Durante los últimos años la
escena progresiva ha vivido un significativo aumento de popularidad. Si hace
escasamente unos años los aficionados a este tipo de música eran un rara avis
entre los seguidores del hard rock y el heavy metal, a día de hoy cada vez son
más los que sitúan entre sus bandas de referencia a formaciones como The Ocean,
Intronaut o Leprous. Este creciente interés
en la escena progresiva se ha traducido en que cada vez son más las formaciones que optan
por visitar nuestros escenarios, con lo
que nuestro país se ha convertido en parada obligatoria para la mayoría de sus giras.
Si de algo no nos podemos quejar este verano
en la Ciudad Condal es de la gran oferta de festivales estivales que estamos
teniendo. Si hace escasamente unos días
la ciudad se vestía de gala para acoger dos citas ineludibles para todos
los amantes del buen rock y el heavy
metal, en esta ocasión, seríamos
testigos del nacimiento de una nueva criatura festivalera bajo la denominación
de Be Prog! My Friend, una iniciativa que, a día de hoy,
ya ha confirmado que tendrá continuidad de cara al próximo año con una segunda
edición que se celebrará el 15 de Julio y que cuenta ya con las confirmaciones de bandas como Riverside,
Ihstahn.
El marco escogido para esta primera
edición del festival fue la Plaza Mayor
del Poble Espanyol, ubicada en plena Montaña mágica de Montjuic, un marco
inmejorable para acoger una atractiva velada en la que se darían cita bandas
para todos los gustos y tendencias, conformando un cartel de lo más variado y
heterogéneo en el que convivirían las atmosferas introspectivas de Antimatter,
el clasicismo roquero de Fish y la contundencia controlada de nombres clásicos dentro
de la escena como Anathema, Opeth y
Pain Of Salvation. Además, también habría espacio para la innovación metálica que nos propondrían los franceses Alcest y para las sonoridades
más agresivas y ambientales de los
ingleses Tesseract.
ANTIMATTER
Con puntualidad exquisita, a las
17.00 horas, y con el personal todavía accediendo al Poble Espanyol para dar
color al recinto pisaban el escenario los encargados de inaugurar esta primera
edición del Be Prog! My Friend, los ingleses Antimatter. Acompañados de una
intensa luz solar y recibiendo el cálido soporte de los allí congregados, el carismático Mick Moss arrancaba su show de
forma sosegada, ofreciéndonos una doble ración de su cuarto trabajo “Leaving
Eden” (2007), proponiéndonos de entrada las ambientaciones melancólicas e
introspectivas de “Redemption”, para acto seguido embarcarnos en la atmosférica
pieza que prestaba su título al plástico.
Seguramente el hecho de tocar a
plena luz del día acabó condicionando la
descarga de los ingleses, ya que su propuesta parece mucho más orientada para la intimidad de un pequeño club que no para
la grandilocuencia de un festival a primera hora de la tarde. Pese a ello, su
actuación alcanzó algunos momentos realmente intensos y épicos como durante el
intrigante y oscuro “Paranova”, que a la postre se acabaría convirtiendo en uno
de los mejores momentos de su escueta actuación. A pesar de que los cuarenta
minutos de que dispusieron Antimatter se
antojaban insuficientes para repasar su longeva trayectoria, Mick Moss y sus
muchachos supieron darnos unas representativas pinceladas de su música, de modo
que después de ofrecernos una muestra de su material más reciente llegaba el
momento de recuperar una de las piezas de su primer trabajo “Savior”, el
reflexivo “The Last Laught”, que con su sugestiva melodía acabó atrapándonos
irremediablemente.
Lejos de las grandes estridencias
y explosiones decibélicas la elegancia
de los británicos quedó plasmada en
piezas como “Monochrome”, con la voz de Moss transmitiendo ese
angustioso feeling junto a una
intrigante y repetitiva melodía de teclado. La recta final de su actuación estaría marcada por las esencias acústicas de
la novedosa “Wide Awake In The Concrete Asylum”, que acabaría desencadenando en
un nuevo in-crescendo instrumental que les permitió cerrar su actuación por
todo lo alto, convenciendo a los presentes y
dejando un buen sabor de boca.
Indiscutiblemente la descarga de
los ingleses hubiera ganado en intensidad y dramatismo de haberse producido a
una hora más tardía y ambientada por un vistoso juego de luces. En cualquier
caso, banda y público quedaron plenamente satisfechos con la descarga, ya
que durante toda la tarde todos los
miembros de la formación, y en especial Mick Moss, estuvieron mezclados entre
la audiencia, saludando, haciéndose fotos y firmando todo lo que se les ponía
por delante.
TESSERACT
Sin abandonar las bandas de origen británico, que coparon
el cartel de esta primera edición del festival, los siguientes en comparecer
sobre las tablas fueron Tesseract. Hacia relativamente poco tiempo que el
quinteto de Reading había visitado la Ciudad Condal junto a Protest The Hero,
pero en este lapso de tiempo la banda ha vuelto a contar con los servicios de
su vocalista original Daniek Tompkins. A diferencia de lo que sucediera durante
la actuación de Antimatter, la propuesta de los de Reading resultó mucho más
dinámica y agresiva, gracias en parte al material escogido para su descarga,
basada casi de forma exclusiva en su debut "Cancealing Fate".
Pese a no gozar de muchos adeptos entre la variopinta
audiencia el quinteto salió dispuesto a aprovechar al máximo su oportunidad con
los aromas atmosféricos de "Cancelating Fate, Part 2: Deception",
apostando por un sonido denso y poderoso en el que sobresalía del resto de los
instrumentos el atronador bajó de Amos Williams" En cuanto al sonido de
que dispuso el quinteto fue algo irregular, mostrándose un tanto embarullado y
poco nítido, especialmente cuando hacían acto de presencia los teclados
sampleados que protagonizaron piezas como "Cancelating, Part 3: The
Impossible".
Sin abandonar los temas que protagonizaron su debut de
2010, la banda prosiguió ahondando en los potentes riffs de "Cancelating
Fate, Part 4: Perfection", con un Daniel muy activo, que no paró ni un
momento de animar a las primeras filas, mientras Amos Williams era el encargado
de liderar esas intensas partes instrumentales marca de la casa que darion
brillo y personalidad a temas "Cancealing Fate, Part 5: Epiphsny",
con las guitarras de James Monteith y Acle Kahney intercambiando eso
envolventes y poderosos fraseos.
De su material más reciente, el que grabaron junto al
vocalista Ashe O´HAra ,rescataron los momentos más reflexivos contenidos en el
melancólico "April", que fue fantásticamente recibida por la
audiencia, y "Of Mind- Nocturne". Mientras que para cerrar su
actuación regresarían al material facturado para su debut, proponiéndonos la
camaleónica "Concesling Fate, Part 1: Acceptance", que nos transportó
desde ese inicio lento y cadencioso hasta esa abrupta catara de sentimientos
liderada por unos riffs altamente corrosivos.
Pese a la inestabilidad que parece que esta sufriendo la
formación en un puesto tan importante como el de vocalista, parece que la
actual encarnación de la formación británica funciona perfectamente en directo,
veremos si el actual line-up acaba cuajando definitivamente por la banda
demostró maneras y tener un directo de lo más contundente y variopinto, aunque
sería de agradecer, de cara a futuras ocasiones, que sumaran un teclista que
disparará los samplers.
ALCEST
Con
la tarde empezando a caer, aunque todavía bajo una intensa luz solar, llegaba
el momento de una de las bandas que más esta dando que hablar durante los
últimos años, los franceses Alcest. Al igual que sucediera con muchas de las
formaciones coetáneas de los de Bagnois-Sur-Cèze, Alcest dieron sus primeros
pasos desde la escena más oscura del black metal para ir definiendo su personal
estilo hacia unos derroteros más
ambientales y nostálgicos, dando forma a una propuesta que ha alcanzado su
cénit con la edición de su más reciente trabajo “Shelter”.
Lo
primero que me llamó la atención de la descarga de los franceses fue el
caluroso recibimiento que les tributaron sus fieles seguidores, quienes no
dejaron de animar y corear los temas durante todo su show. Así que acompañados
por la introducción que abre su última referencia de estudio “Wings”, los
franceses se disponían a tomar posiciones sobre el escenario para proponernos
el minimalismo introspectivo que protagonizó un delicioso “Opale”, que
lamentablemente se vio ligeramente deslucido por un sonido un tanto irregular,
en el que apenas se podía distinguir la voz de Niege. Pese a este pequeño
contratiempo la banda no se amilanó y apoyándose en el respaldo de sus
incondicionales echó la vista atrás para rescatar “Summe´s Glory”, de su
anterior trabajo “Les Voyages De L´Âme”.
Pese
a que la banda en estudio siempre se ha considerado como la criatura de Niege,
lo cierto es que en directo la banda se muestra como un equipo solido y compacto,
en el que todos aportan su granito de arena para conformar el característico
sonido Alcest, buena muestra de ello fue la intrincado sonoridad que la banda
extrajo de sus instrumentos durante
“Autre Temps”. Sin duda uno de los máximo alicientes con los que cuenta
la formación gala, y que puede parecer hasta cierto punto un poco extravagante,
es el utilizar su lengua materna para las letras de sus canciones, con lo que
consiguen una sonoridad en sus rimas
cuanto menos peculiar y que se sale de la norma. Como muestra de ello los galos
nos dejaron “Percées De Lumière”, que seria el encargada de iniciar ese viaje
retrospectivo que nos acabaría conduciendo hacia la primeriza “Souvenirs D´Un Autre Monde”.
Aunque
para el que suscribe era la primera vez que veía a la formación gala en
directo, algunos conocidos que ya los habían visto anteriormente comentaban que
en esta ocasión habían estado mucho más inspirados, sin duda debido a la
elección del repertorio, ya que se centraron en un repaso global a toda su
carrera y no únicamente a su material más reciente. Curiosamente la encargada
de finiquitar su actuación fue también la pieza que clausura de su último
trabajo “Shelter”, la icónica “Délivrance”, que nos dejaba unas excelentes sensaciones y con ganas de más.
Sin
duda para los que no les conocíamos aún, la descarga de Alcest fue una de las
más atractivas de esta primera edición del Be Prog! My Friend, y no me cabe la
menor duda de que los franceses esta tarde pescaron algún nuevo adepto para su
causa.
FISH
Sin duda de entre todos los
músicos que tomaron parte en esta
primera edición del festival Be Prog! My Friend, el más veterano era Derek
William Dick, más conocido como Fish. La inclusión en el cartel del mítico
vocalista escocés consiguió movilizar a algunos seguidores de Marillion, que
dieron con sus camisetas el toque clásico a un evento copado por bandas de
generaciones posteriores. Aunque Fish salió a escena cuando el sol todavía
picaba con fuerza sobre nuestras
cabezas, poco importó para que el veterano vocalista nos ofreciera una buena
muestra del carisma y la entrega que le han caracterizado a lo largo de las últimas décadas.
Desmarcándose completamente de
las atmosferas minimalistas e introspectivas que habían protagonizado las
primeras actuaciones de la jornada, la formación del veterano vocalista salió a
escena dispuesta a contagiar de buen
rollo y diversión a todos los presentes. Ya desde el mismo arranque con la
pertinaz y pegadiza “Perfume River”, se vio que el vocalista no ha perdido ni
un ápice de su “punch” en escena, conservando intacta esa personalidad y ese
“feeling” propio de los grandes
“frontman” de la década de los ochenta.
Aunque en el inicio se mostró un tanto comedido y hasta cierto punto
dubitativo, lo cierto es que poco a poco Fish
se fue animando y entrando en calor
con sus bailes y sus guiños a las primeras filas, consiguiendo que
piezas de su nuevo trabajo como el propio “Perfume River” o el marchoso “Feast
Of Consequences” acabaran cuajando entre una audiencia muy predispuesta a
pasarlo bien.
Durante su escueta actuación
fueron constantes los guiños que el vocalista tuvo hacia los seguidores que
copaban las primeras filas, incitándoles en repetidas ocasiones a alzar los
brazos para acompañar con palmas las canciones o pidiéndoles su colaboración a
la hora de secundar los estribillos. Sin duda el momento más intenso y especial
para muchos de los presentes llegó cuando el vocalista atacó el clásico de
Marillion “Script For A Jester´s Tear”, una lástima que un inoportuno problema
técnico estuviera a punto de cargarse el tema, ya que durante la interpretación
del mismo se cayó totalmente el sonido de la parte derecha del escenario
sembrando el desconcierto entre el público. Afortunadamente, el problema se
solventó a los pocos segundos con lo que todos pudimos acabar degustando el mítico
tema que daba título al debut de los británicos.
El otro pequeño hándicap que tuvo
la descarga de Fish fue que debido a los apretados horarios de las
actuaciones su show se hizo realmente
corto. Así que después de ponernos a todos a cantar con el contagioso
estribillo del primerizo “Big Wedge”, el vocalista nos pedía disculpas por lo
escueto de su actuación y se despedía de nosotros emplazándonos para su próxima
visita del mes de Noviembre, proponiéndonos un extenso “medley” en el que se
incluyeron algunos pasajes de temas
propios como “Credo”, “View From The Hill” y “Tongues” junto a temas clásicos de su ex_banda
como “Assassing” , “Fugazi“, y “White Feather”, que servirían para poner la
guinda a esta fugaz actuación del vocalista escocés.
ANATHEMA
Tras recibir nuestra dosis de
clasicismo roquero llegaba el momento de enfrentarnos al primero de los platos
fuertes de esta noche, la actuación de los británicos Anathema. A diferencia de
lo que sucediera durante las actuaciones previas, la formación de los hermanos
Cavanagh fue la primera en poder utilizar el juego de luces del escenario,
consiguiendo dar a algunos momentos de
su actuación una intensidad y una ambientación que ayudaron, y mucho, a que su
show acabara cuajando frente a una audiencia muy atenta que no quiso perderse el más mínimo detalle.
Fieles a su concepción musical y
continuando siempre con la evolución que iniciaran en el tramo final de la
década de los noventa, los británicos han sabido superar las criticas apostando decididamente por un estilo
personal y rico en matices, que se ha ido desarrollando y adquiriendo nuevos
elementos con cada uno de sus lanzamientos.
Aunque quedan ya lejos los
tiempos de “Serenades” (1993) o “The Silent Enigma”(1995), en los que la banda
era considerada como una de las piedras angulares del nuevo doom, lo cierto es que su posterior carrera
ha sido un claro ejemplo de evolución, coherencia y madurez, sabiendo recoger
lo más selecto de su primigenia esencia para llevarlo hacia unos derroteros menos
agresivos pero igualmente intensos y perturbadores, como han dejado plasmado en
trabajos como “Falling Deeper” (2011), “Weather Systems”(2012), o su más
reciente “Distant Satelites”(2014), un álbum que recupera esa ambientación más
oscura e introspectiva, concediendo un especial protagonismo a la figura de la
vocalista Lee Douglas.
Acompañados por la grandilocuente
introducción “A New Machine Part 1”, los miembros de Anathema salían a escena
para ir tomando posiciones y dar el pistoletazo de salida con la melódica
sutileza contenida en “Untouchable Part1”, recabando desde los primeros
compases de su actuación las palmas del
público, para acto seguido irnos
atrapando lentamente en esa delicada
telaraña sonora que forman la voz
de Vincent y la guitarra de Daniel, y que acabaría estallando definitivamente
con la entrada del resto de sus compañeros. Con el escenario sometido a una
tenue iluminación, concediéndole una ambientación de lo más intimista, daba
arranque la seductora “Untouchables Part 2”, que fusionada con la pieza de
apertura nos ofrecía una doble muestra del material contenido en “Weather Systems”, consiguiendo transmitir
ese “feeling” cargado de elegancia y melancolía que nos dejaba las voces de
Vincent y Lee compartiendo protagonismo para emocionar a muchos de los
presentes.
A pesar de que durante toda su
descarga el sonido de que disfrutaron los británicos fue bastante bueno, no
pudimos librarnos de algunos “molestos
crujidos” que deslucieron las partes más eléctricas y animadas de “Thin Air”,
que significó el primer momento verdaderamente álgido de la actuación de
Anathema, protagonizado por esa seductora dualidad vocal a cargo de Vincent y
Lee junto a una doble percusión que ayudó a imprimir una
mayor contundencia a los momentos más vibrantes del show. Pese a que la banda
tiene previsto visitarnos en Otoño para presentar su última obra de estudio
“Distant Satellites”, el sexteto no quiso desaprovechar la ocasión para
ofrecernos una buena muestra de su material más novedoso, siendo la escogida
“Distant Skies”, que pese a ser muy bien
recibida por parte de la audiencia no consiguió mantener el nivel de entrega e
intensidad.
Durante su actuación Vincent se
mostró especialmente encantado con el precioso emplazamiento elegido para
el festival, así como con la audiencia
que esta noche había asistido a esta primera edición del Be Prog! My Friend.
Tampoco quiso olvidarse del resto de bandas participantes en el evento,
poniendo especial énfasis en la mención de los franceses Alcest. Tras este pequeño
“speech” llegaba el momento de adentrarnos en las atmosferas más vanguardista
de “Closer”, que con sus voces sintetizadas y esa seductora orientación futurista consiguió hacer las
delicias de muchos de los asistentes. Sin abandonar su trabajo de 2003 “A
Natural Disaster”, la siguiente en sonar sería la pieza que le prestaba su
nombre, dejándonos la imagen de un gran número de teléfonos iluminando tenuemente un
escenario sumido en la más absoluta oscuridad.
La vuelta sobre su más reciente
entrega discográfica estaría marcada por las bases electrónicas que abren
“Distant Satellites”, una pieza en la que Vincent se encarga de prácticamente
todas las voces, pero que pese a alejarse de la línea habitual de la banda
tiene muchos números de convertirse en una pieza indispensable del repertorio
de su próximo tour. La encargada de
devolvernos a las sonoridades más familiares de los británicos fue la
camaleónica “A Simple Mistake”, que cual tsunami fue creciendo paulatinamente
hasta conducirnos sobre un final enérgico y sobrecogedor. Como no podía ser de
otra forma,- y después de recordarnos que en Octubre volverían a estar por
aquí,- la encargada de poner el broche
definitivo a la actuación de Anathema sería una vieja favorita para todos los
seguidores de la banda, la inevitable “Fragile Dreams”, que consiguió espolear
al máximo a la audiencia convirtiendo el final de la actuación de los ingleses
en una auténtica fiesta.
OPETH
Tras
la triunfal descarga de Anathema muy difícil lo iban a tener los siguientes en
hacer acto de presencia, y más teniendo en cuenta que la suya era el plato
fuerte de esta primera edición del festival, un gran reto que la banda supo
asumir alzándose como los claros triunfadores de la velada. Y eso que para
muchos de sus fans más veteranos la carrera de los suecos se ha convertido una
auténtica montaña rusa., ya que aunque la banda nunca ha descuidado la calidad
de sus composiciones, siempre impecables, no son pocos los que han acabado
renegando de ellos por unos directos no siempre lo suficientemente potentes y
,quizás, demasiado indulgentes.
Y es
que ya lo dice la sabiduría popular que la distancia que separa la genialidad y
la locura es excesivamente corta, y más cuando hablamos de un personaje tan
carismático y explosivo como Mikael Äkerfeldt o, como le llaman sus parroquianos, “Miguelito”.
Además de centrarse, evidentemente, en su faceta como guitarrista y vocalista,
el bueno de Michael se mostró como un autentico showman, amenizando la velada con
sus jocosos comentarios. Durante los “speech” que sirvieron de presentación
para los temas tuvo tiempo para ofrecernos algunas clases de cultura musical, explicarnos la
evolución de la banda y el porque, y, lo más desternillante y divertido, tuvo
tiempo para acordarse de bandas como Manowar, de la que se mostró como un
excelso conocedor de su catálogo, ya que enumeró un buen numero de sus clásicos,
aunque siempre en un tono jocoso y bastante burlón.
Pero
dejando a un lado las bromas, lo cierto es que los suecos se marcaron un show
realmente corrosivo, rescatando algunas piezas que hicieron que sus fans
disfrutaran como auténticos posesos. Hacía ya bastante tiempo que la banda no
pisaba los escenarios de la Ciudad Condal y esto se tradujo en una enorme
expectación entre todos los presentes. Pese a ello, minutos antes de su
descarga se respiraba en el recinto una dualidad palpable: entre los que esperaban un concierto realmente
apoteósico y entre los que reinaba la incertidumbre sobre que nos ofrecería en
esta ocasión el bueno de “Miguelito”.
Afortunadamente
la banda salió desde el minuto uno de su actuación a por todas, poniendo toda
la carne en el asador y dispuesta a certificar con hechos el porque son ahora
mismo una de las formaciones mas idolatradas y emergentes de la pujante escena
progresiva. Aunque la banda ha puesto en circulación su ultima referencia de
estudio “Pale Communion”, la encargada de abrir su descarga fue “The Devil´s
Orchard”, un prometedor inicio que nos dejaba a una formación que se mostró muy
rodada y compacta junto a un sonido realmente atronador. Concediendo un
protagonismo absoluto a esas guitarras densas y angustiosas la siguiente en
sonar era una de las piezas más intrigantes de la formación sueca “Heir
Apparent”, que nos cogía abruptamente por
la pechera para arrastrarnos sin piedad hacia ese infierno de guturales y
brutalidad.
A
diferencia de lo que sucediera en las ultimas visitas de la banda, en esta
ocasión Michael Äkerfeldt se mostró en un estado vocal realmente encomiable, y
esto se notó, y mucho, en la elección del repertorio, ya que los suecos
apostaron por un set-list plagado de temas clásicos, en los que no escatimaron
guturales, dejándonos grandes e intensos momentos como el brutal “White Cluster”, una vieja gema que la banda rescató
para la ocasión. La actuación de Opeth parecía imparable, con toda la audiencia
entregada al máximo y con la banda yéndose cada vez más atrás en el tiempo,
provocando el delirio entre sus incondicionales. La siguiente escala de nuestro
viaje nos trasladó a los lejanos tiempos de “My Arms, Your Hearse”, del que
rescataron ese tormentosamente melódico “Demon Of The Fall”, con la voz de
Mikael sonando más profunda y cavernosa que nunca.
Pese
a lo corrosivo que estaba resultando la descarga de los suecos, los sarcásticos
comentarios del vocalista servían para destensar el ambiente. Tampoco faltó ese
punto cachondo cuando la banda se lanzó a tocar el “You Suffer” de Napalm
Death, antes de internarse en las atmosferas más intimistas y reflexivas de
“Hope Leaves”, que consiguiría relajar mínimamente el ambiente. La
experimentación con ecos jazzísticas y psicodélicos estaría representada por ese sagaz ejercicio
de virtuosismo que es “Atonement”, que
se acabaría consolidando como el único
representante de su “Ghost Reveries”.
Tras
el preciosismo instrumental llegaba el momento de volver a mostrar su faceta
más cruda y death metalera y la escogida para saciar el voraz apetito de los
fans más veteranos de la banda sería la pieza que prestaba su titulo al sexto
trabajo de la banda “Deliverance”. Con la gente coreando el nombre del
vocalista y el de la banda llegaba el momento de regresar a las ambientaciones
más acústicas de “Heritage”, para recuperar ese rítmico “The Lines In My Hand”,
que se convertiría en el preámbulo perfecto para la ultima pieza de la noche,
el eléctrico e intenso “Blackwater Park”, que servía para rubricar una de las
mejores actuaciones del combo sueco en tierras catalanas
Opeth
dejaron claro con su actuación en esta primera edición del Be Prog! My Friend
porque son una banda que levanta pasiones y que nunca deja indiferente a nadie. Sin duda, en esta
ocasión, la banda acertó de pleno con la elección del repertorio, aunque
curiosamente no tocaron ningún tema de su ultimo trabajo “Pale Communion”.
PAIN OF SALVATION
Sorpresivamente una vez
finalizada la descarga de Opeth fueron muchos los que decidieron dar por
finalizada la jornada festivalera, con lo que el aforo que presenció la
actuación de Pain Of Salvation quedó notablemente mermado.
Pese a ello, los suecos salieron a escena con muchas ganas, muy motivados
y dispuestos a hacer pasar un buen rato a sus seguidores. Debo admitir que para
el que suscribe significó una gratísima sorpresa el repertorio que planteó la
banda de Daniel Gildenlöw, ya que lejos de concentrarse en sus últimas obras de
estudio, Pain Of Salvation nos ofrecieron un exhaustivo repaso a los primeros
años de su carrera, concediendo un especial protagonismo al material contenido
en trabajos como “The Pefect Element I”
(2000), o su debut “Entropia” (1997).
Con la envolvente
introducción “Remedy Lane”, resonando
intensamente a través del P.A.,
asaltaban el escenario los suecos para ofrecernos esos riffs marcados y
faraónicos que servirían para abrir su descarga con el sobrecogedor “!
(Foreword)”, mostrándonos a un Daniel en un excelente estado de forma,
plasmando esa característica dualidad vocal que marca muchas de las
composiciones de la banda. Contrastando con el torrente metálico del tema de
apertura, la siguiente en sonar fue una de las pocas concesiones, por no decir
la única, que la banda tuvo hacia su última referencia de estudio “Road Salt Two”, del que rescataron ese eléctrico y contagioso
“Conditioned”, que nos ayudó a sacudirnos el sueño de las orejas con ese “feeling”
y esa vibración netamente hard roquera.
A lo largo de la actuación de los suecos se fueron
sucediendo una serie de problemas técnicos que hicieron que durante algunos
momentos de temas como “No Way”, se perdiera completamente el sonido de la
guitarra de Daniel, pese a ello la banda no se dejó amilanar y después de
ralentizar mínimamente el ritmo de su show para tratar de solucionarlos
decidieron embarcarse en una poderosa dupla de temas incluidos en su tercer
trabajo “The Perfect Element I”. De modo que los ritmos vanguardistas de
“Used”, acabarían dejando paso al
envolvente dramatismo de “Ashes”, en el que nuevamente la voz de Daniel
volvería a guiarnos en nuestro viaje a
través de esos paisajes melancólicos y
decadentes.
Aunque durante su descarga no
hubo grandes demostraciones de efusividad por parte de un público que se mostró
muy atento pero algo estático, fueron los compases “funkeros” del primerizo
“People Passing By”, uno de los pocos momentos que consiguieron poner al
respetable en movimiento, haciéndole mover los pies. En cambio, mucho más
introspectiva y ecléctica sonó la
delicada “Chain Sling”, que contó con la inclusión de un violinista y que nos anunciaba que el show estaba entrando en
su recta final.
Si hay algo que ha caracterizado
la trayectoria de Pain Of Salvation ha sido la heterogeneidad de su material,
así que después del momento de introspección que representó “Chain Sling”,
llegaba el momento de sorprendernos, nuevamente, con el descaro roquero
contenido en el arrollador “Linoleum”, una pieza en la que la banda volvió a
revisitar sus influencias más clásicas y añejas para adentrarnos en terrenos cargados de psicodelia y
misticismo. Aunque los suecos habían superado ya su tiempo de actuación, Pain
Of Salvation no parecían dispuestos a abandonar el escenario sin ofrecernos una
última ración de su material más representativo, de modo que las encargadas de
poner el broche final a su actuación, y a esta primera edición del Be Prog! My
Friend, fueron “Falling” y “The Perfect Element”, para la que volvieron a
contar con la participación de su violinista David, poniendo el punto y final a
una muy buena actuación.
En resumen, balance altamente
positivo para esta primera edición
del Be Prog! My Friend, que consiguió
reunir a un buen número de aficionados a la música progresiva y asentar las bases de un festival que esperemos acabe
consolidándose de forma definitiva como el máximo referente de la música
progresiva en nuestro país. Aunque evidentemente hubo algunos aspectos mejorables
de cara a futuras ediciones, lo cierto es que tanto la organización como los grupos participantes estuvieron a la
altura del evento. Y la mejor noticia es que ya está confirmada la fecha y las
primeras bandas que formaran parte de la segunda edición. Así que ya sabéis….
Be prog, My Friends!
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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