Desde que se consumará el parón indefinido de los madrileños Saratoga, el
guitarrista Tony Hernando no ha perdido el tiempo y lejos de tomarse un
descanso de los escenarios, el inquieto “hacha” ha preferido embarcarse en este
nuevo proyecto junto a una banda de
auténticas garantías dando vida a este “Voces Del Rock”. Una nueva aventura en
la que el guitarrista salmantino ha pretendido rendir tributo y homenajear a algunos de los
nombres más clásicos y emblemáticos de la historia del hard rock y el heavy
metal. Sin duda habría sido muy fácil diseñar para esta gira un “set-list” plagado de temas archí-conocidos que hubieran
garantizado la afluencia de público a sus conciertos, pero los participantes de
este “Voces Del Rock” han preferido centrarse en algunas composiciones que, si
bien son conocidas, quizás no sean las más evidentes y representativas dentro
del catálogo de los artistas seleccionados.
Para acompañarle en esta nueva aventura Tony Hernando ha decido contar con
el concurso y la participación de tres de las mejores voces de la actual escena
nacional: Ignacio Prieto (Niagara, Atlas), Ronnie Romero (Santelmo, Nova Era) y
Manuel Escudero (Medina Azahara, Santelmo, Sacramento). Además de la atractiva tripleta
de vocalistas, también ha contado con el apoyo del bajista Josele Megía, el
teclista Pavel Mora y el batería Matt De Vallejo. Con semejante nómina de
músicos sobre las tablas resultaba obvio
que lo que íbamos a presenciar en la sala grande del Salamandra sería una
auténtica fiesta roquera protagonizada por una banda sonora compuesta por grandes himnos de la década de los setenta y los ochenta.
Aunque el arranque del show, inicialmente previsto para las 22 horas, se
demoró algo más de lo deseable, lo cierto es que fueron necesarios únicamente
los primeros compases del eléctrico “Lights Out”, para que la audiencia reaccionara muy positivamente, convirtiendo la sala en una verdadera olla a
presión. El responsable de ese arrollador arranque fue un enérgico Ignacio Prieto, quien acompañado de su
guitarra salió a escena muy motivado y tirando de sus compañeros, ofreciendo una
entrega y una actitud que acabaron calando entre el público asistente. Con el ambiente ya
plenamente caldeado y con la gente
deseosa de más marcha y rock n´roll, la primera gran explosión de la noche
vendría de la mano de uno de los grandes himnos de la década de los ochenta
“Blackout”, que ponía a toda la sala a cantar demostrando la enorme veneración
y cariño que el público siente hacia la mítica banda germana.
Tras el arrollador doblete inicial llegaba el momento del primer cambio de
vocalista, la alternancia en el micrófono dejaría al frente de la banda a
Ronnie Romero, que sería el encargado de imprimir mordiente y carácter a un
emocionante “King Of Rock n´Roll”, con el que ponía de manifiesto la gran similitud
entre su registro y el del gran maestro Ronnie James Dio, consiguiendo calcar
una interpretación muy fiel a la original y que consiguió emocionar a muchos de
los presentes. Sin concedernos ni un segundo de tregua serían los teclados de
Pavel Mora los encargados de adentrarnos en el primer momento melódico de la
noche, de manos de un colosal “Separate Ways (Wolds Apart)” de Journey, que se
convertiría en la excusa perfecta para que Romero pusiera a toda la sala a
cantar mientras su compañero Ignacio Prieto le apoyaba en los coros desde una
tarima situada junto a la batería.
Si durante los compases iniciales del show había sido Ignacio Prieto el responsable de
inyectar la actitud y la garra netamente roquera, el encargado de poner toda la
fuerza y la esencia metalera fue Ronnie Romero, de modo que el componente
emotivo y elegante quedaba en manos del tercero en discordia, un magistral Manuel
Escudero que fue quien dio ese punto de sensibilidad y “feeling” a la hora de
hacerse cargo de piezas como el bluesero “Slow & Easy” de la Serpiente
Blanca, redondeando una interpretación realmente brillante. Si hablamos de
clásicos, no podía faltar la esencia purpura contenida en piezas como el
setentero “Pictures Of Home”, en la que Tony emuló de forma solvente la
genialidad del maestro Blackmore, transmitiendo con su guitarra toda la magia y el espíritu
psicodélico.
Sin abandonar el rico y longevo universo “Purple”, pero avanzando en
el tiempo hasta la década de los ochenta,
la siguiente en sonar fue una marchosa “Knocking At Your Back Door”, en esta
ocasión haciéndose cargo de las voces Ronnie Romero, dando al corte una
orientación algo diferente de la original, pero manteniendo intacto ese feeling
y esa garra que acabó contagiándose a
una audiencia que no dejo de acompañar con palmas el desarrollo del tema. Pese
a que Romero a lo largo de todo el show demostró, al igual que sus compañeros, unas
excelentes facultades para moverse con soltura por diferentes estilos y tonalidades,
lo cierto es que su “especialidad” fue la de emular al gran Ronnie James Dio, y
buena muestra de ello la tuvimos cuando encaró ese emotivo “Night People”, que
consiguió emocionar enormemente a una audiencia que acabó coreando el nombre
del vocalista.
Tras una merecida ovación, era Ignacio Prieto el encargado de retomar las
labores de vocalista para volvernos a llevar a terrenos más hard roqueros. La
elegida en esta ocasión para impregnar la sala con su ambiente festivo y su
vitalidad contagiosa fue “Take A Walk”, de los americanos Mr. Big, que hacía subir el
nivel de excitación entre la audiencia, gracias a la fuerza y a la garra que
imprimieron tanto el vocalista, todo un ciclón sobre las tablas, como el
batería, Matt De Vallejo, quien desde su kit tampoco dejo de animar en toda la
noche, marcándose un auténtico recital con sus baquetas. Con la adrenalina por
las nubes y con la sala contagiada y deseosa de más fiesta y diversión, Ignacio
Prieto volvía a recuperar su guitarra para ofrecernos una roquera versión del
“You Give Love A Bad Name” que, como no podía ser otra forma, se convirtió en
una de las piezas más celebradas de la noche, con la banda dándolo todo sobre las
tablas e imprimiendo al tema esa fuerza y esa actitud que hace tiempo que
perdieron sus creadores.
Estaba claro que entre semejante torrente de clásicos del rock no podía
faltar la representación de “La Reina”, y en este caso la elegancia de Manuel
Escudero sería la que marcaría la interpretación de un vibrante “Hammer To
Fall”, que se acabaría convirtiendo en la antesala de otro de los grandes
momentos de la noche, el eléctrico y celebradísimo “Cum on Feel The Noize”, que desataba
nuevamente la euforia entre una audiencia que no paro de saltar y cantar,
mientras Ignacio Prieto se ocupaba de la segunda voz apoyando en los coros a un
fantástico y apoteósico Manuel Escudero.
Tras semejante subidón llegaba el momento de relajar mínimamente los ánimos
de la audiencia, así que los teclados de Pavel Mora serían los encargados de
adentrarnos en las atmosferas más introspectivas del clásico de Rainbow “Eyes
Of The World”, que sería la elegida para la vuelta de un Ronnie Romero que
volvió a brillar intensamente con otra sublime interpretación, mientras sus
compañeros le apoyaban en los coros desde la tarima situada en la parte trasera
del escenario, demostrando el buen rollo y la camaradería que existe entre
ellos. Si durante toda la velada Tony Hernando tuvo que ponerse en el papel de
grandes maestros de las seis cuerdas como los hermanos Schenker, Paul Gilbert o
Jake E. Lee entre otros, tampoco faltaron las reminiscencias neo-clásicas del
maestro Malmsteen, contenidas en las atmosferas cambiantes y enrevesadas de
“You Don´t Remember, I´ll Never Forget”,
quizás una pieza no excesivamente conocida de la discografía del guitarrista
sueco, pero que consiguió hacer las delicias de todos los presentes.
La inmediatez roquera regresaba con la presencia de Ignacio Prieto quien
sería el encargado de encarar la recta final del show proponiéndonos una contagiosa versión del
"Rock The Night" de los suecos Europe que, a modo de
reivindicación, convertiría la sala en un clamor, con toda la audiencia coreando intensamente su estribillo, además de
servir como excusa para que el vocalista pusiera a prueba nuestras gargantas
antes de presentarnos al resto de sus compañeros. Pese a que el repertorio de
esta noche estuvo basado en clásicos internacionales,
no faltó la representación patria con un coreadísimo "No Eres Nadie" de los legendarios
Sangre Azul, un tema que personalmente debo
de reconocer que me supo a gloria, gracias a la fenomenal interpretación de
Prieto y a ese fantástico juego de
guitarras dando “punch” y mordiente al
clásico de los madrileños. La elegida para poner el broche de oro a esta
fantástica tripleta del mejor hard rock melódico fue la envolvente
"Hysteria" de los británicos Def Leppard, protagonizando un nuevo
derroche de clase y distinción que consiguió arrancar una sonora ovación de
manos de un público totalmente entregado.
Con Ronnie Romero adueñándose del
centro del escenario regresaba la épica del heavy metal más tradicional de
manos de un vibrante "The Last In
Line", con toda la sala haciendo el
gesto que inmortalizo el mítico “Elfo", mientras Romero repetía una y otra
vez el estribillo de la canción señalando
a los integrantes de las primeras filas. Aunque todos estábamos disfrutando
como enanos, el show estaba llegando a su fin y la elegida para marcar la
primera retirada de los músicos fue una suculenta "Still Of The
Night", en la que Manuel Escudero volvió a dejarnos una buena muestra de
su sobriedad y elegancia, haciendo suya
la composición que escribieron David Coverdale
y John Sykes.
El retorno sobre las tablas estuvo marcado por la introducción que abría
uno de los discos conceptuales más grandes de la historia del heavy metal,
"Operation Mindcrime", del que nos ofrecieron "Anarchy X" y
"Revolution Calling", que personalmente me pareció de lo más flojo de
la actuación, seguramente a causa de la diferencia de rango vocal entre el
“roquero” Prieto y el “operístico” Geoff
Tate. Con Escudero nuevamente al frente, imitando la característica pose del mítico "Madman", arrancaba una
eléctrica "Bark Of The Moon", que se convertiría en el preámbulo
perfecto para el fin de fiesta definitivo de manos de un roquero y cachondo
"Lift U Up" que, además de ser el tema más moderno que sonó durante
la noche, sirvió como sentido homenaje al tristemente desaparecido
Steve Lee, convirtiéndose en la excusa
perfecta para poner la sala patas arriba en un final por
todo lo alto con toda la audiencia saltando mientras cantaba el pegadizo
estribillo junto a un inconmensurable Ignacio Prieto.
En resumen, una gran sesión de hard
rock y heavy metal es lo que nos ofreció
esta fantástica banda liderada por el virtuoso guitarrista Tony
Hernando y que además contó con el
concurso de tres de las mejores
gargantas de la escena nacional, deleitándonos con una suculenta colección de grandes
composiciones con las que nos hicieron pasar una velada realmente entretenida y
amena, convirtiendo esta noche de
viernes en una auténtica celebración roquera.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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