ANGELUS APATRIDA
Aunque los encargados de abrir esta segunda jornada del festival fueron los
bilbaínos Rat- zinger, la primera banda que movilizó a los valientes que se
atrevieron a desafiar el intenso calor de las dos de la tarde fueron los
albaceteños Angelus Apatrida. Actualmente hablar de la formación de los
hermanos Izquierdo es hablar de una de las bandas más en forma de nuestra
escena. Con varias giras europeas a sus espaldas y con diversas apariciones en festivales
del Viejo Continente, los albaceteños se
presentaban ante el público de una de
sus plazas fuertes.
A diferencia de lo que sucediera
en su reciente actuación del Hellfest, el guitarrista Davish sí que formó
junto a sus compañeros, aunque fuera en silla de ruedas y arrastrando las secuelas
de un reciente accidente. Pese a ello, el hacha demostró con su participación
un gran compromiso, no solo con sus compañeros sino también con sus seguidores, dándolo todo en escena y
atreviéndose incluso a moverse con la silla por el escenario mientras no dejaba
de hacer “headbanging”. Como viene siendo habitual en ellos,
el cuarteto se mostró intenso, poderoso y dispuesto a ir a por todas desde los
primeros compases del show, arrancando su actuación con el poderoso
"Vomitive", que nos hacía sacudir el sueño de las orejas para
adentrarnos en una rotunda y desquiciante sesión de ese thrash metal, para
posteriormente proponernos trallazos como "Violent Down", con el que
la gente se fue animando a montar los primeros “circle-pits” de la jornada.
A lo largo de su hora de show,
Guillermo se mostró muy comunicativo y simpático con el público, así como especialmente atento
y cariñoso con su compañero Davish, para el que pidió un par de ovaciones
durante su actuación. Poco hay que comentar sobre el material que descargó el
cuarteto, ya que para cualquiera que haya visto alguna de sus actuaciones
resulta innegable el poderío thrashero que aportan temas como "Of Men And Tyrants", o el corrosivo
y crítico "Killer Instinct", que fue uno de los que mejor respuesta
obtuvieron.
Tampoco quisieron dejarse en el tintero algunos guiños hacia sus primeros
trabajos rescatando para la ocasión piezas como "Versus The World",
con Guillermo y Davish exprimiendo al máximo sus guitarras, o esa frenética
ración de doble bombo contenida en el vibrante "Never Forget",
extraído de su "Giv´Em War", que espoleó todavía más a una audiencia
totalmente desatada.
Pese a que las dos de la tarde no parecía la mejor hora para la descarga de los manchegos, el cuarteto demostró que no precisa para despuntar ni de luces ni de grandes ornamentos escénicos, sino simplemente del apoyo de sus incondicionales y la potencia arrolladora de trallazos como "Corruption", para convertir el foso en un verdadero infierno. Evidentemente contra el asfixiante calor reinante lo mejor era una buena cerveza fría, así que no faltó su personal homenaje a la milenaria bebida en la festiva "Fresh Pleasure", que contó con el brindis de Guillermo en su presentación.
Pese a que las dos de la tarde no parecía la mejor hora para la descarga de los manchegos, el cuarteto demostró que no precisa para despuntar ni de luces ni de grandes ornamentos escénicos, sino simplemente del apoyo de sus incondicionales y la potencia arrolladora de trallazos como "Corruption", para convertir el foso en un verdadero infierno. Evidentemente contra el asfixiante calor reinante lo mejor era una buena cerveza fría, así que no faltó su personal homenaje a la milenaria bebida en la festiva "Fresh Pleasure", que contó con el brindis de Guillermo en su presentación.
Una arrolladora versión del tema que daba título a su segundo trabajo
"Giv´Em War", sería la encargada de adentrarnos en la recta final del
show, para posteriormente dejar paso al celebradísimo "You Are
Next" que, convertido ya en un auténtico clásico, fue uno de los temas más coreados de la tarde. Una
nueva demanda de "circle-pit" a
cargo del vocalista marcaría el arranque del crujiente y devastador "Blast
Off". Mientras que el sprint definitivo a su arrolladora actuación vendría de la mano de la declaración de
intenciones que supone "Thrash Attack"
y la crítica “Legally Brainwashed”, con las que el cuarteto manchego dejaba bien
claro, una vez más, porque actualmente son una de las bandas más importantes de
nuestro país.
H.E.A.T
Si de algo puede presumir esta
primera edición del Rock Fest es de la variedad de su cartel, ya que a lo largo
de las dos jornadas fueron desfilando bandas y propuestas para todos los
gustos, desde el clasicismo roquero encarnado por Barón Rojo o Medina Azahara, pasando
por el thrash metal que nos ofrecieron Kreator o Angelus Apatrida, o el power metal de Stratovarius o Gamma Ray. Así que como
máximos baluartes del hard rock melódico
contábamos con la actuación de los prometedores H.e.a.t. Para los que ya
tuvieron ocasión de presenciar su reciente actuación madrileña, abriendo para los míticos Scorpions, la de los
suecos representaba una cita ineludible pese a estar programada para las tres y media de la tarde.
Avalados por el excelente material contenido en sus dos últimos
lanzamientos, "Adress The Nation" (2012) y "Tearing Down The
Walls" (2014), y liderados por un fantástico frontman como es Erik
Grörwall, los suecos desafiaron el intenso calor de primera hora de la tarde
para convertir el Parc de Can Zam en una auténtica fiesta. Desde que la banda
diera el pistoletazo de salida a su actuación con la intro y el tema que abre
su último trabajo "Point Of No Return", se pudo comprobar que la formación
posee el gancho y el “punch” propio de
las grandes formaciones, además de contar con unos estribillos brillantes y altamente
coreables. Mención especial merece la puesta en escena de su vocalista Erik
Grörwall que, con su imagen punk, se mostró como una fiera indomable sobre las
tablas, saltando, bailando, haciendo movimientos pugilísticos e incluso atreviéndose
a bajar al foso para animar a una audiencia totalmente entregada.
Y es que durante su show la banda supo compaginar con total descaro y
maestría la elegancia y sutileza melódica de temas como “Better Off Alone” con
la inmediatez roquera de temas como “Heartbreaker” o "It´s All About
Tonight", que se destaparon como
auténticos himnos para ser coreados frente a grandes audiencias. Pese a que su
propuesta no resulta especialmente novedosa, lo cierto es que los suecos
consiguieron que su música sonara fresca y poderosa, dejando que los
contagiosos coros de "Beg Beg Beg", se convirtieran en unos de los
más coreados de toda la jornada.
Aunque a esa hora el sol apretaba todavía con mucha fuerza, banda y público no cesaron de darlo
todo durante el tiempo que los suecos permanecieron en escena. Los momentos más
calientes de su actuación estuvieron marcados por el marchoso “A Shot Of
Redemption”, el melódico "Downtown",
y la pegadiza "Living On The Run", con un Grörwall enloquecido
bañándose en cerveza.
Sin duda H.e.a.t están aprovechando al máximo su oportunidad de tocar
frente a grandes audiencias para labrarse un nombre y una excelente reputación.
Si estos chicos consiguen mantener semejante nivel de entrega y actitud en sus
show en locales más pequeños sus próximos conciertos prometen ser una auténtica locura.
EPICA
Ardua tarea a la que tenían que enfrentarse Epica tras la abrumadora
descarga de los suecos H.e.a.t. Con el
astro rey todavía picando fuerte sobre nuestras cabezas los holandeses tomaban
posiciones en escena acompañados por la introducción que abre su último trabajo
"Originem", recibiendo una calurosa bienvenida de parte de una audiencia que les apoyó en
todo momento. Al igual que sucede en "The Quantum Enigma", la
encargada de hacernos entrar en el complejo universo sonoro de los holandeses fue
la veloz "The Second Stone",
que nos mostraba su cara más agresiva y visceral, con el sonido cortante y
afilado de las guitarras de Mark Jansen e Isaac Delahaye rugiendo potentes, en
primer plano, junto al elegante registro mezzosoprano de Simone
Simon.
Tras recibir la primera ráfaga de aplausos, la banda siguió desgranado las
composiciones de su última entrega discográfica, de modo que la siguiente en
sonar fue una de las piezas más crudas y violentas del plástico, la implacable
"The Essence Of Silence", en la que los guturales de Mark Jansen
cobraron un mayor protagonismo concediendo al corte esa potencia y esa dualidad que tanto gusta a sus seguidores. A diferencia
de lo que sucediera con otras bandas, los holandeses decidieron engalanar el
escenario con un gran telón que reproducía la portada de su último trabajo.
Además, colocaron tres tarimas a lo largo del escenario. Una a cada extremo,
donde se aposentaban los teclados
giratorios de Coen Janssen y la batería
de Ariën Van Weesenbeek; y una tercera, en la zona central, que delimitaría los
dominios de Simone Simons.
Lamentablemente, los holandeses no
disfrutaron de un sonido excesivamente brillante, como pudo apreciarse durante
las partes más grandilocuentes y orquestadas, lo que provocó que piezas como la
novedosa "Victims Of Contingency", no acabaran de brillar y obtener
la respuesta esperada por el sexteto, quedando excesivamente saturadas y
sobrecargadas. Tras habernos ofrecido una buena muestra de su material más
reciente, por fin llegaba el momento de adentrarnos en el elegante sinfonismo
que macaría el arranque de "Unleashed", que apoyado por las palma del
público se convertiría en uno de los momentos álgidos de su actuación. El
retorno sobre su material más reciente estaría marcado por "Natural
Corruption", con los sintetizadores de Coen Janssen dando cobertura a una
de las composiciones más melódicas de su extensa discografía.
Pero indudablemente el punto culminante de la actuación de los holandeses
estuvo marcado por la portentosa interpretación que Simone Simons realizó de la
apoteósica “Cry For The Moon”, transmitiendo ese “feeling” y esa magia tan especial que
acabaría contagiándose a todos los presentes a la hora de entonar su
estribillo. Aunque la banda tiene previsto visitarnos durante los próximos
meses, el sexteto no quiso dejarse ninguna bala en la recamara, y apostó
fuertemente por el material de "The
Quantum Enigma", del que interpretaron hasta cinco cortes, siendo el último
de ellos "Unchain Utopia". Para rematar su actuación, la banda se
abandonaría en las arrolladoras ambientaciones épicas contenidas en la extensa
"Consing To Oblivion".
SABATON
Durante los últimos años los suecos Sabaton se han consolidado como una de
las apuestas más decididas del power metal. Mientras
que en otros países del Viejo Continente la banda, capitaneada por el vocalista
Joakim Brodén y el bajista Pär Sundström, son toda una institución, en su última
visita por salas en nuestro país únicamente fueron capaces de congregar a tres
centenares de seguidores en un Razzmatazz 2 a medio gas. Afortunadamente parece
que el duro trabajo del quinteto está dando sus frutos, así que a la hora
prevista para el inicio de su show, las 18,30 horas, un buen número de seguidores se
arremolinaban en los aledaños del escenario para ser testigo de primera mano del arrollador poder metálico de los suecos.
Acompañados por la introducción “The March To War”, los suecos tomaban al
asalto el escenario ante una audiencia que les tributó un recibimiento de
auténticos héroes. Ataviados con su habitual indumentaria militar, Sabaton salieron
muy potentes y con muchas ganas, abordándonos con ese fantástico “Ghost
Division”, que además de servirles para inaugurar el show nos proponía esos
ampulosos coros marca de la casa que tanto gustan a sus seguidores.
Los suecos recientemente han publicado su última referencia de estudio “Heroes”,
de modo que la actuación de esta tarde, ante una audiencia numerosa, era una
buena ocasión para calibrar la respuesta que obtendrían temas como “To Hell And
Back”.
Como ya pudimos apreciar los que asistimos a su última presentación en
Barcelona, de hace un par de años, Joakim Brodén es un “frontman” solvente y
comunicativo, de hecho no dudó en bromear con las primeras filas sobre su
habitual indumentaria y el calor asfixiante que estaba pasando. Así que con la
gente ya muy metida en su actuación y con la banda deseosa de desplegar toda su
parafernalia militar y sus letras bélicas llegaba el momento de la
grandilocuente de “Carolus Rex”, que se ha convertido ya en todo un himno para
los seguidores de la banda. A diferencia de lo que sucediera en otras actuaciones
que he podido ver del quinteto, si me pareció que en esta ocasión dejaban un mayor espacio entre
tema y tema, con lo que el ritmo de su actuación no fue tan dinámico como me
esperaba.
Pese a ello, cuando sobre las tablas los músicos atacaban piezas “Screaming
Eagles”, el movimiento del quinteto en escena era imparable, con los músicos
corriendo de una punta a otra del escenario incansablemente. Otro detalle que
también llamó mucho la atención de su show fue lo equilibrado de su
repertorio, ya que rescataron temas de casi todos sus trabajos. Uno de los
momentos más brillantes de su actuación llego con la interpretación de
abrumador y desconcertante “Swedish Pagans”, que fue el escogido para
representar su quinto trabajo “The Art Of War”.
Pero evidentemente el motivo principal de esta nueva visita de los suecos
era presentar los temas contenidos en “Heroes”, de modo que lo siguiente que
nos ofrecieron fue una doble ración compuesta por la intensidad y épica de
“Resist And Resist”, para rápidamente dejar paso a uno de los trallazos más
compactos de su último trabajo “Soldier Of 3 Armies”. Pese a la buena acogida
que recibieron las composiciones más novedosas de la banda, los momentos más
intensos y de mayor complicidad con la audiencia llegarían con esa arrolladora
tripleta final que serviría para poner el broche definitivo a su actuación.
Como un golpe certero y sin aviso previo llegaba “The Art Of War”, provocando
la algarabía entre un público que no dejó de saltar y corear todos los estribillos
que proponían los suecos. Aún más si cabe caldeó el ambiente el ampuloso “Primo
Victoria”, mientras que la encargada de finiquitar su actuación fue la
inevitable y roquera “Metal Crüe”.
Incansables, luchadores y profesionales los suecos aprovecharon esta
actuación dentro del marco del Rock Fest para pescar a algunos seguidores. En unos meses tendremos la posibilidad de verlos de nuevo por aquí liderando su propio show,
veremos si en esta ocasión la sala presenta un aspecto más calado y concurrido
que durante su última visita.
LOS SUAVES
Con el calor empezando a concedernos una tregua, era el momento de recibir
al segundo representante patrio de esta última jornada festivalera, Los Suaves.
La veterana formación gallega ha vivido
un idilio permanente con el público catalana.
Cada año de forma tradicional la banda se acerca a los escenarios de la capital catalana para
seguir alimentando ese amor que se ha mantenido inalterable durante las últimas
tres décadas. Con todo esto quiero decir que todos conocemos ya el talante y la
personalidad de su vocalista, el carismático Yosi, y sus fans condescendientes
y compresivos suelen perdonarle todas sus chaladuras y desvaríos, pero
sinceramente creo que lo de esta tarde en el Rock Fest fue excesivo.
Como suele suceder siempre con la formación gallega había muchísimas ganas
de seguir su concierto, yo personalmente hacía mucho tiempo que no los veía, y
la verdad que después de salir un poco decepcionado las últimas veces que había
acudido a presenciar su descarga, tenía muchas ganas de reencontrarme con ellos
y sacarme la espinita. Pero desafortunadamente no pudo ser. Desde el mismo
arranque del show con ese trepidante “Preparados Para El Rock and roll”, se vio
que la banda estaba en un excelente estado de forma, pero que Yosi era el que
no estaba preparado para el rock n´roll, ya que apenas era perceptible su voz y
hasta parecía que le costaba mantenerse erguido sobre el escenario.
Además del mejorable estado que exhibía el vocalista, lo cierto es que el
sonido no acompañó a los gallegos en ningún momento, siendo víctimas de un
sonido realmente desastroso, especialmente durante los primeros compases del
show, cuando temas como “Cuando Los Sueños Se Van”, o el emotivo “Palabras Para
Julia”, sonaron con unas guitarras casi inexistentes, lo que acabó desluciéndolos
notablemente. Pese a ello los seguidores de la banda seguían apoyando
incondicionalmente, mientras el resto de la banda ponía buena cara. Varias
veces fueron las que el vocalista se despidió de la audiencia, de hecho se pasó
así gran parte del concierto, diciendo que se volvían para Galicia. Aunque
antes de que llegará ese momento todavía nos harían cantar los estribillos de
clásicos como “Maldita Sea Mi Suerte”, que pese a todos los contratiempos y
problemas técnicos sonó francamente arrolladora.
Dejando a un lado los desvaríos y chaladuras de Yosi quien, por cierto,
acabó por los suelos desplomado y tuvo que ser ayudado por dos asistentes para
recuperar la verticalidad, lo cierto es que el resto de sus compañeros se
mostraron en un fantástico estado de forma, especialmente la dupla formada por
el excelso Alberto Cereijo y el efectivo Fernando Calvo. Afortunadamente la
ristra de himnos de los gallegos es muy amplia, y su actuación acabó
convirtiéndose en un karaoke multitudinario, en el que Yosi se limitaba a dejar
alguna frase para animar aún más al respetable. De modo que durante su hora de
actuación no faltaron las alusiones a los desaparecidos “¿Sabes? Phil Lynott
Murió”, o ese magnífico “Viajando Al Fin De La Noche”.
Con un sonido algo más normalizado, en el que por lo menos podían
distinguirse las guitarras, llegaba el momento de encarar la segunda mitad
show, regalándonos piezas como “No Puedo Dejar El Rock”, que fue coreada como
el enorme himno que es, “Mi Casa”, que
sonó potente y sentida, pero a la que le faltó un poco de gancho, y la
pesimista “Dulce Castigo”. Visto lo visto, estaba claro que hoy el vocalista no
estaba en uno de sus días buenos, así que los asistentes tuvimos que capear el chaparrón
y conformarnos con una excelente interpretación instrumental y un cantante
totalmente disperso y pasado de vueltas, que amenazó con destripar piezas
clásicas como “El Afilador”. Como viene siendo habitual en todas sus descargas,
y como si de un ritual se tratara, no faltó la bandera gallega ni la interpretación
del himno. Aunque la encargada de cerrar su show fue la siempre inevitable
“Dolores Se Llamaba Lola”, que servía para que todos los presentes volviéramos
a tararear una de las composiciones más famosas del rock n´roll nacional.
Desgraciadamente no tuvieron su día los de Ourense, o mejor dicho, su
vocalista, Yosi. En cualquier caso, una autentica lástima.
GAMMA RAY
Aunque hace escasamente unos meses que Kai Hansen y sus muchachos habían pisado
los escenarios de la Ciudad Condal para
presentar su última obra de estudio “Empire Of The Undead”, la verdad es que la
presencia de la mítica formación alemana siempre levanta una gran expectación
entre todos los seguidores del heavy metal europeo. A estas alturas, creo que
todos sabemos que las actuaciones de la banda
dependen, y mucho, del estado vocal de Mr. Hansen. Pues bien, en esta
ocasión, podría decirse que estuvimos de suerte, ya que aunque resulta obvio
que su voz en los últimos años ha
perdido potencia y matices, lo cierto es que durante la actuación de esta noche
estuvo a un nivel bastante aceptable, sonando mucho más potente y agresiva que durante su última visita.
Otro de los condicionantes que dieron un plus añadido a la descarga de los
de Hamburgo fue que, al tocar ya sin luz solar, la banda pudo sacar el máximo
partido al vistoso juego de luces del escenario, con lo que su actuación ganó
muchos enteros. Quizás la única pega que le pondría a su show fue un repertorio muy similar al de su última
visita, repitiendo la totalidad de los
temas que ya tocaron en su reciente actuación
en la Sala Apolo. De modo que pienso que habría sido un acierto haber introducido alguna novedad en su repertorio,
como por ejemplo la inclusión de algún tema del olvidado “Somewhere Out In
Space”, con lo que seguramente habrían
hecho las delicias de sus más fieles seguidores. En cualquier caso, la
descarga de Hansen y sus secuaces fue correcta en líneas generales, pero como
digo, podría haber estado mucho mejor a poco que hubieran introducido un par de
modificaciones.
Como viene siendo habitual en todas las descargas del cuarteto alemán era
“Welcome” la encargada de inaugurar su show para rápidamente adentrarnos en el
ritmo lento y sobrecogedor de “Avalon”. Pese a que en un principio podría
parecer que esta composición no es la
más idónea para abrir el show, resulta
encomiable ver como Hansen tira de
tablas y carisma para irse adueñando de
la situación mientras va creando esa ambientación épica con la que acabara arrastrando a toda la audiencia a ese
grandilocuente coro. Con el público plenamente metido en la descarga y con las
gargantas ya calientes llegaba el momento de rescatar una de sus piezas
clásicas de inicios de los noventa, el contagioso "Heaven Can Wait”, con
el que conseguían llevar al éxtasis a sus
fans más veteranos.
Tras hablarnos de sus correrías nocturnas por la ciudad y recordarnos que la banda tiene un nuevo
trabajo titulado “Empire Of The Undead”, sería el propio
Hansen el encargado de adentrarnos en el vendaval metálico que encierra el oscuro “Hellbent”. Mucho más excitado se
mostró el personal cuando el vocalista pronunció las tres palabras mágicas que
conforman el título de uno de los temas más coreados de la historia del heavy
metal, “I Want Out”, provocando el delirio y tal nivel de decibelios que se hacía prácticamente imposible escuchar
a Hansen a la hora de atacar los
estribillos. Aunque la pieza sonó tan brillante y efectiva como de costumbre, debo reconocer que ese
guiño reggae que introdujeron en su parte central acabó sonando algo forzado y repetitivo.
En cualquier caso, a estas alturas la actuación de Gamma Ray se había
convertido ya en una auténtica fiesta, y por si todavía había alguien que no tenía
argumentos suficientes para sumarse a ella la siguiente en caer fue “Rebelion In Dreamland”, rezumando épica y
grandilocuencia por los cuatro costados, aunque Kai decidiera prescindir de la
acelerada parte final para dar paso a la
novedosa “Master Of Confusion”, que, nuevamente, fue coreada con auténtica
devoción por todos los seguidores de la banda, ratificando así la excelente
acogida que ha recibido su último
trabajo.
La faceta más speed metalera de los de Hamburgo se apoderaría del torrente
riffero que representa “Man On A Mission”, que nos embarcó en una intensa y
veloz cabalgada mientras la banda hacia
retumbar la estructura del escenario. Con un Hansen enormemente agradecido, que
incluso ofreció alguna reverencia a sus feligreses, la formación alemana
encaraba la recta final de su actuación volviendo a aunar nuestras voces para
un “To The Metal”, que quizás sonó
demasiado lineal y previsible. Mientras que la elegida para poner el
punto y final a su descarga fue
la pegadiza “Send Me A Sign”, una composición
rescatada de “Power Plant” que se ha convertido en una pieza indispensable en todas sus presentaciones.
En definitiva, buena y efectiva actuación de Gamma Ray que optaron por lo
seguro, ofreciendo un show muy similar al de su última visita a la Capital
Catalana. Seguramente, muchos de sus fans habrían agradecido
un pequeño giro en su repertorio, introduciendo alguna modificación o
algún guiño en forma de tema poco habitual
en sus directos, pero lamentablemente esta vez no fue así.
TWISTED SISTER
Si durante todo el fin de semana la norma del festival había sido la de respetar al
máximo las horas de inicio y finalización de cada actuación, desgraciadamente esta tónica se
rompió con Twisted Sister. El rock n ´roll siempre se ha rodeado de una mística
especial, al igual que en otras esferas de la vida siempre hay rumores y
leyendas que pululan alrededor de los múscicos. Pues bien, para cualquiera que
haya sido seguidor del metal americano durante las últimas décadas no resultará
una novedad “el affaire” que habla de la
encarnizada enemistad entre Twisted Sister y Manowar. No sé si sería por ese
motivo, o más bien fruto de la desgraciada
casualidad, pero lo cierto es que el inicio de la actuación de la banda
de Dee Snider se retrasó en casi media hora. El resultado de este retraso fue
que su actuación quedó recortada de los 75 minutos previstos inicialmente a unos escasos 45
minutos de show.
Mucha expectación había por seguir la descarga de una de las bandas míticas
de la escena americana de la década de los ochenta. De hecho durante la larga
espera fueron muchos los pitidos que pudieron escucharse y que manifestaban el
descontento y la impaciencia de una audiencia deseosa de empezar a saltar y
corear los clásicos de los neoyorquinos. Así que tras una larga y exasperante
espera por fin empezaba a sonar a través del P.A. el clásico de los
australianos AC DC “It´s A Long Way To The Top (If You Wanna Rock N´Roll)”, que
nos anunciaba el inminente arranque de la descarga de los americanos. Como un
ciclón, muy alborotados y dispuestos a cogernos por la solapa y aplastarnos sin
piedad salieron a escena Twisted Sister con un rotundo “Stay Hungry”, que hizo explotar a un
público ansioso por vivir emociones fuertes.
A pesar de no ser ningunos jovenzuelos la banda se mostró en todo momento en
un estado de forma realmente envidiable. Mención especial merece su vocalista,
Dee Snider, quien sigue conservando la imagen y la planta de sus videos de los
80. Aunque en esta ocasión la banda no se presentó con sus clásicas pinturas de
guerra, temas como “Shot ´Em Down” o “You Can´t Stop Rock N´Roll”, sonaron
realmente poderosos y compactos, demostrando que la banda no ha pedido ni un
ápice de su fuerza y su pegada en vivo. Pese a que durante este 2014 se cumple
el trigésimo aniversario de la edición de uno de sus plásticos más conocidos,
el mítico “Stay Hungry”, la banda no quiso dejarse en el tintero piezas como el
melódico “Captain Howdy” o el macarrónico “Street Justice”.
Además de la vitalidad que los ´Sister imprimen a todas sus descargas no
faltó ese desternillante momento de vacile, cuando después de interpretar
“We´Re Not Gonna Take It”, Snider nos hizo cantar en castellano, cambiando el
estribillo de la canción por “Huevos con Aceite”, provocando el cachondeo y el
jolgorio generalizado. De su álbum de 1983 “You Can´t Stop Rock N´Roll”,
rescataron la pieza que lo abría, ese marchoso “The Kids are Back”, para acto
seguido dejar paso a la declaración de principios que representa “I Believe In
Rock n´Roll”.
Tras presentarnos a los componentes de la banda, Snider tuvo un emotivo recuerdo
hacia un viejo amigo, Mr. Kilmister, con el que según manifestó habían
coincidido en multitud de festivales a lo largo de los años. Así que como
tributo hacia el mítico bajista la banda descargó el clásico “Born To Raiser
Hell”. Con la audiencia plenamente entregada, y con un Snider demostrando
porque está considerado como uno de los
mejores “frontman” de todos los tiempos, la banda encaraba la recta final de su
actuación de la mano del oscuro “Burn In Hell”, mientras que la encargada de
poner la guinda al pastel era la hímnica “I Wanna Rock”, que volvía a poner el
recinto de Can Zam patas arriba.
Corto, muy corto se nos hizo el paso
de Twisted Sister por esta primera edición del Rock Fest. Pese a ello, los
americanos fueron una de las mejores bandas de todo el festival, de modo que si
hubieran podido desplegar todo su potencial y ofrecernos su show completo, no
me cabe la menor duda de que hubieran sido los auténticos triunfadores de esta
primera edición del Rock Fest.
MANOWAR
Tras la acortada actuación de Twisted Sister, era el momento de recibir a
los que a priori tenían que ser los grandes triunfadores de la noche y del
festival, Manowar. Como seguidor que he sido de la banda durante los últimos 25
años debo reconocer que sus directos no
siempre me han convencido, ya que les he visto hacer conciertos realmente
épicos y poderosos, pero también les he visto en otras ocasiones en las que sus
actuaciones me han parecido aburridas y faltas de ritmo. En cualquier caso,
todos sabemos del fanatismo de “los hermanos del metal”, así que teniendo en
cuenta que estábamos en un gran festival, y que la suya era la actuación
principal del mismo, todo parecía preparado para su indiscutible triunfo.
En principio todo pintaba muy bien. Con un montón de fieles seguidores
alineados frente al grandioso escenario, una noche placida y una enorme
pantalla presidiendo el escenario. Pero desafortunadamente desde que la banda
diera el pistoletazo de salida a su actuación con su himno “Manowar”, pudimos observar
que algo no iba bien, y lamentablemente lo que fallaba era lo más importante en
un concierto, el sonido. Inexplicablemente el cuarteto americano salió a
escena, después de haber estado probando durante toda la mañana, con un sonido
desastroso donde únicamente eran descifrables la batería de Donnie Harmik y la portentosa voz de Eric Adams, mientras
que las guitarras de Karl Logan quedaban
totalmente difusas y sepultadas bajo el distorsionado bajo de Joey
DeMaio.
Con caras de incredulidad y sorpresa los fieles de la banda achacaron el
lamentable sonido inicial a una ecualización poco equilibrada, pero
lamentablemente el sonido no mejoró durante todo el show. Aunque todos
pensábamos que el pequeño parón que se produjo después del tema de apertura
serviría para que el sonido mejorara notablemente, la cosa siguió igual a lo
largo de “Blood Of My Enemies”, en donde únicamente destacaría el inmenso
caudal vocal de un Eric Adams por el que parece que no pasan los años, y que
sigue conservando su potente voz y esa imagen de vigoroso guerrero. Pese a que
durante los primeros compases del show la banda no estaba dando su mejor
versión, sus fieles seguidores apoyaron al máximo durante piezas clásicas como
“Sign Of The Hammer”.
Por si no fuera suficiente hándicap el sonido tan desastroso que estaba
ofreciendo el cuarteto americano, Manowar apostaron por colocar imágenes, a
modo de documental, que ilustraban la grabación de su “Kings Of Metal”, del que
precisamente se conmemoraba su XXV aniversario. Y es que fue precisamente el
material contenido en ese álbum, que recientemente la banda ha regrabado, el
que centró la mayoría del show de los americanos. De modo que tras habernos
ofrecido una buena muestra de su
material más novedoso con un prescindible “The Lord Of Stell” y un portentoso
“The Dawn Of Battle”, las luces se apagaron y empezó la que podríamos calificar
como la mejor parte del show de los americanos.
Quizás no fuera tanto por el nivel musical, sino más bien por la
ambientación y la entrega que pusieron los fans durante este segmento dedicado
a su clásico trabajo de 1988. Con las pantallas mostrándonos imágenes de un
abuelo explicando una historia a su nieto arrancaba la grabación de “The Warrior´s Prayers”, para acto seguido
adentrarnos en trallazos del calibre de “Blood Of The Kings”, un recuperado
“Kingdom Come”, que personalmente me supo a gloria, y el emotivo “Heart Of
Steel”, que fue uno de los que mejor sonaron durante toda la actuación.
Tras esta tripleta ganadora, que parecía animar nuevamente a unos fieles
deseosos de emociones fuertes, era Joey DeMaio el encargado de volver a cortar
el ritmo del show para ofrecernos un esperpéntico solo de bajo, que creo que
nadie comprendió y que acabó desembocando en “Sting Of The bumblebee”. Tras
intercalar imágenes de algunos amigos fallecidos de la banda como Ronnie James
Dio, o su ex_batería Scott Columbus llegaba el momento de “Wheels Of Fire” y de
un “Hail And Kill”, que salió hacia adelante más por la entrega y el cariño que
pusieron los fans que por el propio trabajo de la banda.
Con el expediente cumplido llegaba el momento de encarar la recta final de
show, y los cuatro guerreros del metal optaron por el acto de hermandad que
significa “Warriors Of The World United”, con el pertinente desfile de todas las
banderas de los países que se mencionan durante la canción, y provocando la
lógica explosión de júbilo cuando por fin apareció en las pantallas la de
nuestro país. Para acabar de certificar un concierto bastante gris y hasta
cierto punto apático, la banda nos ofreció, como viene siendo habitual en sus
presentaciones, un coreadísimo “Black Wind, Fire And Steel”, que nos dejó el
típico ritual de Joey DeMaio rompiendo las cuerdas de su bajo para regalárselas
a los fieles de las primeras filas.
Quizás lo mejor de la actuación del cuarteto americano fue el vistoso
castillo de fuegos artificiales con el que se cerró su descarga mientras a
través del P.A. sonaba “The Crown And The Ring” junto a un mensaje nos daba las gracias por nuestro
apoyo y nuestra asistencia. Muchos fueron los que mostraron su disconformidad
con un show manifiestamente mejorable en muchos aspectos. De hecho a la salida
no eran pocos los que hablaban de que era el peor concierto que habían visto de
los americanos, y algunos incluso aseguraban que no volverían a verlos en
directo.
ROCK TENT
Al igual que sucediera durante la primera jornada del festival, el escenario
Rock Tent se destapó como una excelente opción para amenizar las esperas entre
las actuaciones del escenario principal. Si a lo largo del viernes fueron
desfilando por este espacio formaciones que rendían tributo a
clásicos como The Ramones, Deep Purple, Bon Jovi o Kiss, en esta segunda
jornada festivalera los encargados de abrir fuego serían FAST SHARKS, que nos
deleitaron con un fugaz recorrido a través de los clásicos más conocidos de los
teutones Accept. Además de ser unos músicos muy solventes y compactos, me llamó
especialmente la atención lo muy lograda que estaba la voz y la caracterización
de su vocalista quien, literalmente, bordó piezas como “Metal Heart”, un
coreadísimo “Balls To The Wall” o el inevitable “Fast As A Shark”, que hicieron
rugir intensamente a todos los asistentes.
Proponiéndonos un cambio rotundo de
registro llegaba el turno de una de las mejores “cover-band” de nuestro país,
DR. CRÜE. Los catalanes llevan ya mucho tiempo ofreciendo su recorrido salvaje
a través de los primeros años de la carrera de los americanos, de hecho se
podría decir que prácticamente clavan los temas. Con muchas ganas de fiesta y
dispuestos a contagiar a una audiencia muy participativa los chicos de Dr. Crüe
supieron dar a la gente lo que había ido a buscar, de modo que no faltaron en
su repertorio piezas ágiles como “Wild Side”, momentos para ponernos a todos a
cantar con “Shout At The Devil”, o trepidantes carreras a través del mástil con “Live Wire” o un acelerado “Kickstar My
Heart”.
Durante los últimos años el denominado thrash metal "old School"
parece estar viviendo una segunda juventud gracias al trabajo de un puñado de
nuevas bandas que practican un estilo
que muchos creían más que amortizado.
Como representantes de esta eclosión thrashmetalera en el escenario Rock
Tent contábamos con el concurso de los badaloneses Alyanza. Una banda ya muy
curtida en los escenarios de la escena local catalana que se presentaba con
muchas ganas y dispuesta a triturar nuestras cabezas ofreciéndonos una rotunda
sesión de técnico y agresivo thrash
metal. Frente a una audiencia hambrienta y deseosa de emociones fuertes los
chicos de ALYANZA nos plantearon un
concierto rotundo y enérgico, consiguiendo
exprimir al máximo sus treinta minutos. Aunque su último trabajo "A New
Beginning" data del pasado 2012, el cuarteto atacó con total solvencia y
convicción piezas como el sangriento "Revolution", que sería el encargado de romper el hielo, "Soul Wanderings",
protagonizado por un intenso duelo entre ambos guitarristas, o la oscura y
apocalíptica "We Are Dead", con las que consiguieron dejar una
fantástica impresión frente una audiencia muy participativa. Aunque su fugaz
actuación estuvo centrada en el material de su último trabajo, también
tuvieron tiempo para echar la vista
atrás y recuperar piezas como la portentosa "No Human", que formaba
parte de su debut "Mind Control".
De entre todas las formaciones que desfilaron durante el festival por el
escenario Rock Tent, si hubo una que supo sacar el máximo partido a su
oportunidad ofreciéndonos una descarga realmente arrolladora e intensa estos
fueron los chicos de MEAN MACHINE. Este iracundo trío barcelonés, que ya había
plasmado su devoción por la velocidad
y los estribillos contagiosos en su prometedor debut "Livin´
Outlaw", nos ofreció una descarga apoteósica repleta de riffs
incendiarios, mala leche y actitud
roquera. Pese a que el inicio de su actuación la gente estaba todavía tomando
posiciones frente al escenario, el trio rápidamente supo conectar con la
audiencia gracias a la contundencia de temas como "Brawler" y
"The Black Motorcrew", en las que rescataban la esencia del clásico
sonido de los legendarios Motörhead. Por si no fuera suficiente con la
inmediatez de unas composiciones que desprenden
ese genuino aroma a gasolina quemada, Mean Machine contaron con la rabia
desbordante de su bajista y vocalista Raúl Mesa, quien no dejo de animar y
moverse sobre el escenario como si fuera una fiera enjaulada. Durante su
escueta actuación la banda nos ofreció un vertiginoso repaso de su explosivo
álbum debut, destacando especialmente
piezas como la desquiciante "I Was Made For Rock n' Roll", toda una
declaración de intenciones que puso a todos a cantar, o el toque roquero y vacilón que representó
"Rock n' Roll Wizard". Sin concedernos ni un segundo de tregua,
directos a la yugular y dispuestos a
provocarnos una severa lesión en
nuestras maltrechas cervicales, la recta final de su show estuvo protagonizada
por el corrosivo "Ain' t No Justice (But The Death) y el single de presentación de su debut
"We Want Violence", que fue el responsable de un tumultuoso
"circle-pit". En resumen, rock ácido, áspero y mucha actitud es lo
que nos ofrecieron Mean Machine.
Como aperitivo antes de la actuación principal del festival contábamos con
la participación de SEEK´EM ALL. Aunque para muchos puede parecer un recurso
fácil hacer versiones de una banda tan grande e idolatrada como Metallica, lo
cierto es que los chicos de Seek ´em All demostraron tablas y buen gusto a la
hora de revisitar el material de los cuatro hombres de negro. De entre ellos, destacaría especialmente a su guitarra solista quien clavo los solos de los
clásicos de los de San Francisco. Aunque solo dispusieron de treinta minutos para
ofrecernos una buena muestra de su potencial, los chicos no quisieron dejarse
en el tintero viejas favoritas de todos como “Creeping Death”, o el rapidísimo “Hit The Lights”. Tampoco faltó un vistoso medley en el que entremezclaron
fragmentos de piezas como “Battery” o “Master Of Puppets” entre otras. Para el
final se dejaron “One”, “Enter Sandman” y un primerizo “Seek And Destroy”, que
desató la locura entre todos los asistentes.
Tras la frustrante actuación de Manowar eran los chicos de Motörhits los
que tenían la responsabilidad de cerrar el festival dejándonos un buen sabor de
boca. Y en honor a la verdad hay que reconocer que lo consiguieron. Aunque
fueron muchos los que abandonaron el recinto después de la descarga de los americanos,
aún hubo bastantes valientes que se quedaron a hacer headbanging al ritmo de
clásicos como “Born To Raise Hell”, que sonaría por segunda vez esta noche,
“Stay Clean”, el inevitable “Killed By Death”, o el archiconocido “Ace Of
Space”.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:ALFREDO RODRIGUEZ
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