeros, poniendo su guitarra al servicio de cortes como el contagiosamente
roquero "Big Bang", rescatado de su primer álbum, que puso a toda la sala a saltar mientras tarareaba el
contagioso estribillo. Aunque Danny intentó presentar algunos de los cortes en
castellano, el vocalista todavía no tiene la fluidez necesaria para ello, así
que finalmente acabó optando por introducir en inglés temas como "That' s
My Boogie", que inundó la sala con su aire marchoso y vacilón, además de servir
como vehículo para que Seoane volviera a sacar brillo a su instrumento,
deleitándonos con otro fantástico solo.
Tampoco faltaron durante su descarga algunos pasajes más intensos y
poderosos como el contundente arranque de “From On High”, con la batería de Johnny
Benson haciendo crecer el tema hasta su posterior explosión melódica, con la
voz de Danny poniendo el toque de clase y distinción, bordando unos estribillos compactos y
pegadizos que se verían nuevamente rematados por la fulgurante guitarra de Seoane.
Con la gente totalmente entregada, y disfrutando al máximo de la descarga de la
banda, llegaba el momento de dejarnos imbuir por los aires más frescos y desenfados
del hard roquero “The One That Almost Got Away”, que se convirtió en la excusa
perfecta para que Danny pusiera, una vez más, a toda la sala a cantar.
Otro detalle a destacar de la actuación de Burning Kingdom fue que en
ningún momento me dio la impresión de que la banda sonara forzada o falta de
rodaje, sino que desde el escenario la banda transmitía una honestidad y una
profesionalidad que hacía que cortes que ya en el disco suenan realmente finos
y compactos, en directo alcanzaran una nueva dimensión, como sucedió con
“Falling Down”, que si bien en su versión de estudio no me acaba de convencer,
en directo sonó verdaderamente brutal con su volátil melodía siendo
perfectamente respaldada por la base rítmica que formaron Johnny Benson y TosiGalen.
Otro de las composiciones rescatadas del primer álbum de la banda fue, el tema
que le daba título, el contagioso “Livin´ Now”, que se convirtió en uno de los
pocos momentos en los que Seoane asumió
el liderato de la banda sobre las tablas.
Tras recibir una nueva ovación, de manos de un público que se mostró muy
participativo durante todo el show, era el batería Johnny Benson quien se
quedaba solo en escena para mostrarnos sus habilidades técnicas en un solo
corto pero intenso, que acabaría dejando paso a una crítica “We Are A Wall”,
que se convertiría en una en una de las piezas más coreadas de la noche, y que
sirvió para que Danny Vaughn nos presentará, uno a uno, al resto de sus
compañeros.
Pero sin duda, uno de los momentos más emocionantes y emotivos de la velada
llegó cuando el guitarrista madrileño se adueñó del centro del escenario para
dar vida a la grandilocuente “Walking Alone”, una auténtica joya contenida en
el primer álbum de Burning Kingdom que ya nos mostraba el talento y la elegancia
de un, por aquella época, jovencísimo Manuel Seoane. La encargada de finiquitar
esta primera parte del show fue la eléctrica y machacona “Killing Time”, que sería
la encargada de mostrarnos la vertiente más contundente y metálica de la
formación.
No se hicieron derogar mucho para su retorno sobre las tablas, y con su
vuelta llegaron también las sorpresas que convertirían una excelente velada en
un show sobresaliente. Contando Burning Kingdom con un vocalista del calado y
la trayectoria de Danny Vaughn resultaba evidente que durante algún momento de
la noche tendríamos la ocasión de deleitarnos
con algo de su material más clásico. Y esa oportunidad llegó al reconocer el
respetable los primeros compases del “Heaven Tonight” de Waysted, haciendo las
delicias de un público que alcanzó el éxtasis absoluto al abordar la banda el
clásico de Tyketto “Wings”, que consiguió poner la sala patas arriba, con todos
los presentes a cantando intensamente el estribillo. La encargada de poner el
broche definitivo a la descarga de Burning Kingdom fue otra de las piezas
contenidas en el debut de la banda la contagiosa “Rock On The Radio”, un arrollador himno
roquero que conseguía mantener el clímax creado por las dos versiones
anteriores para cerrar la noche por todo
lo alto.
Tras los acostumbrados saludos, y el indispensable reparto de baquetas y
púas, la banda al completo estuvo durante mucho rato firmando entradas, haciéndose fotos, o
simplemente charlando con cualquier fan que se acercó a saludarles. En resumen, excelente actuación de
Burning Kingdom que demostraron que, lejos de ser tan solo un proyecto de
estudio, son una banda en toda regla. Un detalle que puede ser significativo de
la excelente impresión que dejo la banda en
su presentación catalana fue que al finalizar la actuación los compactos que se vendían en el stand de “merchandising” estaban totalmente
agotados. Tras haber sido testigo del excelente potencial de la banda en directo
solo queda desearles toda la suerte del mundo, y esperar que el proyecto pueda tener continuidad con un nuevo álbum que venga
a consolidar, definitivamente, a una
formación que puede ofrecernos muy buenos momentos de cara al futuro.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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