Apuesta decidida y arriesgada por el heavy metal en la capital del Ebro, y
más cuando una semana antes de la celebración de este November Metal Weekned se confirmaba la suspensión de las fechas
ibéricas de uno de los cabezas de cartel, los titanes germanos del thrash Destruction. Aunque lo más fácil hubiera sido anular la
jornada del sábado, lo cierto es que los organizadores tuvieron que ponerse las
pilas para, en pocos días, montar un
nuevo cartel. De modo que a las actuaciones del viernes, lideradas por la mítica formación
americana Lizzy Borden, había que sumar ahora las descargas de una buena
representación de bandas nacionales, cuyo mayor reclamo era la presencia de los valencianos [In Mute], ganadores de la
Wacken Metal Battle 2014, dando lustre e identidad a un cartel que se completaba con la participación de bandas internacionales
como los ecuatorianos Eutanos y los croatas War Head.
LOS LÜGERS
Para calentar motores antes de la descarga de Lizzy Borden contábamos con
la descarga de Los Lügers. Este poderoso power- trío zaragozano, formado por
Lex, Ace y Jason, nos ofreció un fulgurante show en el que repasaron los
mejores temas de su último trabajo "Lucifer". Ante una sala que poco
a poco fue tomando colorido los maños
nos brindaron una buena ración de ese punk rock marchoso, electrico y adictivo,
animándonos a levantar los puños acompañando los contagiosos estribillos de
"Tipos Duros", "Uniformes" o "Tarde De Perros", que
resultaron idóneos para caldear los ánimos y ponernos a todos a cantar.
Tampoco faltaría esa ambientación más oscura y siniestra cuando la banda
empezó su particular repaso por algunos de los personajes más tétricos del
celuloide, centrando su objetivo en el malévolo "Lucifer", que fue el
elegido para abrir la velada o el
vampírico "Lestat". Pero no fueron estos los únicos tributos a los
personajes cinematográficos, ya que también tuvieron con “Sudor y Napalm” un guiño hacia la figura del
mítico Clint Eastwood y su interpretación del impasible Sargento de Hierro.
Aunque el público se mostró un tanto frío, lo cierto es que Los Lügers
plantearon un show realmente dinámico, enlazando de forma consecutiva sus
incendiarias composiciones, estirando al
máximo su tiempo sobre las tablas. Saliéndose de la norma habitual los
maños también tuvieron tiempo de
adentrarse en piezas como "El Despertar", con la que nos mostraron su
faceta más roquera y melódica. El cierre
de su show llegaría con una versión del clásico de Motörhead "Ace Of
Space", que fue coreada intensamente
por todos los presentes poniendo un perfecto punto y final a su actuación.
Desenfadados, muy cañeros y directos
Los Lügers nos ofrecieron un divertido espectáculo con unos temas cargados de ardientes guitarrazos,
estribillos fulgurantes y una actitud salvaje e irreverente.
LIZZY BORDEN
Si echamos la vista atrás no puede decirse
que Lizzy Borden se hayan prodigado en exceso
en nuestro país a lo largo de su longeva carrera, ya que pese a ser la presente
la gira que conmemora su
trigésimo aniversario, la verdad es que la formación americana se ha dejado ver
de forma muy puntual sobre nuestros escenarios. Mucha curiosidad y bastante
expectación había suscitado esta tercera visita de la mítica formación angelina,
y más si tenemos en cuenta que su descarga se había acabado convirtiendo en el principal reclamo de este November Metal
Weekend.
Algo de inquietud había despertado el que mirando los horarios que la
organización había facilitado a través de internet los americanos aparecieran en segundo lugar
en el orden de actuaciones, y con un
tiempo acotado a tan solo una hora de
show. Algo que, afortunadamente, no acabó sucediendo, ya que pudimos disfrutar
del espectáculo completo que la banda viene presentando en esta gira de trigésimo
aniversario.
Con solo dos miembros originales en su formación, el propio Lizzy Borden y
su hermano el batería Joey Scott Harges, la
actual encarnación de los americanos se completaba con el guitarrista
Ira Black (ex-Heathen, Metal Church y
Vicious Rumours) y el bajista Marten Andersson. Dejando a un lado la innegable
calidad de las composiciones del combo de Los Ángeles, está claro que el
principal reclamo de sus shows siempre ha sido su atractiva e impactante puesta
en escena, de modo que todos estábamos expectantes por descubrir que trucos nos
presentaría el "viejo" Lizzy en escena.
El inicio, como no podía ser de otra forma, fue realmente impactante con
los músicos tomando el escenario al asalto, mientras el último en aparecer era
el carismático vocalista, luciendo una larga gabardina negra y una abominable careta de tres caras, para espetarnos un
rotundo "Master Of Disguise", que marcaría el arranque del show para
rápidamente adentrarnos en una adictiva versión de su clásico
"Notorious", que espoleó al máximo a la audiencia mientras Lizzy se
paseaba desafiante por el escenario blandiendo un bate de baseball.
Tras la primera ovación de la noche y después de que toda la audiencia coreara,
durante varios minutos, el nombre de la banda, era el propio Lizzy quien se
encaramaba a uno de los monitores para contemplar el aspecto que presentaba el
local y darnos la bienvenida a este
"30 Years Of American metal". Con la base rítmica tomando las riendas
arrancaba la primera sorpresa de la
noche “Roll Over And Play Dead”, una pieza poco habitual en los directos de la
banda que fue saboreada al máximo por sus más fieles seguidores. Tras perderse
el vocalista durante unos segundos entre bambalinas, para cambiarse de atuendo
y despojarse de su horrorosa careta, llegaba el primer gran momento de la noche
“Rod Of Iron”, donde pudimos contemplar al Lizzy más teatral, cantando arrodillado
con una calavera en la mano, mientras demandaba nuestro apoyo a la hora de
acompañarle en los estribillos.
Pese a que la sala no presentó un lleno absoluto, lo cierto es que los
que allí nos dimos cita animamos al máximo a la formación
americana, consiguiendo que temas como el vibrante “Eyes Of A Stranger”,
sonaran verdaderamente potentes e incendiarios, dejándonos la imagen del
vocalista abalanzándose sobre las primeras filas. El primer respiro para Lizzy
llegaría con el solo de su compañero Marten Andersson, que serviría como
preámbulo para un dramático “Tomorrow Never
Comes”, para el que el vocalista apareció en escena con un nuevo “modelito”, en
esta ocasión, luciendo una raída capa roja. Con los “oes” del respetable
dejándose oír con fuerza, era el propio vocalista quien nos preguntaba sí
queríamos cantar, para acto seguido ofrecernos una marchosa versión del clásico
de Rainbow “Long Live Rock n´Roll”, que desataría la euforia en la pista.
Sin tiempo para reponernos llegaba el momento de acompañar a la base
rítmica en el arranque del rutilante “Under Your Skin”, que sería el encargado
de conducirnos a uno de los momentos más calientes de la velada, “There Will Be
Blood Tonigh”, durante la que el vocalista se bajó del escenario para pasearse por el foso marcando con sangre a todos los
que se le aproximaron. Con la gente totalmente entregada, llegaba el momento de
un nuevo impás, que serviría para que el guitarrista Ira Black nos ofreciera
una buena muestra de sus habilidades como solista. El retorno de sus compañeros sobre las tablas
vendría marcado por un seguidísimo “Me Against The World”, que conseguiría
mantener la tensión y la intensidad de un show que hasta ese momento estaba
siendo verdaderamente abrumador.
La ultima bala que los americanos se guardaron en la recamara para rematar
esta primera parte del show fue “American Metal”, toda una declaración de
intenciones que fue interpretada por el vocalista luciendo un estrambótico atuendo,
en el que se hermanaban la bandera “yankee” y la española. Con la gente
coreando intensamente el nombre de la banda, era Joey Scott el encargado de dar
el pistoletazo de salida a los bises, con un escueto solo de batería. Acto
seguido, el resto de sus compañeros se le unirían para finiquitar la actuación con tres proyectiles
de gran calibre. La primera en sonar sería “Red Rum”, que fue fantásticamente
recibida y que acabaría conduciéndonos a su particular versión del clásico de
Steppenwolf “Born To Be Wild”. La
elegida para poner el broche definitivo
a la velada sería la deliciosa e imprescindible “Give´em The Axe”, que nos dejó
la imagen del vocalista blandiendo desafiante su hacha mientras la gente se desgallitaba
protagonizando un final realmente apoteósico.
En resumen, notable actuación la que nos ofrecieron Lizzy Borden
consiguiendo colmar con creces las expectativas de sus incondicionales. Aunque
personalmente me esperaba un poco más de espectáculo a nivel visual, lo cierto
es que la banda, pese a contar con un solo guitarrista, sonó realmente compacta,
convincente y aplastante. Mención especial merece la dedicación y la entrega de
los músicos, ya que tras el concierto la banda al completo estuvo firmando y
haciéndose fotos con todos los que se acercaron al puesto de “merchandising”.
KILLUS
Difícil muy difícil lo iban a tener Killus tras la descarga que nos había
ofrecido el carismático Lizzy Borden. Además, como suele suceder en muchas
ocasiones, hubo espantada general después del plato fuerte de la noche.
Ataviados de forma estrambótica y luciendo sus habituales pinturas de guerra
Killus saltaron sobre las tablas hambrientos
e hiperactivos, dispuestos a certificar el por qué son uno de los máximos referentes del metal industrial en nuestro país.
Dinámicos, descarados y totalmente desatados Killus nos brindaron una
actuación devastadora, ofreciéndonos las
mejores composiciones de ese ataque frontal que representa su último trabajo "Feel The
Monster". De modo que la amalgama de incisivos guitarrazos y efectos industriales
daba arranque con la tripleta compuesta por "Crush Our Minds", "The
Laberynth's Door" y la blasfema "Holy Bible", que servían para
sorprender a los que todavía no conocían a la formación villarealense.
Como viene siendo habitual, siempre
que he podido ver a Killus en directo, la movilidad de sus miembros sobre las
tablas fue desbordante, especialmente la de su bajista Premutoxx, quien no paró
en ningún momento de recorrer el escenario mientras nos deleitaba con una buena colección de impagables caras y
extraños guiños. De su anterior entrega
"Never Was So Real", no quisieron dejarse en el tintero piezas
como la decadente "Vehemence", la aplastante "New Army Without
Fear", con esos deliciosos guiños a
los Manson de la mejor época, o su
personal versión del clásico de The Sisters Of Mercy "Temple Of Love".
Pero sin duda los temas que mejor
funcionaron fueron trallazos directos y
rotundos como "Bastards", con su vocalista Supersixx golpeándose y provocando
al público incansablemente, la declaración de intenciones que supuso la adictiva "Fuck N'
Roll", toda una bomba de relojería que revolucionó a todos los presentes,
o la primeriza "Death Gun", que significaría el primer recuerdo a su debut de 2005 "God Bless
Us".
Y es que en todo momento la banda se mostró como una apisonadora en
directo, haciendo gala de muchas tablas y demostrando una enorme personalidad,
algo que sin duda les ha permitido embarcarse en varias giras fuera de nuestras
fronteras, participando en diferentes festivales y girando intensamente junto
a bandas como los suecos Avatar. El
colofón definitivo a su show llegaría con la tripleta formada por "The Darkness Of The Crypt” y la implacable
"Feel The Monster", ambas rescatadas de su último trabajo. Mientras
que la encargada de rubricar su actuación sería una arrolladora "Dead
Revolution", con una banda totalmente enloquecida en un fin de fiesta
realmente delirante.
Cuando muchos productores se den cuenta que éste es el futuro del Metal, será más rentable. Grandiosa crónica.
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