jueves, 16 de octubre de 2014

IN FLAMES+WOVENWAR+WHILE SHE SLEEPS-RAZZMATAZZ-BCN-8-OCT-2014


Pioneros del death metal melódico y abanderados indiscutibles del reconocido sonido Göteborg, los suecos In Flames siempre han sido considerados como un claro ejemplo de evolución y vanguardia dentro de su estilo. Atrás queda  el clasicismo death metalero contenido en  obras como “The Jester Race”(1996), “Whoracle”(1997), “Colony”(1998) o “Clayman”(2000), que les consolidaron como uno de los pilares básicos del género. En cambio, durante los últimos tiempos la banda ha decidido dar un giro radical a su sonido, y lejos de seguir apostando por una propuesta ganadora el quinteto ha decidido afrontar su presente con nuevos bríos, absorbiendo un montón de nuevas influencias para   facturar álbumes como “A sense Of Purpose”(2008), “Sounds Of A Playground Fading”(2011), o su más reciente entrega  “Siren Charms”(2014), que si bien no han acabado de convencer a sus antiguos fans, sí que les han servido para llegar a una nueva generación de seguidores que les adoran como auténticos héroes.

Ante semejante disyuntiva esta nueva visita del combo sueco se presentaba como la ocasión idónea para poder calibrar su verdadero  potencial a escasos meses de la celebración de su vigesimoquinto aniversario, todo un hito para una banda del género. El motivo principal de este nuevo tour era presentar las composiciones de su flamante nuevo trabajo “Siren Charms”, undécima obra  de estudio y segunda desde la salida de su guitarrista y fundador Jesper Strömblad. Para acabar de redondear una noche que prometía emociones fuertes en la sala grande del Razzmatazz teníamos programada la rabiosa descarga de los británicos Where She Sleeps, mientras que los encargados de amenizar la espera antes de la llegada de In Flames serían los americanos Wovenwar.

Pese a la temprana hora prevista para la descarga de While She Sleeps, lo cierto es que el combo británico disfrutó del incondicional apoyo de una legión de “hambrientos jovenzuelos” que se volvieron literalmente locos con su actuación. Aunque a los más veteranos el nombre de  los de Sheffield no les resultará familiar, While She Sleeps fueron galardonados como banda revelación en 2012 por la revista Kerrang!  Impulsados por la notable acogida de su debut “This Is The Six”, la formación capitaneada por el explosivo vocalista Lawrence Taylor salió a por todas desde los primeros compases del show, destapando el tarro de las esencias con obuses del calibre de  “Death Toll” o “Death Behind The Eyes”, con los que dieron rienda suelta a su devastador metal-core.

Durante toda la actuación la actitud de la banda fue realmente asombrosa, arrastrando en todo momento  a sus seguidores y consiguiendo crear una excelente conexión con ellos. Pese a que no gozaron de un sonido especialmente brillante y tuvieron que tocar con un juego de luces bastante limitado, no creo que nadie pudiera poner ninguna objeción a la potencia abrumadora de trallazos como “This Is The Six”, con el que ponían a toda la pista a botar, para posteriormente adentrarnos en el más denso y subversivo “Our Courage, Our Cancer”, con el que el quinteto nos daba su auténtica medida, mezclando sus salvajes acometidas con partes más lentas y melódicas.

Corta, muy corta se nos hizo su descarga, pero antes de despedirse definitivamente de sus incondicionales todavía tendrían tiempo de dejarnos una nueva muestra de su feroz voracidad  ofreciéndonos una apabullante versión de su aclamadísimo “Seven Hill”, que sirvió para que Taylor se abalanzara sobre el respetable. Magnificas sensaciones nos dejaron los británicos a su paso por la Ciudad Condal, certificando que junto a bandas como Architecs o Bring Me The Horizon el metal-core tiene el futuro asegurado.

Tras un rápido cambio de “backline”, y con la sala algo más concurrida, llegaba el turno de los americanos  Wovenwar, -la nueva formación de los miembros de  As I Lying junto al vocalista y guitarrista Shane Blay-, quienes mostraron un registro radicalmente opuesto al de los británicos, ofreciéndonos una propuesta bastante más melódica y accesible, dejando a un lado las voces rasgadas para concentrarse en unas composiciones más dinámicas y roqueras. Pese a ello, el quinteto se mostró muy compacto y enérgico sobre las tablas desgranando de forma muy convincente  las composiciones que forman parte de su debut.

Acompañados de la intrigante introducción “Foreword” los americanos tomaban posiciones para espetarnos en el arranque la pieza de presentación de su álbum “All Rise”, con la que dejaban clara la orientación de este nuevo proyecto, desmarcándose de forma deliberada de la crudeza de su anterior banda para concentrarse en desarrollar una propuesta más moderna y guitarrera. Aunque como decía, la descarga de Wovenwar fue bastante más relajada que la de While She Sleeps, no faltaron algunos temas en los que la banda mostró sus garras, como en la incisiva “Death To Rights”, protagonizada por un triple ataque guitarrero y un  rotundo juego de voces a cargo de Blay y el impetuoso bajista Josh Gilbert.

Conforme fue avanzando la descarga de los americanos  la gente se fue animando, consiguiendo que piezas como “The Mason”, potenciada al máximo por la fantástica pegada del batería Jordan Mancino, se convirtiera en uno de los momentos álgidos de su actuación. Aprovechando que el ambiente se estaba caldeando Wovenwar no quisieron dejar pasar la ocasión de mostrarnos todo su potencial melódico, concediendo un protagonismo estelar a  piezas como la adictiva “Profane”, con la que conseguirían recabar la complicidad del público a la hora de entonar sus estribillos.

Sin duda uno de los principales atractivos de la propuesta  de los  de San Diego es su amplitud de miras, de modo que no podían faltar los explosivos cambios de ritmo que marcaron piezas  como el  camaleónico up-tempo “Identity”, muy orientado hacia ese metal de corte alternativo y vanguardista, que acabaría dejando paso a la abrupta contundencia de “Matter Of Time”, con la que consiguieron movilizar a los integrantes de las primeras filas para encarar una rotunda recta final.

Continuando con el exhaustivo repaso a su debut Wovenwar se habían reservado  un par de balas en la recamara para finiquitar su descarga, la envolvente “Tempest”, con un excelente trabajo vocal a cargo de Shane Blay, y “Prophets”. En resumen, buena descarga en líneas generales del combo americano, quienes demostraron tener potencial y tablas, pero a los que personalmente pienso que les faltó un poco más de garra y mala leche.

Pocas formaciones hay, a día de hoy, que se atrevan a llevar su espectáculo  a la sala grande del Razzmatazz, pero pese a que el recinto distó mucho de alcanzar su máximo aforo, lo cierto es que In Flames congregaron a algo más de media sala para presentar sus nuevas composiciones  y ofrecernos un concierto realmente impactante, en el que la formación sueca  apostó por un sonido arrollador y un espectáculo luminotécnico a la altura de las grandes ocasiones.

Muchas ganas había de volver a disfrutar de su directo en nuestros escenarios, y el primer detalle que me llamó la  atención fue la curiosa configuración de la audiencia, ya que mientras que las primeras filas estaban copadas por un montón de jóvenes seguidores, que apenas superaban la veintena de edad, la parte trasera del local estaba ocupada por veteranos metaleros que venían dispuestos a reverdecer viejos tiempos y deleitarse con la interpretación de algunos de los  clásicos de la primera etapa de la banda. Otro detalle a destacar  es que  los actuales In Flames ya no son aquellos tipos fríos e inaccesibles de sus inicios, ahora el quinteto se muestra mucho más cercano y comunicativo sobre las tablas.

Dejando a un lado las críticas recibidas de los más “puristas”, y fieles a su personalidad, los suecos iniciaron su descarga con una doble ración de su última obra, ofreciéndonos en el arranque “In Plain View” y “Everything´s Gone”, con las que ratificaban su plena confianza en sus nuevas composiciones; una confianza que se vería refrendada por la excelente acogida que ambos cortes recibieron de manos de sus seguidores más jóvenes. Con banda y público sellando una alianza que se prolongaría durante los siguientes noventa minutos llegaba el momento de retrotraernos a su anterior trabajo “Sounds Of A Playground Family”, del que nos ofrecieron un compacto “Fear Is The Weakness”, con el que lograban caldear todavía más los ánimos del respetable, mientras que Anders, ataviado con su inseparable gorra de baseball, se retorcía sobre una pequeña plataforma situada entre los monitores centrales del escenario.

Si los compases iniciales de la descarga habían significado un regalo para sus fans más recientes, el guiño a los más veteranos llegaría con los primeros compases de “Trigger” y con la posterior “Resin”, rescatada de  aquel lejano “Colony” de 1999, que a la postre se convertiría en la pieza más antigua que interpretaron, dejando totalmente aparcado el material de sus tres primeras obras. Tras una primera parte en la que el quinteto había concedido un protagonismo equitativo a su presente y su pasado, el segundo segmento del show estuvo plenamente centrado en el material de su etapa más reciente, concediendo un protagonismo absoluto a sus dos últimas referencias de estudio. De modo que tras un pequeño discurso del vocalista, que hizo que a más de uno se le escapara una sonrisa, llegaba el momento de “Where The Dead Ships Dwell”, para acto seguido someternos a una intensa ración de “Siren Charms”, enlazando de forma consecutiva los aromas introspectivos de “With Eyes Wide Open” con  la brutal pegada de los estribillos de “Paralyzed”, sin duda una de las nuevas composiciones que mejor funcionó en vivo. La encargada de redondear esta novedosa  trilogía sería la envolvente e intensa “Through Oblivion”.

Pese al extenso catálogo que atesoran los suecos resulta evidente, viendo el repertorio que están ofreciendo en su actual periplo europeo, que la formación está plenamente centrada en el material de la era post-Strömblad. En cualquier caso, la banda en todo momento se mostró sólida y compacta, consiguiendo que temas como “Ropes”, sonaran mucho más crudos y viscerales que en su versión de estudio. Sin duda otro de los temas que mayores pasiones despertó entre las primeras filas fue “Delight And Angers”, con las guitarras de Björn y Niclas sonando cortantes y asesinas. La anécdota de la noche llegaría con los entrecortados riffs de “Cloud Connected”, durante la que Anders tuvo el detalle de invitar a subir a un chaval, para seguir el tema sentado en la tarima de la batería, y a una chica, que se lo pasó en grande grabando un  video desde encima del escenario. La vuelta a la normalidad, provocando la locura generalizada, llegaría con el tremendo clasicismo contenido en “Only For The Weak”, rescatado de su aplastante “Clayman” del año 2000, que serviría para poner la sala literalmente patas arriba.

Tras semejante derroche de potencia y agresividad el cambio de tercio llegaría con el inicio lento e introspectivo del dramático “The Chosen Pessimist”, que acabaría dejando paso al vanguardista “The Quiet Place”, que sería el responsable de volver a poner a botar a las primeras filas. La ultima representante de su más reciente entrega discográfica sería “Rusted Nail”, que personalmente no me acabó de convencer, ya que me dio la sensación  de que cortaba un poco la eufórica desatada durante este tramo del show.

A diferencia de lo que suele ser habitual esta noche no hubo bises propiamente dichos, ya que el quinteto sueco no abandonó las tablas para regresar después. De modo que la recta final estaría marcada por la tripleta que conformaron “The Mirror´s Thruth”, durante la que se desató un violente “circle-pit”, un coreadísimo “Deliver Us”, convertido ya en uno de los nuevos himnos de la banda, mientras que la encargada de rubricar la velada sería “Take This Life”, con la formación nuevamente ofreciendo su vertiente más agresiva a la vez que sacaban el máximo partido a su espectacular juego de luces.

Aunque debo reconocer que personalmente  hubiera preferido un repertorio con una mayor presencia de su material clásico, lo cierto es que los suecos se marcaron una actuación realmente convincente, demostrando que siguen apostando firmemente por la evolución y la innovación. Quizás la solución para reconciliarse con  sus viejos seguidores sería embarcarse en una gira “revival” en la que dieran cabida a  su material más añejo y death metalero,…  pero esa opción,  a día de hoy, parece poco probable.


TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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