Mucho se ha venido debatiendo sobre las
bandas tributo durante los últimos meses. Y la verdad es que si uno se dedica a
indagar entre las opiniones de los propios músicos y el público en general, lo
cierto es que podría recabar opiniones para todos los gustos. Aunque viendo las
cosas con perspectiva resulta obvio que las bandas tributo tienen un importante
tirón dentro de la actual escena, ya que suponen una excelente alternativa para
rememorar un montón de clásicos dentro de nuestro rollo.
En una tarde-noche de Sábado en la ciudad
Condal y sin ninguna coincidencia con bolos internacionales acudir a la Sala
Bóveda del barrio del Poble Nou representaba una excelente opción para reunirse
con los colegas para tomar unas cervezas y tararear una buena colección de
clásicos que todos hemos disfrutado en innumerables ocasiones. El jugoso cartel
de esta noche estaba formado por los barceloneses Halloween, quienes se
dedicarían a desgranar los himnos más relevantes de la primera etapa de los
alemanes Helloween. Los zaragozanos Black Ice, uno de los mejores tributos en
nuestro país a la mítica banda australiana liderada por los hermanos Young.
Mientras que los encargados de cerrar la velada serían Fast Sharks, quienes
menos de una semana después de la descarga de los alemanes Accept en Barcelona
tenían la difícil misión de volvernos a hacer vibrar con los arrolladores
estribillos de piezas clásicas dentro del género como "Metal Heart",
"Fast As a Shark" o "London Leatherboys".
HALLOWEEN
Ante una sala que ya a primera hora de la tarde
presentaba un fantástico aspecto salían a escena los chicos Halloween
acompañados por la introducción que usaba el quinteto alemán durante la década
de los ochenta. Con una escenografía muy cuidada, en la que se incluían
diferentes calabazas repartidas por el escenario y unas densas tela arañas
decorando la batería, el quinteto salía a por todas derrochando fuerza con
"I´m Alive", mostrando una fidelidad total con el reconocible sonido
de Weikath y compañía, y en dónde destacó el torrente vocal de Alex Núñez. Con
un repertorio basado en la etapa dorada de los de Hamburgo no faltaron a su
cita con los fans de la banda unas rotundas interpretaciones de piezas como
"A Little Time" o la cachonda "Dr. Stein", con las que
hacían las delicias del respetable poniéndonos a todos a cantar.
Si los primeros compases del show de
Halloween fueron realmente intensos, el ritmo no decaería al abordar cortes
como "March Of Time" o la emotiva balada "A Tale That Wasn't
Right", que sonó especialmente redonda gracias al apoyo a las segundas
voces del guitarrista Pablo Nogeira. La única pieza que interpretaron fuera de
los icónicos "Keepers Of The Seven Keys", fue la guitarrera "The
Chance", rescatada del controvertido "Pink Bubbles Go Ape", con
la que conseguían mantener el ambiente de fiesta reinante en la sala.
El coro general de todos los presentes
regresaría con una de las piezas más coreadas por la parroquia metálica
"Future World", durante la que la tripleta formada por Pablo, Jordi y
Alex tomaría el centro del escenario para ofrecernos esos típicos movimientos
ochenteros. Además del material más representativo de los de Hamburgo, el
quinteto barcelonés no quiso dejar pasar la ocasión para atacar alguna pieza no
tan habitual en las descargas de los actuales Helloween, estrenando para la
ocasión una speed metalera "Save Us", que volvía a recabar el apoyo
de todos los presentes.
La nota curiosa de la noche la pondría ese
inicio lento y relajado del legendario "I Want Out", que rápidamente
viró a su vertiente más eléctrica y metálica, sirviendo para hacer retumbar los
cimientos de un entregado Boveda. Mientras que la elegida para cerrar su
actuación, después de superar algunos problemas técnicos con la batería de José
Torrent, sería la inevitable "Eagle Fly Free", con Alex encaramado a
la tarima de la batería guiando al personal a la hora de corear esas pegadizas
melodías marca de la casa. En definitiva, muy buena actuación de los
barceloneses Halloween que conseguieron caldear el ambiente, y de que manera,
de cara a los dos siguientes actos de la noche.
BLACK ICE
Que los australianos Ac Dc son una de las
bandas más reconocidas y queridas dentro del mundo del hard rock y el heavy
metal es una verdad tan universal como que cada mañana sale el sol. Por ello,
aunque pueda parecer sencillo, resulta todo un desafío el poder confeccionar,
en poco mas de una hora, un repertorio que sea capaz de aglutinar toda su
trayectoria y poder contentar con él a
su inmensa legión de incondicionales. Para ello los maños Black Ice arribaban a
la sala Bóveda dispuestos a ofrecernos una auténtica ceremonia roquera,
amenizada no sólo por los clásicos de los hermanos Young, sino también
respaldados por una impactante puesta en escena, sustentada sobre la cazallosa
voz de Andrés Gracia, perfecto en su papel de Brian Jhonson, y la adrenalítica
actuación de Carlos Vega, quien encarnó de forma magistral el rol de un jovencísimo y alocado Angus
Young.
Por supuesto que no faltaron en su puesta
en escena la clásica gorra que siempre luce el ex-Geordie, ni la habitual
indumentaria de colegial del genial guitarrista australiano. Así que como una
apisonadora e impulsados por un sonido crudo y afilado Black Ice tomaban las
riendas de la velada para ofrecernos en el arranque un impetuoso "Stiff Upper Lip", destapando el
tarro de las esencias mientras los más rezagados accedían al local alertados
por el jolgorio interior. Tras ofrecernos una fantástica primera impresión llegaba el
momento de someternos a la pieza que abría aquel lejano "Ballbreaker"
de 1995, el devastador "Hard As A Rock", que marcaba el despegue
definitivo de una actuación caliente e intensa.
Y es que el escenario se les quedó pequeño
a los zaragozanos, ya que no fueran pocas las veces que Carlos Vega y Andrés
Gracia abandonaron el escenario para campar a sus anchas por el local, usando
la barra como improvisada pasarela hacía el público, consiguiendo que temas como
"Shoot To Thrill" o "Thunderstruck" no hicieran más que
calentar el ambiente entre una audiencia
que se lo estaba pasando en grande.
Tampoco quisieron olvidarse del habitual striptease en el vacilón "The
Jack", culminado con la exposición de unos “gayumbos” con el logo de la
banda australiana.
Pero si algo marcó la arrolladora actuación
de Black Ice fue la rotunda participación del público, que consiguió con sus
coros que temas como el hímnico "T.N.T." sonarán con la fuerza y la
contundencia con los que todos lo recordamos. Sin duda otro de los momentos
culminantes del show llegaría con "Back In Black", que sería la
escogida por Carlos Vega para darse un paseo recorriendo todo el local sin
parar de tocar su instrumento. Pese a la apariencia de Andrés Gracia, emulando
a Brian Johnson, no faltaron durante la descarga de Black Ice algunas piezas
clásicas de los australianos con “el
dragón tatuado” Bon Scott al frente, de modo que también tuvimos ocasión de
deleitarnos con el clasicismo roquero de
"Walk All Over You", el cachondo
desparrame de "Whole Lotta Rosie", con vocalista y guitarrista
paseando nuevamente por la barra, o el desenfreno roquero del mítico
"Highway To Hell".
Además de mostrarse como una banda realmente
brillante y efectiva, me gustó mucho la chispa y socarronería que imprimió Andrés
Gracia a la hora de presentar algunos de los temas, consiguiendo arrancar más
de una sonrisa entre los asistentes, como sucedió durante la introducción de
"If You Want Blood (You Got It)", que sería la encargada de marcar el
preámbulo que nos conduciría sobre un aclamadísimo "Moneytalks”. Para
poner la rúbrica definitiva a su
fantástica descarga Black Ice se decantaron por el marchoso “You Shook Me All Night Long”,
con el que se bajaban de las tablas dejando tras de sí a una audiencia
realmente entregada y la sensación en el ambiente de haber sido los grandes
triunfadores de la noche.
FAST SHARKS
Para todos los amantes del heavy metal tradicional
los alemanes Accept son un nombre de obligada mención dentro sus preferencias.
De modo que tan solo unos días después de que los teutones aterrizaran en la
Ciudad Condal para presentar su último trabajo “Blind Rage”, la actuación de los barceloneses Fast Sharks suponía una excelente oportunidad para volver a entonar los estribillos de
algunas de sus piezas más representativas, además de desempolvar algunos de los
himnos que Peter Baltes, Wolf Hoffmann y
compañía se dejaron fuera de su
repertorio.
Además, la actuación de esta noche
representaba la última descarga de Fast Sharks antes de su inminente disolución
a causa del abandono de su vocalista Robert. Acompañados de la intrigante banda
sonora de la película Tiburón la
formación barcelonesa tomaba posiciones para arrancar su descarga con una
rotunda versión del "Metal Heart", que era la escogida para sumergirnos de lleno en el clasicismo de la
década de los ochenta, con toda la sala coreando al unísono su hímnico
estribillo, para dar a la velada un cariz mágico y especial.
Al igual que sucediera con el resto de
bandas participantes en la velada, además del tributo sonoro no faltaron durante
la descarga de Fast Sharks las guitarras
con forma de flecha de Toni y Suru, ni la vestimenta militar de su vocalista
Robert, al más puro estilo del legendario Udo Dirkchneider. En cuanto al
repertorio escogido, obviamente estuvo centrado en los himnos más conocidos de
la formación teutona, dando cancha a temas como "Breaker", "Turn
Me On", o el legendario "Restless And Wild", que servían para
convertir la sala en una auténtica sauna.
Cabe remarcar que durante toda la noche el
sonido fue bastante bueno, dando brillo a composiciones como "London
Leatherboys", que volvía a hacer rugir intensamente a todos los presentes,
"Love Child" o un seguidismo "Up To The Limit". Siendo la
última actuación de la banda estaba claro que no podían faltar los sinceros
agradecimientos hacia sus amigos y seguidores durante la presentación de "Midnight
Mover", que por cierto fue fantásticamente recibido, o el brindis con
todos los presentes antes de abalanzarse sobre ese crujiente y devastador "Losers And
"Winners".
Un rotundo "Living For Tonite",
sería el encargado en encarar una arrolladora recta final en la que tendrían
cabida la hímnica sutileza del legendario " Princess Of The Dawn", la
iracunda y devastadora "Son Of A Bitch", que personalmente fue de las
que más disfrute de todo el show, una coreadísima "Balls To The
Wall", impresionante ver a toda la sala cantar su estribillo y la inmortal
"Fast As A Shark", con su característica introducción nuevamente
cantada por el público antes de que la banda se lanzará a quemarropa sobre un
incendiario final con el que el quinteto
puso la sala literalmente patas arriba, firmando así un brillante colofón a su
descarga y a su andadura como Fast Sharks.
Dejando a un lado las opiniones
desfavorables de los más críticos y reticentes, con conciertos como el de esta
noche en Bóveda resulta obvio que las bandas tributo son una opción muy válida
para volver a rememorar los viejos himnos de las bandas clásicas del género.
Seguramente habrá quienes pongan objeciones a lo que ofrecen estas formaciones,
pero lo cierto es que es el público quien tiene que dar su veredicto, y a tenor
de lo visto el pasado sábado en la Ciudad Condal, por el momento las bandas
tributo siguen contando con el respaldo incondicional y el beneplácito de la
audiencia. Y eso, a fin de cuentas, es lo que importa, ya que son los fans los que deciden donde quieren invertir el dinero destinado a su ocio.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
Los guitarristas son Toni y Suru, Willy es el baterista.
ResponderEliminarInminente disolución?...
Me refiero a Fast Sharks
EliminarGracias por la corrección en los nombre de los guitarristas. Hasta donde yo se, la del pasado Sábado fue la última actuación de Fast Sharks con Robert.
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