INICIO

jueves, 23 de octubre de 2014

EDGUY+MASTERPLAN-RAZZMATAZZ2-BCN-19-OCT-2014


A día de hoy resulta innegable  la enorme influencia y repercusión que tuvieron  los alemanes Helloween dentro de la escena metálica  europea. Y es que difícilmente sería imaginable un cartel como el de esta noche si no hubiera existido la mítica formación  de las calabazas. No creo que a   nadie se le escape que los de Hamburgo fueron durante muchos años el espejo en el que se miraron unos jovencísimos Edguy. Mientras que por otro lado, si nos referimos a Masterplan, es más que evidente que la aportación  del  guitarrista Roland Grapow fue  absolutamente crucial  durante la etapa post Kai Hansen.

Tras el enorme éxito  y el reconocimiento unánime que ha alcanzado el vocalista Tobias Sammet con su proyecto paralelo Avantasia, debo admitir que tenía muchísimas ganas de enfrentarme nuevamente  a un concierto de su banda, Edguy. Aunque debo reconocer  que su anterior trabajo “Age Of The Joker” (2011) me dejó un tanto indiferente, lo cierto es que en  su último redondo “Space Police – Defenders Of The Crown”, el quinteto de Fulda parece haber recobrado la chispa y el entusiasmo que siempre les ha caracterizado y que les ha permitido ofrecer unos directos divertidos y convincentes. Además, para acabar de redondear un cartel realmente atractivo para todos los amantes del power metal  contábamos con la presencia de Masterplan, quienes después de unos años un tanto convulsos, con múltiples cambios de personal, parecen haber recobrado la buena senda junto al vocalista Rick Altzi, con quien han grabado su  último trabajo “Novum Initium”.

Durante los últimos años parece que ha cobrado fuerza la opinión, cada vez más generalizada, de que el power metal está totalmente desfasado, es decir, que ya no goza del respaldo masivo del que disfrutó durante la década de los noventa. De modo que la primera sorpresa de la noche fue acceder a la sala mediana del Razzmatazz y ver que la cita de esta noche  había despertado una enorme  expectación entre la parroquia metálica catalana, ya que la sala estaba prácticamente llena. Tirando de experiencia y tablas las huestes del guitarrista Roland Grapow saltaban a  escena acompañados por la introducción “Per Aspera Ad Astra”, para acto seguido iniciar su andadura con una pieza clásica dentro de  su repertorio “Enlighten Me”, que hacia explotar de júbilo a una sala de lo más participativa y animada. Dejando a un lado las odiosas comparaciones, Rick Altzi me pareció un vocalista de lo más convincente, con un timbre muy similar al de su antecesor. Quizás Altzi no tenga la personalidad arrolladora en directo de Lande, pero en todo momento se mostró como un “frontman” solvente, animando al personal, y sabiendo conceder a su compañero Roland Grapow su cuota de protagonismo a la hora de presentar algunos de los temas, como sucedió durante  “Heroes”, que la banda dedicó a todos los presentes.

Tras su anterior visita a tierras catalanas, liderando el Ripollet Rock del pasado año, la audiencia tenía muchas ganas de volver a ver al quinteto alemán en directo, y eso se notó en  la excelente acogida que tuvieron temas como la poderosa “Crimson Rider”, rescatada de su “Aeronautics” de 2005. Sin duda hasta ese el  momento la elección del repertorio había sido de lo más acertada, proponiéndonos un jugoso recorrido a través de la primera época de la banda, pero obviamente Masterplan tenían un nuevo álbum que presentar, así que la primera muestra de “Novium Initium”, llegaría con el toque oscuro y progresivo que nos proponían en “Keep Your Dream Alive”. Otro detalle muy significativo fue la buena sintonía entre los miembros de la banda, ya que durante todo el show fueron constantes las bromas y guiños que se dedicaron los músicos sobre las tablas, demostrando el buen ambiente y la excelente sintonía existente entre ellos.

Igualmente reseñable me pareció la actitud de una audiencia tremendamente volcada con los alemanes, ya que durante todo su show fueron constantes las palmas de apoyo y unos seguidísimos estribillos que hicieron que temas como “Crystal Night”, se convirtieran en momentos realmente memorables, con toda la banda descargando su arsenal épico mientras la sala animaba intensamente. Evidentemente,  una de las señas de identidad de Masterplan ha sido el buen gusto que siempre ha tenido Grapow para escribir buenas melodías, y buena muestra de ello fue “Spirit Never Dies”, otra  joya rescatada de su debut que sonó igual de fresca e intensa que antaño,  consiguiendo emocionar a algunos de sus viejos seguidores.

Sin abandonar los temas  de su debut la siguiente en hacer acto de presencia, prolongando el éxtasis, sería “Soulburn”, con la voz de Altzi emanando potencia y feeling mientras los teclados de Axel Mackenrott  sonaban cada vez más rotundos y omnipresentes. Además de su excelsa labor a las seis cuerdas Grapow demostró unas excelentes aptitudes como vocalista, ocupándose de la segunda voz en algunos de los temas, como sucedería durante el apoteósico “Kind Hearted Light”, que fue presentado a medias por Altzi y el público, y que nos dejaría en su final la imagen de la banda aplaudiendo complacida a sus seguidores. La encargada de cerrar  la actuación del quinteto alemán sería la oscura y tenebrosa “Crawling From Hell”, con la que ponían el toque oscuro y contundente a una descarga a la medida de sus seguidores más veteranos. Quizás lo único que se pueda objetar a la brillante actuación de Masterplan fuera el excesivo protagonismo que concedieron a su álbum homónimo, dejándose en el tintero algunas piezas de nuevo cuño que, personalmente, tenía muchas ganas de escuchar en directo.

Con el ambiente todavía más caldeado y con una sala deseosa de que empezara nuevamente la acción, por fin, llegaba el momento de las estrellas de la noche. La primera sorpresa,- y esta vez negativa-, fue ver que la banda no había montado parte del decorado que les  está acompañando  durante su actual periplo europeo, seguramente por problemas de espacio. Pero dejando a un lado estos elementos, llamémosles, “accesorios” estaba claro que los allí reunidos teníamos ganas de pasarlo bien, y que mejor para ello que un concierto de Edguy. Con verdadera devoción fueron recibidos los alemanes, y el primero en darse un auténtico baño de masas fue su batería Felix Bohnke, que tomaba posiciones para que sus compañeros se le unieran en el arranque con un fulgurante “Love Tyger”, que les servía para meterse a la gente en el bolsillo y  dar el pistoletazo de salida  a una fiesta que se prolongaría durante los siguientes noventa minutos.

Sólidos, compactos y sonrientes Edguy se mostraron en todo momento como una maquinaria perfectamente engrasada, y es que los alemanes llevan muchos años con la misma formación y esa conexión y complicidad se nota, y mucho, sobre las tablas. Especialmente activo estuvo su bajista Tobias Exxel, quien no paró de recorrerse el escenario dando esos graciosos saltitos. Tras haber calentado nuestras gargantas, y después de habernos puesto a dar los primeros saltos de la noche, llegaba el momento de seguir buceando en su más reciente entrega discográfica, y que mejor opción que la pegadiza “Space Police”, que les servía para poner de manifiesto que su último trabajo ha tenido una excelente acogida entre sus seguidores.

Pero sin duda el invitado de honor en la fiesta de esta noche era Tobias Sammet. El vocalista se mostró igual de ingenioso y divertido que de costumbre, consiguiendo en más de una ocasión arrancarnos una sonrisa. También hubo tiempo para recordar su primera visita a Barcelona  junto a Hammerfall, justo antes de que la banda se abalanzará sobre una vertiginosa interpretación de su clásico “Babylon”, desbordando potencia y velocidad, y en la  que incluyeron ese estudiado guiño al “The Trooper” de la Doncella, que  serviría para desatar la euforia en una sala que a estas alturas estaba completamente entregada. El primer momento emotivo de la noche llegaría durante el “speech” que  se largó Tobias para la presentación de “Superheroes”, que sorpresivamente,  y ante el jolgorio generalizado, se dedicó a él mismo.

Tras habernos regalado dos piezas verdaderamente importantes dentro de su repertorio tocaba regresar sobre su material más reciente, y la elegida para ofrecernos una nueva muestra de “Space Police- Defenders Of The Crown”, fue la propia “Defenders Of The Crown”, que sorpresivamente consiguió mantener el nivel de intensidad del show, ya que toda la sala respondió a la perfección entonando de forma unánime su pegadiza melodía, mientras Sammet nos dirigía como si fuera un director de orquesta. Otro momento realmente hilarante se produjo durante el arranque del mítico  “Vain Glory Opera”, que Sammet inició como si fuera el “The Final Countdown” de los suecos Europe, ante el despiporre generalizado, para posteriormente firmar junto a sus compañeros una interpretación realmente vibrante, consiguiendo alcanzar  unas altas cuotas épicas.

Con el escenario completamente a oscuras llegaba el momento del “espectáculo”  del percusionista Felix Bohnke, que si en giras anteriores nos había puesto a cantar la melodía del Equipo A, en esta ocasión, optó por tocar la fibra a los seguidores de la saga de La Guerra De Las Galaxias, ya que la base musical sobre la que desarrolló  su solo fue la “Marcha Imperial” de las tropas de Darth Vader. Habiendo recuperado el aliento, y con energías renovadas, sus compañeros se le sumaban para volver a la carga con una rotunda versión del “Ministry Of Saints”, tema que abría su álbum “Tinnitus Sanctus” y que se ha acabado convirtiendo en una habitual de sus descargas.

Tras una nueva ovación  Sammet ejercía de maestro de ceremonia para darnos las gracias por nuestra lealtad y explicarnos su personal visión del heavy metal, divagando en una extensa charla que desembocaría en el momento exótico de la noche, una sorprendente  “Rock Me Amadeus”, que ponía a toda la sala a cantar, convirtiéndose en la antesala perfecta para uno de los momentos mágicos de la noche “Land Of The Miracle”, otra de las gemas rescatadas de su brillante “Theater Of Salvation”, que nos puso la piel de gallina a muchos de los presentes, gracias a su elegancia melódica y a la excelente conjunción vocal de Sammet con el resto de sus compañeros. Con la gente coreando intensamente el nombre de la banda, una nueva mirada atrás, en esta ocasión, a su álbum “Mandrake”, nos conduciría a través de la grandilocuencia de “Tears Of A Mandrake”, tras la que los alemanes abandonaban por primera vez el escenario dejando tras de sí a una audiencia completamente enfervorizada.

Para poner la guinda al pastel y cerrar una noche realmente vibrante y entretenida, Edguy se habían reservado dos ases en la manga, dos trallazos pertenecientes a su “Hellfire Club” de 2004, un coreadísimo y celebradísimo “Lavatory Love Machine”, y para dar la puntilla definitiva “King Of Fools”, toda una declaración de intenciones si tenemos en cuenta la actitud  divertida y excéntrica de la formación alemana. En resumen, Edguy volvieron a brillar intensamente en su presentación en la Ciudad Condal, demostrando que pese al paso de los años y a las incursiones conceptuales de Tobias Sammet, la banda vuelve a estar en un gran momento de forma y, lo que es más importante,  sigue conservando el tirón y el favor de sus seguidores.


TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:ALFREDO RODRIGUEZ

1 comentario:

  1. Noche Power en Barcelona. Mola. Yo llevo mucho tiempo sin escuchar nada, pero a Edguy siempre le tuve cariño.

    ResponderEliminar