Aunque puede resultar una obviedad
nunca esta demás recordar que Accept han sido los creadores de algunos
de los himnos más reconocibles y coreados de la historia del heavy metal.
Además, la mítica formación alemana parece estar viviendo una segunda, o
tercera, juventud desde que se consumara
su regreso con el vocalista Mark Tornillo al frente. Avalados por la imparable
tripleta que han conformado "Blood Of The Natons"(2010), "Stalingrad"(2012)
y su más reciente "Blind Rage"(2014), que han contado con el
beneplácito y la aprobación de sus seguidores, los teutones regresaban a la
Ciudad Condal consiguiendo movilizar no sólo a la parroquia habitual de los
conciertos, sino también a esa vieja guardia que únicamente se deja ver en las ocasiones realmente
especiales, es decir cuando aterrizan en la ciudad las giras de bandas como
Saxon, W.A.S.P., Motörhead o Doro.
Otro detalle a remarcar es que a diferencia de lo que sucediera en su anterior
visita, en donde la banda actuó en la sala mediana del Razzmatazz, en esta
ocasión, el espectáculo se trasladaba a la sala grande, lo que vaticinaba un mayor montaje escénico,
ratificando que los alemanes son una de
las pocas formaciones clásicas que, pese al paso de los años, consigue
recuperar algo de terreno en cuanto a nivel de convocatoria. Y es el ambiente
que se respiraba en los aledaños de la sala desde primera hora de la tarde era
el de las grandes ocasiones, con una larga cola de rezagados aguardando la
apertura de las taquillas para adquirir sus localidades, mientras que los bares colindantes presentaban un
fantástico aspecto, repletos de metaleros que apuraban su última cerveza
impacientes por reencontrarse con sus héroes.
Los encargados de abrir la velada y calentar el ambiente ante una sala
todavía a medio gas fueron los australianos Damnations Day. Formados en 2005 y
liderados por el guitarrista y vocalista Mark Kennedy este cuarteto oriundo de
la ciudad de Geelong nos ofreció un show entretenido y convincente, dedicándose
a desgranar en sus treinta minutos de show las mejores composiciones de su
álbum debut “Invisible The Dead”(2103). Aunque quizás el inicio no fuera el más
adecuado, arrancado su descarga con el complejo tema que da nombre a su
plástico “Invisible Dead”, lo cierto es
que la banda rápidamente cogió el pulso a su
descarga adentrándose en la cañera de “The Meaning”, con la que
asentaban las bases de una propuesta heterogénea y rica en matices, en la que
eran fácilmente apreciables las influencias de bandas tan dispares como
Helloween, Queensrÿche e incluso los primeros Iced Earth.
Pese a no ser excesivamente conocidos por estos lares los australianos demostraron tener un directo
compacto y convincente, dejando una magnifica impresión al abordar temas como
el thrashero “I Am”, en el que la agresividad de las guitarras contrastó
vivamente con las altísimas tonalidades empleadas por Mark Kennedy. Aunque
personalmente creo que les faltó un poco de movilidad sobre las tablas, lo
cierto es que instrumentalmente se mostraron como unos músicos muy solventes,
moviéndose con soltura desde los tempos rápidos e incisivos, liderados por el imparable doble bombo de Dean Kennedy,
a las atmósferas más calmadas y melódicas que nos propusieron en temas como
“Lucid Dreaming”, que fue la elegida para mostrarnos su faceta más progresiva.
Tampoco faltarían durante su show las pinceladas sinfónicas contenidas en
piezas como la grandilocuente y épica “Carried Above The Sun”, en la que Mark
Kennedy se destapó como un fantástico vocalista estirando al máximo sus cuerdas
vocales. La encargada de cerrar una actuación que fue claramente de menos a más
fue la iracunda “Reaper”, sin duda su composición más agresiva, que nos dejaba
a todos con un fantástico sabor de boca y con ganas de que haber escuchado
algún tema más.
Tras un largo receso amenizado por una buena colección de clásicos de la
década de los 80, por fin los “pipas” de los alemanes retiraban las lonas que
cubrían gran parte del escenario, dejando al descubierto la majestuosa batería
de Stefan Scharzmann y sendos muros de amplificadores que nos hacían presagiar
que el volumen de la descarga sería arrollador. Sin ninguna clase de
introducción ni preámbulo previo, y casi por sorpresa, el quinteto tomaba el
escenario acompañado por unas vistosas columnas de humo para atacarnos
frontalmente con "Stampede", un apabullante alarde de poderío metálico con el que
demostraban que siguen estando en un
excelente estado de forma y, lo que es más importante, que sus punzantes
estribillos continúan enganchando a sus seguidores. La encargada de proseguir
con esta imparable ceremonia metálica sería "Stalingrad", con la que caldeaban,
todavía más, el ánimo de una parroquia
totalmente entregada, mientras Tornillo enarbolaba exultante una bandera con el
logo de la banda.
Pese a su veteranía los miembros de la banda se mostraron exultantes,
derrochando potencia y simpatía, especialmente la dupla formada por Peter Baltes
y Wolf Hoffmann, quienes no dudaron en tirar de galones para conseguir que
temas como "Hellfire" o la más novedosa "200 Years" se
ganarán el reconocimiento unánime de todos los asistentes. Aunque nadie podrá
poner en duda la excelente acogida que recibieron sus nuevas composiciones,
todos éramos conscientes de que tarde o temprano llegaría el momento de
desempolvar alguno de sus viejas favoritas, y ese momento llegó con una
suculenta dupla extraída de su álbum de
1983 "Balls To The Wall", del que rescataron para satisfacción de
todos "Losers And Winners" y un coreadísimo "London
Leatherboys", que sería el elegido para que la banda nos ofreciera la
primera ración de esos clásicos movimientos sincronizados tan característicos
en todas sus descargas.
Con la euforia completamente desatada y sin apenas ofrecernos un segundo de
tregua nuestro viaje a través de la mágica década de los ochenta proseguía con
otra de sus piezas clásicas "Starlight". El retorno a la candente
actualidad vendría de la mano de "Dying Breed", con Baltes buscando
efusivamente el apoyo de toda la sala poniéndonos a cantar su melodía, y
"Final Journey", con las que sorprendentemente no bajó el nivel de
entrega y efusividad de un auditorio completamente rendido. Y es que durante
todo el show el ritmo y la intensidad que imprimieron los alemanes fue altísimo, enlazando de forma
consecutiva las canciones y sin entretenerse en exceso a la hora de las
presentaciones. Así que tras recibir una nueva ovación era la imponente base
rítmica formada por Baltes y Schwarzmann la encargada de adentrarnos en el
rotundo desfile marcial contenido en "Shadow Soldiers", con toda la
audiencia apoyando al máximo como si de todo un
clásico se tratase.
Si durante toda la velada el
guitarrista Wolf Hoffmann fue quien se llevó gran parte de las miradas, por su
potencia y su entrega sobre las tablas, el contrapunto lo pondría su compañero Herman
Frank, quien se mantuvo siempre en un discreto segundo plano, mostrándose muy
concentrado a la hora de atacar su instrumento. Pese a ello, su aportación en
temas como "From The Ashes We
Rise", fue realmente crucial, dando mordiente y pegada a sus devastadores
riffs. Estaba claro, viendo el cariz que estaba tomando el show, que nadie
podría acusar a Accept de querer vivir de rentas del pasado, pero evidentemente
no podían faltar a su cita con sus
seguidores gemas como el inevitable
"Restless And Wild", responsable de poner nuevamente la sala para
arriba gracias a la fantástica interpretación de un inconmensurable Tornillo, o un aclamadísimo "Ahead Of
The Pack", con ambos hachas tomando el centro del escenario para hacer las
delicias de sus incondicionales.
Tras semejante demostración de potencia y clasicismo metálico la encargada
de dar continuidad al show fue "No Shelter", recabando el apoyo de
las primeras filas y durante la que Baltes y Hoffmann nos ofrecieron un
delirante duelo solista, batiéndose sin compasión en una alocada carrera a lo
largo de sus respectivos mástiles. Una nueva pincelada nostálgica nos
conduciría sobre "Princess Of The Dawn", que personalmente saboree al
máximo, ya que me pareció uno de los momentos más vibrantes del show, con los
músicos levantando los brazos para dejar que la sala corease su clásica melodía.
Con el nivel de adrenalina por las nubes la encargada de concedernos un fugaz respiro, para recobrar el aliento de cara a la recta final del show, sería "Dark Side Of My Heart", que se convertiría en la última de las seis composiciones que descargaron de su flamante "Blind Rage". Afortunadamente, la eléctrica vibración del show retornaría cuando Hoffmann se ancló en el centro del escenario para prender la espita que dejaría paso a la explosiva "Pandemic", desatando una locura que se convirtió en delirio cuando el público empezó a corear la conocidísima introducción del speed metalero "Fast As A Shark", un nuevo alarde de velocidad y fiereza metálica que servía para que los alemanes abandonaran el escenario por primera vez.
Acompañados por los cánticos del público Accept regresaban rápidamente
sobre las tablas para someternos a una última ración de su abrumador heavy
metal, proponiéndonos una tripleta en la
que el presente y el pasado de la banda se darían la mano. El primer impacto de
este asalto definitivo llegaría con el hímnico "Metal Heart", indescriptible
ver a toda la sala coreando su melodía durante varios minutos mientras Hoffmann
se golpeaba el pecho triunfalmente. Sin apenas reponernos, la segunda acometida
llegaría con "Teutonic Terror". Mientras que la encargada de
noquearemos definitivamente sería la magistral "Balls To The Wall",
con los miembros de la banda ametrallándonos sin compasión en un aceleradísimo
final.
Pese al paso de los años resulta encomiable ver como Accept siguen
ofreciendo unos conciertos realmente intensos y memorables, mostrándose como
un colectivo compacto y sólido, que se
entrega al máximo y que irradia ilusión por los cuatro costados. Seguro que a
más de uno le faltaron clásicos en el repertorio de esta noche, personalmente
me faltó algún guiño a su “Objection Overruled” de 1993, pero lo cierto es que
no se puede poner ninguna clase de pega a una apoteósica descarga de dos horas de puro y genuino heavy metal.
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