Teniendo en cuenta la incertidumbre que rodea actualmente la industria
discográfica que hace cada vez más difícil que las bandas jovenes subsistan únicamente
con la venta de discos, el trío
canadiense Cauldron se han convertido en representantes de una
generación de músicos que han optado por convertir la carretera en su hábitat
natural. Para este elenco de bandas no es prioritario el hecho de tener un
nuevo plástico que presentar en cada una de sus visitas, sino, simplemente,
conseguir reunir a un puñado de fieles
seguidores dispuestos a apoyarles y pasar un buen rato con ellos.
Tras su anterior visita a finales del pasado año 2012, el trío canadiense retornaba a la Ciudad Condal para
reencontrarse con sus fieles seguidores, volviendo a citarles en el mismo recinto, un Rocksound
que, pese a no llenarse, sí que registro una entrada lo suficientemente nutrida
para que Ian Chains y sus secuaces pudieran sentir el apoyo y el cariño del
público barcelonés. A diferencia de lo que sucediera en su anterior visita, en
la que el trío se presentó acompañados por los locales Metrakillator, en esta
ocasión Cauldron arribaban a la Ciudad
Condal formando equipo con los americanos Volture, la nueva aventura del carismático Ryan Waste de los desquiciantes thrasheros Municipal Waste.
En esta nueva aventura, en la que el guitarrista ha pasado a hacerse cargo
de las cuatro cuerdas, no encontraremos esas frenéticas andanadas del más
gamberro y alocado thrash metal, ya que la propuesta de Volture está mucho más
versada hacia el clasicismo heavy
metalero de la década de los 80, proponiéndonos unos temas rápidos, cortos y
efectivos en los que las melodías de guitarra, los contagiosos coros y las
machaconas líneas de bajo de Waste serán
las auténticas protagonistas.
Sin demasiadas pretensiones y de forma relajada el quinteto “yankee” tomaba posiciones en el pequeño
escenario del Rocksound, para arrancar su actuación de la mano del cañero
"Rulebreaker", y con él nos llevábamos la primera sorpresa de la
noche ya que junto a los miembros de la banda aparecía en escena el guitarrista
de Cauldron, Ian Chains, para ocuparse de las guitarras rítmicas. Tras
mostrarnos sus credenciales la banda
continúo desgranando su tradicional sonido metalero, muy influenciado por la
N.W.O.B.H.M., ofreciéndonos el tema que daba título a su debut del pasado año
"On The Edge".
Aunque evidentemente la imagen y líder de la banda fue su vocalista, el
simpático Jack Bauer , también gozó de mucho protagonismo la figura de Ryan Waste, quien fue el encargado de
introducir algunos de los cortes como el cambiante "Volture", una
pieza eléctrica y adictiva en la que se alternaron esas frenéticas andanadas
guitarreras con pasajes más densos y machacones. Pese al inminente halo revival
que emana de la propuesta del combo
americano, lo cierto es que el quinteto consiguió captar la atención del
público gracias a la fulgurante inmediatez de piezas como el hímnico "Ride
The Nite", con el que consiguieron contagiar a todos los presentes
haciéndoles partícipes a la hora de corear su arrollador estribillo.
Conscientes de la excelente posibilidad que representa para la banda el
poder presentar sus composiciones ante un auditorio tan afín, el quinteto no dudo en pisar el acelerador al máximo para
mostrarnos su cara más fiera y
arrolladora en temas como el guitarrero "Nightrance", que dejaría
paso al demoledor "Heat Seeker", con el que la banda redondeó una
dupla realmente incendiaria, mientras Jack Bauer nos deleitaba con sus
tonalidades más agudas y estridentes.
Evidentemente, teniendo en cuenta las influencias de la banda, tampoco
faltaron esas típicas cabalgadas al más puro estilo Maiden, lideradas por el afiladísimo bajo de Ryan Waste
durante el inicio de "Deep Dweller", ni los puños en el aire para
acompañar los estribillos del contagioso "Heavy Metal Machine" que, a
modo de declaración de intenciones, consiguió poner a toda la sala a cantar. Como viene siendo habitual en las formaciones que se muestran deudoras del
clasicismo heavy metalero no podía faltar el homenaje en forma de cover del
"Set The Stage Alright", de los británicos Weapon, durante la que Ian
Chains se mostró mucho más participativo en los estribillos. La
encargada de cerrar el show de los americanos fue la rapidísima "Brethren Of The Coast", que contó
con una deliciosa introducción a cargo del bajo del carismático Bryan Waste.
Aunque Volture no ofrecen nada sustancialmente nuevo dentro de la actual
escena metálica, lo cierto es que la calidad de sus miembros y la inmediatez de
sus composiciones les convierten en una banda ideal para los directos.
Sin duda uno de los principales atractivos
de las, cada vez más frecuentes,
descargas que tienen lugar en el Rocksound es poder sentir de cerca la
intensidad y la fuerza de las bandas que por allí desfilan, consiguiendo
transmitir esa autenticidad y ese genuino ambiente "underground", que
tanto gusta a los seguidores del heavy metal más clásico y añejo, ayudando a convertir cada descarga en una auténtica
celebración metalera, con los músicos tocando a escasos centímetros de la
audiencia y con el público saboreando
intensamente cada guitarrazo y cada segundo del show.
Una vez finiquitada la descarga de Volture y tras el acostumbrado descanso,
que sirvió para ultimar los últimos detalles escénicos, por fin llegaba el
momento de los protagonistas de la noche, los canadienses Cauldron. Con un
vistoso telón con el nombre de la banda presidiendo el escenario la descarga
del trío canadiense arrancaba con el marchoso corte que abre su más reciente
trabajo "End Of Time", significando
una excelente excusa para romper el hielo y empezar a ponernos en
situación de cara al despliegue de arrolladores riffs que se nos venía encima.
Pese a ello, me pareció que los canadienses salieron a escena un poco fríos
pero, por suerte, rápidamente cogieron
el pulso de la actuación gracias a la velocidad contenida en cortes como el
primerizo "Midnite Hour", con el que pusieron las cosas en su sitio, consiguiendo recabar
el respaldo de un público que, si bien no fue muy numeroso, se mostró muy
participativo y cómplice durante todo el show.
Aprovechando el buen clima creado, y
sin detenerse en las presentaciones, la velada proseguía con una de las piezas
más representativas del repertorio de los canadienses "Retless", que
servía para que un mar de puños se alzasen hacia el escenario dando color a la
descarga, mientras Ian Chains y Jason Decay se apoderaban del centro del es
enserió para ofrecernos una buena sesión de posturas clásicamente heavy
metaleras con ambos músicos ,espalda con espalda, sumergidos en un intensa
sesión de “headbanging”. Tras recibir una calurosa acogida, y tras dirigirse
Jason Decay por primera vez a sus seguidores, el trío hacia subir notablemente
el ritmo de su actuación apostando por
la vivacidad electrizante de su incendiario "Fight For Day", que sería el elegido para el primer
alarde solista de un Ian Chains, al que en esta ocasión note mucho más
protagonista que en su anterior visita.
Pese a ello, el auténtico motor y líder de la banda fue su compañero Jason
Decay quien en todo momento mostró una gran complicidad con el público,
consiguiendo que aunar nuestras voces a la hora de atacar estribillos tan
contagiosos y arrolladores como los del hímnico "Rápid City/ Unchained
Assault", que contó con la clásica entrada a manos del bajista, para
posteriormente dejarnos una buena muestra de su potencial speed metalero.
Además de esas estructuras netamente deudoras de la N.W.O.B.H.M. de las que
están revestidas muchas de sus composiciones, Cauldron no quisieron dejar pasar
la oportunidad de bombardearnos con esas atmósferas más densas y ambientales de
las que están impregnadas algunas piezas de su última entrega, concediendo un
protagonismo extra a la base rítmica que forman Jason Decay y Myles Deck, que
serían los encargados de llevar las riendas de temas como el incisivo
"Tomorrow´s Lost".
Pero evidentemente es al apostar la banda por su artillería pesada cuando
la sala se vuelve literalmente loca, y es que al atacar la guitarra de Ian
Chains los incendiarios riffs de
"Burning Fortune", es cuando la banda logra crear ese clímax tan
especial y característico que consigue sumergir tanto a banda como al público
en un intensa y arrolladora sesión de "headbanging", logrando caldear
el ambiente al máximo gracias a la entrega de los músicos y a la inmediatez
contagiosa de sus estribillos. Aunque, durante esta nueva visita, Jason Decay se mostró algo más extrovertido a
la hora de presentar los temas, permitiéndose algún comentario gracioso, lo cierto es que el bajista no se prodigó en
exceso a la hora de las presentaciones, concentrándose el trío en descargar el
máximo de piezas posibles e incluso rescatando, para alegría de sus fans más
veteranos, piezas como el intenso "Miss You To Death".
Como viene siendo habitual en todas las descargas de la banda, el trío no
quiso olvidarse de incluir algún pequeño homenaje en forma de cover, la elegida
en esta ocasión fue una marchosa "Digital Bitch", rescatada de la
época menos laureada de los titanes Black Sabbath. El retorno sobre su más
reciente entrega vendría protagonizado por una de las piezas más coreadas de la
noche, y que sin duda se ha convertido ya en todo un clásico para los
seguidores de la banda, el speed metalero "Nitebreaker", con el que
nuevamente la banda volvía a quemar sus instrumentos ante la excitación de una
pista descontrolada. La encargada de echar el cierre a esta primera parte de su
actuación fue la apabullante "All Or Nothing", que abría su segundo
trabajo "Burning Fortune", y que consiguió poner la sala en estado de
ebullición.
Respondiendo a los cánticos y demandas que pedían de forma insistente la vuelta del trío sobre las tablas, Ian, Jason y Myles recuperaban sus posiciones para ofrecernos una nueva versión con la que rendir homenaje a una de sus bandas favoritas Venom. Para ello la banda se abalanzó de pleno en una oscura y reverencial interpretación del clásico "Die Hard", que, nuevamente, volvió a hacer partícipe a un recinto que coreó intensamente el estribillo. Pese a los amagos del trío de abandonar el escenario, todavía tuvimos tiempo de saborear una última pieza, siendo la elegida para poner el broche definitivo a la velada, a petición popular, una coreadísima "Chained Up In Chains", que nos hacía viajar hacia el debut de la banda para dejarnos con un gran sabor de boca, y la sensación de haber sido testigos del directo de una banda que por su calidad y su entrega merecería tocar en locales de mayor aforo.
Respondiendo a los cánticos y demandas que pedían de forma insistente la vuelta del trío sobre las tablas, Ian, Jason y Myles recuperaban sus posiciones para ofrecernos una nueva versión con la que rendir homenaje a una de sus bandas favoritas Venom. Para ello la banda se abalanzó de pleno en una oscura y reverencial interpretación del clásico "Die Hard", que, nuevamente, volvió a hacer partícipe a un recinto que coreó intensamente el estribillo. Pese a los amagos del trío de abandonar el escenario, todavía tuvimos tiempo de saborear una última pieza, siendo la elegida para poner el broche definitivo a la velada, a petición popular, una coreadísima "Chained Up In Chains", que nos hacía viajar hacia el debut de la banda para dejarnos con un gran sabor de boca, y la sensación de haber sido testigos del directo de una banda que por su calidad y su entrega merecería tocar en locales de mayor aforo.
Seguramente serán muchos los que opinen
que la propuesta de Cauldron es más propia de otra época, y que el trío simplemente se centra en
repetir estructuras y clichés que fueron exitosos en otra época, pero lo cierto
es que la banda tiene un show potente y vibrante. Además Decay, Chains y Deck
tienen la virtud de conseguir transmitir
esa autenticidad y actitud de la gente honesta que cree en lo que hace.
Quizás nunca lleguen a salir del “underground” metálico, pero huelga decir que para
todos los que gustamos de ese heavy metal
de raíz clásica y ochentera, sus discos
y sus directos constituyen una excelente
excusa para pasar un buen rato.
TEXYO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
Pues suenan bien estos Cauldron... Un poco en las guitarras a King Diamond, mola. Excelente crónica, compañero.
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