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miércoles, 16 de abril de 2014

VOCES DEL ROCK-SALAMANDRA-BCN-11-ABR-2014



Desde que se consumará el parón indefinido de los madrileños Saratoga, el guitarrista Tony Hernando no ha perdido el tiempo y lejos de tomarse un descanso de los escenarios, el inquieto “hacha” ha preferido embarcarse en este nuevo proyecto junto a  una banda de auténticas garantías dando vida a este “Voces Del Rock”. Una nueva aventura en la que el guitarrista salmantino ha pretendido  rendir tributo y homenajear a algunos de los nombres más clásicos y emblemáticos de la historia del hard rock y el heavy metal. Sin duda habría sido muy fácil diseñar  para esta gira un “set-list” plagado  de temas archí-conocidos que hubieran garantizado la afluencia de público a sus conciertos, pero los participantes de este “Voces Del Rock” han preferido centrarse en algunas composiciones que, si bien son conocidas, quizás no sean las más evidentes y representativas dentro del catálogo  de  los artistas seleccionados.

Para acompañarle en esta nueva aventura Tony Hernando ha decido contar con el concurso y la participación de tres de las mejores voces de la actual escena nacional: Ignacio Prieto (Niagara, Atlas), Ronnie Romero (Santelmo, Nova Era) y Manuel Escudero (Medina Azahara, Santelmo, Sacramento). Además de la atractiva tripleta de vocalistas, también ha contado con el apoyo del bajista Josele Megía, el teclista Pavel Mora y el batería Matt De Vallejo. Con semejante nómina de músicos  sobre las tablas resultaba obvio que lo que íbamos a presenciar en la sala grande del Salamandra sería una auténtica fiesta roquera protagonizada por  una banda sonora compuesta por grandes himnos  de la década de los  setenta y los ochenta.

Aunque el arranque del show, inicialmente previsto para las 22 horas, se demoró algo más de lo deseable, lo cierto es que fueron necesarios únicamente los primeros compases del eléctrico “Lights Out”, para que la  audiencia reaccionara muy positivamente,  convirtiendo la sala en una verdadera olla a presión. El responsable de ese arrollador arranque fue un enérgico  Ignacio Prieto, quien acompañado de su guitarra salió a escena muy motivado y  tirando de sus compañeros, ofreciendo una entrega y una actitud que acabaron calando  entre el público asistente. Con el ambiente ya plenamente  caldeado y con la gente deseosa de más marcha y rock n´roll, la primera gran explosión de la noche vendría de la mano de uno de los grandes himnos de la década de los ochenta “Blackout”, que ponía a toda la sala a cantar demostrando la enorme veneración y cariño  que el público  siente hacia la mítica banda germana.

Tras el arrollador doblete inicial llegaba el momento del primer cambio de vocalista, la alternancia en el micrófono dejaría al frente de la banda a Ronnie Romero, que sería el encargado de imprimir mordiente y carácter a un emocionante “King Of Rock n´Roll”, con el que ponía de manifiesto la gran similitud entre su registro y el del gran maestro Ronnie James Dio, consiguiendo calcar una interpretación muy fiel a la original y que consiguió emocionar a muchos de los presentes. Sin concedernos ni un segundo de tregua serían los teclados de Pavel Mora los encargados de adentrarnos en el primer momento melódico de la noche, de manos de un colosal “Separate Ways (Wolds Apart)” de Journey, que se convertiría en la excusa perfecta para que Romero pusiera a toda la sala a cantar mientras su compañero Ignacio Prieto le apoyaba en los coros desde una tarima situada junto a la batería.

Si durante los compases iniciales del show  había sido Ignacio Prieto el responsable de inyectar la actitud y la garra netamente roquera, el encargado de poner toda la fuerza y la esencia metalera fue Ronnie Romero, de modo que el componente emotivo y elegante quedaba en manos   del tercero en discordia, un magistral Manuel Escudero que fue quien dio ese punto de sensibilidad y “feeling” a la hora de hacerse cargo de piezas como el bluesero “Slow & Easy” de la Serpiente Blanca, redondeando una interpretación realmente brillante. Si hablamos de clásicos, no podía faltar la esencia purpura contenida en piezas como el setentero “Pictures Of Home”, en la que Tony emuló de forma solvente la genialidad del maestro Blackmore, transmitiendo con  su guitarra toda la magia y el espíritu psicodélico.

Sin abandonar el rico y longevo universo “Purple”, pero avanzando en el  tiempo hasta la década de los ochenta, la siguiente en sonar fue una marchosa “Knocking At Your Back Door”, en esta ocasión haciéndose cargo de las voces Ronnie Romero, dando al corte una orientación algo diferente de la original, pero manteniendo intacto ese feeling y esa  garra que acabó contagiándose a una audiencia que no dejo de acompañar con palmas el desarrollo del tema. Pese a que Romero a lo largo de todo el show  demostró, al igual que sus compañeros, unas excelentes facultades para moverse con soltura por diferentes estilos y tonalidades, lo cierto es que su “especialidad” fue la de emular al gran Ronnie James Dio, y buena muestra de ello la tuvimos cuando encaró ese emotivo “Night People”, que consiguió emocionar enormemente a una audiencia que acabó coreando el nombre del vocalista.

Tras una merecida ovación, era Ignacio Prieto el encargado de retomar las labores de vocalista para volvernos a llevar a terrenos más hard roqueros. La elegida en esta ocasión para impregnar la sala con su ambiente festivo y su vitalidad contagiosa  fue “Take A Walk”,  de los americanos Mr. Big, que hacía subir el nivel de excitación entre la audiencia, gracias a la fuerza y a la garra que imprimieron tanto el vocalista, todo un ciclón sobre las tablas, como el batería, Matt De Vallejo, quien desde su kit tampoco dejo de animar en toda la noche, marcándose un auténtico recital con sus baquetas. Con la adrenalina por las nubes y con la sala contagiada y deseosa de más fiesta y diversión, Ignacio Prieto volvía a recuperar su guitarra para ofrecernos una roquera versión del “You Give Love A Bad Name” que, como no podía ser otra forma, se convirtió en una de las piezas más celebradas de la noche, con la banda dándolo todo sobre las tablas e imprimiendo al tema esa fuerza y esa actitud que hace tiempo que perdieron sus creadores.

Estaba claro que entre semejante torrente de clásicos del rock no podía faltar la representación de “La Reina”, y en este caso la elegancia de Manuel Escudero sería la que marcaría la interpretación de un vibrante “Hammer To Fall”, que se acabaría convirtiendo en la antesala de otro de los grandes momentos de la noche, el eléctrico y celebradísimo  “Cum on Feel The Noize”, que desataba nuevamente la euforia entre una audiencia que no paro de saltar y cantar, mientras Ignacio Prieto se ocupaba de la segunda voz apoyando en los coros a un fantástico y apoteósico Manuel Escudero.

Tras semejante subidón llegaba el momento de relajar mínimamente los ánimos de la audiencia, así que los teclados de Pavel Mora serían los encargados de adentrarnos en las atmosferas más introspectivas del clásico de Rainbow “Eyes Of The World”, que sería la elegida para la vuelta de un Ronnie Romero que volvió a brillar intensamente con otra sublime interpretación, mientras sus compañeros le apoyaban en los coros desde la tarima situada en la parte trasera del escenario, demostrando el buen rollo y la camaradería que existe entre ellos. Si durante toda la velada Tony Hernando tuvo que ponerse en el papel de grandes maestros de las seis cuerdas como los hermanos Schenker, Paul Gilbert o Jake E. Lee entre otros, tampoco faltaron las reminiscencias neo-clásicas del maestro Malmsteen, contenidas en las atmosferas cambiantes y enrevesadas de “You Don´t Remember,  I´ll Never Forget”, quizás una pieza no excesivamente conocida de la discografía del guitarrista sueco, pero que consiguió hacer las delicias de todos los presentes.

La inmediatez roquera regresaba con la presencia de Ignacio Prieto quien sería el encargado de encarar la recta final del show  proponiéndonos una contagiosa versión del "Rock The Night" de los suecos Europe que, a modo de reivindicación,  convertiría  la sala en un clamor, con toda la audiencia  coreando intensamente su estribillo, además de servir como excusa para que el vocalista pusiera a prueba nuestras gargantas antes de presentarnos al resto de sus compañeros. Pese a que el repertorio de esta noche estuvo basado en  clásicos internacionales, no faltó la representación patria con un coreadísimo   "No Eres Nadie" de los legendarios Sangre Azul,  un tema que personalmente debo de reconocer que me supo a gloria,  gracias a la fenomenal interpretación de Prieto y a ese fantástico  juego de guitarras dando “punch” y mordiente  al clásico de los madrileños. La elegida para poner el broche de oro a esta fantástica tripleta del mejor hard rock melódico fue la envolvente "Hysteria" de los británicos Def Leppard, protagonizando un nuevo derroche de clase y distinción que consiguió arrancar una sonora ovación de manos de un público totalmente  entregado.

Con Ronnie Romero adueñándose  del centro del escenario regresaba la épica del heavy metal más tradicional de manos de un vibrante  "The Last In Line",  con toda la sala haciendo el gesto que inmortalizo el mítico “Elfo", mientras Romero repetía una y otra vez el estribillo  de la canción señalando a los integrantes de las primeras filas. Aunque todos estábamos disfrutando como enanos, el show estaba llegando a su fin y la elegida para marcar la primera retirada de los músicos fue una suculenta "Still Of The Night", en la que Manuel Escudero volvió a dejarnos una buena muestra de su sobriedad y elegancia,  haciendo suya la composición que escribieron  David Coverdale y John Sykes.

El retorno sobre las tablas estuvo marcado por la introducción que abría uno de los discos conceptuales más grandes de la historia del heavy metal, "Operation Mindcrime", del que nos ofrecieron "Anarchy X" y "Revolution Calling", que personalmente me pareció de lo más flojo de la actuación, seguramente a causa de la diferencia de rango vocal entre el “roquero”  Prieto y el “operístico” Geoff Tate. Con Escudero nuevamente al frente,  imitando la característica pose  del mítico "Madman", arrancaba una eléctrica "Bark Of The Moon", que se convertiría en el preámbulo perfecto para el fin de fiesta definitivo de manos de un roquero y cachondo "Lift U Up" que, además de ser el tema más moderno que sonó durante la  noche, sirvió como  sentido homenaje al tristemente desaparecido Steve Lee, convirtiéndose  en la excusa perfecta para    poner la sala patas arriba en un final por todo lo alto con toda la audiencia saltando mientras cantaba el pegadizo estribillo junto a un inconmensurable Ignacio Prieto.

En resumen, una gran sesión  de hard rock y heavy metal es lo que nos ofreció  esta   fantástica  banda liderada por el virtuoso guitarrista Tony Hernando  y que además contó con el concurso de  tres de las mejores gargantas  de la escena nacional,  deleitándonos con  una suculenta colección de grandes composiciones con las que nos hicieron pasar una velada realmente entretenida y amena, convirtiendo esta noche  de viernes  en una auténtica celebración  roquera.


TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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