EASY RIDER
Para dar el pistoletazo de salida a esta segunda jornada de la novena
edición del Leyendas contábamos con una
agradable sorpresa, el reencuentro con una banda querida y respetada por toda
la parroquia metálica nacional, los madrileños Easy Rider. Tras una larguísima
temporada fuera de la circulación, la banda capitaneada por el vocalista Ron
Finn ha decidido volver a la actividad, de hecho el quinteto ha finalizado
recientemente la grabación de lo que será su nuevo trabajo que llevará por
título "From The Darkness", de modo que su participación en el
festival significaba una excelente oportunidad no solo para probar el potencial
de sus nuevas composiciones, sino
también para calibrar la expectación que ha suscitado este
"come-back".
A pesar de la intempestiva hora marcada para el inicio de su actuación, las
15:40 horas, lo cierto es que fueron muchos los que se acercaron al escenario
"Jesús De la Rosa" para seguir sus evoluciones sobre las tablas.
Recibidos de forma muy afectuosa y contando en todo momento con el respaldo del
respetable la formación de los hermanos Villanueva demostró estar en un muy
buen momento de forma, haciendo gala de un brío y unas tablas que para nada
denotaban el largo parón que ha sufrido la actividad de la banda.
Y es que pese al paso de los años temas clásicos de sus primeros trabajos
como "Visions", "Changes", o "Lord Of The Storm", siguieron
sonando igual de intensos y poderosos que antaño, demostrando que las
composiciones de la banda han aguantado perfectamente el paso de los años. De
su última etapa con el vocalista americano ya al frente no faltaron piezas como
un portentoso "Animal", un corrosivo "No Room In Hell" o
"Regeneration".
De lo que será su nuevo trabajo, cuya salida se espera para este mismo
otoño, nos dejaron una buena muestra de su potencial con un rabioso
"Defiance", con el que nos mostraron las bases de lo que será su
nueva obra. La encargada de poner el broche final a su actuación fue su mayor
éxito hasta la fecha, la coreadísima "Stranger", con la que nos
dejaban una buena impresión y con la miel en los labios de cara a poder degustar
su inminente nuevo trabajo.
LUJURIA
Un año más los segovianos Lujuria volvían a repetir participación en el Leyendas,
de modo que el descaro, la picardía y la diversión estaban asegurados con la
presencia sobre las tablas del inimitable vocalista Oscar Sancho quien, por
cierto, se presentó ante nosotros con un modelito de lo más cantón y
estrafalario que, todo hay que decirlo, no dejó indiferente a nadie.
Aunque el propio vocalista siempre ha sido la imagen y la cara más
reconocible de la banda, lo cierto es
que la actual encarnación de los segovianos
es, con diferencia, la más compacta y poderosa de su excelsa
trayectoria. Y es que la presencia entre sus filas del guitarrista Manuel
Seoane, quien ya actuara en la jornada previa con sus Burning Kingdom, ha dado
un plus de calidad a la veterana formación.
Como siempre Lujuria consiguieron captar
la atención de todos los presentes desde los primeros compases del show,
apostando en el arranque por la contagiosa electricidad de temas como
"Mozart y Salieri", que conseguía ponernos a cantar, o ese primerizo
"Sin Para de Pecar”, que convertía el recinto en un auténtico desmadre.
Sin abandonar ese temática "picara" que impera en la mayoría de sus
composiciones la siguiente en hacer acto de presencia ante el delirio de todos
los presentes fue "Cinturón de
Castidad". Si de algo puede vanagloriarse la veterana formación segoviana,
es que siempre se han mostrado como una banda comprometida, y buena muestra de
ello fueron los repetidos guiños y críticas que Oscar realizó hacia la actual
situación en Gaza.
Tampoco faltó un bonito recuerdo hacia la historia del metal nacional
rindiendo pleitesía a uno de los músicos más emblemáticos y queridos de la
década de la 80, el ex_bajista de Obús Luis quien se subió con ellos,
blandiendo su clásico instrumento con forma de hacha, para marcarse una contagiosa
versión del "Vamos Muy Bien".
Tras rendir pleitesía a una de las figuras más insignes del rock en nuestro
país, llegaba el momento de retomar el pulso de su actuación, recurriendo a esa
cachonda y desvergonzada aspiración contenida en "Estrella Del
Porno", que rápidamente acabaría dejando paso a "Joda A Quien
Joda". El sentimiento de hermandad se despertaría entre todos los presentes
con ese arrollador himno que es “Corazón De Heavy Metal", comandando por
un Oscar en plan estelar haciéndonos cantar de forma incansable su estribillo.
Un nuevo homenaje, en esta ocasión, a grandes clásicos del rock y metal
nacional sería el encargado de
protagonizar el sprint final de su actuación, proponiéndonos un entretenido “medley”
en el que tuvieron cabida algunos fragmentos de himnos tales como "Duro Y
Potente” de Banzai, "Traidor" de Muro o ese icónico "El Heavy No
Es Violencia", que a modo de proclama les servía para finiquitar su
entretenido show.
ELUVEITIE
Tras su paso
por la edición del 2012, los suizos Eluveitie regresaban al Leyendas para
presentar su nueva obra de estudio “Origins”, y dar fiel testimonio del crecimiento que ha
experimentado la formación durante estos últimos años. Como ya sucediera en su
anterior participación en el festival, la suya fue una de las actuaciones más
seguidas de la tarde, consiguiendo congregar frente al escenario “Jesús De La
Rosa” a un buen número de curiosos y seguidores dispuestos a cantar y bailar al
ritmo de sus contagiosas melodías. Y es que la formación suiza parece haber
encontrado la fórmula perfecta para fusionar en su sonido el death metal
melódico y las sonoridades típicamente folk
que aportan instrumentos como la flauta, la gaita, el violín, el arpa
clásica, o, como no, la zanfoña.
Acompañados
por la introducción que abre y da título a su nueva obra “Origins”, los músicos
de la formación suiza se apresuraron a tomar posiciones para dar el pistoletazo
de salida a su show con una de las piezas más crudas e impactantes de su último
trabajo “The Nameless”, con el que pudimos comprobar que Chringel Glanzmann no
ha perdido ese filo cortante y amenazante que siempre ha caracterizado las
composiciones de la banda. Sin abandonar su faceta más afilada, la siguiente en
sonar fue “Nil”, conformando así una compacta e imponente dupla de apertura. Sin duda fue una auténtica
lástima que los problemas técnicos
deslucieran el arranque del show, impidiéndonos disfrutar de ambas piezas en
todo su esplendor.
Ahondando en
su faceta más “folky”, y por tanto concediendo unas mayores cuota de
protagonismo tanto al violín como a la zanfoña, llegaba el momento de la oscura
“Thousandfold”, para rápidamente dejar paso a una de las piezas más celebradas
de su extensa discografía, una coreadísima
“Inis Mona”, que curiosamente fue la composición más antigua que
interpretaron, ya que prácticamente la totalidad de su repertorio estuvo
centrado en el material de sus tres
últimas entregas “Everything Remains (As
It Never Was)”, “Helvetios” y “ “Origins”.
Precisamente,
de su más reciente trabajo sonaron piezas como la seductora “The Call Of The
Mountains”, en la que una sonriente Anna Murphy sería la encargada de hacerse
cargo de las tareas vocales, mostrando un registro realmente elegante y cautivador.
El contraste a tanto preciosismo lírico
lo pondrían piezas como “Neverland” o “Kingdom Come Undone”, en las que los
suizos supieron recrear sobre las tablas
la perfecta fusión entre el folk y el metal, logrando una sonoridad realmente
vibrante y atractiva, que acabaría convirtiendo el recinto en una auténtica
fiesta.
La vuelta a
los parámetros más potentes y metaleros
estaría marcada por la arrolladora “The Siege”, en la que además de la
velocidad de las guitarras pudimos apreciar como la nueva violinista de la
banda, Nicole Ansperger, también sabe apretar al máximo su instrumento. El retorno a las melodías folk, con aromas de
la campiña, estaría marcado por la novedosa
“Kings”, mientras que la encargada de finiquitar su descarga sería una
fantástica interpretación de “Havoc”,
con la que los suizos ponían de manifiesto la imparable progresión de una banda
que parece que todavía no ha alcanzado su cima, y que continua innovando y
reinventándose en cada uno de sus trabajos.
H.E.A.T
Desafiando el sol y el intenso calor de media tarde llegaba la actuación de
H.e.a.t. Su descarga en esta novena edición del Leyendas significaba la tercera
incursión de los suecos en nuestro país durante los últimos meses. Tras su
presentación abriendo para los míticos
Scorpions en la capital, y tras su explosivo paso por el Rock Fest de la Ciudad
Condal, el quinteto aterrizaba en el escenario "Azucena" dispuesto a
ratificar por qué son una de las bandas más prometedoras y emergentes dentro de
la escena del hard rock europeo. Aunque
para los que ya les habíamos visto en directo no resultó ninguna sorpresa,
fueron muchos los que acabaron cayendo rendidos ante el potencial y la entrega
de unos chicos que están llamados a hacer grandes cosas en los próximos años.
Liderados por ese auténtico animal de directo que es su vocalista Erik
Grönwall, la banda firmó una descarga atractiva, vibrante y refrescante, con la
que supieron conectar con la gente, obligándonos irremediablemente a levantar los brazos para corear cada uno de
sus fantásticos estribillos. Un rotundo "Point Of No Return", fue el
encargado de inaugurar su efectiva actuación, dejando claro que la formación ha
conseguido ya una buena base de seguidores en nuestro país. Para los que
todavía no conocían sus composiciones, quizás el mayor atractivo de su descarga
fuera el propio Erik, quien durante todo el show no dejó de saltar, bailar, animar a la
concurrencia, e incluso bajarse al foso para fundirse con los seguidores que
copaban las primeras filas, demostrando un entusiasmo y una actitud poco
habituales en los vocalistas de hard rock actuales. Y es que resulta
prácticamente imposible no rendirse y dejarse arrastrar por el ritmo intenso y
vacilón de piezas como "Better Off Alone", o levantar los brazos para
corear los pegajosos estribillos de "It´s All About Tonight", toda
una declaración de intenciones que pregona el
descaro y el desparpajo de este abrumador quinteto sueco.
A pesar del ritmo eléctrico y desenfrenado de su actuación no faltaron
algunos momentos más melódicos como la composición que presta el nombre a su
último lanzamiento "Tearing Down The Walls", que su vocalista cantó
cerveza en mano y ataviado con un sombrero que le lanzaron desde el público.
Pero evidentemente los momentos más calientes de su show llegarían con el
desenfadado y primerizo "Late Night Lady", presentado con una
descarada invitación a que las chicas se quitaran la ropa, o con el triunfador
"Beg Beg Beg", que puso a todo el recinto a cantar, antes de que Erik
se mostrara totalmente desatado al atacar
sus compañeros un fragmento del "Rock n´Roll" de Led Zeppelin.
Entre ovaciones y declaraciones de amor hacia nuestro "cálido
país", los suecos encaraban la recta final de su show ofreciéndonos la
sobriedad de "Downtown", el descaro hard roquero de
"Emercency", y la fantástica "Breaking The Silence", con
Erik a pecho descubierto bajando nuevamente al foso para fotografiarse junto a
la gente de las primeras filas. El remate definitivo vendría de la mano del
marchoso "Linving On The Run", con el vocalista invadiendo el otro
escenario para aproximarse desafiante a los que prefirieron seguir su descarga
refugiados a la sombra, cerveza en mano.
Creo que ya lo comenté al hablar de su descarga en el Rock Fest, y me sigo
ratificando en mi opinión de que los suecos están creciendo de forma vertiginosa,
demostrado que están llamados a convertirse en una referencia obligada para
todos los amantes del hard rock. Actitud y buenos temas no les faltan y,
además, cuentan con el descaro y el desparpajo de un explosivo vocalista como
es Erik Grönwall.
HEAVEN SHALL BURN
A diferencia de lo que sucediera en otras ediciones del Leyendas, en esta
novena edición los organizadores han optado por abrir mínimamente el abanico
estilístico de las bandas participante, lo que ha propiciado que hayamos podido
disfrutar de la descarga de bandas como Leprous, Volbeat o Heaven Shall Burn.
Debo admitir que no tenía muchas referencias previas de la formación
alemana, pero reconozco que su descarga
me cautivó irremediablemente, ya que los chicos demostraron sobre las tablas
del escenario “Jesús De la Rosa” tener actitud y temas suficientes para
hacernos pasar un rato entretenido y agradable con su poderoso y agresivo metal-core. Y es que la banda supo contagiar,
en todo momento, a unas entregadas primeras filas que no pararon de hacer mosh,
montar “pits” y animar durante todo el show, la eléctrica movilidad de sus
miembros.
Pese a su apariencia de buenos chicos, especialmente la de su vocalista,
Marcus Bischoff , los chicos sembraron el caos a su paso con temas como "Counterweight" o
"Voice Over Of The Voiceless", durante la que vivimos unos de los
“Wall of Deaths” más bestiales y devastadores del festival. Cabe remarcaré que
aunque en un principio la gente se mostró algo fría con ellos, poco a poco las
primeras filas se fueron animando, consiguiendo dar color a la actuación de la
formación alemana y consiguiendo que golpes certeros y devastadores como
“Endzeit” o “Land Of The Upright Ones”, acabaran convenciendo a los más
reticentes.
HAMMERFALL
Con los últimos rayos del sol llegaba el momento de reencontrarnos con una
de las bandas, que junto a Stratovarius o los propios Edguy, consiguieron dar esplendor
y notoriedad al power metal europeo
durante la segunda mitad de la década de los noventa, Hammerfall.
Tras un largo paréntesis, en el que el quinteto ha desaparecido de la
escena metálica internacional, los suecos han decidido volver a los escenario
antes de la salida de su inminente nuevo trabajo “(r)Evolution”. Mucha
curiosidad y expectación había levantado este sorpresivo regreso de la banda
liderada por el guitarrista Oscar Dronjak, y la verdad es que la formación se
mostró en un excelente estado de forma, demostrando muchísimas ganas y un gran
apetito de cara a sus próximos directo, ratificando que se encuentra plenamente
preparada para regresar al primer plano de la actualidad internacional.
Sin duda uno de los factores que ayudó a que la actuación del combo sueco
fuera un auténtico éxito fue la acertada elección de su repertorio, centrado en
gran medida, en el material de su debut de 1997 “Glory To The Brave”, un
plástico que además de definir su estilo, les sirvió para entrar a formar parte
de la primera división del power, concentrando una notable colección de
composiciones que, aún a día de hoy,
siguen contando con el beneplácito de sus seguidores.
La encargada de abrir el tarro de las esencias ante el regocijo de los
aficionados del quinteto sueco fue el
poderoso medio tiempo “Blood Bound”, extraído de su “Chapter V: Unbent, Unbowed, Unbroken”, y a partir de ese momento
empezaron a caer uno tras otros clásicos del calibre de “The Dragon Lies
Bleeding” o “Steel Meets Steel”.
Pese al largo parón que ha sufrido la banda, lo
cierto es que la voz de Joacim Cans sonó
igual de potente que antaño, sabiendo modular su registro y dar personalidad a
piezas como “Renegade”, que fue fantásticamente recibida por un público que
tarareo incansablemente su pegadizo estribillo, o su himno “Hammerfall”, que
convirtió el recinto en un mar de puños inundando el aire para dar al corte esa ambientación épica y
grandilocuente. Una arrolladora versión de su primerizo “Glory To The Brave”,
serviría como antesala para su último single, que se ha publicado recientemente
y que sirve como anticipo de su nuevo trabajo, “Bushido”, mientras que la
encargada de despedir su actuación por todo lo alto ante un público
completamente extasiado fue la pegadiza y coreable “Hearts On Fire”.
En definitiva, solvente y efectiva descarga del
combo sueco que demostraron su plena vigencia en la actual escena
internacional. Quizás la única pega que se pueda poner a una actuación
realmente convincente fue que la banda se apoyó en exceso en esos clásicos medios tiempos de marcada
orientación ochentera y, sobretodo, que incomprensiblemente dejaran totalmente
aparcado el excelente material de su segundo trabajo “Legacy Of Kings”.
ROTTING CHRIST
Quizás una de las actuaciones más brutales e
impactantes de esta segunda jornada del
festival, junto a la de los alemanes Heaven Shall Burn, fuera la de Rottin
Christ. La formación griega lleva muchos años en la brecha y se ha granjeado
una excelente reputación como banda en directo, como así lo corroboran sus
repetidas y numerosas apariciones en los festivales de media Europa. Siendo
sinónimo de calidad y paganismo el quinteto salía a escena envuelto de ese halo
de oscuridad y misticismo que siempre les ha rodeado para romper el hielo e
internarnos en las profundidades del abismo con “666” y “P´unchaw Kachun- Tuta
Kachun”.
Si hay algo que siempre me ha llamado la atención
de la propuesta de Rotting Christ es que ellos nunca me han parecido un grupo
de canciones, con esto quiero decir que lo suyo es crear esas atmosferas
demoniacas y opresivas, que te sumergen en el averno haciéndote agitar la
cabeza como un poseso seducido ante la eléctrica malignidad de piezas como
“Athanati Este” o “Kata Ton Daimona Eaytoy”, que contó en todo momento con la
entrega y el apoyo de unos seguidores que, prácticamente, abarrotaron la carpa.
Siempre poderosos, robustos y muy concentrados
los griegos se mostraron como una formación solvente y de sobradas garantías,
que puede presumir de su larga trayectoria y de la comunicación y el feeling
que siempre han tenido con sus seguidores. De modo que todos y cada uno de las
piezas que interpretaron fueron seguidas con total pleitesía, convirtiendo temas
como “Transform All Suffering Into Plagues” o la final “Societas Satanas”, en
auténticas invocaciones al maligno.
En resumen, no creo que nadie se sintiera
defraudado con la rotunda actuación del combo heleno, que con sus oscuras y
sangrantes composiciones y respaldados por
la increíble ambientación de las luces y
los telones que presidian el escenario, consiguieron convertir el recinto donde
se ubicaba la carpa en el altar de una ceremonia pagana.
VOLBEAT
La formación danesa es el claro ejemplo de cómo
consolidarse en poco tiempo como una de las formaciones de referencia dentro
del Viejo Continente. Aunque debo reconocer que Volbeat nunca han estado entre
mis preferencias personales, resultaría ingenuo negar que la formación tiene un
directo realmente explosivo y que con su trabajada mezcla de rock clásico,
heavy metal y algunas pinceladas punk han conseguido hacerse con una audiencia
fiel y numerosa, que les respalda y apoya convirtiendo cada una de sus
presentaciones en una auténtica fiesta.
Aunque fueron muchos los que se mostraron
bastante disconformes con su elección como cabezas de cartel para esta segunda
jornada, lo cierto es que los daneses supieron callar bocas de la mejor manera
posible, rubricando una descarga realmente antológica, a la que quizás sólo le
pondría la pega de que se pareció en exceso, en cuanto a temas y ritmo, a las
que nos ofrecieron recientemente liderando su propio show. Pese a ello fueron
muchos los que acabaron cayendo rendidos ante la brutal accesibilidad de temas
como el marchoso “Doc Holiday”, responsable de inaugurar el show, “Hallelujah
Goat” o la pertinaz “Lola Montez”, con la que rubricaban un inicio realmente
brillante.
Cabe remarcar que la formación danesa fue una de
las pocas bandas que optaron por traerse al Leyendas su propio diseño escénico, con lo
que su actuación ganó muchísimos enteros, de hecho no faltaron algunos efectos
que ayudaron a dar un mayor empaque a momentos puntuales del show como “16
Dollars” o “”Dead But Rising”. Viendo la trayectoria de Volbeat con
perspectiva, no me cabe la menor duda de que el punto de inflexión en la
carrera de los daneses ha sido la entrada del guitarrista Rob Caggiano (ex_Anthrax),
quien ha conseguido insuflar a la banda esa orientación que tanto gusta a los
amantes del metal, una tendencia que queda plasmada en cortes como “Fallen”, “The
Nameless One”, o algún fragmento que la banda descargó y que según nos
anunciaron formara parte de su nueva obra.
Pero evidentemente los momentos más calientes de
su descarga llegaron durante el tramo final de su show, con los estribillos
contagiosos y pegadizos de temas como “Radio Girl”, o el apoteósico “Still
Counting”, con el que conseguían poner todo el recinto patas arriba. Con la
gente apoyando intensamente la descarga del cuarteto, la banda no tuvo más
remedio que regresar sobre las tablas para agradecernos nuestro apoyo con nada más,
y nada menos, que cuatro bises, con los que consiguieron llevar al paroxismo a
sus más fieles seguidores, firmando piezas como la incontestable “Pool Of
Booze, Booze, Booze” o “The Hangman´s Body Count”.
En definitiva Volbeat dejaron en Villena una
buena muestra del potencial arrollador de una banda ya plenamente consolidada
dentro del circuito europeo. Si los daneses consiguen firmar un álbum a la
altura de sus anteriores referencias tienen muchos números de convertirse en
una de las bandas punteras de la escena durante los próximos años. Sin duda su
triunfa en esta novena edición del Leyendas fue absolutamente incontestable.
WARCRY
Difícil papeleta la que se les presentaba a los
asturianos Warcry teniendo que actuar justo después de la arrolladora descarga
de los daneses Volbeat. Pese a ello, Víctor García y sus muchachos no
parecieron para nada intimidados con semejante desafío, ya que si hay un
festival en el que los asturianos se sienten como en casa, sin duda ese es el
Leyendas. Para su actuación en esta novena edición Warcry se decidieron por
engalanar el escenario con los mismos telones que les han acompañado durante la
gira de presentación de "Inmortal", consiguiendo dar al escenario una
ambientación de lo más grandilocuente y majestuosa. Además, esta no sería la
única sorpresa que nos depararía su show, ya que a lo largo de sus setenta
minutos, además de las canciones, cobrarían un especial protagonismo la
pirotecnia y el fuego, que acompañarían los momentos más intensos y memorables
de su presentación.
La histórica narración del triste desenlace del último Gran Maestre de la Orden del Temple, Jacques de Molay, sería la encargada de ambientarnos antes de que los asturianos nos propusieran su primera acometida con un celebradísimo "La Maldición Del Templario". Seguramente el hecho de que la actuación de Volbeat se alargará más de la cuenta impidió que Warcry pudieran probar sonido adecuadamente, de modo que la primera parte del tema sonó algo tosca y embarullada, pero rápidamente, y tras la aparición de la primera fuente de fuego, la cosa mejoró notablemente. Lo que no acabó de brillar, como nos tiene acostumbrados, fue la voz de Víctor García, al que desde mi posición no se percibía con la fuerza y claridad habituales. Pese a este detalle, temas como de nuevo cuño como "Quiero Oírte" o "Venganza", sirvieron para ratificar el enorme arraigo del que gozan las nuevas composiciones de la formación asturiana.
La histórica narración del triste desenlace del último Gran Maestre de la Orden del Temple, Jacques de Molay, sería la encargada de ambientarnos antes de que los asturianos nos propusieran su primera acometida con un celebradísimo "La Maldición Del Templario". Seguramente el hecho de que la actuación de Volbeat se alargará más de la cuenta impidió que Warcry pudieran probar sonido adecuadamente, de modo que la primera parte del tema sonó algo tosca y embarullada, pero rápidamente, y tras la aparición de la primera fuente de fuego, la cosa mejoró notablemente. Lo que no acabó de brillar, como nos tiene acostumbrados, fue la voz de Víctor García, al que desde mi posición no se percibía con la fuerza y claridad habituales. Pese a este detalle, temas como de nuevo cuño como "Quiero Oírte" o "Venganza", sirvieron para ratificar el enorme arraigo del que gozan las nuevas composiciones de la formación asturiana.
Muy dinámicos y concentrados, conscientes de su
posición de privilegio en la edición de este año, la banda ofreció en escena
unas altísimas prestaciones, especialmente el guitarrista Pablo García, quien
en todo momento se mostró intenso y poderosos, alternando sus peripecias
instrumentales con las del teclista Santi Novoa, dando un plus de virtuosismo y
calidad a piezas como "Nuevo Mundo", consagrada ya como una de las fijas dentro de su
repertorio. Y es que la conexión entre público y banda fue realmente asombrosa,
dejándonos para el recuerdo momentos memorables como "Alma De
Conquistador", con unas vistosas
lenguas de fuego invadiendo la parte frontal del escenario ante la euforia desatada de una
audiencia totalmente enfervorizada.
Como viene siendo habitual en todos los
conciertos de Warcry, no faltaron los comentarios cercanos y certeros de un
simpático Víctor García en momentos puntuales del show, como durante la
introducción de "Huelo El Miedo", ni el emocionado recuerdo a los más veteranos en la grandiosa
"La Vieja Guardia", que si bien en esta ocasión no contó con las
habituales proyecciones, sí que tuvo al
fuego como principal protagonista, dando al corte una ambientación épica y
grandilocuente. Pese al poco tiempo del que dispusieron en escena, Warcry no
quisieron dejarse en el tintero algunos de los mejores números de su último
trabajo "Inmortal", de modo que la encargada de proseguir con su
descarga fue "Siempre", fantásticamente recibida y que nos acabaría
abocando a "La Vida En Un Beso", seguida de la épica historia de
"El Guardián De Troya", con la que nos propusieron todo un estallido de furia y heavy metal, que
se vería potenciado a su máxima expresión por la aparición de una imponente
pared de fuego. Como explicó el propio Víctor para esta ocasión la banda
rescató, para regocijo de todos sus incondicionales, el himno "Tu
Mismo", que a la postre se acabaría convirtiendo en la antesala perfecta
para un celebradísimo "Capitan Lawrence", que sería la escogida para
cerrar esta primera parte del show.
Con el público demandando intensamente la vuelta
de los músicos sobre las tablas, el quinteto retomaba sus instrumentos para
poner un brillante colofón a su actuación, con uno de sus himnos más
emblemáticos "Hoy Gano Yo", con toda la gente cantando mientras el
fuego primero y una intensa lluvia de confeti después sellaban una de las
mejores descargas nacionales de esta novena edición del Leyendas.
En resumen, sin ninguna clase de complejos, y
conscientes de su estatus, Warcry optaron por un montaje ambicioso y muy
atractivo visualmente, y el resultado fue una incontestable victoria. Como
comentaba al principio de esta crónica, quizás el único lunar para una
actuación de muchos quilates fue la voz de Víctor García, que no acabó de
brillar en todo su esplendor.
UNISONIC
Tras unas largas e intensas jornadas de calor y
actuaciones, la última formación foránea en hacer acto de presencia en el
escenario "Jesús De La Rosa" eran los germanos Unisonic. La pareja
formada por el mítico vocalista Michael Kiske y el carismático guitarrista Kai
Hansen regresaba a una de sus plazas fuetes, España, para presentarnos las
composiciones de su segundo trabajo "Light Of Dawn". Pese a la tardía
hora de su actuación y al cansancio acumulado fueron muchos los que no quisieron
perderse la oportunidad de ver juntos sobre un mismo escenario a las 2/5 partes
de los clásicos Helloween.
Así, con la partida ganada de antemano y contando
con la veneración y el respeto de toda la concurrencia, Unisonic saltaban a
escena precedidos de la introducción que abre su último trabajo "Venite
2.0", para rápidamente embarcarnos en la pieza que da nombre a la
formación "Unisonic". Aunque lamentablemente los primeros compases
del show estuvieron marcados por un sonido deplorable, rápidamente la cosa
mejoró, permitiéndonos disfrutar de la magnífica voz de un Michael Kiske en un buen
estado de forma, por el que parece que no pasan los años vocalmente hablando,
ya que físicamente su imagen dista mucho de la del espigado “rubiales” que
lideraba a la banda de las calabazas
durante la segunda mitad de la década de los ochenta.
Aunque durante toda la actuación la banda sonó
muy potente y compacta, sí que me pareció que ahora Unisonic son mucho más “bicéfalos”.
Con esto quiero decir que mientras que en su anterior visita a nuestro país, la
banda funcionaba como un colectivo cohesionado y muy unido. En esta ocasión, me
dio la sensación de que tanto Kiske como Hansen acaparaban una mayor cuota de
protagonismo escénico, de modo que no fueron pocas las veces en que la singular
pareja ocupó el centro del escenario mientras el resto de sus compañeros
permanecían en un discreto segundo plano, arremolinados en torno a la batería
de Kosta Zafirou. Quizás esta situación se hizo especialmente palpable durante
la interpretación de la pegadiza "Never Too Late", durante la que
Kiske se colgó literalmente del hombro de Hansen para interpretar los
estribillos.
Al igual que sucediera en su anterior visita
junto a los roqueros Gotthard, fueron constantes las muestras de apoyo y cariño
que recibieron ambos músicos, ratificando el enorme tirón que siguen
conservando entre la parroquia metálica española. Con su última obra todavía
caliente en los estantes de las tiendas de discos, llegaba el momento de
hincarle el diente a una de sus nuevas composiciones, la elegida fue "For
the Kingdom", que conseguiría desatar la euforia entre todos los
presentes, ya que la pieza recuerda, y mucho, a la grandilocuencia del material
clásico de las calabazas, con la voz de Kiske volando intensamente sobre esas seductoras
melodías marca de la casa.
Pese a la estrecha conexión entre banda y
público, lo cierto es que los alemanes en algunos momentos del show me
parecieron algo fríos y distantes, en especial Kai Hansen al que note algo más
estático y apagado que de costumbre, aunque esto no influyó en su forma de
atacar su guitarra para liderar piezas como "Star Rider", o la
melódica "Sanctuary". Y es que pese a no tener que hacerse cargo de
las voces solistas, Kai tampoco pareció preocuparse en exceso a la hora de apoyar en los coros, dejando que fuera su
compañero a las cuatro cuerdas, Dennis Ward,
el encargado de interpretar los del novedoso medio tiempo
"Exceptional".
El retorno sobre el material de su opera prima
estaría marcado por una irregular y previsible
versión de “King For A Day”, que pese a sonar muy elegante y melódica acabó
haciéndose excesivamente larga, cortando el ritmo que hasta ese momento había
llevado el show. Mucho más dinámica y con bastante más gancho sonó la novedosa
“Throne Of The Dawn”, que se convertiría en uno de los pocos momentos en los
que brilló con luz propia la guitarra de un desaparecido Mandy Meyer.
Para encarar la recta final de su actuación
Unisonic se guardaron una jugada maestra, regalándonos para la ocasión el
clásico de Helloween “March Of Time”, que convirtió el recinto en un clamor
ensordecedor, con la gente coreando intensamente cada una de las estrofas del tema mientras
Kiske nos dirigía como si fuera un director de orquesta. Con el vocalista
soltando un pequeño “recadito” sobre el horario de las actuaciones, y cantando a capela el estribillo de la última
composición de la noche daba arranque esa tentadora “We Rise”, que se ha convertido ya en todo un
himno para los seguidores del quinteto alemán.
Pese a que los músicos habían abandonado el
escenario, todos éramos conscientes de que aún faltaba algo para acabar de
redondear la descarga. Así que el premio
al tesón y la insistencia de una parroquia completamente entregada fue una espectacular versión del
clásico “I Want Out”, en el que las voces de público acabaron acallando el
rugido de los instrumentos, poniendo así un fantástico
colofón a una notable actuación
del combo germano, que se retiró envuelto en una grandísima ovación.
Aunque tras la descarga de los alemanes un servido decidio dar por finalizada esta novena edicion del Leyendas del Rock, para los que todavia tuvieran fuerzas y ganas suficientes para finiquitar la noche quedaban aun en los escenarios principales las actuaciones de los miticos BANZAI, quienes dieron un buen repaso a sus clasicos de la decada de los 80, con el guitarrista Salvador Dominguez al frente, y el proyecto de versiones de Heavy Metal de Leo Jimenez quien fue el encargado de clausurar el festival con su revisión de algunos de los clasicos más absolutos de nuestra movida. Mientras en el escenario Mark Reale los más animados todavía podrían disfrutar de la rotunda ración de thrash metal ofrecida por los catalanes Crisix. Para posteriormente dejar paso a los madrileños Asfaltika, quienes nos darian una buena muestra de su personal power metal cargado de elegancia y melodía.
En defiitiva, rotundo éxito de esta novena edicion del Leyendas, que se consolida como el punto de encuentro y reunión para todos los amantes del heavy metal en nuestro país. Y, por cierto, cuando aún no se habia clausurado la presente edición del festival, ya se conocia el primer nombre de cara a la cita de 2015, la incombostible vocalista Doro Pesch.
Enlace a la cronica del Viernes 8/8
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
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TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
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