Los noventa fueron el periodo de mayor esplendor y expansión del
death metal a nivel internacional, y sin duda una de las escenas más ricas y
reconocibles fue la sueca, ya que durante el tramo final de los ochenta
y el inicio de la década de los noventa nos dejó la explosión
de un montón de jóvenes formaciones que, desmarcándose de las tendencias que
venían del otro lado del Atlántico, apostaron por un sonido propio y característico,
llegando a crear escuela y dejándonos un puñado de bandas que en muchos
casos han seguido activas hasta nuestros días. Pese a las idas y venidas del
negocio discográfico, los dos nombres protagonistas del cartel de esta noche,
Entombed A.D. y Grave, pueden vanagloriarse de ser considerados a día de hoy
como pioneros dentro de su estilo, habiendo, en ambos casos, desarrollado
unas longevas trayectorias pese a los cambio de personal e incluso
sobreponiéndose al cambio de nombre.
Una lluviosa tarde de domingo fue la escogida para albergar la puesta de largo de Entombed A.D. en la Ciudad Condal , una banda a priori novel que no es más que la nueva denominación, a causa de los problemas legales , de los míticos Entombed, quienes tras un largo silencio discográfico retornaban a nuestros escenario para presentar su última entrega discográfica "Back to The Front". Para acompañarles en este nuevo periplo europeo el carismático L.G. Petrov y sus muchachos optaron por unir fuerzas con otro nombre legendario dentro de la escena sueca, los iconicos Grave, una formación totalmente contrastada y capaz de ponerles las cosas muy difíciles sobre las tablas, obligándoles a dar el 110% en cada una de sus presentaciones. Para amenizar la espera ante el desembarco de estos dos pilares del death metal sueco contábamos con el concurso de Repuked, una banda poco conocida en nuestro país pero con una amplia trayectoria a sus espaldas, quienes venían dispuestos a hacerse oír con su irreverente death "old school", cargado de letras ruines y escatológicas.
Un ambiente algo gélido es lo que nos encontramos al acceder a la Sala 2 del
Apolo, donde escasamente una treintena de aficionados aguardaban el
inicio del show de Repuked. Sin duda la desapacible tarde y el desconocimiento
generalizado propiciaron que el cuarteto sueco tuviera que enfrentarse a una
sala prácticamente vacía. Pese a ello, durante los escasos 25 minutos que
estuvieron sobre las tablas tuvieron ocasión de dejarnos una buena
muestra de la contundencia de su brutal death salpicado de unas iracundas
bofetadas punk.
Aunque las primeras filas no parecieron reaccionar a las continuas y
ocurrentes arengas de su simpático vocalista, Rob The Slob, lo cierto es que
los chicos de Repuked machacaron intensamente sus instrumentos imprimiendo
mucha contundencia a temas como "Fuck You Fucking Whore" o
"Feral Fuck" con las que dejaban claro que lo suyo es la
brutalidad más seminal y maligna, dejando a un lado los tecnicismos
y las estructuras excesivamente enrevesadas.
Tampoco pude decirse que disfrutarán de un sonido especialmente
brillante, ya que se echo en falta un poco más de volumen en las voces y más
definición en unas guitarras muy opacas y poco matizadas, lo que a la postre
propició que en algunos momentos la bola sonora nos impidiera disfrutar
de temas como "Toxic Hell". Pese a ello la formación
sueca mostró una buena actitud a la hora de destripar sus fieros trallazos
"old school", pero desafortunadamente nunca llegaron a conectar con
un público que prefirió ver los toros desde la barrera, sin llegar a adentrarse
en su propuesta. Cabe remarcar que el cuarteto repetirá en nuestros escenarios
durante este mismo mes de Octubre presentando su último trabajo " Up
From The Sewers", junto a los americanos Nekrofilth, así que esperemos que
allí tengan más suerte y puedan contar con un mayor respaldo del
público.
Tras un largo receso, que sirvió para que la sala tomara el ambiente y el
cariz que se mereciera una cita como la de esta noche, llegaba el turno de Grave.
Aunque la banda a lo largo de los años ha vivido un intenso carrusel de músicos
desfilando por sus filas, su guitarrista y vocalista Ola Lindgren sigue
manejando con mano férrea el timón de la nave sueca. En cuanto al
repertorio que nos ofrecieron fue un suculento repaso a los temas más
significativos de toda su carrera, sin duda un acierto que hizo que el cuarteto
firmara una actuación realmente brillante, consiguiendo levantar el ánimo
de una tropa que apoyó intensamente en temas clásicos como "Deformed",
que fue el elegido para romper el hielo y dar el pistoletazo de salida a su
show.
A diferencia de lo que sucediera durante la actuación de sus compatriotas
Repuked, la descarga de Grave estuvo marcada por un sonido brutal,
protagonizado por las intensas y poderosas guitarras, del propio
Lidgren y Mika Lagrén, junto a la aplastante base
rítmica, que forman Tobías Cristiansson y RonnieBergerstähi, castigando
intensamente nuestros tímpanos al adentrarse en piezas como el más novedoso
"Morbid Ascent", con la que nos agasajaron con su imponente
maquinaria metálica, o el corrosivo y melódico "Turning Back",
extraído de su "Soulless", que servía para rubricar definitivamente
la alianza y la excelente conexión entre banda y público.
Pese a las reducidas dimensiones del escenario de la sala pequeña del
Apolo, los suecos engalanaron el escenario con sendos paneles laterales y un
enorme telón tras la batería, lo que hacia denotar que la banda no venía
dispuesta a asumir un papel de meros “supporters”, de modo que los suecos
ofrecieron unas magníficas sensaciones en escena. Buena muestra de ello fue la
rabia y contundencia con la que sonaron piezas como "You' ll Never
See..." o el blasfemo "Christi(ns)anity", ambas rescatadas de su
segundo plástico de 1992.
Sin duda para una banda como Grave, que camina con paso firme e
inexorable hacia su vigésimo quinto aniversario, una de sus máximas
cualidades radica en la coherencia y la honestidad de su material, y eso se
notó al intercalar viejas favoritas de su repertorio con algunos
trallazos como el infernal "Amongst Marble And The Dead" o
"Winds Of Chains", que consiguieron mantener el tipo ante
pilares básicos de su discografía como el seminal "And Here I Die",
que fue una de las mejor acogida recibieron por parte de sus fieles
incondicionales.
Conscientes de su estatus como auténticos pioneros de la escena y
dispuestos a dar el máximo durante el tramo final de su actuación, un
avasallador "Eroded" sería el elegido para buscar, una vez más, la
complicidad de una sala que se desgallitó coreando su contundente
estribillo. El colofón final para su descarga, como no podía ser de otra forma,
llegaría con su clásico himno "Into The Grave", presentado a medias
por Ola y el respetable, con el que sometían a sus incondicionales a una última
acometida que hizo que todos nos quedáramos con ganas de mucho de más y con un
fantástico sabor de boca.
Muchas incógnitas había suscitado esta nueva visita de los veteranos
Entombed a la Ciudad Condal , y no solo por la ausencia del guitarrista Alex
Hellid sino por saber si esta nueva etapa como Entombed A.D., significaría una
ruptura total con el clásico catálogo de los suecos. El primer detalle
que llamo la atención fue la sobriedad del escenario, únicamente engalanado con
un Enorme telón con la nueva tipografía de la banda, apenas visible
debido a la escasa altura del techo del escenario. Avalados por el inmenso
carisma del incombustible L.G. Petrov el quinteto de Estocolmo
salió a por todas, dispuesto a no dejar títere con cabezas, arrollando en el
arranque frontal que representa el novedoso "Kill to Live", con
la gente animando al máximo y con un sonido poderoso, cortante y afilado. Para
todos aquellos que se mostraban algo reticentes con el material de su más
reciente entrega "Back To The Front", la avasalladora máquina sueca
no tardó mucho en carburar, para alegría de sus incondicionales, rescatando del
ostracismo joyas como el crujiente "I For An Eye" o ese
suculento y lejano "Revel In Flesh", que nos transportaba
directamente al inicio de la década de los noventa.
Con la principal incógnita de la noche despejada, afortunadamente la banda
continuaría recurriendo a sus clásicos de la anterior etapa, llegaba el
momento de espetarnos un rotundo "Second To None", que pese a
seguir con su característico death n' roll no fue recibido de forma
excesivamente entusiasta. Afortunadamente el clímax y el nivel de intensidad se
recuperaron rápidamente al sonar los primeros compases de
"Living Death" y " Stranger Aeons", dos composiciones
rescatadas de su legendario "Clandestine", que pocos esperábamos
volver a degustar en directo, ya que sobre las tablas no había ninguno de los
músicos que grabaron ese disco en 1991.
Pese al inexorable paso del tiempo el quinteto sueco sigue siendo una
apuesta ganadora de cara al directo, mostrándose muy activos y comunicativos
sobre las tablas, especialmente L.G. Petrov quien durante todo el show no paró
de hacer “headbanging” como un poseso a la vez que alentaba a las primeras
filas a animar al máximo durante temas como "Pandemic Rage", o un
coreadísimo "To Ride, Shoot Straight And Speak The thuth", con las
que convertirían la pista en auténtico desmadre, con la gente bailando
intensamente como si tuviera poseída. Y es que la formación sueca
pudo sentir el cariño y el fervor de sus seguidores durante muchos tramos del
show, especialmente al atacar piezas de su etapa más exitosa como "Out Of
Hand", o esas estratosfèricas andanadas contenidas en el
endiabladamente adictivo "Wolverine Blues", durante el que el
nuevo miembro de la banda, el guitarrista Johan Jasson, se mostró perfectamente
acoplado al preciso engranaje del quinteto, ya que no creo que nadie
echara en falta el concurso del ausente Alex Hellid.
Un nuevo recuerdo al material grabado por la banda con el concurso
del entonces batería Nick Andersson nos adentraría en la densidad de
"Chaos Breed", para rápidamente dejar paso a una fulgurante recta
final protagonizada por el cachondo y marchoso "Damn Deal Done" y
la seminal "Left Hand Path", tras la que el quinteto
abandonó el escenario dejando tras de si a una audiencia totalmente desatada y
enfervorizada que demandaba insistentemente más música de sus héroes.
Apenas unos segundos estuvieron ausentes los suecos del escenario, ya que
rápidamente L.G. Petrov volvió a irrumpir en escena para propiciarnos la
estocada definitiva. Si ya durante su descarga el ritmo había sido
verdaderamente infernal, la formación sueca nos propuso unos bises de auténtico
infarto. El encargado de volver a hacer rugir los instrumentos sería
"Chief Revel Angel", la pieza que abría su "Morning
Star" de 2001, que se convertiría en la antesala
perfecta para el clasicismo death metalero contenido en "Abnormaly
Deceased" y "Supposed To Rot", con las que los suecos se
despedían definitivamente demostrando que su material más
primigenio sigue sonando igual de fiero y amenazante que antaño, conservando
su vigencia en pleno siglo XXI . Una última bala se habían guardado
Entombed en la recámara para rematar su actuación, y esta explotaría con la
marchosa "Serpent Speech", que sería la encargada de poner el
broche definitivo a una caliente y animada actuación.
Tras un largo periodo alejados de los escenarios L.G. Petrov y sus
muchachos han regresado para seguir sacando lustre al material clásico de
los míticos Entombed, demostrando que en el fondo lo único que ha cambiado es
el nombre, ya que por lo demás la contundencia, la actitud y el corrosivo death
n' roll de la formación sueca permanece inalterable al paso del
tiempo, ... Y esa, indudablemente, es la mejor de las noticias.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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