Tras la exitosa y multitudinaria edición del año pasado, el Ressurection Fest se enfrentaba a esta novena edición con el ambicioso reto de superar su propio techo y dar un importante paso hacia delante, consagrándose como uno de los festivales de referencia dentro del estado español. Para ello la organización había confeccionado un atractivo cartel en el que convivían lo mejor de tres escenas tan dispares, pero hermanadas como: la metalera, la punk y la hardcore
En
cuanto al recinto elegido para la celebración del festival, se trataba de una
enorme extensión de terreno en la se repartían un total de tres escenarios. Dos
principales y un tercero dentro de una carpa cubierta. En cuanto a la zona de restauración,
lo cierto es que, a diferencia de lo que
sucede en otros festivales, había una gran oferta gastronómica, lo que además
ayudaba a que las colas no fueran excesivamente largas. Si hablamos de los
precios de la bebida y la comida, la verdad es que sin ser baratos, no me
parecieron excesivamente abusivos.
Antes
de empezar a desgranar lo que fueron las actuaciones, si que me gustaría
puntualizar que este no es un resumen completo de festival, ya que resultaría totalmente
imposible hacer referencia a todas y cada una de las bandas que descargaron
durante los tres días, de modo que me limitare a resumir lo que fue mi
festival, las actuaciones que pude ver, y
las que, por uno u otro motivo, fueron las mas destacables.
Durante los últimos años la banda ha visitado nuestros escenarios en repetidas ocasiones, y eso se notó, y mucho, al observar la respuesta que el público ofreció a cortes como “DOEN”, “Malverde” o "Blood Like Cream", con esa infranqueable muralla sonora que crearon las guitarras de Bryan Giles y David Sullivan, o ese golpe directo a la cabeza que representa "Throw Up", con las primeras filas saltando intensamente mientras los más rezagados acompañaban agitando la cabeza.
enlace crónica del Viernes 1 de Agosto
RED FANG
Dentro de la maratoniana agenda de la jornada llamaba la atención la
temprana actuación de los americanos Red Fang. Habituales en los festivales
estivales europeos, los de Oregon tomaban posesión del escenario
principal del Resurrection Fest para adentrarnos en sus riffs pantanosos y
crujientes, impregnados de esa sabrosa y perturbadora esencia
“sabbatica”. Pese a que personalmente creo que su propuesta está más
orientada hacia la intimidad de los pequeños clubs, lo cierto es que los americanos tiraron de tablas y
experiencia para proponernos un set
compacto y crujiente en el que nos ofrecieron
los mejores números de su discografía, haciendo especial hincapié en las
composiciones de su segundo trabajo
“Murder The Mountains”.
Durante los últimos años la banda ha visitado nuestros escenarios en repetidas ocasiones, y eso se notó, y mucho, al observar la respuesta que el público ofreció a cortes como “DOEN”, “Malverde” o "Blood Like Cream", con esa infranqueable muralla sonora que crearon las guitarras de Bryan Giles y David Sullivan, o ese golpe directo a la cabeza que representa "Throw Up", con las primeras filas saltando intensamente mientras los más rezagados acompañaban agitando la cabeza.
Tampoco faltaron durante su actuación los coros impregnados de rabia
hardcore en la salvajemente adictiva
"Into The Eye", ni una rotunda recta final protagonizada por
"Wires" “Dirt Wizard” y la mastodóntica "Prehistoric Dog",
con la que los de Oregon se marchaban dejando plenamente satisfechos a su cada
vez mayor número de seguidores.
AMON AMARTH
Los suecos Amon Amarth eran los encargados de ofrecernos la primera ración
death metalera en el incomparable marco del escenario principal. Mucha expectación
había suscitado esta nueva visita del quinteto de Tumba, de modo que se podía
palpar en el ambiente la tensión de unos
aficionados que pocos minutos antes del inicio del show se apresuraban en tomar
posiciones frente al escenario. Mucha curiosidad había por ver la puesta en
escena que nos ofrecerían los suecos y el repertorio que descargarían en su
primera visita a Viveiro.
Aunque en esta ocasión la puesta en escena fue bastante sobria, utilizando
únicamente un enorme telón trasero que reproducía la portada de su último
trabajo "Deceiver Of The Gods", Johan Hegg y sus muchachos salieron a
escena dispuestos a ofrecernos una buena
muestra de su arrollador potencial
metálico, consiguiendo dejar una muy buena impresión a su paso por esta novena
edición del Resurrection Fest.
Con el astro rey alcanzando su ocaso el quinteto, precedido de una larga
introducción, tomaba posiciones para ratificar el por qué son
una de las bandas más respetadas y seguidas dentro de la escena del
death metal melódico. Así que totalmente huérfanos de alardes técnicos y
visuales los suecos prefirieron concentrarse en lo básico, la potencia de sus
instrumentos y la calidad de sus composiciones para conseguir conectar con una nutrida legión
de seguidores que apoyaron y corearon de
forma reverencial piezas de nuevo cuño como "Father Of The Wolf",
"Deceiver Of The Gods", o la más oscura y melódica "As Loke
Falls", con las que ratificaban la excelente acogida de su último trabajo
de estudio “Deceiver Of The Gods”.
Si los primeros compases del show habían servido para testar el nuevo
material de la banda, la temperatura se caldeó aún más entre las primeras filas
cuando los suecos empezaron a echar mano de la artillería pesada, descargando trallazos del calibre de
"Guardians Of Asgaard", recatado de su “Twilight Of The Thunder God”,
o el seminal "Cry Of The Black Birds". Cabe
remarcar que durante toda la actuación la banda se mostró muy sólida y compacta en
escena, y se les notó especialmente motivados ante una audiencia que les apoyó
y aclamó como auténticos héroes. De hecho, Johan Hegg se mostró muy agradecido
ante el calor y las muestras de apoyo recibidas, tal y como manifestó antes de
dar las pertinentes instrucciones para montar un gran "circle-pit"
durante el devastador "Asator".
Con la gente totalmente entregada llegaba el momento de la despedida, y las
encargadas de protagonizar la recta final del show fueron la siempre efectiva “War Of The Gods”
y una celebradísima "Twilight Of
The Thunder God", que puso a las primeras filas a cantar, significando un
fantástico final para su notable actuación.
THE OCEAN
Si de algo pueden presumir The Ocean es de lo heterogéneo de su propuesta,
lo que hace realmente difícil encasillar el personal estilo de los germanos.
Intensos, eclécticos e introspectivos, el combo berlinés se ha ido consolidando
con el paso de los años como uno de los nombres de referencia para todos los
seguidores de la emergente escena progresiva y post metalera.
A pesar de los continuos cambios en su formación, el guitarrista Robin Staps sigue conduciendo con mano de hierro el timón que guía el navío alemán. Aunque en esta ocasión la banda se presentó en Viveiro sin sus habituales efectos visuales y sus proyecciones, lo cierto es que The Ocean supieron descargar toda su munición progresiva ante una audiencia muy atenta y receptiva, que no se mostró particularmente participativa, pero que no quiso perderse detalle de su hipnótica actuación.
A pesar de los continuos cambios en su formación, el guitarrista Robin Staps sigue conduciendo con mano de hierro el timón que guía el navío alemán. Aunque en esta ocasión la banda se presentó en Viveiro sin sus habituales efectos visuales y sus proyecciones, lo cierto es que The Ocean supieron descargar toda su munición progresiva ante una audiencia muy atenta y receptiva, que no se mostró particularmente participativa, pero que no quiso perderse detalle de su hipnótica actuación.
Su repertorio de esta noche se basó casi de forma íntegra en el material contenido en su más reciente
entrega "Pelagial". Así que como si de un viaje transoceánico se
tratara la travesía se iniciaba con esos explosivos cambios y esas atmósferas opresivas que nos conducirán directamente hacia la perturbadora "Disequillibrated",
para posteriormente hacer escala en la apoteósica "Let Them Believe",
que sería la encargada de marcar el momento álgido de su actuación.
Muy destacable, por su entrega e
intensidad, me pareció la
actuación del vocalista Löic Rossetti, quien desde los primeros compases del
show con “Impasses” se mostró especialmente motivado, encaramándose a la valla
para fundirse con los seguidores de las primeras filas, dando más mordiente y
emoción a la descarga de los alemanes. Pese a que el sonido no fue todo lo
brillante que nos hubiera gustado, la banda sonó cruda y envolvente, ofreciéndonos
sin apenas mediar palabra piezas como "Signals Of Anxiety" o
"The Origin Of Our Wishes", que nos sirvieron para ratificar que los alemanes son una banda de presente y
con un futuro realmente prometedor: Innovación, actitud y potencia fueron
algunas de las armas con las que los alemanes supieron convertir el Ritual
Stage en un oscuro y profundo océano de emociones.
MEGADETH
Con
la noche ya bien entrada llegaba el momento de recibir a los que sin duda eran
uno de los platos fuertes de esta primera jornada del festival Megadeth. La formación del incombustible Dave Mustaine se ha ganado un
puesto de privilegio dentro de la escena internacional, lo que le permite poder
presentarse en numerosos festivales europeos sin la necesidad de tener nuevo
material que presentar. Pese a que la banda, actualmente, no vive su mejor
época, lo cierto es que sigue teniendo un enorme tiron entre la audiencia
metálica, y eso se notó en la gran cantidad de publico que aguardaba impaciente
la salida de los americanos.
Al
igual que hicieran en su anterior visita en nuestro país, dentro del festival
Sonisphere, la banda llevaba un ambicioso montaje escénico, con tres pantallas
resguardándoles por las que se irían proyectando imágenes que hacían referencia
a las letras de las canciones que estaban interpretando. Acogidos como
auténticos héroes y acompañados de una estruendosa ovación el cuarteto fue posicionándose
en escena, siendo el ultimo en aparecer el propio Mustaine para dar el
pistoletazo de salida con un efectivo “Hangar 18”, un viejo clásico del
catalogo de los americanos que conseguía despertar la euforia entre sus
seguidores. Pese al prometedor arranque la verdad es que rápidamente pudimos
percatarnos de que la banda sonaba excesivamente limpia y a un volumen
excesivamente bajo, cosa que se mantuvo como una constante durante toda su
actuación.
El
combo americano no disponía de mucho tiempo, asi que prefirieron dejar las
presentaciones a un lado y embarcarse en una sucesión de clásicos como “Wake Up
Dead!, el introspectivo “In My Darkes Hour”, o un coreadísimo “Skin O´My
Teeht”, que pese a suscitar la algarabía del respetable, no acabó de satisfacer
plenamente a nadie. Y es que la banda, durante todo el show, sonó excesivamente
plana y acomodada, sin ese nervio y esa electricidad que siempre les ha
caracterizado y que les ha convertido en un nombre de obligada referencia para
todos los seguidores del metal americano.
Quizás el único miembro que rayó a un
excelente nivel dentro del cuarteto fue el guitarrista Chris Broderick, quien
nos ofreció sus excelentes aportaciones en los solos de temas como “Sweating
Bullets” o “Tornado Of Souls”. En cuanto al resto de sus compañeros, Dave
Ellefson se mostró bastante más distante y menos participativo que en
anteriores ocasiones, mientras que el líder de la banda, Dave Mustaine, no
parecía acabar de encontrarse excesivamente a gusto sobre las tablas, cambiando
continuamente de posición e intentando infructuosamente que su guitarra
consiguiera transmitir la rabia a la que nos tiene acostumbrados.
Su
ya durante la primera parte de su actuación, en la que la banda tiró de su
artillería pesada, el cuarteto no había conseguido convencer a sus
incondicionales, la cosa se puso todavía pero cuando empezaron a sonar temas
más recientes que no gozan de las mismas simpatías entre sus seguidores. Así
temas “Public Enemy No.1” o “King Maker”, pese a ser alternados con trallazos
como “She-Wolf” o “Trust”, no lograron hacer que la temperatura subiera entre
las primeras filas. Curiosamente fue un tema de ritmo pausado como “ A Tuet Le
Monde”, el único que logró contar con la
aprobación unánime de los allí
congregados.
Para
encarar la recta final de su actuación la banda volvió a recurrir a los temas
más celebrados de su extensa trayectoria, tirando de valores seguros como “Symphony
Of Destruction”, “Peace Sells” o “Holy Wars… The Punisment Due)” que fue el
encargado de echar el cierre a una actuación bastante gris y desangelada. No se si fue por el
deficiente volumen, por la actitud un tanto displicente de los músicos, o
porque ya conocía el montaje escénico, pero lo cierto es que la actuación de
Megadeth me decepcionó en líneas generales. Quizás tuviera unas expectativas
demasiado altas en su descarga, pero lo cierto es que después de haber visto a
la banda en numerosas ocasiones, conozco perfectamente cual es el nivel que
pueden llegar a ofrecernos en directo. Sin duda está no fue su noche.
KREATOR
Tras
el pequeño fiasco que había supuesto la actuación de Megadeth, teníamos la
posibilidad de desquitarnos con la
descarga de uno de los pesos pesados dentro de la escena thrasher
europea, los germanos Kreator. He de reconocer que, tras la monstruosa y apoteósica
descarga que nos ofrecieron en el Rock Fest de Barcelona, tenía muchísimas
ganas de volver a ver a la formación del carismático Mille Petrozza.
Curiosamente fue la descarga de los alemanes una de las pocas que se demoró en
el arranque, acumulando un retraso de unos veinte minutos, sin duda propiciados
por unos problemas técnicos que impidieron que la banda pudiera instalar esos
llamativos cañones de humo y confeti que tenían que ambientar y dar colorido a
algunos momentos del show.
Acompañados
por la introducción “Mars Mantra”, los chicos de Kreator fueron
adueñándose del escenario para
rápidamente someternos a una devastadora sesión de thrash metal old school.
Como auténticos titanes los germanos empezaron a escupir a un volumen atronador
piezas despiadadas y arrolladoras como “Phantom Antichrist” o el crujiente
“From Flood Into Fire”, que gozaron de una fantástica acogida por parte de sus
incondicionales, permitiendo así que la banda se fuera creciendo a medida que
avanzaba el concierto. El carismático Mille Petrozza se mostró en todo momento
como un líder sólido y compacto, sabiendo conectar con la audiencia y liderando
a sus compañeros a través de piezas clásicas como “Endless Pain” o el primerizo
“Pleasure To Kill”, que fue el causante de un “circle-pit “realmente demencial.
Tampoco
se quedaron atrás en cuanto a la respuesta obtenida por parte del publico
piezas más novedosas como “Hordes Of Chaos”, una apoteósica “Phobia”, realmente
asombroso como ha ido creciendo este tema dentro del repertorio de los alemanes,
o ese blasfemo “Enemy Of God”, que convertiría el foso en un mar de cuerno
señalando al cielo. Aunque evidentemente Petrozza es el autentico motor y líder
de la banda, lo cierto es que el resto de sus compañeros también rallaron a un
excelente nivel, sabiendo asumir sus propias cuotas de protagonismo,
especialmente el guitarrista Sami Yii-Sirniö, que se marco un solo realmente
devastador durante la corrosiva “Civilization Collapse.
Con
la audiencia completamente entregada a la voraz propuesta de la formación
germana llegaba el momento de abrir el tarro de las esencias, y la encargada de
adentrarnos en el sprint final del show fue la intro pregrabada de “The
Patriach”, que como no podía ser de otra forma nos acabó arrojando a “Violent
Revolution”, provocando nuevamente un descontrol generalizado entre las
primeras filas. Con un Petrozza blandiendo una bandera con el logo de la banda
arrancaba la imprescindible “Flag Of Hate”, que se convirtió en la excusa
perfecta para un gigantesco “Wall Of Death”. Pero sin duda si hubo un momento
realmente memorable, consiguiendo invocar
el antiguo espíritu thrash metalero, este fue un correoso y destructor “Tormentor”, que les servía para
rubricar una excelente actuación. Pese al paso de los años, el veterano Mille
Petrozza sigue demostrando, concierto a concierto, que sus Kreator siguen
siendo una banda de garantías y una apuesta segura de cara al directo. Sin
ninguna clase de dudas, la suya fue la mejor descarga de esta primera jornada
festivalera.
enlace crónica del Viernes 1 de Agosto
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