Hay formaciones que por
mantenerse al margen y no seguir los
dictados que siempre han impuesto las compañías
discográficas se han acabado convirtiendo en auténticas leyendas para
sus incondicionales, llevando hasta sus últimas consecuencias lo que significa
pertenecer al underground y mantenerse
siempre fieles a sus raíces y su
filosofía. Nacidos en la década de los 80 como parte de la escena thrasher
americana, los californianos Hirax nunca llegaron a disfrutar durante su
primera etapa de la fama y el reconocimiento que sin duda se merecían, así
que después de facturar un par de trabajos de “forma tradicional”, “Raging
Violence” (1985) y “Hate, Fear And Power” (1986), y algunas demos de forma
independiente , los constantes cambios de formación y su escasa repercusión en
una escena cada vez más convulsa y cambiante acabaron provocando la disolución
de la banda.
Pero afortunadamente si de algo
puede vanagloriarse la escena thrasher es de ser una gran hermandad, así que
gracias a la insistencia de los seguidores
de la banda su carismático vocalista y líder Katon W. De Pena, quien nunca
llego a desvincularse de forma definitiva de la escena metal americana, decidió
resucitar a la mítica formación,
embarcándose en una segunda andadura en la que la banda además de ofrecernos
trabajos de gran calidad como “The New Age Of Terror” (2004) o “El Rostro De La
Muerte” (2009), nos ha ido dejando
múltiples splits y Eps que les han permitido continuar girando, haciendo las delicias de sus seguidores y
recogiendo el cariño y la devoción de unos fans que, en muchos casos, no habían
podido disfrutar de su directo durante la década de los ochenta.
Cinco largo años han pasado desde
la edición de su anterior disco grande “El Rostro De La Muerte”, un lustro en
el que la formación californiana lejos de hibernar ha seguido descargando su
infeccioso thrash a ambos lados del océano Atlántico, alimentando su estatus
como banda de culto dentro de la escena metálica internacional. Para este nuevo
trabajo la principal novedad en el seno de la formación americana viene dada
por la participación de algunos guitarristas ilustres como Juan García (Agent
Steel, Evildead), Rocky George (Suicidal Tendences, Cro-Mags) o Jim Durkin
(Dark Angel, Dreams Of Damnation) que han dejado su improntav solista a lo
largo del álbum. En cuanto a los músicos que acompañan al incombustible Katon
W., seguimos encontrando al guitarrista
Lance Harrison y a la base rítmica formada por el batería Jorge
Iacobellis y el bajista Steve Harrison.
Para acabar de dar al álbum ese
inconfundible enfoque “old school”, los americanos han contado con la
participación tras los controles de todo un ilustre veterano, Bill Metroyer
(Slayer, W.A.S.P. Sacred Reich, Armored Saint), quien ha sabido capturar la
esencia y la vibración de la banda como ya hiciera en sus trabajos de la década
de los ochenta, pero llevando su sonido
a un nivel superior, haciéndoles sonar tremendamente contundentes y
contemporáneos, pero conservando intacta su personalidad. En cuanto al diseño
de la portada ha corrido a cargo de otro “viejo zorro” del negocio, el
dibujante Philip Lawvere quien ha trabajado para nombres como Kreator o Celtic
Frost.
El álbum se abre a sangre y fuego
con la catarata de riffs contenida en el speedico “Black Smoke”, con el que la
banda parece certificar que, pese al largo lapsus discográfico desde su
anterior trabajo “El Rostro De la Muerte”, siguen conservando intacta su
característica flema thrashera, con un Katon W. sonando igual de crudo y contundente que
antaño durante las partes más afiladas, para dejar paso a esos fraseos altamente melódicos a la hora de
encarar los estribillos, redondeando una pieza potente y cambiante en la que el
sonido de las sirenas será el encargado de adentrarnos en una devastadora recta
final. Pese a su adhesión incondicional hacia la escena más puramente
thrashera, una de sus señas de identidad y una de las características que
siempre ha diferenciado a Hirax del
resto de sus coetáneos ha sido esa devoción exacerbada por el heavy metal tradicional
de bandas como Judas Priest, y buena muestra de ello son las líneas vocales que
abren “Hellion Rising”, que marcaran el equilibrio perfecto entre esos riffs
devastadoramente rápidos, (de escuela Slayer), y esas voces cortantes y agudas
al más puro estilo Halford.
Aunque la velocidad se relaja de
forma notable, el nivel de fuerza y alta intensidad metálica se mantendrá
intacto a lo largo del crujiente “Victims Of The Dead”, en el que las guitarras
sonaran más profundas, punzantes y marcadas junto a una base rítmica realmente
demoledora que se verá rematada por esas voces afiladas y por ese fenomenal
duelo solista entre las guitarras de Lance Harrison y Juan García, dando al
corte esa clásica orientación heavy metalera. Esas mismas guitarras envolventes
serán las encargadas de marcar el
arranque de “Thunder Roar, The Conquest,
La Boca De La Bestia- The Mouth Of The Beast”, para acabar dejando paso a una
de las piezas más oscuras y despiadadas de todo el álbum, mezclando de forma
rotunda el clásico sonido de la Bay Arena,- con las guitarras sonando en primer
plano durante el tramo inicial-, para acabar conduciéndonos sobre una
arrolladora sucesión de desarrollos solistas a cargo de Rocky George y Jim
Durkin.
Pese a que durante su primera
etapa la banda californiana siempre estuvo a la sombra de los grandes nombres
de la escena, lo cierto es que con el paso de los años Hirax se han convertido en un nombre de referencia
para todos los amantes del género, de modo que su calidad técnica siempre ha
sido una de sus principales bazas, tanto en estudio como en directo, así que para sus fieles no será una
novedad enfrentarse a ejercicios del
calibre de la instrumental “Earthshaker”, con esas guitarras afiladas y
chirriantes que se convertirán en el preámbulo perfecto para encarar la estruendosa explosión que abre “Tied To The
Gallows Pole”, con las guitarras nuevamente doblando sus armonías para
conducirnos sobre un himno potente y poderoso, rebosante de intensidad y épica metalera, en el que la banda quizás levanta un
poco el pie del acelerador durante las parte intermedias para mostrarse más
compacta y poderosa durante los estribillos.
La vuelta a las sonoridades más
netamente thrasheras estará protagonizada por “Deceiver”, liderada por la
machacona batería de Jorge Iacobellis,
marcando incansablemente el ritmo,
mientras los despiadados riffs de guitarras acompañaran impasibles a la descarnada
interpretación de Katon W., que demuestra, una vez más, que pese al tiempo transcurrido sigue
conservando todos los matices y la
potencia que siempre le han caracterizado, redondeando un trallazo que no
faltará en el setlist de su próxima gira. Una de las composiciones más directas
y devastadoras del álbum es sin duda la que presta su nombre al plástico
“Immortal Legacy”, una brutal demostración de poderío metálico en el que la
banda exhibe sin complejos todos los elementos que siempre han definido su
propuesta, fundiendo con gran maestría la velocidad y potencia de las guitarras
con la agresividad machacona de la base rítmica, todo ello junto a esas furibundas líneas vocales que, sin perder
la intensidad, suenan altamente melódicas.
La influencia del clásico sonido
de la N.W.O.B.H.M. se dejará sentir con fuerza a lo largo del escueto y
melódico “S.O.W.”, una pieza instrumental protagonizada por un fantástico juego de guitarras gemelas que
servirá como introducción a la alocución
que abre “Violence Of Action”, un nuevo ejercicio del clásico sonido “old
school” en forma de descomunal puñetazo
sonoro en el que Katon D. suena todavía más desgarrador y enojado si cabe,
evidenciando que la formación californiana es una máquina voraz y totalmente
descontrolada de escupir asesinos riffs a 10.000 revoluciones.
Una nueva pieza instrumental, en
esta ocasión a cargo del bajo de Steve Harrison, titulada “Atlantis (Journey To
Atlantis)”, será la encargada de adentrarnos en la pieza seleccionada para
cerrar el álbum “The World Will Burn”, todo una demostración de cómo el thrash
metal más fiero y rotundo puede estar impregnado de unas altas dosis de melodía,
embarcándonos en un tema que poco
a poco ira creciendo en intensidad gracias a la poderosa pegada de la base
rítmica y a esos contagiosos coros que darán al corte más “punch” y mordiente, convirtiéndose en el complemento perfecto
para la chirriante y afilada voz de Katon W.
Aunque quizás los más nostálgicos
hubieran preferido una reunión del line-up original de los californianos, lo
cierto es que el carismático Katon W. sigue siendo el líder y la imagen de la
banda americana, y ha conseguido reunir
a su alrededor una formación sólida, compacta y de plenas garantías. Pese a que
los californianos nunca llegaron a jugar
en primera división, esa fe ciega y esa determinación férrea de permanecer
siempre en el underground les ha valido el respeto y el reconocimiento de todos
los seguidores del thrash metal. Puede
ser que este “Immortal Legacy”, no sorprenda ni por su sonido ni por sus
composiciones, pero nos trae de vuelta a una de las bandas más carismáticas y
queridas de la escena, además de demostrarnos que se encuentran en un
fantástico estado de forma.
DISCOGRAFICA: Steamhammer
/ SPV
Lista de Temas
1. Black Smoke
2. Hellion Rising
3. Victims of the Dead
4. Thunder Roar, The Conquest, La Boca de la Bestia
- The Mouth of the Beast
5. Earthshaker
6. Tied to the Gallows Pole
7. Deceiver
8. Immortal Legacy
9. S.O.W. (intro)
10. Violence of Action
11. Atlantis (Journey to Atlantis)
12. The World Will Burn
2. Hellion Rising
3. Victims of the Dead
4. Thunder Roar, The Conquest, La Boca de la Bestia
- The Mouth of the Beast
5. Earthshaker
6. Tied to the Gallows Pole
7. Deceiver
8. Immortal Legacy
9. S.O.W. (intro)
10. Violence of Action
11. Atlantis (Journey to Atlantis)
12. The World Will Burn
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