El mundo del heavy metal está plagado de estampas míticas e imágenes icónicas
que resultan plenamente reconocibles
para todos nosotros. Sin duda una de las más legendarias es la figura encorvada de Michael Schenker
empuñando su Flying V. Y es que el
mítico guitarrista alemán además de poner su talento al servicio de nombres ilustres como Scorpions o UFO, ha
desarrollado una prolífica carrera como artista en solitario, ya sea con las
diferentes encarnaciones de sus M.S.G.,
dando rienda suelta a sus inquietudes acústicas en esa suculenta serie de
trabajos titulados "Thank
You", o con su más reciente aventura Michael Schenker' s Temple Of
Rock.
Pese a que su carrera ha sido una auténtica montaña rusa, parece que la madurez le ha sentado particularmente bien al pequeño de los hermanos Schenker, quien parece haber apaciguado su indomable carácter y encontrado la estabilidad junto a sus actuales compañeros de viaje, lo que le ha permitido revitalizar su carrera y volver a recuperar su estatus como icono de la guitarra tras una larga temporada en la que parecía condenado al ostracismo. Tan solo unos meses después de su paso por el festival Leyendas del Rock el talentoso guitarrista alemán volvía a nuestros escenarios para presentar ante sus incondicionales su última entrega discográfica "Bridge The Gab".
Pese a que su carrera ha sido una auténtica montaña rusa, parece que la madurez le ha sentado particularmente bien al pequeño de los hermanos Schenker, quien parece haber apaciguado su indomable carácter y encontrado la estabilidad junto a sus actuales compañeros de viaje, lo que le ha permitido revitalizar su carrera y volver a recuperar su estatus como icono de la guitarra tras una larga temporada en la que parecía condenado al ostracismo. Tan solo unos meses después de su paso por el festival Leyendas del Rock el talentoso guitarrista alemán volvía a nuestros escenarios para presentar ante sus incondicionales su última entrega discográfica "Bridge The Gab".
Aunque en un principio su descarga en la capital catalana estaba prevista
para la sala Bikini, la gran demanda de
entradas propició que el espectáculo se trasladará a la sala grande del
Razzmatazz, una fantástica noticia que servía para poner de manifiesto el tirón
que sigue conservando el alemán entre la
parroquia metálica. Pese a que debo admitir que tenía mis reservas sobre la
idoneidad del recinto finalmente
escogido, lo cierto es que la sala presentó una magnífica entrada, gracias a la
movilización de una audiencia fiel y veterana, deseosa de corear algunos de
los grandes himnos firmados por el temperamental guitarrista.
Para ir calentando el ambiente de una sala todavía a medio gas contábamos
con el concurso de Fyre!, quienes con su prometedor "Missy Powerfull"
bajo el brazo venían dispuestos a
amenizar la espera. La formación capitaneada por la vocalista Alejandra
Burgos nos ofreció un ameno recorrido a
través de las mejores composiciones de
su debut, mostrándonos una gran amplitud
de miras y un gusto exquisito a la hora de proponernos sus excelentes melodías,
dando buena cuenta del potencial que les ha servido para abrir los conciertos
de artistas tan dispares como Alice
Cooper o Anastacia.
Además de la presencia de la atractiva vocalista argentina, llamaba la
atención la participación en este nuevo proyecto del guitarrista Tolo Grimalt y
el bajista Lars Ratz, (ambos miembros de Metalium), junto al
batería Tomás Vidal. Con puntualidad inglesa, y ataviados de forma
elegante, el cuarteto inauguraba su
descarga con la marchosa "Crazy Little Woman", toda una declaración
de intenciones con la que dejaban clara
las líneas maestras de su propuesta, un hard rock directo, melódico y pegadizo.
Tras recibir una cálida acogida la
segunda pieza de la noche sería la que
abre su debut "We Are Here", que desde su inicio lento y delicado acabaría convirtiéndose en una pieza marchosa y desenfadada.
Otra de las bazas que jugó muy a
favor de Fyre! fue el desparpajo escénico de Alejandra, quien en todo momento pareció entusiasmada con la acogida recibida,
mostrándose muy comunicativa y sin cortase lo más mínimo a la hora de bromear e
interactuar con las primeras filas. Tras las pertinentes presentaciones, y con
la banda ya despojada de sus chaquetas, turno para una adictiva "I Love To
Rock", que no hacía más que continuar alentando a un personal cada vez más numeroso y animado
que parecía predispuesto a pasarlo en
grande con la descarga del cuarteto.
El primer momento de relax llegaría con "No Happiness", para la
que Alejandra dejaría su guitarra para concentrarse en su faceta de vocalista,
ofreciéndonos una brillante interpretación
acompañada de una magnífica puesta en escena, con la vocalista contorneándose por el escenario aferrada a su pie de micro. El lado más
accesible y comercial del Fyre! quedaría plasmado a lo largo de las melosas
melodías de "Stay Until The Moonshine". Pero obviamente, teniendo en
cuenta el “background” del público asistente, los temas que más aceptación tuvieron fueron
piezas como el vacilón "Devil Is
Me" o "Get The Hell Out", con las que consiguieron el respaldo mayoritario de la sala. La encargada de poner el punto y
final a su descarga sería una de las piezas más potentes y cañeras de su debut "From Row Kids”.
En definitiva, muy grata sorpresa la que supuso este debut en tierras
catalanas de Fyre!, una banda con un gran potencial y a la que habrá que seguir
la pista muy de cerca, ya que tienen
buenos temas, un sonido compacto, muchas tablas a sus espaldas y la
personalidad y el carisma que imprime esa fantástica “front-woman” que es Alejandra
Burgos.
Tras un receso de treinta minutos un Razzmatazz prácticamente lleno
aguardaba impaciente la llegada del plato fuerte de la noche. Para la ocasión
el mítico guitarrista alemán recuperaba a dos ex-compañeros de su etapa en
Scorpions, el bajista Francis Buchholz y el batería Herman Rarebell, quienes
junto al guitarrista y teclista Wayne Findlay y al polifacético vocalista
Doogie White completaban una alineación
de auténtico lujo.
Con un escenario presidido por un enorme telón de fondo que reproducía la
portada de su último trabajo “Bridge The Gap”, el quinteto tomaba posiciones
para levantar el vuelo con el primer clásico de la noche, el inmortal
"Doctor Doctor" que hacia explotar de júbilo a todos los presentes,
poniéndonos inmediatamente a saltar mientras cantábamos su conocido estribillo. Desde su posición,
enclavado en una esquina del escenario, Schenker se mostraba feliz y muy
concentrado, sacando de su instrumentos esas notas mágicas que han hecho
emocionarse a miles de metaleros a lo largo de las últimas cuatro décadas. Tras
la primera salva de aplausos llegaba el turno de uno de los temas de su último trabajo "Where The Wild
Winds Blow", que pese a no levantar las
mismas pasiones que el tema de
apertura, sí que dejó una buena impresión con esa orientación más oscura y
compacta.
Sin duda uno de los grandes aciertos de la noche fue el repertorio
escogido, ya que lejos de limitarse a la presentación de su último redondo,
Schenker y sus compañeros nos ofrecieron un minucioso recorrido a través de la
carrera del prolífico guitarrista. El primer recuerdo a la etapa inicial de
M.S.G. llegaría con "Armed And Ready", la pieza que abría aquel
mítico debut publicado en 1980, que nos
dejaría el primer gran alarde de un Schenker en plena forma, jugueteando con su
Flying V para acabar enrolándonos en un
potente "Natural Thing", que ponía
a toda la sala a bailar, mientras Doogie
White se mostraba muy sobrio en su papel como maestro de ceremonias. Quizás
fuera éste el principal inconveniente de la descarga, ya que durante la velada todo pareció
muy estudiado y excesivamente medido, restándole algo de espontaneidad y
frescura al show.
Sin tiempo para recobrar el aliento
era el propio Schenker el que se encargaba, una vez más, de dar la entrada
a sus compañeros en "Victim Of Illusion", para posteriormente
adentrarnos en su época como “hacha” de
Scorpions, permitiéndonos saborear intensamente los aromas clásicos de piezas
como "Lovedrive", con Buchholz dando un paso al frente para
reclamar su cuota de protagonismo, y la
instrumental "Coast To Coast", con la que la sala se vino
literalmente abajo mientras nos deleitábamos con la elegancia y
la maestría de un Schenker que no ha perdido el feeling y la magia a la hora de
atacar su instrumento.
En una noche dedicada a la nostalgia, no podía faltar el homenaje hacia una
de las figuras más emblemáticas del heavy metal, de modo que no faltó un
sentido recuerdo hacia el maestro Ronnie James Dio durante la presentación de
"Before The Devil Knows You' re Dead", que fue la única mirada
que se permitieron hacia
su "Temple Of Rock" del pasado 2011. El retorno al material de
“Bridge The Gap”, estaría marcado por la magnificencia melódica de “Lord Of The
Lost And Loney”, para rápidamente volver a echar mano del catálogo de los británicos UFO para ofrecernos una versión
extendida del "Let It Roll", que
acabó siendo la elegida para una nueva exhibición solista de Schenker, y una enérgica
“Shoot Shoot”, que nos servía para continuar rememorando el material
contenido en aquel lejano “Force It” de 1975.
Aunque durante la presentación de esta noche no hubo espacio para los
clásicos solos de batería y guitarra como tal, lo cierto es que tuvimos una
buena ración de virtuosismo instrumental al atacar Schenker el majestuoso desarrollo contenido en el vibrante “Into The Arena”, que acabó recabando una de
las mayores ovaciones de la noche. Tampoco quiso el quinteto dejar pasar la ocasión de presentarnos una nueva
composición que formara parte de su nuevo trabajo “Spirit On A Mission”, que se
espera para Marzo del próximo año, en
forma de un rotundo “Vigilante Man”, que personalmente me dejó un muy buen
sabor de boca, y que venía a ratificar que este proyecto tiene visos de seguir dando
frutos de cara al futuro más inmediato.
La recta final del concierto llegaría con otra tripleta de auténtico
vértigo, un coreadísimo “Too Hot To Handle”, que convertía la sala en una
auténtica fiesta, una discreta versión
del “Rock You Like A Hurricane”, que sonó un tanto deslucida por la voz de un
Doggie White al que se vio bastante más cómodo al encarar los temas de UFO, y
como colofón definitivo a esta primera parte del show una triunfal “Rock
Bottom”, tras la cual los músicos abandonaban el escenario acompañados por los vítores y los cánticos de una audiencia desatada.
Sin hacerse de rogar en exceso el quinteto volvería rápidamente sobre las
tablas para rematar definitivamente su
actuación con la inevitable “Lights Out”, y una explosiva “Blackout”, que
Schenker tomaba como licencia de la
banda de su hermano Rudolf, y que imaginó acabó entrando en el repertorio,- al
igual que “Rock You Like A Hurricane”-, por la presencia de la base rítmica que
grabó tanto “Blackout”, como “Love At First Sting”.
La sabiduría popular dice que el tiempo acaba poniendo a cada uno en el
lugar que le corresponde. Pues bien,
viendo la pasión y la entrega que puso el público de Razzmatazz sólo
cabe admitir que Michael Schenker se dio un suculento homenaje en la Ciudad
Condal, brillando intensamente junto a una banda de plenas garantías, poniendo
de manifiesto la innegable calidad de un material que está llamado a
convertirse,- si no lo es ya-, en intemporal. Aunque quizás habrá quien pueda
decir que el virtuoso guitarrista alemán está viviendo de rentas en esta nueva
etapa de su carrera, lo cierto es que Schenker dio a sus incondicionales una
buena ración de lo que habían ido a buscar.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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