Hay bandas que llevan el directo
tatuado en la piel. Pese a estar inmersos en la era de la información y la
comunicación, rodeados de alta tecnología y nuevos medios para relacionarse en
una sociedad cada vez más tecnificada y cambiante, lo cierto es que sigue
habiendo bandas que continúan apostando por el clásico estilo de vida del Rock n´ Roll. El trío americano Black Tusk pertenecen a ese
elenco de bandas que han decidido hacer de la carretera su hogar, pasando grandes temporadas inmersos en extensas
giras y aprovechando los intervalos
entre ellas para registrar nuevo material que les permita volver a retomar su
frenética actividad en vivo.
Desde qué la banda, vecinos de la misma calle, diera sus primeros pasos en
2005 el trío americano se ha mantenido
inalterable en su formación, convirtiendo su alienación en una máquina imparable de compactar
musculosos riffs, poderosas bases rítmicas y esos registros agresivos y rabiosos
de clara reminiscencia hardcore. Durante este periodo de tiempo la banda ha facturado un total de cuatro discos grandes, varios EP' s y multitud
de splits y 7", que les han convertido en una de las bandas más
representativas de su localidad natal, Savannah.
Para la descarga de esta noche los americanos se presentaban acompañados de
unos "recién llegados", los catalanes Mount Cane, mientras que los
encargados de calentar el ambiente de cara a su actuación serían los
prometedores alemanes Downfall Of Gaia.
Tras la disolución de The Eyes, una de las mejores bandas que ha dado la
escena catalana en los últimos años, su vocalista y su guitarrista se han
embarcado en un nuevo proyecto denominado Mount Cane. Lejos de la corrosiva
propuesta de su anterior formación, su actual aventura se completa con ex-componentes de
Taquikardic Sinners y practican un potente stoner rock salpicado de algunas
sabrosas pinceladas sureñas al más puro estilo Down. Pese a estar dando sus
primeros pasos como banda, la de esta noche representaba su cuarta actuación,
el quinteto se mostró muy compacto y sólido en escena, apostando por esas
estructuras densas, crudas y machaconas
que nos hicieron agitar frenéticamente la
cabeza.
Pese a no disponer de mucho tiempo Mount Cane supieron dejar una muy buena
impresión entre los asistentes, atacando algunas de las composiciones que el quinteto ha grabado y colgado a través
de su página de bandcamp. Aunque no fueron muchos los que se congregaron para
seguir su actuación temas como "Stone Fist" y " Sight With No
Sense", acabaron convirtiéndose
en la mejor carta de presentación para
una banda que demostró tablas, actitud y muchas ganas de agradar y darse a
conocer.
Tras el torrente riffero y desértico que nos habían ofrecido los chicos de Mount Cane, los siguientes en hacer acto de
presencia sobre el pequeño escenario del Rocksound, frente a una audiencia algo
más numerosa, fueron el cuarteto alemán Downfall Of Gaia. Lejos de la
inmediatez stoner de los catalanes, este furibundo combo de Hamburgo nos presentó
una descarga vibrante y apocalíptica, apostando por el mestizaje entre el sludge,
el doom y el black, proponiéndonos unas atmósferas despiadadas y potentes en las que todos sus miembros se
repartieron las tareas vocales.
Sin duda una parte fundamental del
sonido de la formación germana fue su nuevo batería Michel Kadnar quien, tras
su pequeño kit, se marcó una auténtica exhibición de fuerza y pegada, encarando unos explosivos cambios de ritmo que le
convirtieron en el auténtico motor de la banda en directo, consiguiendo crear ese infranqueable muro sonoro que serviría de
base para la arrolladora contundencia de las piezas de su última referencia de
estudio "Suffocating In The Swarm Of Cranes". De modo que durante su
escueta descarga no faltaron las estructuras oscuras, opresivas y pesadumbrosas
que protagonizarían cortes como el impenetrable "Drowning By Wing
Beats", en la que fundieron esos
tenebrosos y apocalípticos desarrollos con unas poderosas andanadas extremas en las
que el cuarteto pisó el acelerador al máximo.
Como viene siendo habitual en las bandas del género, el escenario estuvo
durante todo el show prácticamente a oscuras, mientras los integrantes del
cuarteto permanecían absortos en su música y
sin apenas interactuar con la audiencia, concentrados al máximo en
aplastar nuestras cabezas con los desquiciantes riffs de temas como "
Beneath The Crown Of Cranes", que nos arrastrarían sin compasión sobre esos pasajes desolados y
decadentes.
Además de las composiciones de su más reciente entrega, los alemanes no
quisieron dejarse en el tintero la seminal y primeriza "Odium", con
su bajista, Anton Lisovoj, castigando
intensamente sus cuerdas vocales para ofrecernos unos registros
desesperados, sobrecogedores y casi más
propios del hardcore más seminal. Mientras que la encargada de cerrar su
actuación, ante una audiencia atenta y expectante, fue "In The Rivers Bleak".
Pese al poco tirón que todavía tienen en nuestro país las bandas del
"underground" europeo, lo cierto es que formaciones como Downfall Of
Gaia poseen una propuesta personal y apocalíptica que resulta ideal para esos
oídos inquietos y ávidos de nuevas emociones que están cansados de bandas que repiten de forma sistemática
esquemas y sonoridades sin aportar nada sustancialmente nuevo.
Con el recuerdo todavía fresco
de su última descarga en la
vecina Razzmatazz 3, en Septiembre del pasado año, los chicos de Black Tusk regresaban a nuestros escenarios para
ofrecernos una nueva sesión de su delirante y corrosivo "Swamp metal". Si en su anterior
visita el principal motivo de sus conciertos fue la presentación del EP "Tend
No Wounds", en esta ocasión el poderoso trío de Savannah traía bajo el
brazo su nuevo 7" titulado "Vulture' s Eyes", que constituye una
nueva muestra del potencial de este
arrollador combo que con sus constantes giras y su prolífica producción en
estudio se está granjeando un nombre y una reputación que les sitúa justo al
lado de bandas vecinas como Kylessa o Baroness.
Con el ambiente ya muy caldeado tras las descargas de Mount Cane y Downfall
Of Gaia, el portentoso trío americano pisaba las tablas del pequeño escenario
del Rocksound con las ideas bien claras y con la consigna de destrozar nuestras cervicales para
convertir la noche en un auténtico desmadre. Sin excesivos alardes ni
florituras, la dupla formada por el bajista Jonathan Athon y el guitarrista
Andrew Fidler se conjuraba en el centro del escenario segundos antes de que la batería
de James May empezara a hacer retumbar los
cimientos del local con el abrumador ritmo de "Red Eyes, Black
Skies", que nos dejaba a una banda maltratando violentamente sus
instrumentos mientras desplegaban su inmenso potencial y su arrolladora
personalidad en escena, seduciendo a una
audiencia que se dejó atrapar por la
actitud y la entrega de la formación americana.
Aunque Black Tusk siguen apostando por machacar de forma obsesiva ese
crujiente y efectivo sludge, protagonizado por una base rítmica aplastante y esos
riffs densos y correosos de pura escuela
“sabbática”, lo cierto es que el trío no se amilanó a la hora pisar el acelerador al máximo para
ofrecernos la rabiosa vena punk contenida en
"Vulture' s Eye", una pieza de nuevo cuño que la banda está presentando
en este nuevo periplo por el viejo continente. Teniendo en cuenta que la banda
nos había visitado hace escasamente unos meses, era lógico pensar que el trío
daría un vuelco a su repertorio dando
cabida a sus nuevas composiciones. De modo que sin abandonar su último 7"
la siguiente en sonar fue la crujiente y devastadora "Screaming
Inside Myself".
Durante toda la actuación fue realmente encomiable el nivel de intensidad y
entrega que exhibieron los americanos sobre las tablas, consiguiendo
contagiar su fuerza y su actitud a un público
cada vez más entregado a la causa, que no paró en ningún momento de saltar y
animar a la banda. Tampoco faltaron las repetidas muestras de agradecimiento
del barbudo Jonathan Athon, quien en diversas ocasiones se dirigió a la
audiencia para agradecerle el cariño y el apoyo del público barcelonés.
Pese a que el grueso del repertorio de esta noche estuvo centrado en las
composiciones más recientes de la banda, el trío no quiso dejarse en el tintero
algunas de las gemas clásicas de su
repertorio como el desquiciante "Snake Charmer", rescatado de su
"Taste The Sin" de 2010, que nos dejó la imagen de Athon y Fidler encarándose
en el centro del escenario para acabar formando una cruz al cruzar sus
instrumentos. La recta final de su actuación estuvo marcada por el material de
"Tend No Wounds". Así que la encargada de continuar con la fiesta fue
la siempre efectiva y rabiosa "Enemy Of Reason", durante la que los
músicos se internaron entre la audiencia para martillear incesantemente sus
castigados instrumentos.
Siempre se ha dicho que: "lo bueno, si breve, dos veces bueno".
Así que fieles a esta filosofía la formación de Savannah encaró la recta final
de su show, de apenas una hora de duración, ofreciéndonos la dupla compuesta
por "In Days Of Woe" y "Truth Untold", que los músicos descargaron
debido a la insistente demanda de un público que pidió de forma enfermiza la
interpretación de algún tema más.
Aunque habrá quienes puedan objetar
que la descarga del trío americano fue excesivamente corta, lo cierto es
que resultaría muy difícil mantener semejante nivel de intensidad y entrega
durante mucho más tiempo. En resumen, arrolladora descarga del Black Tusk que demostraron, una vez más, que son unas
auténticas bestias sobre las tablas y que su hábitat natural es el directo.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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