Banda querida y admirada como
pocas los brasileños Sepultura siempre han contado con el beneplácito y el
respaldo del público catalán. Desde que a principios de la década de los
noventa la banda filmará su clásico video
“Under Siege” en la mítica sala Zeleste, la Ciudad Condal casi siempre ha
estado en los planes de gira de la veterana banda carioca. Pese a los cambios de formación, y a sus reiteradas visitas, la
audiencia de la capital catalana volvió a responder a la llamada de una de las
formaciones más longevas e influyentes de la escena thrash metal. Aunque para
muchos la actual encarnación de los brasileños poco tiene que ver con la que
consiguió alcanzar la gloria durante finales de los ochenta y principios de los
noventa, lo cierto es que la banda, capitaneada ahora por Andreas Kisser, continua facturando unos
buenos trabajos de estudio, amén de
seguir conservando esa rabia e instinto asesino que hace que la formación, con
el gigantón Derrick Green al frente, siga ofreciendo unos directos realmente
arrolladores.
Con su último trabajo “The
Mediator Between Head And Hands Must Be The Heart”, bajo el brazo la mítica
formación brasileña arribaba a la Ciudad Condal dispuesta a deleitarnos con un
show muy equilibrado, en el que los clásicos de su carrera se fundirían con las
piezas más representativas de la etapa post-Max Cavalera. Para completar el
cartel de esta tarde-noche de miércoles, y uniendo fuerzas junto al combo
brasileño, contábamos con la participación de los holandeses Legion Of The
Damned, quienes presentando su más reciente entrega “Ravenous Plague”, intentarían
poner las cosas difíciles a las estrellas de la noche. Como representantes de
la escena thrash americana de la década de los ochenta contábamos con la
participación de todo una leyenda viva, los veteranos Flotsam And Jetsam, que
venían dispuestos a presentar la regrabación
de su clásico de 1988 “No Place For Disgrace”. Mientras que los
encargados de abrir la velada representando a los nuevos valores dentro la escena thrashera
eran los canadienses Mortillery.
Para ir amenizando la espera a
los más madrugadores, y cuando el reloj marcaba poco más de las seis de la
tarde, saltaban a escena los chicos de Mortillery. Los canadienses
desembarcaban en la capital catalana dispuestos a aprovechar al máximo su oportunidad
formando parte de un cartel plagado de pesos pesados de la escena. Con su segundo
trabajo “Origin Of Extinction”, ya bastante rodado el quinteto canadiense
liderado por la vocalista Cara McCutchen arrancaba su escueta actuación al
ritmo del atronador “Murder Death Kill”, con el que nos avanzaba las líneas
maestras de su propuesta, un thrash metal de corte clásico en el que las
guitarras serían las encargadas de inyectar la velocidad y la agresividad necesarias para hacer que
temas como el corrosivo “Sacrifice”, sonaran ardientes y compactos.
Aunque durante los primeros
compases de su actuación el ambiente, tanto en la pista como sobre las tablas,
fue algo frío, conforme fue avanzando la descarga los canadienses se fueron animando,
gracias a la respuesta del respetable que, poco a poco, fue dando un mayor
colorido a la sala creando un ambiente más animado para recibir temas como el devastador “Creature Possessor”. Tampoco faltaron durante
sus veinte minutos de show esas intensas pinceladas heavy metaleras contenidas
en cortes como el más comedido y melódico “Radiation Sickness”, durante los que
Cara McCutchen alternó tonalidades
agudas con sus habituales registros rasgados.
La vuelta sobre los tempos más
veloces y demoniacos estuvo protagonizada por una desquiciante y novedosa “Maniac”,
creando uno de los momentos más destacados de su actuación, con la vocalista
repitiendo incansablemente el estribillo mientras las afiladas guitarras de
Alex Gutiérrez y Kent Quinlan hacían sangrar nuestros tímpanos. Mientras que la encargada de cerrar la escueta actuación del
combo canadiense fue una abominable “I Am Destruction”. Pese a su juventud el quinteto canadiense
demostró una notable actitud y muy buenas tablas, especialmente su vocalista Cara
McCutchen quien, lejos de amilanarse ante la frialdad inicial, supo dar un paso
al frente para capitanear a sus compañeros, demostrando que pese al clasicismo
de su propuesta la banda tiene ante sí un futuro de lo más prometedor.
Una vez finiquitada la descarga
del combo canadiense llegaba uno de los momentos álgidos de la noche, el
retorno por estos lares de una formación mítica de la escena thrash americana
de la década de los ochenta, los incombustibles Flotsam And Jetsam. Aunque sólo
sea por ser la formación en la que se dio a conocer el legendario bajista Jason Newsted, el combo americano
siempre ha gozado de un estatus especial entre los seguidores del género. Pero
dejando a un lado personalismos, lo cierto es que el quinteto ha conseguido
labrarse una excelente reputación publicando obras clásicas como “Doomsday For
The Deceiver” o “When The Storm Comes Down”, amén de ser una apuesta segura de
cara a los directos como así lo atestiguan sus repetidas participaciones en
algunos de los festivales más importantes del viejo continente.
Aunque personalmente debo
reconocer que su última referencia de estudio “Ugly Noise” (2012), no acabó de
convencerme, el hecho de tener a los americanos
otra vez por aquí presentando la regrabación del mítico “No Place For
Disgrace”, constituía una excelente excusa para poder disfrutar nuevamente del
directo de unos ilustres veteranos de la escena. Y en honor a la verdad, hay
que reconocer que este hecho se palpó en el ambiente que se respiraba en una
sala que se pobló notablemente para seguir su show, creándose el marco propicio
para que la descarga de los americanos se convirtiera en la gran sorpresa de la noche. Pese a no gozar
de una posición de privilegio en el cartel de esta noche, Eric A.K. y sus
muchachos salieron a escena dispuestos a batirse el cobre con sus compañeros de
gira, apostando por ofrecernos un show que estuvo basado en sus clásicos de los
ochenta, pero en el que también tuvieron
cabida algunos guiños a su material más
reciente.
Con el quinteto posicionándose
sobre el escenario mientras sonaba a través del P.A. una introducción
discotequera, la descarga de los de Phoenix arrancaba con un demoledor “Me”,
tema de apertura de su quinto trabajo “Drift”, que fue el escogido para abrir
la descarga y mostrarnos el excelente
estado de forma de su actual line-up. Pese al tiempo transcurrido la afilada y
rotunda voz de Eric A. K. sigue sonando
igual de potente y amenazante que
antaño, además el vocalista mostró una excelente actitud sobre las tablas, consiguiendo arrastrar a las primeras filas a la hora de entonar los
estribillos de clásicos del calibre de “Dreams Of Death”, que supuso la primera
mirada del quinteto sobre su regrabado “No Place For Disgrace”.
Con banda y público en perfecta
sintonía, y dispuestos a pasar un buen
rato, era el propio vocalista el encargado de anunciarnos que la de esta noche
sería una ocasión especial, ya que la banda tenía previsto ofrecernos una buena
ración del tradicional sonido thrash metal interpretando para ello algunos de
los clásicos más aclamados de su carrera. De modo que la banda, tras el
anuncio, se embarcó en una arrolladora dupla que nos acercaba a su material más
primigenio, interpretando de forma solapada las dos composiciones que abrían su
arrollador debut de 1986 “Doomsday For The Deciever”, un
incontestable “Hammerhead” y un
abrumador “Iron Tears”, con los que consiguieron crear un descontrol
generalizado en la pista, a la vez que
se formaban los primeros conatos de
“circle pits”, con la gente bailando “pogo” como si les fuera la vida en ello.
Tras semejante muestra de poderío
llegaba el momento de ofrecernos algo de su material más novedoso, y para ello el
quinteto decidió poner su objetivo en su última referencia de estudio “Ugly
Noise”, del que desgranaron el cortante “Gilty Up”, que pese a su contundencia
sirvió para relajar un poco los ánimos de cara a la explosiva recta final que
se nos venía encima. Vista la respuesta tributada por el respetable, resultaba
evidente cuales eran la preferencias de los seguidores de la banda americana,
así que el quinteto optó por satisfacer las demandas de sus seguidores
volviendo a centrarse en su “No Place For Disgrace”, para ofrecernos una
apoteósica “I Love You To Death”, interpretada
por Eric A. K. ataviado con la legendaria máscara de gladiador, y la propia pieza que
daba título al álbum “No Place For Disgrace” que sería la elegida para dar por
concluida su actuación.
En resumen, gran descarga del
quinteto de Phoenix que demostraron estar atravesando un magnifico momento de
forma. Aunque personalmente creo que su material más reciente no está a la
altura de sus primeros álbumes, la banda americana volvió a demostrar que sigue
teniendo un directo realmente matador.
Complicada tarea a la que se enfrentaban
los chicos de Legion Of The Damned tras la clase magistral impartida por
Flotsam And Jetsam. Pero los holandeses lejos de acobardarse ante tan difícil
reto optaron por salir a escena con las pilas bien cargadas, y dispuestos a
demostrar el por qué eran poseedores de una posición de privilegio dentro del
cartel de esta noche. Formados hace tan solo una década la carrera del
explosivo combo holandés ha sido realmente meteórica, facturando discos con
regularidad y girando constantemente por todo el viejo continente, lo que les
ha valido para labrarse una excelente reputación y conseguir un nutrido grupo
de fieles seguidores.
Para cualquiera que haya seguido
la trayectoria del quinteto holandés resulta evidente que su propuesta está
claramente centrada en un poderoso thrash/death, en el que sus flameantes
guitarras y sus arrolladoras y contundentes bases rítmicas propician el soporte
perfecto para unas letras oscuras y sangrientas que convierten a la formación
holandesa en unos discípulos aventajados
de bandas como Slayer o Kreator. Con la sala sumida en la más
absoluta oscuridad, y mientras las maquinas se encargaban de inundar el
escenario de un denso humo blanco, el quinteto
saltaba sobre las tablas de un Salamandra que, a estas alturas de la noche,
presentaba ya un fantástico aspecto para inaugurar su descarga de la mano de
una de las piezas más directas y poderosas de su último trabajo “Ravenous
Plague”, una afilada “Mountain Wolves Under A Crescent Moon” que, avalada por
un sonido potente pero algo embarullado, reclamaba nuestra atención ante la
voracidad y contundencia de la propuesta del combo holandés. Tras una primera
tanda de agradecimientos, tanto a los cabezas de cartel como hacia todo el público
asistente, la descarga proseguía con los ritmos pesados y crujientes de la
machacona “Son Of The Jackal”, que no hizo más que incrementar la temperatura
en la sala, consiguiendo poner en movimiento a las primeras filas mientras
ambos guitarristas se repartían otra suculenta ración de devastadores riffs.
Si ya durante su arrollador
arranque la formación holandesa había conseguido meterse a toda la sala en el
bolsillo, fue al embarcarnos en los
pasajes más oscuros y malignos de “Ravenous Abominations” cuando el quinteto se
decidió a pisar el acelerador al máximo, consiguiendo alternar esas partes
altamente mosheantes con unos vertiginosos punteos en los que Twan Van Geel
tiró de la vibrato de su guitarra para facturar un solo al más puro estilo
Slayer. Sin concedernos un segundo de tregua
la siguiente en sonar fue otra de las piezas de su último redondo
“Summon All Hate”, en la que apostaron nuevamente por esos ritmos más intensos y machacones que
sirvieron para la aparición de los primeros “surfers” de la noche.
Durante todo el show la banda se
mostró muy compacta, rindiendo a un fantástico nivel, y sintiendo en todo
momento el empuje de una audiencia que apoyó al máximo la descarga del combo holandés,
consiguiendo que cortes como la sacrílega” Pray And Suffer” se convirtieran en
uno de los momentos álgidos de su descarga,
gracias a la corrosiva mezcla de riffs netamente thrasheros y unos coros
rápidos y descarnados que pusieron a toda la sala a cantar. Pese a lo prolífico
de su catálogo la descarga de esta noche estuvo centrada en el material
contenido en su última referencia de
estudio “Ravenous Plague”. De entre las composiciones que el quinteto no quiso
dejarse en el tintero destacaría la violencia arrolladora de la
inquietante “Black Baron”, sin duda uno
de los cortes que está llamado a convertirse en uno de los clásicos de su discografía.
Pese a que el concierto de los
holandeses fue realmente vibrante y enérgico, lo cierto es que una vez superado
el arrollador impacto inicial el show fue perdiendo algo de fuelle, quizás
lastrado por lo homogéneo del material de la banda, ya que muchos de sus temas
tienen una estructura similar, de modo que
la actuación del quinteto fue perdiendo algo de esa fastuosa
electricidad inicial y su show acabó haciéndose un poco monótono y predecible.
Pese a ello, cabe remarcar que todos los seguidores de Legion Of The Damned
quedaron plenamente satisfechos al poder degustar piezas tan incisivas y
primitivas como “Death´s Head March”, que sería la encargada de adentrarnos en
los tempos más crujientes y machacones de “Cult Of The Death”, que contaría con
la colaboración del público a la hora de encarar su corrosivo estribillo.
Para poner el broche definitivo a
su devastadora actuación el combo holandés optó por solapar la novedosa “Morbid
Death”, y la oscura pieza que abría su debut de 2006 “Malevolent Rapture”,
ofreciéndonos el tema que presta su nombre a la banda, el hímnico “Legion Of The Damned”, que sirvió para que la
formación se retirara sintiendo el apoyo y el ánimo de un público que quedó muy
satisfecho con la descarga del combo holandés. En definitiva, buena descarga de
Legion Of The Damned que demostraron contar con la experiencia y los temas necesarios
para hacernos pasar una magnifica velada, aunque sinceramente creo que su show
fue claramente de más a menos.
Durante sus primeros años de
existencia Sepultura fueron considerados como los representantes del tercer
mundo en la glamurosa escena metálica de la década de los ochenta. Y es que
resulta sorprendente que aquel atajo de jóvenes marginados que grabaron, en
unas condiciones deplorables, aquel mítico “Bestial Devastation”, sean la misma
formación que recientemente ha facturado un trabajo tan complejo y maduro como
es “The Mediator Between Head And Hands Must Be The Heart”. Y no lo digo porque
únicamente permanezca en la banda Paulo
Jr. de los músicos que grabaron aquel
lejano debut, sino porque resulta realmente difícil imaginarse la transición
que separa las primitivas estructuras contenidas en cortes como “Necromancer” o
“Warriors Of Death”, y el complejo concepto de algunas de sus últimas entregas como pueden ser “Nation”, “Dante XXI”, o su más reciente
trabajo que, pese a no ser un álbum conceptual, está inspirado en la epopeya
cinematográfica del director austriaco Fritz Lang, el clásico del cine mudo
“Metropolis”.
Tras consumirse los actos previos, y cumpliéndose de forma escrupulosa con
los horarios previamente fijados, a las 21,30 de la noche se apagaban las luces
dejando el recinto sumido en la más
absoluta penumbra mientras empezaba a rugir por megafonía la introducción que
anunciaba la salida de las estrellas de
la noche. Aunque para la mayoría de sus seguidores, al igual que para el que
suscribe, el mayor legado de la mítica formación carioca está contenido en sus seis
primeras obras de estudio, la actual encarnación de Sepultura siempre se ha
caracterizado por su honestidad y profesionalismo, y lejos de querer vivir única
y exclusivamente de rentas el cuarteto
siempre ha apostado por conceder a su material más novedoso el protagonismo que
sin duda se merece. Así que el arranque de su actuación estuvo marcado por la
misma dupla que inaugura su más reciente entrega discográfica "Trauma Of
War" y una devastadoramente critica
"The Vatican", con las que Andreas, Derrick, Paulo y Eloy desplegaban todo su potencial thrashero arrollándonos sin compasión desde los
primeros compases del show. Sin duda la primera sorpresa de la noche vino marcada
por el nuevo "look" de Derrick
Green quien se presentó ante nosotros sin sus larguísimos tirabuzones y con la cabeza completamente afeitada.
Tras recabar una calurosa acogida de manos de un público fiel y entregado,
que coreó intensamente el nombre de la banda, los brasileños prosiguieron su
particular bombardeo sonoro con la pieza que prestaba el nombre a su anterior
entrega, un aplastante "Kairos", que contó con el apoyo en la
percusión del vocalista en el inicio,
para posteriormente poner a toda la sala a botar mientras el corpulento
vocalista nos arengaba para unirnos a su particular celebración metálica
levantando los puños al aire. La primera concesión al pasado de la banda vino de la mano de un arrollador
"Propaganda", protagonizando el primer momento álgido de la noche con
toda la sala entregada al “headbanging”, mientras Andreas Kisser acaparaba todo
el protagonismo demostrando que actualmente es el auténtico líder y motor de la
banda.
Sin levantar el pie del acelerador, y dispuestos a aprovechar al máximo el
clímax creado durante el tema anterior, la siguiente en sonar fue una de las
composiciones más crudas y desgarradoras
de su última entrega "Impending Doom", con la que la sala
volvía a convertirse en un clamor popular coreando insistentemente el nombre de
la banda. Como viene siendo habitual durante sus descargas en nuestro país fue
el propio Andreas Kisser quien ejerció como maestro de ceremonias a la hora de
presentar,- en castellano- , algunos de los temas de la noche, como sucedió con
el poderoso "Manipulation Of Tragedy", para el que además el
carismático “hacha” cambió su
guitarra por una que lucía el diseño de
la portada de su álbum "Nation".
Durante toda la actuación del combo brasileño brilló con luz propia su joven batería Eloy Casagrande quien, además de formar una dupla rítmica arrolladora junto al veterano bajista Paulo Jr., fue el encargado de adentrarnos en temas como el denso "Convicted In Life", que se convirtió en el único recuerdo hacia su álbum conceptual "Dante XXI”. Pese al fantástico rendimiento del cuarteto que sonó crudo, intenso y poderoso, los mejores momentos de la noche se vivieron al atacar la banda cortes tan arrolladores y punzantes como "Dusted", rescatado de su aclamado "Chaos A.D.", con el que la audiencia se volvió literalmente loca, volcándose al máximo en apoyar al cuarteto a la vez que convertía la pista del Salamandra en una auténtica olla a presión.
Durante toda la actuación del combo brasileño brilló con luz propia su joven batería Eloy Casagrande quien, además de formar una dupla rítmica arrolladora junto al veterano bajista Paulo Jr., fue el encargado de adentrarnos en temas como el denso "Convicted In Life", que se convirtió en el único recuerdo hacia su álbum conceptual "Dante XXI”. Pese al fantástico rendimiento del cuarteto que sonó crudo, intenso y poderoso, los mejores momentos de la noche se vivieron al atacar la banda cortes tan arrolladores y punzantes como "Dusted", rescatado de su aclamado "Chaos A.D.", con el que la audiencia se volvió literalmente loca, volcándose al máximo en apoyar al cuarteto a la vez que convertía la pista del Salamandra en una auténtica olla a presión.
Evidentemente tras semejante derroche de violencia y adrenalina el ritmo
decaería ligeramente al embarcarnos junto a la banda en la novedosa "The
Age Of Tha Atheist", para posteriormente volver a llevarnos al más
absoluto clímax al ofrecernos una
iracunda versión de la seminal "Desperate Cry", con la banda dándolo
absolutamente todo sobre las tablas mientras Andreas Kisser se aproximaba al
filo del escenario para demandar el apoyo de un público totalmente desatado que
entonó de forma ensordecedora el
poderoso estribillo del tema. Sin duda, otra de las sorpresas de la noche llegó
cuando Andreas nos anunció el rescate de un tema poco habitual en sus directos,
la versión del clásico de New Model Army "The Hunt", que la banda está
interpretando durante esta gira para celebrar el vigésimo aniversario de la
edición de su mítico "Chaos A.D.".
Volviendo a centrar su objetivo en su pasado más reciente, los brasileños
no quisieron dejar en el olvido el tema de apertura de su anterior trabajo
"Kairos", ofreciéndonos una incendiaria "Spectrum", que
servía para conseguir que el nivel de intensidad y entrega del respetable no
decayese. Tampoco dejaron de lado el recuerdo a sus más profundas raíces,
interpretando su particular versión del "Da Lama Ao Caos" de Nação Zombi, que
fue dedicado a todos sus compatriotas presentes, con Andreas Kisser haciéndose
cargo de las voces, y con Derrick Green nuevamente apoyando en la
percusión.
Una vez completado el repaso a su más reciente entrega “The Mediator
Between Head And Hands Must Be Heart”, de la que descargaron hasta un total de
seis composiciones, llegaba la hora que
todos habíamos estado esperando, el momento de reencontrarnos, una vez más, con
esos incendiarios clásicos que han marcado la juventud de toda una generación
de thrashers, reviviendo nuevamente la
vertiginosa velocidad contenida en trallazos
como el devastador "Inner Self", que hizo retumbar intensamente los
cimientos de la sala, para que posteriormente todos sucumbiéramos de forma
definitiva bajo el influjo metálico de un celebradísimo "Territory",
una pieza que dos décadas después de su publicación sigue conservando su plena
vigencia tanto lírica como musical.
El vendaval de clásicos no cesaría, y una nueva ración de envolvente
percusión étnica sería la encargada de arrojarnos de lleno en una desquiciante
interpretación de "Refuse/Resist", con Derrick comandando a los fieles
de la banda en una demencial
espiral de “pogo” y "circle-pits". Tras preguntarnos si lo estábamos
pasando bien, la locura generalizada alcanzaría
su máxima expresión al reconocer el respetable los clásicos compases de
una incendiaria "Arise", que sería la escogida para cerrar por todo
lo alto esta primera parte del show.
Tras unos interminables minutos de tensa espera, en los que nadie se movió
de su sitio, y con todos los presentes coreando, una vez más, el nombre de sus
héroes, era el propio Andreas el encargado de coger las riendas para tener un
emotivo recuerdo hacia el tristemente desaparecido Paco de Lucía, consiguiendo
recabar una sonora ovación. Para poner la guinda a tan suculenta descarga, y como verdadero fin de fiesta, el cuarteto
brasileño optó por ofrecernos uno de los temas que mejor refleja su evolución y
personalidad a lo largo de años, el intemporal "Roots Bloody Roots",
que sería el encargado de finiquitar definitivamente su actuación.
Aunque, viendo el repertorio, resulta evidente que faltaron temas de sus
dos épocas, debo reconocer que me pareció intachable la entrega y actitud del
combo brasileño. Fueron 90 minutos de disfrute absoluto de manos de una banda
que demostró su plena confianza en su material más reciente, pero sin olvidar
los himnos que les auparon a ser un
referente dentro de la escena thrashera
internacional. Tras su arrolladora descarga en Barcelona los brasileños volvieron
a dejar sin argumentos a todos aquellos que desmerecen su actual line-up
mientras continúan alimentando los rumores de una posible reunión que parece
cada vez más inviable.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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