Desde hace casi dos décadas el
veterano festival portugués se ha ido consolidando como una de las citas
obligadas para todos los seguidores de la escena extrema europea. Situado a las
afueras de la población que presta su nombre al festival, Barroselas, el
recinto está dividido en dos zonas bien diferenciadas. Una primera, de acceso
libre, en la que se concentran los puestos de restauración, las taquillas y un
pequeño escenario por el que desfilan algunas de las jóvenes promesas de la
escena lusa. Y una segunda zona en la que están ubicados los dos escenarios
principales en los que se desarrollan, de forma sucesiva, las actuaciones más destacadas.
DIA 1: JUEVES 24 DE ABRIL
A causa de la caída de última
hora de los portugueses We Are The Damned, la actuación de los madrileños ETERNAL STORM cambiaba de ubicación y
de horario, retrasándose treinta minutos y trasladándose al escenario principal
del festival. De modo que el cuarteto del foro disfrutaría de una excelente
ocasión para desplegar todo su potencial death metalero en un marco
incomparable, con un sonido avasallador y respaldado por las dos enormes
pantallas que flanqueaban el escenario. Pese a tener que lidiar con la ingrata
tarea de abrir el festival, con todo lo que ello conlleva, el cuarteto
madrileño no se amilanó y facturó un show muy compacto y convincente.
Aunque el recinto, a esas horas,
todavía estaba funcionando a mitad de rendimiento, la parroquia española se
hizo notar con fuerza, respaldando a los nuestros y consiguiendo que los
mejores temas de su trabajo “From The Ashes” nos sirvieran para ir calentando
motores, desplegando esa potencia desgarradora y ese toque melódico heredado del clásico sonido
Göteborg. De entre los mejores momentos de su show destacaría cortes como “Grey
Skies”, la pieza que da título a su
trabajo “From The Ashes”, y la más
envolvente y melódica “The Dream”.
Sin duda uno de los mayores
alicientes de este tipo de citas es
poder picotear ente diferentes estilos y sonoridades, pudiendo descubrir algunas formaciones nuevas. Así que con mucha
curiosidad y sin ninguna referencia previa me encaminé hacia el segundo
escenario para seguir las evoluciones de ERYN
NON DAE. Pese a llevar en activo más de quince años este quinteto de
Toulouse no se ha mostrado especialmente prolífico a la hora de publicar sus
trabajos y únicamente ha facturado dos plásticos “Hydra Lernaïa” y su más
reciente “Meliora”, en los que el combo galo da rienda suelta a un death metal
intenso y atmosférico, que si bien no llegó a conectar con una audiencia que a
esas hora demandaba algo más potente, sí que logró captar la atención de los
más curiosos, que asistieron atónitos a esa mezcla de intrincados ritmos
progresivos, casi más propios del post-rock, y unos guitarrazos netamente death metaleros que
protagonizarían temas “Throught Dark SKies” o “ Muto”.
A medida que la tarde iba
transcurriendo la afluencia de público al recinto fue creciendo paulatinamente.
Así que, coincidiendo con los últimos rayos del sol, el escenario principal de
esta XVII edición del SWR Metalfest se preparaba para acoger una de las
propuestas más singulares y atractivas de esta primera jornada del festival, la
actuación de los andorranos NAMI.
Debo reconocer que después de haber
visto la actuación del quinteto abriendo para Intronaut, a finales del año
pasado, y tras de su reciente suspensión junto a los progresivos Haken, tenía
muchas ganas de volver a saborear su directo. Por otra parte, debo admitir que
me sorprendió el discreto tirón de la banda en tierras lusas, ya que teniendo
en cuenta la numerosa colonia de portugueses que reside en el pequeño
principado pirenaico pensé que los andorranos estarían como en casa.
Dejando a un lado estas
cavilaciones, lo cierto es que Nami volvieron a dejarnos una buena muestra del
porque son una de las bandas más emergentes y prometedoras de la actualidad, ofreciéndonos
un set enérgico y muy equilibrado en el que presentaron temas de sus dos
trabajos “Fragile Alignments” y su fantástico “The Eternal Light Of The
Unconscious Mind”, de entre los que destacaron la inmensa y poderosísima “The
Inner Man: Materia”, con la banda ofreciendo su vertiente más agresiva, o la
más sofisticada “ The Dream Eater”, durante la que la guitarra de Filipe
Baldais tuvo algún que otro problemilla. Igualmente destacaría que la mayoría
de los temas fueron introducidos por el propio guitarrista en portugués, con lo
que la banda acabó conectando, y mucho, con un público que se mostró bastante
cálido con ellos.
Los primeros representantes lusos
en hacer acto de presencia en uno de los dos escenarios de este XVII SWR Metalfest,
fueron IN THA UMBRA, un veterano
quinteto procedente de la zona del Algarve que practica un black metal de corte
clásico. De entre sus miembros destacaría a su
teclista Cristina Silva, encargada de crear esas tétricas ambientaciones
que caracterizaron piezas como el
tenebroso “Shadow, Caressing Shadow” o el novedosos “Beasts Of The Wild”. Pese
a que su propuesta no me pareció especialmente original, hay que reconocer que
el quinteto cuenta con bastantes adeptos
entre sus compatriotas, ya que la suya
fue una de las actuaciones más concurridas en este segundo escenario a lo largo
de esta primera jornada del festival.
Con la noche ya bien entrada, y
con la humedad propia de un día otoñal reconcomiendo nuestros huesos, llegaba
el momento de uno de los platos fuertes de esta primera jornada festivalera, la
actuación de los rumanos NEGURÄ BUNGET. He
de reconocer que me sorprendió la enorme expectación que había suscitado la
presencia del combo rumano, así que como era de esperar el escenario principal
registró un fantástico aspecto para
seguir de cerca sus evoluciones sobre las tablas. Aunque si miramos con
perspectiva su longeva trayectoria poco queda de aquella banda que editó
“Zirnindu-sä” en 1996, la formación rumana ha seguido un constante proceso de
crecimiento y evolución en su propuesta. Y es que aunque en su sonido sigue
estando muy presente esa vertiente black metalera que marcará sus primeras
obras, con el paso de los años y con el continuo baile de músicos en su seno
los rumanos han ido fraguándose una nueva identidad, dando cada vez más cabida
a los elementos propios del folk rumano.
De modo que durante toda su
actuación no faltaron las aportaciones de instrumentos de viento propios de su folklore
como la trompeta, la tuba, la flauta o ese enorme cuerno que sería el encargado
de dar el pistoletazo de salida a su actuación con “Tara De Dincolo De Negurӑ”. Seguramente una de las máximas
virtudes de la descarga de Negurä Bunget fue que supieron recrear a la
perfección esa sugerente ambientación de la que están revestidas sus últimas
obras, consiguiendo trasladarnos, de forma sutil, a los frondosos bosques de
Transilvania, rescatando para ello piezas de su aclamado “OM”, como el oscuro
“Cunoastereӑ Tӑcutӑ”.
Durante su descarga la banda aprovechó para presentar algunas composiciones
que formarán parte de su próximo trabajo, estrenando para la ocasión “Schimniceste”,
que nos sirvió para comprobar las excelentes dotes interpretativas de Tibor
Kati. Pese a que los rumanos consiguieron desplegar todo su potencial sobre las
tablas, sí que me pareció que estuvieron un poco fríos en escena, y únicamente
parecieron salirse del corsé que les oprimía a la hora de encarar una recta
final protagonizada por la pieza de apertura de su opera prima, un seguidísimo “Blâznit”, con el que se
retiraron como verdaderos ídolos, espoleados por una ruidosa colonia de
compatriotas que hondearon con orgullo la bandera rumana.
Con la noche ya bien entrada y con el personal empezando a acusar los
primeros síntomas de los excesos propios de una jornada festivalera, llegaba el
momento de volver a tomar posiciones frente al Stage 2 para seguir una de las
descargas más calientes, arrolladoras y aplastantes de esta primera jornada del
XVII SWR Metalfest, la actuación de los americanos SOURVEIN. El cuarteto, oriundo de Carolina del Norte, lleva más de dos décadas machacando sin compasión sus instrumentos,
provocando serias lesiones cervicales a todos los que osan acercarse a
presenciar alguno de sus directos. También hay que remarcar que la banda llegaba a Portugal muy rodada, ya
que durante la semana previa a esta actuación los chicos habían estado girando
por tierra españolas, dejando a su paso una fantástica impresión.
Así que muy motivados, enchufados y conscientes de la excelente oportunidad
que representaba tocar ante un público bastante numeroso, los americanos
salieron a escena arrollando con todo a su paso, centrándose en destripar un heavy/doom vibrante, rotundo y altamente
incisivo, infectado con esas rotundas pinceladas de sludge. Debo reconocer que su intensa descarga se me hizo realmente corta, y durante sus cuarenta
minutos de show T-Roy y sus muchachos nos dejaron una buena muestra de su
material más desquiciante y destructivo, presentándonos piezas como “Blessed” o
“Nightwing”, que si bien en estudio suenan oscuras y poderosas, en directo
cobraron una nueva dimensión mostrándose más sucias y rabiosas, rebanando sin
compasión nuestros cerebros y arrastrándonos hacía terrenos más densos y
pantanosos.
Tras la arrolladora actuación de Sourvein no lo iban a tener nada fácil los
canadienses GORGUTS. Aunque el
cuarteto de Quebec practica un estilo diametralmente opuesto al de los
americanos, toda la audiencia que estaba siguiendo la actuación Sourvein se
desplazó rápidamente hacia el escenario principal para no perderse detalle de
una las actuaciones más esperadas de la noche. Tras más de una década sin
publicar material nuevo, y habiendo tenido que sobreponerse a la dolorosa
perdida de alguno de sus miembros, por fin a finales del pasado 2013 se consumaba su anhelado retorno con el
poderoso “Colored Sands”, un trabajo con el que los canadienses asentaban las
bases de esta nueva etapa.
Capitaneados por el incombustible Luc Lemay, único miembro de la formación
original, el combo canadiense no ha perdido ni un ápice de su fuerza
arrolladora, ni de su asombrosa calidad técnica y continua desarrollando ese death metal crujiente y
poderoso que siempre les ha caracterizado. Indudablemente habría sido muy fácil
para ellos plantear un set repleto de
clásicos de su primera etapa, pero Luc Lemay tiene claro que este retorno no es
un hecho puntual, y sabe que para
consolidar su nueva formación no puede vivir de la nostalgia, así que su más reciente
entrega “Colored Sands” tuvo un protagonismo muy destacado durante los primeros
compases del show, desgranando de forma consecutiva trallazos como “Le Toit Du
Monde”, “An Ocean Of Wisdom” o el perturbador “Enemies Of Compassion”.
Si bien es verdad que durante la primera parte de su actuación el cuarteto
se mostró algo frío y distante, excesivamente concentrado en su faceta más
técnica y virtuosa, lo cierto es que poco a poco se fueron entonando,
especialmente Luc Lemay quien se mostró verdaderamente agradecido por la
calurosa acogida que le brindó la audiencia portuguesa. Pese a que el
guitarrista sigue conservando su aspecto de profesor de filosofía, con su cara
de bonachón y sus gafas de vista, simplemente hay que verle atacar los
sangrientos riffs de “Ember´s Voice”,
para darse cuenta que, con su instrumento entre las manos, es un auténtico
“psicokiller”. Para poner el broche a su jugosa y técnica actuación los
canadienses rescataron algunas gemas clásicas, dejándonos un fantástico regusto
final con piezas como “Absconders”, “Reduced To Silence”, y la pieza que abría
y daba título a uno de los álbumes más
importantes e influyentes de la década de los 90, el intrincado y enrevesado
“Obscura”.
Concluida la fastuosa demostración de virtuosismo y brutalidad de los maestros canadienses, enésimo cambio de
emplazamiento y nueva peregrinación hacia el escenario 2 para presenciar otra
pantanosa sesión de ese aplastante doom. En esta ocasión los protagonistas
serían los americanos GRAVES AT SEA.
El oscuro cuarteto de Portland está en estos días girando junto a sus compatriotas Survein por el viejo
continente, así que habiendo visto el
excelente estado de forma de los de Carolina Del Norte estaba claro que la actuación de Graves At Sea prometía, y
mucho. Poco importó que el aforo a esas horas, ya casi de madrugada, hubiera mermado
notablemente, ni que el marco de su actuación fuera el segundo escenario, ni que
el sonido no les acompañara en exceso, pero lo cierto es que el cuarteto
americano salió a escena dispuesto a devorar las tablas, mostrando una gran
entrega y derrochando una aplastante actitud, dejando clara su determinación
para dejar una fantástica impresión entre todos los presentes.
Para ello Graves At Sea nos asolaron con una colección de composiciones
sucias y bastardas, repletas de distorsión y que contaron, en todo momento, con
la complicidad de un público que se dejó imbuir por esos riffs pétreos y
rugosos con los que marcaron a fuego temas como “Wormwood”, o la más densa y pantanosa
“Red Monarch”. Pese a que la banda no es
excesivamente conocida en el viejo continente, su producción se limita a un
puñado de splits y Ep´s, lo cierto es que llevan más de una década descargando
su abrasivo metal por tierras americanas. De modo que esa experiencia se notó,
y mucho, a la hora de atacar temas como el ambiental “Black Bile”, o el más
novedoso “Confession”. Sin duda los americanos fueron una de las grandes sorpresas
de esta primera jornada del XVII SWR Metalfest.
Tras una maratoniana jornada de conciertos, cansados pero todavía con
fueras suficientes para resistir un último y definitivo asalto, llegaba el
momento de afrontar la descarga de los americanos MISERY INDEX. Puede que para algunos, los menos doctos en el
movimiento extremo, el nombre del
cuarteto de Baltimore les suene a nuevo, pero desde que la banda editara su Ep
“Overthrow”, allá por 2001 su carrera ha sido verdaderamente imparable. Quizás
ese constante mestizaje en su sonido fundiendo esa brutal tralla death metalera
con otros estilos como el grindcore, les ha permitido ganarse una buena legión
de seguidores, amén de una excelente reputación en directo, como quedó
plenamente plasmado en su reciente trabajo en vivo “Live In Munich”.
Si alguien pensaba que los americanos habían venido hasta tierras
portuguesas para tomarse un respiro o unas merecidas vacaciones creo que no
podía estar más equivocado, ya que simplemente fueron necesarios los primeros
compases del enfermizo “Sleeping Giants”, para que los aledaños del escenario se convirtieran en un auténtico
infierno con “circle-pits” constantes y varios conatos de invasión del
escenario por parte de una audiencia cada vez más caliente y desatada, que
enloqueció, literalmente, al ritmo del brutal “Conjuring The Cull”, durante el
que la realización del festival nos ofreció unos excelentes primeros planos de
la velocidad con la que se movían las tatuadas piernas del batería Bryan Sours.
Tampoco quisieron Misery Index dejarse en el tintero algunos viejos
recuerdos como “Retaliate”, que su vocalista, Nathan Misterek, presentó como un
homenaje hacia los fans más veteranos del cuarteto. De su más reciente entrega
nos ofrecieron el furibundo “Thrown Into The Sun” y la pieza que le prestaba su
nombre, el explícito y corrosivo “Traitors”, que sirvió como brutal sintonía
para uno de los mayores “circle-pits” de la jornada.
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